martes, 31 de marzo de 2009

LIDERES PROGRESISTAS PROPONEN ENTERRAR AL NEOLIBERALISMO.


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El mundo enfrenta la combinación de "la peor recesión internacional desde hace más de medio siglo" con una crisis ambiental sin precedentes debido al cambio climático y al calentamiento global, y una crisis de liderazgo político global.
"la comunidad internacional no ha sabido o no ha querido construir los acuerdos necesarios para dar gobernabilidad a la globalización, creyendo que los mercados nacionales y globales podían funcionar sin regulaciones poderosas, o que el mundo podía ser gobernado unilateralmente por la voluntad del más fuerte".

Líderes progresistas proponen enterrar el neoliberalismo.

Sábado 28 de marzo del 2009.

VIÑA DEL MAR. CHILE.

Políticos e intelectuales de la izquierda europea y latinoamericana propusieron, en Viña del Mar, aprovechar la actual crisis económica y financiera para enterrar definitivamente el modelo neoliberal.

Esta cita congrega a unos 200 pensadores, académicos y autoridades de 17 países que debaten sobre respuestas a la crisis, antes de la cumbre de líderes que hoy reunirá a los presidentes de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina; los jefes de Gobierno de España, Reino Unido y Noruega, y el vicepresidente de EEUU."La actual crisis representa la dramática comprobación de que el paradigma neoliberal y conservador dominante en la actual etapa del desarrollo capitalista ha fracasado", sentenció el senador socialista chileno Ricardo Núñez, presidente del Instituto Igualdad, organizador del seminario.

Por ello, "la humanidad debe encaminarse hacia un nuevo orden internacional que permita gobernar de manera efectiva este mundo radicalmente interdependiente", señaló.Pero que el sistema capitalista esté haciendo aguas no significa necesariamente que las opciones progresistas susciten el entusiasmo popular y resuelvan la debacle financiera, advirtió Roger Liddle, vicedirector de Policy Network, que también patrocina este encuentro. "No podemos asumir que porque el modelo neoliberal haya fracasado, la política progresista sea la que vaya a ganar", advirtió.

En esta misma línea, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, advirtió de que "si no se aplican cambios estructurales", dentro de unos años se puede llegar a una nueva crisis, que será peor. "Hablamos de cambios en la gobernabilidad, de reformar las finanzas internacionales, pero no he escuchado cómo hacerlo; nos apresuramos a festejar el fin de una era, pero esa era puede volver dentro de unos años", insistió Insulza.

El secretario general expresó su escepticismo respecto a que la próxima reunión del G-20 arroje luz sobre dicho problema. De igual manera se expresó Robert Reich, profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Berkeley (California) y ex asesor de Bill Clinton, quien difiere de quienes piensan que dentro de un año estarán volviendo a la antigua senda, "esa es una visión peligrosa, porque la situación era insostenible", opinó Reich."Todavía no tenemos un enfoque coherente que se traduzca en plataformas políticas que ganen elecciones", advirtió el ex asesor del ex presidente estadounidense Clinton, quien propuso gravar las ganancias de capital a corto plazo.

COMPLEJOS NEOLIBERALES. Preocupado de que la crisis afecte a las opciones electorales de la centroizquierda, el senador y ex presidente chileno Eduardo Frei, candidato oficialista para los comicios presidenciales de diciembre próximo, abogó por "el fortalecimiento de la política democrática y la liberación definitiva de los complejos neoliberales".Frei -que fue presidente de Chile en el periodo 1994-2000 y cuyo principal rival en estas elecciones es el empresario conservador Sebastián Piñera- enfatizó que "esta crisis exige líderes con responsabilidad y confiables" porque "ciertamente no es el momento de los aventureros, los especuladores ni los populistas". Y también alertó de que "felicitarse porque en medio de las cenizas del esquema neoliberal surge nuevamente un Estado victorioso, puede ser muy anticipado".

Una de las voces más críticas que se oyeron en el seminario fue la del ministro de Estado para el Medio Ambiente de Alemania, Matthias Machnig."Creo que tenemos que analizar cuidadosamente las políticas progresistas en Europa, porque en términos generales hemos fracasado", dijo. Según Machnig, "por primera vez desde la II Guerra Mundial, las clases medias tienen la sensación de que van cuesta abajo; si eso es lo que piensan, les llevará a una sociedad tremendamente conservadora".

El pesimismo de las fuerzas progresistas europeas quedó de manifiesto también en la intervención de James Purnell, secretario de Estado de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, quien se mostró muy preocupado por el fuerte impacto que la crisis ha tenido en el sistema financiero de su país."No tengo tan claro que este sea un momento ideal para las izquierdas, todo dependerá de las decisiones que tomemos en los próximos meses", manifestó el secretario británico al advertir de que "la derecha va a utilizar esta crisis para intentar reducir el Estado benefactor".

En el arranque del seminario también intervino Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien abogó por una "vuelta a la política" y una mayor intervención del Estado. También, la líder del Partido Socialdemócrata de Suecia, Mona Sahlin, quien hizo una encendida defensa de las bondades del Estado del bienestar.

UN NUEVO CONTRATO SOCIAL .
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, considera que la crisis que vive el mundo ofrece una oportunidad histórica "para reinstalar la política y lo público en el centro del quehacer internacional" con un "nuevo contrato social global". De lo contrario, el siglo XXI "o lo gobernaremos entre todos, o no lo gobernará nadie", afirma la presidenta chilena en un artículo que publica el diario español "El País" con ocasión de la Cumbre de Líderes Progresistas que se celebrará en Viña del Mar.

Bachellet sostiene que el mundo enfrenta la combinación de "la peor recesión internacional desde hace más de medio siglo" con una crisis ambiental sin precedentes debido al cambio climático y al calentamiento global, y una crisis de liderazgo político global. Según su análisis, "la comunidad internacional no ha sabido o no ha querido construir los acuerdos necesarios para dar gobernabilidad a la globalización, creyendo que los mercados nacionales y globales podían funcionar sin regulaciones poderosas, o que el mundo podía ser gobernado unilateralmente por la voluntad del más fuerte". América Latina y Estados Unidos deben ampliar su cooperación para enfrentar una serie de desafíos comunes, según el vicepresidente norteamericano.
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EL G-20 Y SU RESPONSABILIDAD FRENTE A LA CRISIS.

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En este momento, los líderes del Grupo de los 20 tienen la responsabilidad de emprender una acción a fondo, audaz y coordinada que no solo impulse la recuperación, sino que también inicie una nueva era de compromiso económico para evitar que una crisis como esta vuelva a producirse.




EL G-20 Y SU RESPONSABILIDAD ANTE LA CRISIS.

El momento de la acción global.

Por: Barack Obama.




Estamos atravesando una época de desafíos económicos globales a los que no podemos responder con medidas a medias o con los esfuerzos aislados de un país. En este momento, los líderes del Grupo de los 20 tienen la responsabilidad de emprender una acción a fondo, audaz y coordinada que no solo impulse la recuperación, sino que también inicie una nueva era de compromiso económico para evitar que una crisis como esta vuelva a producirse.

Nadie puede negar la urgencia de la acción. La crisis del crédito y de la confianza pasó por encima de las fronteras con consecuencias para todos los rincones del mundo. Por primera vez en una generación, la economía global se contrae y se reduce el comercio. Se han perdido billones de dólares, los bancos dejaron de prestar y, en todo el mundo, decenas de millones perderán sus empleos. Corre peligro la prosperidad de todos los países, además de la estabilidad de los gobiernos y la supervivencia de los habitantes en las partes más vulnerables del mundo.

Aprendimos, de una vez y para siempre, que el éxito de la economía estadounidense está unido a la economía global. No hay una línea divisoria entre la acción que restablezca el crecimiento dentro de nuestras fronteras y la acción que lo sostenga hacia afuera. Si la gente de otros países no puede gastar, los mercados se atascan -ya hemos visto la mayor caída de las exportaciones estadounidenses en casi cuatro décadas, hecho que provocó directamente pérdidas de empleos estadounidenses. Y si seguimos permitiendo que las entidades financieras de todo el mundo actúen en forma desaprensiva e irresponsable, continuaremos atrapados en el ciclo de burbuja y estallido. Por eso la próxima Cumbre de Londres tiene una relevancia directa para nuestra recuperación interna.

Mi mensaje es claro: EE.UU. está dispuesto a liderar y lo que pedimos a nuestros socios es que se unan a nosotros con una idea de urgencia y objetivo común. Se hizo mucho, pero todavía queda mucho por hacer. Nuestro liderazgo se basa en una premisa simple: actuaremos con decisión para sacar a la economía estadounidense de la crisis y reformar nuestra estructura regulatoria, y estas acciones se verán reforzadas por la acción complementaria en el exterior. Mediante el ejemplo, EE.UU. puede propiciar la recuperación global y crear confianza en el mundo; y si la Cumbre de Londres contribuye a impulsar la acción colectiva, podemos forjar una reactivación segura y de esa manera impedir futuras crisis.

Primero, nuestros esfuerzos deben empezar con una acción rápida para estimular el crecimiento. Estados Unidos ya promulgó la Ley de Recuperación y Reinversión, la iniciativa más contundente para lanzar la creación de empleos y sentar las bases del crecimiento en una generación. Otros miembros del G-20 también impulsaron un estímulo fiscal y estos esfuerzos deberían seguir siendo sólidos y sostenidos hasta que se restablezca la demanda. En la medida que avancemos, deberíamos adoptar un compromiso colectivo para alentar el comercio abierto y la inversión resistiéndonos al proteccionismo que ahondaría esta crisis.

Segundo, debemos restablecer el crédito del que dependen las empresas y los consumidores. En el ámbito interno, estamos trabajando intensamente para estabilizar nuestro sistema financiero. Esto incluye una evaluación honesta de los balances de nuestros principales bancos, y desembocará directamente en un crédito que pueda ayudar a los estadounidenses a comprar bienes, permanecer en sus casas y desarrollar sus empresas. Esto debe seguir expandiéndose mediante las acciones de nuestros socios del G-20. Juntos, podemos adoptar un marco de referencia común que insista en la transparencia, la responsabilidad y el objetivo de restablecer el flujo del crédito que es el alma de una economía global en crecimiento. Y el G-20, junto con las instituciones multilaterales, puede aportar financiamiento comercial para ayudar a dinamizar las exportaciones y crear empleo.

Tercero, tenemos la obligación moral, económica y relativa a la seguridad, de tender una mano a los países y personas que enfrentan el mayor riesgo. Si les volvemos la espalda, el sufrimiento causado por esta crisis aumentará, y nuestra propia recuperación quedará postergada debido a que los mercados para nuestros productos se achicarán y se perderán más empleos estadounidenses. El G-20 debería desplegar de inmediato recursos para estabilizar los mercados emergentes, esencialmente, impulsar la capacidad de asistencia del Fondo Monetario Internacional en la emergencia y ayudar a que los bancos regionales de desarrollo aceleren el crédito. Por su parte, Estados Unidos respaldará inversiones nuevas y significativas en seguridad alimentaria para ayudar a los más pobres a capear los difíciles tiempos que se avecinan.

Si bien estas acciones pueden ayudarnos a salir de la crisis, no podemos contentarnos con una vuelta al statu quo. Debemos poner fin a la especulación incauta y al gasto por encima de nuestros medios; al crédito tóxico, a los bancos excesivamente apalancados y a la falta de supervisión que nos condena a burbujas que inevitablemente estallan. Solo la acción internacional coordinada puede impedir correr los riesgos irresponsables que originaron esta crisis. Por eso estoy empeñado en aprovechar esta oportunidad para impulsar reformas exhaustivas de nuestro marco de referencia regulatorio y de supervisión.

Todas nuestras instituciones financieras —en Wall Street y en todo el mundo— necesitan un fuerte control y reglas de funcionamiento sensatas. Todos los mercados deberían tener normas para asegurar la estabilidad y un mecanismo de divulgación. Una estructura fuerte en cuanto a los requisitos de capital debería protegernos contra futuras crisis. Debemos reprimir los paraísos fiscales y el lavado de dinero. Una transparencia y una responsabilidad rigurosas deben controlar el abuso y es imprescindible poner fin a las remuneraciones descontroladas. En vez de iniciativas dispersas que permitan caer los estándares, debemos dar incentivos claros para un buen comportamiento que los haga subir.

Sé que Estados Unidos tiene una cuota de responsabilidad en el problema que todos enfrentamos. Pero también sé que no tenemos por qué elegir entre un capitalismo caótico y despiadado y una economía estatal opresiva. Esa es una falsa opción que no beneficiará a nuestro pueblo ni a ningún otro. Esta reunión del G-20 ofrece un foro para un nuevo tipo de cooperación económica global. Este es el momento de trabajar juntos para restablecer el crecimiento sostenido que solo puede derivar de mercados abiertos y estables que aprovechen la innovación, que apoyen los emprendimientos e impulsen la oportunidad.

Los países del mundo tienen intereses recíprocos. Estados Unidos está dispuesto a sumarse a un esfuerzo global en pos de nuevos empleos y del crecimiento sustentable. Juntos, podemos aprender las lecciones de esta crisis, y forjar una prosperidad que sea duradera y segura para el siglo XXI.

© Global Viewpoint, 2009.
PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA.
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NOTA. NUESTRA PRIMERA OPINION.
Excelente, brillante discurso, un nuevo Presidente que ahora se acordo de los pobres, de los que pierden su trabajo, de los desocupados en todo el mundo, interesante el discurso, pero QUE GRANDE, DIFERENTE y CAPRICHOSA ES LA REALIDAD ??. QUE GRANDE ES NUESTRA HISTORIA Y COMO NOS CONOCEMOS ??
Podrá el Gobierno de los Estados Unidos, tendrá la capacidad POLITICA, con sus corporaciones transnacionales, - bancos, aseguradoras, petroleras, alimentarias, comerciales, bienes raices, inmobiliarias, automotriz, etc - como directas responsables de la crisis global y hoy de la recesión en la economías desarrolladas y emergentes, RECUPERAR: Internamente la CONFIANZA de millones de ciudadanos victimas directas de la crisis, de irresponsables funcionarios, de piratas y gangsters del credito, de la avaricia y codicia estupida - de parcelar y vender parte de la LUNA, MARTE y que más habrían negociado precisamente por la ausencia total de regulación estatal.
A nivel de la politica internacional despues del criminal gobierno que hizo el Sr Bush - invasión y destrucción de IRAQ , sólo una raya - del compromiso corrupto, ahora recien reconocido publicamente por el Fondo Monetario Internacional en la NO prevención de la crisis, y enmudecer en "mil idiomas", estara en capacidad, los líderes del G-20, le creeran que realmente esta dispuesto a trabajar por la recuperación e iniciar una nueva era de compromiso económico. Hoy cuando la UNIPOLARIDAD se ha desmoronado, cuando el el ESTADO CORPORATIVO GLOBAL atravieza estructuralmente su peor crisis multidimensional.
Hoy cuando es un "hecho" la DESCENTRALIZACION REGIONAL DEL PODER GLOBAL y el fortalecimiento de los ESTADOS EMERGENTES ( China, India, Rusia, Brasil, Unión Europea, etc ) Estados Unidos estara real y objetivamente en la capacidad política de RECUPERAR EL LIDERAZGO MUNDIAL o muy a su pesar, tendrá que compartirlo, cuando la MULTIPOLARIDAD se posesiona en el mundo democrático.

Existen, realmente políticas estatales, financieras, claras transparentes para iniciar un verdadera guerra contra los PARAISOS FISCALES ( y todos sabemos que "allí" está no solamente el dinero de la CORRUPCION, sino también el lavado de dinero y el dinero de la economía criminal,) que hoy en varios países de la Región y el mundo, con cientos de muertos en la calles esta en dirección del ASALTO DEL ESTADO. LOS ESTADOS FALLIDOS. ESTADOS INVIABLES.

Y los cientos y miles de millones que se llevaron los funcionarios responsables de la CRISIS,- especialmente los 8 jinetes del Apocalipsis - ver documento del mes de febrero - como PAGO de sus "brillantes" beneficios sociales, de sus extraordinarios años de trabajo, prestados al servicio de la corrupción, la avaricia, la codicia, el consumo extremo, el robo, el gangsterismo y la apropiación ilegal.
Son simplemente preguntas que nos formulamos, para comenzar a creer y reconstruir la CONFIANZA.
" Cinco siglos antes de nuestra era, en China, se decía: Para que perdure en la Historia el Rey y el Reino se necesitaban tres cosas: COMIDA, ARMAS Y CONFIANZA. Podía fallar la comida y las armas y si habia confianza, el rey y el reino, duraban eternamente, pero, en cambio podía haber comida y armas, y SI faltaba CONFIANZA, el rey y el reino desaparecian para siempre ".-
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jueves, 26 de marzo de 2009

ECUADOR: ANTE LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLITICOS, Hoy "LA GRAN PRENSA" es el Mayor "Partido" de Oposición.


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Ante el desprestigio y la pérdida de credibilidad de los dirigentes tradicionales de la denominada “partidocracia” en el Ecuador, la “gran prensa” que está en manos de los banqueros y grupos dominantes en este país andino que han privilegiado las políticas neoliberales y la dolarización, se ha consolidado como el principal partido de oposición al gobierno del presidente Rafael Correa Delgado.




Martes 24 de marzo de 2009

ECUADOR: LA GRAN PRENSA, ES HOY EL MAYOR PARTIDO POLITICO DE OPOSICION

ENTREVISTA A RICARDO PATIÑO. MINISTRO DE CORDINACION POLITICA.
Fernando Arellano Ortiz (CRONICON, especial para ARGENPRESS.info)

Ante el desprestigio y la pérdida de credibilidad de los dirigentes tradicionales de la denominada “partidocracia” en el Ecuador, la “gran prensa” que está en manos de los banqueros y grupos dominantes en este país andino que han privilegiado las políticas neoliberales y la dolarización, se ha consolidado como el principal partido de oposición al gobierno del presidente Rafael Correa Delgado. Así lo manifestó el ministro de Coordinación Política, Ricardo Patiño Aroca, quien estuvo en Bogotá como invitado internacional al Segundo Congreso Nacional del Polo Democrático Alternativo, el principal partido de izquierda de Colombia, que se realizó en los últimos días de febrero de 2009.


Patiño Aroca destacó en la capital colombiano el trabajo político que viene realizando la administración del presidente Correa en Ecuador, mediante la implementación de reformas sociales y constitucionales para enterrar en forma definitiva “la negra noche neoliberal”.


En dos años de gestión, dijo, el actual gobierno ecuatoriano ha reducido la pobreza; ha ampliado las coberturas tanto de salud como de educación; está llevando alimentación nutricional a más de un millón 400 mil niños en sus sitios de estudio y 725 mil recibieron uniforme escolar gratuito durante el año pasado. Se han construido 80 mil soluciones habitacionales y la inversión social pasó de 1.500 millones a siete mil millones de dólares. Por eso el presidente Correa habla que el Ecuador no se encuentra en una época de cambio sino en un cambio de época que se consolidará con su reelección el próximo 26 de abril.


SE ESTÁN DANDO CAMBIOS PROFUNDOS-


¿Cuál es el balance que puede hacer de los dos primeros años del gobierno del presidente Rafael Correa Delgado?-


Hay una importante consolidación de la aprobación del pueblo del Ecuador con respecto a la acción del gobierno. Todas las encuestas reconocen que desde hace dos años se mantiene un nivel casi inamovible de la aprobación de la acción gubernamental en el 70 por ciento, esto no significa intención del voto, pues ésta no siempre es tan alta. Las informaciones que tenemos de los últimos sondeos nos indican que el presidente Correa tiene una intención de voto del 50% o algo más de eso. En este proceso electoral del próximo mes de abril aspiramos a que con los asambleístas nacionales, alcaldes y prefectos que elijamos con nuestro movimiento y sectores aliados, podamos aterrizar hacia lo local lo que estamos haciendo en el nivel nacional.-


¿Ha sido muy fuerte el embate de los sectores de la ultraderecha y del aparato mediático durante estos primeros dos años?-


Del aparato mediático sí. Nuestra mayor oposición ha sido la gran prensa, que se ha convertido en el mayor partido político de la oposición, porque realmente los partidos de la derecha están en el piso, no han logrado levantar cabeza; hemos tenido cinco elecciones en estos dos últimos años y sus resultados electorales cada vez son más insignificantes. Es más, en algunos casos ya ni siquiera se presentan con la bandería de sus partidos sino que buscan otros nombres u otros movimientos. Realmente la derecha no ha podido tener protagonismo, los resultados electorales en su contra han sido contundentes.-


¿Cómo se van a seguir profundizando las reformas sociales y económicas que impulsa su gobierno dentro del ideario del Socialismo del siglo XXI?-


La nueva Constitución tiene algunos principios importantes establecidos que cambian la historia política de nuestro país, como por ejemplo quitarle el control partidista, que generalmente ha sido un control corrupto, a los organismos de justicia, de fiscalización y electoral, y hemos introducido un nuevo poder que es el ciudadano. Se trata del Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Control Social y hemos establecido las normas constitucionales para integrar los organismos de control a través de concursos de méritos y de esta forma evitar que sean integrados por el gobierno central o los partidos políticos. Hemos establecido también la obligatoriedad de la rendición de cuentas y de la posibilidad real de la revocatoria del mandato. Introdujimos igualmente procesos profundos de descentralización y desconcentración de las funciones del Estado, e incluso, una reconfiguración regional del país. Actualmente nuestro sistema político-administrativo es muy centralista, ahora con la nueva Constitución se da la posibilidad de que las 24 provincias en que está dividido territorialmente el Ecuador se agrupen y se constituyan en siete grandes regiones para gobernar con mayores niveles de equidad. Por eso los gobernadores regionales y los alcaldes van a tener más fuerza y la obligación de hacer presupuestos participativos.-


¿Con estas reformas estructurales, en el Ecuador se podría decir que a lo largo de su historia ha habido dos cambios de época: el primero con Eloy Alfaro y el segundo con Rafael Correa Delgado?-


Me es un poco difícil responderle esa pregunta porque actualmente somos protagonistas y en mi caso particular yo soy ministro desde el inicio de la gestión del presidente Correa, pero si creo que se están dando cambios profundos que hace algunos decenios no se producían en nuestro país. Pero esa reflexión yo quisiera dejársela a otras personas y talvez a los historiadores que vengan después. Ojalá seamos capaces de llegar a ese punto de quiebre. Ojalá seamos capaces de lograr que el Ecuador tenga un cambio tan profundo como históricamente y guardando las diferencias se tuvo con la revolución liberal de Eloy Alfaro.- Un tema que se ha vuelto recurrente es el de la dolarización en la economía ecuatoriana.


¿Se va a continuar con este experimento?-


Nosotros hemos dicho con mucha claridad desde siempre y desde antes de estar en el gobierno que creemos que la dolarización fue una medida de política económica aventurera, irresponsable y perjudicial. Sin embargo también dijimos en la campaña electoral que el gobierno del presidente Correa no terminaría la dolarización, porque así como fue irresponsable meterse en ella, en las condiciones actuales también sería irresponsable salirse. Hemos dicho que si hay un proceso de unificación de políticas económicas internacionales de los países de América Latina y avanzamos hacia la constitución de una nueva moneda, nosotros por supuestos apoyaremos el desarrollo de un sistema unitario que conduzca a que nuestros países tengan una moneda distinta.-


¿Cuál ha sido la reacción de los organismos financieros internacionales y de los sectores económicos ecuatorianos después del informe sobre la auditoría interna de la deuda externa de su país?-


Internamente los responsables de los procesos de renegociación y negociación de la deuda han reaccionado con argumentos triviales, infantiles, saliendo a decir que los compromisos hay que cumplirlos. Se había hecho una investigación en el gobierno anterior, ahora hicimos una auditoría de cada tramo, de cada contrato de la deuda, y encontramos cosas terribles e ignominiosas, como por ejemplo, que el representante de un bufete extranjero de abogados era al mismo ministro de Finanzas del Ecuador y tenedor de deuda. Otra irregularidad es que durante 14 años todos los informes sobre los contratos de deuda externa de los distintos procuradores generales del Estado eran idénticamente copiados, poniendo en absoluta indefensión jurídica a nuestro país, por eso es que estamos ante una situación compleja y difícil, porque a pesar de que estos contratos son ilegales, están condicionados sin embargo a la legislación norteamericana y a los tribunales de Nueva York, lo que hace que la acción judicial es muy complicada. A pesar de lo ilegítimo, lo ilegal y lo perjudicial para nuestro país hay representantes de la derecha como la Unión Demócrata Cristiana ecuatoriana que nos reclaman airados por haber tenido la valentía por primera vez en la historia de negarnos a cancelar el servicio de la deuda, desde la época de Eloy Alfaro, quien también tuvo una posición firme frente a la deuda externa y evitó que se entregaran las Islas Galápagos a Estados Unidos por 99 años.- Ecuador se ha mostrado muy interesado en los procesos de integración de Latinoamérica.


¿En que va el proceso de creación del Banco del Sur en el que su país está comprometido?-


Venimos trabajando en eso. Hace un par de meses nos reunimos con los países miembros del ALBA, aunque el Ecuador es simplemente un observador, para estudiar alternativas que nos permitan establecer mecanismos de funcionamiento de nuestras relaciones comerciales que vayan posibilitando realizar transacciones sin la utilización de la moneda norteamericana, de tal manera que establezcamos un sistema de comercio intrarregional, que se vaya convirtiendo en unidad de cuenta y posteriormente podamos tener una moneda única regional. En cuanto al Banco del Sur estamos muy contrarios por el hecho de que hace un año y tres meses los Presidentes hayan resuelto conformar esta entidad financiera y que no se hayan dado aún los pasos determinantes para lograrlo. Ojalá esta crisis internacional nos obligue a caminar más rápido y a contar con un banco de desarrollo y junto a él tengamos también un Fondo Monetario del Sur, que sería especialmente para crisis de balanza de pagos, para crisis fiscales y de coyuntura, para lo cual tenemos los recursos suficientes y las capacidades como América Latina. De esta manera dejaremos de depender del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y especialmente de sus condicionamientos que nos han hecho tanto daño.


Foto: Ecuador – Ricardo Patiño. / Autor: Presidencia Ecuador

domingo, 22 de marzo de 2009

¿ QUE FUE DE LA CLASE OBRERA ?. Hoy las estadísticas son "referenciales". El problema en SI es el Modelo Neoliberal ?.

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No olvidemos que el modelo de acumulación capitalista surgido desde finales de los 70' - el capitalismo financiero- especulativo - (capital ficticio ) precisamente descansa en la crisis del modelo industrial - la gran empresa, la gran concentración de trabajadores, las grandes representaciones sindicales _ el Poder Sindical - del cual puso en primera línea para atacarlo y destruirlo la "revolución conservadora" presentada políticamente en los 80' por la Sra Tacher y el Sr Reagan.



¿Qué fue de la clase obrera?

*- clase obrera, crisis económica, paro.

Carlos Sánchez - 18/03/2009

Cuenta The Guardian
que un grupo de artistas y profesores de economía de la Universidad de Shanghai está preparando un musical al estilo Broadway sobre El Capital, la célebre obra de Carlos Marx. Los impulsores del proyecto pretenden hacer un libreto riguroso -pero cargado al mismo tiempo de fuerza creativa- sobre este monumental libro, que cuando fue editado en septiembre de 1867 apenas tuvo una tirada inicial de mil ejemplares. La obra teatral respetará el título de la edición alemana, Das Kapital, y se subtitulará ‘El Musical’, como no podía ser de otra manera.

La noticia es relevante porque la obra de Marx prácticamente ha desaparecido del debate intelectual. Sin embargo, y como dice el propio Marx en el prólogo de su obra: "no sólo padecemos a causa de los vivos, sino también de los muertos". Y el marxismo, con sus virtudes y defectos, con sus errores de diagnóstico y sus aportaciones a la emancipación de la clase trabajadora, forma parte de la cultura universal. El mundo no se entendería, y desde luego sería mucho más pequeño, sin obras como La Riqueza de las Naciones, Sobre la Libertad, la Teoría General o El Capital.

Lo curioso es que está reivindicación del marxismo venga en formato de musical, lo que recuerda aquella famosa premonición de Marx. Cuando la historia se repite, sostenía el economista alemán, lo hace primero como tragedia y después como farsa, en última instancia la esencia misma del teatro. Paradojas de la vida.

Es evidente que la crisis económica mundial -la más importante en 80 años- no es ninguna farsa, es más bien una tragedia, y por eso no dejan de sorprender los bajos índices de conflictividad social que reina en los países desarrollados en medio de la recesión. Se trata de un fenómeno singular sin parangón reciente. Sin necesidad de recordar la conflictividad del periodo de entreguerras, lo cierto es que en la crisis de mediados de los años 70, derivada del primer choque petrolífero, la tensión se desató de la mano de revueltas obreras que luchaban contra la carestía de la vida y el alza -siempre insuficiente- de los salarios. Era los tiempos de la célebre ‘estanflación’ (estancamiento económico y altas tasas de desempleo).

Lo mismo sucedió en los primeros años 80 tras el segundo choque petrolífero. La llegada al poder de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher fue el comienzo de la revolución conservadora, que no era otra cosa que una profunda revisión del sistema económico nacido tras la II Guerra Mundial, y que privilegiaba el papel del Estado en la economía. Se cerraron minas, astilleros, altos hornos y todo aquello que oliera a déficit. La respuesta sindical en toda Europa fue una conflictividad social sin precedentes, que salvó al Estado de bienestar surgido tras 1945, aunque con serios recortes. Pero esa ‘victoria’ no fue incruenta. Desde entonces, la fuerza de los sindicatos en Europa no ha dejado de descender.

Un estudio realizado por el profesor Jeremy Waddington para la Unión General de Trabajadores, y por lo tanto poco sospechoso de sostener antipatías sindicales, sugiere que el número de afiliados en la UE-25 ha caído desde el 32,6% en 1995 hasta el 26,4% en 2001. El descenso ha sido especialmente intenso entre los nuevos estados miembros, donde el porcentaje ha caído a la mitad (del 42% al 20%). En la Unión Europea a 15, y en el mismo periodo, ha pasado del 31% al 27%. Y a la luz de estos datos, su conclusión no deja lugar a dudas. En Europa, “la proporción de trabajadores afiliados no había sido tan baja desde 1950”. Lo mismo ha ocurrido en España, donde la afiliación sindical se mueve en una horquilla que va del 10 al 12%.

En la otra orilla del atlántico sucede algo parecido. En EEUU, la afiliación sindical está bajo mínimos, sin bien es cierto que en los últimos dos años se ha producido una cierta recuperación. Según los datos del Bureau of Labor Stadistics, 311.000 nuevas afiliaciones se produjeron en 2007; mientras que el año pasado la cifra fue todavía mayor: 428.000 nuevos cotizantes. La afiliación, como recuerda el sindicalista Löpez-Bulla, oscila entre el 25% existente en los Estados con mayor representación (Nueva York y los del Pacífico) hasta el humilde 10% de los sureños.

La reducida afiliación sindical, por lo tanto, se presenta como una primera explicación que justifica la baja conflictividad laboral. Pero desde luego no es la única. Ni seguramente la más importante. La causa última de que los sindicatos hayan perdido capacidad de influencia tiene que ver, por un lado, con la consolidación de clases medias profesionales alejadas de los grandes centros fabriles, y que ya no responden al perfil clásico del obrero industrial. Pero también con la reducción del peso del Estado en la actividad económica. Aunque el gasto público en relación al PIB se mantiene en Europa en niveles elevados -un 46,1%-, lo cierto es que las liberalizaciones de los años 80 y 90 han hecho mella en la capacidad de influencia del Estado en la economía. Y no hace falta recordar que el sector público ha sido, históricamente, donde las organizaciones sindicales han tenido mayor presencia, tanto en España como en el resto de Europa.

Una cuarta causa puede también ayudar a explicar la baja conflictividad en un periodo recesivo. Al igual que sucedió en 1929, la crisis mundial tiene un origen estrictamente financiero, pero en aquella ocasión rápidamente se trasladó a los niveles de desempleo. Legiones de trabajadores perdieron su empleo a una velocidad desconocida hasta entonces. Pero John Steinbeck tendría ahora más dificultades para dramatizar tanta miseria. El mundo asiste a la mayor recesión en 80 años, sin embargo, al contrario de lo que sucedió en los años treinta, la tasa de desempleo no se ha disparado (salvo en el caso español). Ha subido en la UE nueve décimas, hasta el 8,2%, mientras que el volumen de ocupación permanece exactamente igual que hace un año. Es decir, que no se está perdiendo empleo. Al menos en Europa (otra cosa distinta es en España).

Se trata, por lo tanto, de una crisis nueva. Capaz de hundir el comercio mundial a una velocidad desconocida en décadas como consecuencia del racionamiento del crédito, pero que, sin embargo, no se ha trasladado con ferocidad al nivel de ocupación. De hecho, y eso si que es un fenómeno nuevo, Europa no está asistiendo al cierre masivo de fábricas. Estamos ante una caída de la demanda que deprime la actividad económica, pero no ante un intenso proceso de reconversión industrial similar al que ocurrió en los setenta y los ochenta, cuando cerraron miles de centros de trabajo y eso provocó grandes conflictos sociales.

En el caso español, de hecho, hay sectores con gravísimas dificultades, como el automóvil, pero por el momento nadie se plantea reducir la capacidad instalada o cerrar centros de trabajo. Estamos, por ello, en un nuevo tiempo, en el que la extensión de los sistemas de protección social ha contribuido también a la paz social, algo no suficientemente valorado desde diversos colectivos que durante años han defendido el tijeretazo puro y duro del Estado de bienestar.

Gracias, precisamente, a que los gobiernos -unos más y otros menos- han mantenido esa filosofía, Europa puede afrontar hoy su mayor crisis sin estridencias sociales, lo cual es de agradecer. Y eso puede explicar mejor que ninguna otra cosa que la primera recesión europea del siglo XXI no necesite barricadas. Aunque los obreros sigan existiendo.

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PRIMER COMENTARIO.
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Realmente el artículo nos parece, una "defensa encubierta" a las consecuencias económicos, sociales, políticas, culturales, medio ambientales que hoy esta produciendo la crisis y la recesión de la economía en los países industrializados. En América latina " los tambores" de la crisis ya se anuncian y con gran descomposición del sistema.
EN PRIMER LUGAR, se dice donde esta la clase obrera?. No olvidemos que el modelo de acumulación capitalista surgido desde finales de los 70' precisamente descansa en la crisis del modelo industrial - la gran empresa, la gran concentración de trabajadores, las grandes representaciones sindicales _ el Poder Sindical - del cual puso en primera línea para atacarlo y destruirlo la "revolución conservadora" que presentada políticamente la Sra Tacher y el Sr Reagan. El neoliberalismo, no olvidemos que atacó con todo el peso del sistema, al Estado para reducirlo a una condición subsidiaria, "entronó" y "endiosó" el mercado en sustitución del Estado y presentó al empresario como el "nuevo" motor del desarrollo y atacó con todo el peso del mercado, el poder ideológico, el poder mediatico y sobre todo con los grandes adelantos que operó en la estructura productiva la revolución tecnnológica y la revolución de la comunicación electrónica- miles de trabajadores, millones de obreros - fueron rápidamente "eliminados del proceso productivo. El NEOLIBERALISMO IMPLEMENTO CON SU REVOLUCION CONSERVADORA, No solamente la nueva fase del capitalismo - como es el de la transnacionalización de los monopolios imperialistas . el capitalismo salvaje, basado en el nuevo centro de acumulación: EL CAPITALISMO FINANCIERO - ESPECULATIVO ( El Capital FICTICIO ). Aquí esta la esencia de la Doctrina y grandeza de Carlos Marx, para explicar hace más de 160 AÑOS el carácter y naturaleza de la crisis sistémica del capitalismo.
EN SEGUNDO LUGAR, la nueva fase del capitalismo Monopólico transnacional en los años 90' tras el CONSENSO DE WASHINGTON, en su decalogo neoliberal, implementó en todo el mundo la llamada FLEXIBILIZACION LABORAL, o des-regulación de las relaciones laborales, política que abrió una senda "legal" para oficializar los despidos de millones de trabajadores en el mundo entero ( mucho más "sangriento" y demoledor fue en América latina y en especial en Argentina y Perú, paises que en esos tiempos históricos y políticos estaban atravezando la peor crisis de hiper-inflación, violencia, destrucción del sistema de valores ( y en nuestro caso la crisis estructural nos condujo hacia "el filo de la navaja" como país, estamos en peligro del terrorismo y la propia democracia "jugaba" sus descuentos políticos). Las políticas neoliberales del Consenso de Washington liquidaron el más grande y significativo aporte político y social del Estado de bienestar, la estabilidad laboral, el derecho de sindicalización, el derecho de huelga, el derecho a la negociación colectiva, etc ).
EN TERCER LUGAR, la crisis de las INSTITUCIONES A NIVEL GLOBAL, instituciones respresentativas de defensa y protección de los derechos sociales - especialmente - de los trabajadores. SINDICATOS Y GREMIOS, ingresan en una profunda crisis en los 80', crisis producto del cuestionamiento de las propias políticas neoliberales, pero CRISIS SISTEMICA que se agudiza muy rapidamente, al extremo que las instituciones " en un cerrar de ojos" en el tiempo histórico y político del contexto mundial del neoliberalismo, pierden LEGITIMIDAD, sus dirigentes o representantes son cuestionados y rápidamente liquidan parte de la FORTALEZA INSTITUCIONAL, como es la perdida de CONFIANZA SOCIAL
EN CUARTO LUGAR, la crisis política Institucional. LOS PARTIDOS POLITICOS, columna y fortaleza de la propia DEMOCRACIA LIBERAL REPRESENTATIVA ingresan rápidamente en CRISIS, crisis política que se agudiza con la "CAIDA DEL MURO DE BERLIN". LA IZQUIERDA supuestamente es sepultada y enterrada políticamente en la Historia. La clase obrera, sus sinidcatos y gremios por siempre en los tiempos de la MODERNIDAD estuvieron articulados politicamente, eran parte de los Partidos Políticos de Izquierda ( Marxista ).
EN QUINTO LUGAR, el proceso lento primero en la década de los 90' y muy fuerte desde finales del siglo de la llamada DESLOCALIZACION EMPRESARIAL, miles de empresa del mundo capitalista desarrollado, "contagiadas" por la voracidad, de la usura, la codicia, la ganancia rápida y "monumental" trasladaron sus empresas hacia los países de economías emergentes. Miles o millones de obreros perdieron directamente su trabajo. Es conocida la política de flexibilización laboral del mundo democrático occidental: "UNA EMPRESA EN EL MUNDO OCCIDENTAL, NO PUEDE FUNCIONAR A FINALES DE SIGLO, CON SINDICATO, NEGOCIACION COLECTIVA, ESTABILIDAD LABORAL, 8 HORAS, SEGURIDAD SOCIAL, JUBILACION, SUBSIDIO AL DESEMPLEO, ETC. ESTOS DERECHOS PERTENECEN A OTROS TIEMPOS HISTORICOS Y POLITICOS".
EN SEXTO LUGAR, la propia "CLASE MEDIA", otrora poderosa fortaleza política de los Partidos Políticos de Centro - Social-Democracia - de izquierda ( Socialistas ) fue devorada económica y socialmente en el mundo desarrollado, la crisis industrial e institucional de los 80', LA DESIGUALDAD Y ASIMETRÍA originada por la globalización neoliberal afecto directamente sus intereses, ya no tenían la "protección directa del Estado" -protección profesional, laboral, educativa, etc -
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ENTONCES AHORA NOS PREGUNTAMOS. y en VOZ alta decimos: QUIEN DEBE SALIR EN DEFENSA DE los trabajadores:
LOS DERECHOS SOCIALES, ECONOMICOS, POLITICOS, CULTURALES, hoy arrazados por la crisis del modelo del capitalismo salvaje: Los Migrantes Ilegales, Los sin techo, los sin papeles, los sin trabajo, los jóvenes universitarios o los jóvenes hijos de migrantes legales e ilegales de décadas anteriores, - cuya hibridación cultural ha fracasado totalmente - o los Universitarios que hoy lucha contra el MODELO "BOLONIA" En la Universidades Europeas que en definitiva intenta "corporativizar el sistema". Los pocos millones que aun disponen de un trabajo legal - calidad, pleno empleo y TRABAJO DIGNO" esos pocos millones, sin representación sindical, "sus" Partidos Políticos en crisis estructural y "terminal", un Estado en crisis. Que hermosas son las estadísticas, como realmente nos regodeamos con los números frios y presentados con la solemnidad del desastre. Y porque no hablar políticamente ahora que se desmorona el MODELO DEL CAPITALISMO SALVAJE, el verdadero centro y motor de esta realidad, de este drama y tragedia del propio sistema.
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QUIEN DEBE SALIR A DEFENDER LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES"? Donde está la Clase Obrera ??.
Finalmente, hoy producto de la crisis global y la recesión de la economía en los paises del G-8, del G-20 y de la OCDE, asistimos a un "CAMBIO DE EPOCA" en un momento histórico y político muy importante, hay un nuevo ESCENARIO MUNDIAL, como es el surgimiento de la MULTIPORARIDAD POLITICA y la descentralización del PODER GLOBAL - crisis terminal de la UNIPOLARIDAD-. lA SOCIEDAD CIVIL global se fortalece. Aumenta la CIUDADANIA. Nos acercamos directamente desde el mundo de las economías emergentes y economías BRICH - Brasil, Rusia, India y China - a la construcción política mundial del G-14, el llamado "CONSENSO DE PEKIN" - libertad y autonomía en el desarrollo social sustentable, tecnologia, valores y no intervención en asuntos internos de otros países, etc ) y los nuevos Poderes Regionales mundiales.
El capitalismo como sistema y las propias corporaciones transnacionales hoy tiene una "NUEVA MIRADA" en el NUEVO modelo de acumulación capitalista, ellos no se duermen y las consecuencias del propio Cambio Climático Global, está conduciendo hacia otro MODELO. Los servicios públicos, -educación, salud, seguridad ciudadana, transporte, comunicación, servicio de alcantarillado, asistencia y protección a los niños y al Adulto Mayor, etc. La Tierra, el Agua, la Biodiveridad, fuente de energía, fuente de nuevas productos bio-alternativas. Hoy emergen con fuerza, calidad, fortaleza, con nuevas formas de organización, nuevos liderazgos, plataformas diferentes de reivindicaciones y derechos, con nuevas formas de comunicación, "disponiendo" de un "nuevo" poder, el PODER de la Información, El Diálogo y la Negociación, Nuevos SUJETOS SOCIALES HISTORICOS, portando NUEVAS FORMAS DE HACER POLITICA.
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martes, 17 de marzo de 2009

LATINOAMERICA: EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL PUBLICA.


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Amparándose en la idea de autosuficiencia financiera y desregulación, las Universidades Públicas se han visto compelidas a diversificar sus fórmulas de financiamiento bajo la hipótesis de corresponsabilidad con el Estado por medio del cobro de cuotas de admisión y colegiaturas, venta de productos y servicios, concurrencia sobre financiamientos concursables, entre otras. Es decir: privatización encubierta.




LATINOAMERICA: EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PUBLICA.

Lunes 16 demarzo del 2009.


Marcelo Colussi. ( Especial para ARGENPRESS. info)


En Latinoamérica las universidades tienen una larga historia. Se crearon ya en los primeros años de la conquista; la primera de ellas nace en 1538: la Imperial y Pontificia de Santo Tomás de Aquino en la isla de Santo Domingo. Años más tarde, en 1551, se fundan la de Lima y la Nacional de México.
En 1636, cuando apenas nacía la de Harvard en Estados Unidos, ya había trece universidades en la región latinoamericana, llegando más tarde a 31 en el momento en que se producen los procesos independentistas a comienzos del siglo XIX. En todos los casos, estas instituciones reflejaban el modelo medieval traído de Europa, asociado siempre con los poderes de la realeza y de la iglesia católica. Con la independencia de las nuevas repúblicas comienza a introducirse una nueva idea de universidad, acorde con el surgimiento de las nuevos Estados desarrollados sobre los modelos europeo y estadounidense, con la misión básica de formar profesionales liberales y desarrollar disciplinas académicas.

El modelo en juego imitaba el concepto napoleónico del siglo XIX, en el que la preparación profesional se separaba de los centros de generación del conocimiento, exclusivamente académicos y científicos. Frente a este modelo de profesional liberal fue surgiendo otra concepción en Alemania, donde aparece la "universidad de investigación". Allí la enseñanza técnica se combinaba con la generación del conocimiento puro y la ciencia, lo cual tuvo el valor de una verdadera revolución académica. Ese esquema investigativo fue consolidándose en Europa durante el siglo XIX y luego en Estados Unidos, acorde al crecimiento económico que iba impulsando más y más desarrollos técnicos para la floreciente industria capitalista. Ese modelo se fue solidificando y es el imperante hoy día, en el que se da una asociación directa del conocimiento generado en la universidad con su aplicación práctica en la esfera económica, vía empresas privadas básicamente. En el transcurso del siglo XX la investigación científico-técnica terminó por ligarse enteramente al crecimiento económico, y las ciencias pasaron a ser el sostén de la industria moderna. El modelo universitario, por tanto, pasó a ser una actividad inseparable del crecimiento económico del capitalismo desarrollado, ya completamente alejado de los esquemas medievales que llegaron a Latinoamérica con los años de colonia.
En el siglo XXI esa tendencia se mantiene y profundiza, más aún con los nuevos paradigmas de producción caracterizados por la globalización de la economía y el paso hacia la "sociedad del conocimiento", basada cada vez más en tecnologías hiper desarrolladas y sumamente cambiantes, enfermizamente competitivas. La tendencia, muy evidente en los países del Norte y que también llega al Sur, a veces provocando procesos distorsionados, forzados, es poner la universidad de investigación al total servicio del mercado, llegando así a la noción de "universidad empresarial", donde lo que cuenta es la óptima relación costo-beneficio concebida desde el lucro y donde se va esfumando la idea de desarrollo social, de extensión y servicio comunitario. Pero todos estos procesos, surgidos en los países que marcan el rumbo, llegan a la región latinoamericana como tibia copia. No ha habido, en general, procesos con dinámicas propias. Siempre se ha tratado de imitar al Norte, visto como opulento y modelo a seguir.
A principios del siglo XX, en toda Latinoamérica tienen lugar procesos de profunda autocrítica y explosión renovadora en el seno de las universidades. Surgidas en la de Córdoba, Argentina, las protestas estudiantiles denunciaban la permanencia de estructuras clasistas y oligarcas en instituciones que no respondían a los procesos de modernización social que vivía el país por aquel entonces, con casas de altos estudios aún organizadas según criterios semi-medievales arrastrados durante toda la colonia, sentando así las bases para una ola de reformas universitarias y crítica social que en las primeras décadas del siglo va a barrer toda la región. Pero esos explosivos movimientos reformistas sólo llegaron a resultados reales en el plano político, sin alcanzar a transformar las estructuras económico-sociales de base de sus respectivas sociedades.
Las banderas fundamentales levantadas por estos movimientos eran la autonomía universitaria y la cogestión, elementos que se consideraron principios necesarios para convertir a las universidades en motores eficientes de la democratización social y cultural, y por tanto del desarrollo nacional. Pero sin dudas esos cambios no fueron suficientes para transformar las sociedades en que tuvieron lugar. Las desigualdades sociales se mantuvieron y el acceso a la educación superior siguió siendo algo selectivo, tal como se mantiene a la fecha. En realidad, el principal logro concreto que obtuvieron los movimientos de reforma universitaria fue el de incorporar la representación estudiantil a los organismos de gobierno de las casas de altos estudios. Con la autonomía, las distintas universidades latinoamericanas se convirtieron en centros de denuncias, semillero de luchas políticas y protestas contra el orden social imperante. Por largas décadas estas instituciones fueron un referente en la vanguardia intelectual pasando a ser centros de pensamiento crítico, y en la segunda mitad del siglo XX, el lugar donde se inspiraron numerosas propuestas de transformación revolucionaria. Pero todo eso ha cambiado en estas últimas décadas. Cambiado, claro está, a favor del gran capital y no en provecho de las mayorías populares.
Es necesario decir que aquellas reformas de inicios del siglo XX, si bien contribuyeron a crear un espíritu crítico entre estudiantes y catedráticos que se mantuvo activo por décadas, no lograron articular enteramente a las universidades con la producción de conocimiento y su función social. En toda la región latinoamericana, las universidades no se centraron en la creciente importancia de la ciencia para el cambio técnico-productivo, ni pudieron servir a proyectos políticos que superaran los modelos económicos dependientes y progresaran hacia la industrialización autosuficiente.
La historia de las universidades en Latinoamérica se ha ligado, fundamentalmente, a la formación de profesionales; su faceta de investigación y producción de nuevos conocimientos, tal como se dio en sus homólogas del Norte, no es lo que más ha destacado. A ello se agrega recientemente un proceso que refuerza lo anterior: el crecimiento imparable de las universidades privadas, concebidas especialmente como formadoras del recurso adecuado a la empresa privada que la demanda.
Vale tener en cuenta la forma en que el venezolano Vladimir Acosta sintetiza el perfil de nuestras casas de estudio superior: "uno de los grandes problemas de las universidades latinoamericanas es que son unas universidades colonizadas, dependientes, subordinadas a una visión derechista, globalizada, eurocentrista y blanca de mirar el mundo. Son universidades donde los saberes se disocian, se fragmentan, justamente para impedir una visión de totalidad, y para hacer del estudiante que se gradúa, que egresa como profesional, un profesional limitado, con una visión burocrática profesional, orientada en lo personal a hacer dinero, y en la visión que se tiene a encerrarse dentro de un marco profesional sin tener conocimiento de su identidad, de su historia y de su compromiso con su país".
Hoy por hoy se ha instalado en la región la dinámica de universidad pública versus privada. Ese crecimiento enorme de las universidades privadas es un fenómeno muy propio de América Latina; ello se explica por las políticas neoliberales de los años 80 y 90 que, luego de las sangrientas dictaduras de décadas atrás, vinieron a privatizar todos los espacios. En la década de los 90 la privatización de la enseñanza superior alcanzó niveles notables en toda la región y a un ritmo muy acelerado, al mismo tiempo que se desarmaban los Estados nacionales y se privatizaban todos los servicios. En el transcurso de la década, la proporción de estudiantes matriculados en universidades privadas pasó de un 20% a cerca de 35%, lo que hace que la región cuente hoy con una de las mayores proporciones de estudiantes universitarios dentro de la opción privada en el mundo.
Estas universidades privadas se amoldan a cabalidad al modelo neoliberal que se ha impuesto, pues trabajan esencialmente para el mercado. Su visión se centra en la formación de recurso humano para las necesidades de la iniciativa privada, sin que cuente la idea de desarrollo nacional, de proyecto de país. Siempre copiando modelos de universidades "exitosas" (léase: privadas) del Norte, se prioriza la formación profesional de excelencia con criterios individualistas, sin pensamiento crítico. Los ideales de reforma universitaria de principios del siglo XX van quedando en el olvido. Disciplinas que fomenten la visión global de los procesos dando herramientas de análisis político-social para entender, y eventualmente transformar, las realidades nacionales, parecen ser cada vez menos importantes, reduciéndose su presencia en los planes de estudio, orientados más a la formación en aspectos técnicos.
De todos modos, como lo advierte Roberto Rodríguez Gómez, "la gran expansión del sector privado se ha realizado sobre la base de una multitud de pequeños establecimientos que, si bien ofrecen enseñanza de nivel profesional, carecen, por regla general, de estructuras de postrado y de investigación. Debe hacerse notar que no todas las instituciones de enseñanza superior pública en América Latina pueden ser clasificadas como "universidades de investigación", es decir, como instituciones que cumplen realmente con las funciones de docencia, investigación y difusión. En otros términos, ese auge de la privatización de la enseñanza universitaria no significa necesariamente una explosión de calidad y de excelencia académica. Es, en todo caso, un síntoma más de los tiempos que corren, marcados por la prédica neoliberal.

Pero lo más preocupante de todo esto no es la posible desaparición de la universidad pública bajo el desarrollo vertiginoso de las privadas. Eso no pareciera posible, por diversas razones históricas. De hecho, el peso de las públicas es –y todo indica que seguirá siendo– mucho mayor que el de las privadas, tanto en presupuesto, estudiantes matriculados, presencia social e impacto con su extensión comunitaria, así como en investigación y producción de nuevos conocimientos. Lo que sí es alarmante es la ideología privatizadora que está en juego. Las universidades públicas se están privatizando en su concepción. Como bien lo expresó Deiby Ramírez: "la Universidad es pública cuando además de ser financiada por el Estado, está abierta con carácter de servicio público a todos los estratos sociales, y los beneficios de esa educación superior son para toda la sociedad". Es decir: para ser un proyecto público no se trata sólo de recibir fondos públicos (la Nasa, en Estados Unidos, también los recibe, dicho sea de paso) sino de ver el modelo en función del que se trabaja.
Las universidades públicas, acorde al nuevo dios-mercado que se ha impuesto con su omnímoda exigencia de eficiencia en la relación costo-beneficio (leyéndolo en clave capitalista: lo que no da ganancia hay que desecharlo, olvidémonos del interés social) se van constituyendo cada vez más en expresiones de la ideología privatista. Sus sistemas de post-grado lo evidencian de modo palmario: son todos pagos, en muchos casos más onerosos incluso que las ofertas de las universidades privadas. Lo cual no significa que, por fuerza, deba ser así: si hay voluntad política de mantener tanto ese segmento de la educación superior, como el proyecto universitario en su conjunto, en forma pública, se puede. Y el sistema no se resiente. Cuba, por ejemplo, que tiene excelentes universidades, mantiene todos sus post grados en forma gratuita para los propios ciudadanos cubanos. Evidentemente la decisión de adorar al dios mercado no es técnica; es política.
Amparándose en la idea de autosuficiencia financiera y desregulación (eufemismos para nombrar la privatización y la apología del mercado), las universidades públicas se han visto compelidas a diversificar sus fórmulas de financiamiento bajo la hipótesis de corresponsabilidad con el Estado por medio del cobro de cuotas de admisión y colegiaturas, venta de productos y servicios, concurrencia sobre financiamientos concursables, entre otras. Es decir: privatización encubierta.
Con todo ello, la universidad pública, aunque no desaparezca formalmente como tal, no deja de enviar un mensaje: hay que amoldarse a las fuerzas que lo deciden todo, es decir: el mercado. El proyecto en juego es seguir apuntalando un sistema económico basado en el lucro personal, que ya se ha demostrado infinitamente que no ofrece salida para las grandes mayorías de la población. Pero definitivamente hay otras opciones a ese modelo. Luchar por la gratuidad de la educación superior y por el compromiso de la universidad con su comunidad es seguir manteniendo viva la esperanza en que la vida no sólo puede concebirse como mercancía para vender. En ese sentido, defender la universidad pública –y más aún: defenderla en Latinoamérica, donde la universidad tiene una larga historia de lucha social y compromiso con el pensamiento crítico– es seguir apostando por otro mundo posible, por darle forma a las utopías, por no resignarse ante la injusticia.
Imagen: Universidad pública. / Autor: CEA
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EINSTEIN Y EL CAMBIO SOCIAL. “No puede resolverse un problema pensando de la misma forma que cuando fue creado”,

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El poder establecido (y promotor directo, con intereses ocultos, de la crisis) dice andar ocupado en diseñar las soluciones de este nuevo virus del capitalismo; mientras, los llamados sectores progresistas pronostican la caída del sistema.



EINSTEN Y EL CAMBIO SOCIAL.

Sábado 14 de marzo del 2009.

Edgar Borges.. Especial para ARGENPRESS.CULTURAL.



Deberíamos aprovechar esta crisis que nos inventaron (o nos impusieron) para estudiar en profundidad -y a nivel colectivo- el pensamiento del físico Albert Einstein aplicado a la transformación social. Su ideología es estudiable desde cualquier perspectiva sencilla, cotidiana, individual o comunitaria.
No puede resolverse un problema pensando de la misma forma que cuando fue creado”, dijo Albert Einstein. Y es desde esa reflexión que me parece oportuno expandir el estudio del pensamiento social del científico más importante del siglo XX. Esta (repentina) crisis global que amenaza el final de la primera década del nuevo milenio es analizada (mediáticamente) desde dos ángulos. El poder establecido (y promotor directo, con intereses ocultos, de la crisis) dice andar ocupado en diseñar las soluciones de este nuevo virus del capitalismo; mientras, los llamados sectores progresistas pronostican la caída del sistema. Es posible que Einstein (atreviéndome a la suposición) se hubiese sonreído (o sacado la legua como aparece en una famosa foto) ante las dos consideraciones.


El creador de la teoría de la relatividad pensaba que la única crisis existente era la de la incompetencia. Y también decía que la educación mundial era mediocre porque se basaba en el aprendizaje por repetición y no por imaginación. En su conocido (y muy presente) artículo “¿Por qué el socialismo?” puso las palabras en su justo lugar para hablar de la “anarquía económica de la sociedad capitalista”. Y en esa anarquía andamos: divididos, desconfiados, comiéndonos los unos a los otros. El esquema global (psicológicamente construido) nos ubica –una y otra vez- en el lugar de la carrera que a sus coordinadores les conviene. Y corremos a paso nervioso; o no corremos y entregamos la memoria (y la voluntad), según lo dicte la competencia. Albert Einstein creía que cada ser humano debía encontrar el camino hacia una determinada verdad, sin limitaciones mentales, sin dogmas.


Y esto lo reafirmaba –con especial interés- cuando hablaba de ciencia o de religión. Sobre este último tema escribió que “en su lucha por el bien ético, las personas religiosas deberían renunciar a la fuente del miedo y la esperanza, que en el pasado puso un gran poder en manos de los sacerdotes. En su labor, deben apoyarse en aquellas fuerzas que son capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la misma humanidad. Esto es de seguro, una tarea más difícil pero incomparablemente más meritoria y admirable… Mi religión consiste en una humilde admiración del limitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente…” Para el científico la curiosidad por el misterio era el único intermediario confiable entre el ser humano y el universo. Y dijo que “la más bella y profunda emoción que nos es dado a sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda la verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto.”
En su tiempo (1879 -1955) a Einstein se le profesó una admiración similar a la que hoy se le muestra a los líderes del fútbol (cuando meten goles). Los medios de información celebraron tanto su Teoría General de la Relatividad como su Teoría de la Relatividad Especial; difícil será que algún político (actual) del planeta no reconozca (como lo hicieron otros en su momento) la genialidad del físico. No obstante, como siempre, el esquema promueve los mitos y congela las ideas. Vivimos un momento estelar para descongelar las ideas de Albert Einstein.


El siglo XXI no puede ser un cascarón vacío, pero su contenido tampoco lo puede ofrecer un formato de poder que (desde tiempos lejanos) ha subestimado (a conveniencia) a los millones de individuos del mundo. En este instante (de desgaste conceptual) es necesario abrirle espacio público a nuevas formas de pensamiento, como por ejemplo las que se puedan brindar desde la ciencia o el arte. Junto a las matemáticas los niños tendrían derecho a disfrutar de las ideas de Albert Einstein. Útil (para la vida) será la educación cuando la tarea que los maestros le soliciten a los niños sea (por ejemplo) investigar (con paradoja incluida, como lo hacía Einstein) por qué el entendimiento de la física nos permite comprender (y compartir) el espacio donde vivimos.
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domingo, 15 de marzo de 2009

COMERCIANDO PARA SALIR DE LA CRISIS FINANCIERA: LA NECESIDAD DE REFORMA DE LA OMC.

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Muchos países en desarrollo han consumido sus escasos recursos para desarrollar su capital humano y capacidad tecnológica en los sectores de manufactura, servicios, y agricultura de sus economías domesticas.




COMERCIANDO PARA SALIR DE LA CRISIS FINANCIERA:

LA NECESIDAD DE REFORMA DE LA OMC.

Viernes 13 de marzo de 2009

Kevin P. Gallagher - Timothy A. Wise.

(IRCAMERICAS, especial para ARGENPRESS.info).

En el contexto de la profundización de la crisis global que está empujando a millones de mujeres, niños y hombres hacia la pobreza en los países en vías de desarrollo, el desarrollo debería ser la pieza central para la reforma de la arquitectura financiera. La presión para llegar a un acuerdo en la Organización Mundial del Comercio sobre actuales propuestas en Génova seria contra productivos. Este número de Resumen Político ofrece cinco medidas hacia la reforma del comercio global que permitirá el desarrollo económico y estimulara la demanda global durante la crisis.

Muchos países en desarrollo han consumido sus escasos recursos para desarrollar su capital humano y capacidad tecnológica en los sectores de manufactura, servicios, y agricultura de sus economías domesticas. En el inicio de la presente crisis, masivas devaluaciones de sus monedas, así como la perdida de crédito, pueden eliminar firmas domesticas y colocar a la real economía en una situación crítica. Sin atención, estas pérdidas pueden ser irreversibles porque las empresas nacionales son frecuentemente reemplazadas o absorbidas por empresas extranjeras o "shocks" de importaciones. Perder tales firmas no solamente causa despidos de trabajadores, también representa un atraso de largo plazo para el desarrollo dinámico.
Garantizar que años de política de desarrollo no sean absorbidos por el capital extranjero durante los momentos difíciles es una de las prioridades más importantes en el mundo en desarrollo a raíz de la crisis. Algunos países en desarrollo están equipados con las reservas y los fondos de estabilización que se puede utilizar para garantizar que la economía nacional no se convierta en una economía hueca y vacía. Muchos otros tienen peligrosos y altos déficit presupuestales y de balanza corriente que hacen imposible la preservación y recuperación.La Organización Mundial del Comercio, OMC, provee algunas herramientas que ayudan a facilitar el proceso. Bajo las reglas actuales de la OMC las naciones pueden establecer control de capitales, usar mecanismos de protección cuando encaran injustificados flujos de importación e inversión, subsidiar con crédito a las firmas nacionales, y estimular la economía domestica a través de programas de gasto del gobierno.
Apurarse a un nuevo tratado con la OMC puede despojar a muchos países en desarrollo de estas herramientas, y dejarlos con poca ganancia. Muchas de las propuestas que están siendo discutidas en Génova acabarían con dar al capital privado mayor libertad de las regulaciones del gobierno. En su lugar, lo que se necesita para navegar la presente crisis es precisamente más regulaciones cuidadosas. En Julio del 2008, los países ricos presionaron a los pobres para que reduzcan drásticamente las tarifas impuestas a las manufacturas y agricultura y virtualmente eliminar el uso de mecanismos de protección que pudieran suspender tales recortes durante una crisis. De acuerdo a las Naciones Unidas, tales cortes le costarían al mundo en desarrollo aproximadamente $63,000 millones de dólares en pérdidas de entradas al gobierno. Las ganancias por concepto de tarifas comprende más del 20% del presupuesto gubernamental en muchos países en desarrollo, presupuestos que ahora están siendo ajustados para encarar la crisis.
Paralelamente a estos costos, las ganancias proyectadas de los acuerdos obtenidos en la OMC en la ronda de Doha fueron limitadas a lo mucho. Estudios por el Banco Mundial y otras instituciones han estimado los beneficios para el mundo en desarrollo que podrían ser calificados como insignificantes. Bajo los modelos de proyección similares a los de Doha del Banco Mundial, las ganancias globales para 2015 serian solamente $96,000 millones, con solamente $16,000 millones destinados al mundo en desarrollo. Los beneficios de los países en desarrollo son 0.16% del PBI. En términos per cápita, el monto seria $3.13 por año, o menos de un centavo de dólar por día por persona para aquellos que viven en países en desarrollo.1
Los elementos del acuerdo de la OMC han estado vigentes por mucho tiempo: modestos cortes en las tarifas y subsidios en la agricultura por parte de los países desarrollados a cambio de modestos cortes en las barreras para el sector manufacturero y servicios en los países en desarrollo.2 La negativa de los países desarrollados de otorgar a las naciones pobres suficiente excepciones para tales cortes para así poder tener el espacio político para construir industrias nacionales competitivas y proteger sus economías de una injusta y desigual competencia es finalmente lo que arruino las negociaciones.
Ciertamente, uno de los acuerdos que ocasiono este colapso en las conversaciones de Julio fue la demanda de los países en desarrollo por "un mecanismo especial de protección", el derecho de los gobiernos de los países en desarrollo para incrementar las tarifas en el caso de un repentino evento o un considerable incremento de las importaciones que amenacen causar daño a los productores domésticos. La medida es exactamente el tipo de espacio político que los países pobres han buscado de la llamada ronda del desarrollo. Los negociadores de los EE.UU. rehusaron estas medidas, e India, apoyada por un número grande de países en desarrollo, abandonaron la mesa de negociaciones.3 Camino hacia delante.
El principio organizador que se necesita para revivir las negociaciones del comercio global es el reconocimiento que la economía mundial está formada por naciones con una amplia diferenciación en los niveles de desarrollo. Los países en desarrollo necesitan el espacio político para retener, adaptar y evolucionar los tipos de medidas gubernamentales que han trabajado para el desarrollo del oeste y de otros países en desarrollo.
Cualquier negociación que dice tomar seriamente el desarrollo debe reconocer estas asimetrías fundamentales y hacerles frente. Para reiniciar las negociaciones sobre una fundación en pro del desarrollo, espacio político debería ser garantizado en cinco áreas:
Primero, las naciones deberían preservar el espacio bajo la presente ley de la OMC para establecer controles sobre el capital, usar mecanismos de protección cuando encare masivas importaciones o inversiones, subsidiar el crédito para firmas nacionales, y estimular la economía domestica a través de programas de gasto del gobierno.
En Segundo lugar, las naciones en desarrollo necesitan ser parte de una coordinada respuesta global a la crisis. Por lo menos $1 trillón de capital nuevo necesita ser inyectado en el mundo en desarrollo para preservar sus monedas, para coordinar paquetes de estimulo, y cubrir los costos de ajustes tales como perdida por tarifas y reentrenamiento laboral en los sectores donde las tarifas han sido cortadas. Los Mecanismos de Integración Comercial del FMI y El Proveedor de Liquidez a Corto Plazo pueden ayudar. Sin embargo, el FMI tendrá que duplicar su presupuesto a través de la emisión de más derechos especiales de giro.

En tercer lugar, en la agricultura, los Estados Unidos y Europa deben ponerse de acuerdo para respetar las normas de la OMC que han encontrado que sus subsidios al algodón y azúcar es una violación de las normas comerciales existentes que prohíben la exportación de productos a precios subsidiados. Esto daría un impulso concreto a los agricultores en el África occidental y América Latina y enviar una fuerte señal a los países en desarrollo que los países desarrollados están dispuestos a honrar las normas de la OMC.
Lo queres más, la OMC debería tomar en serio las propuestas hechas por muchas naciones africanas para controlar los mercados mundiales de productos básicos altamente concentrados, y dominados por los agros negocios que absorben la mayor parte del valor de estas importantes cadenas. Las naciones ricas también deben conceder amplios derechos a los países más pobres para eximir a los productos básicos de sus economías locales como el maíz, el arroz y el trigo - los llamados "productos especiales"—de las reducciones arancelarias, y permitirles aumentar las tarifas cuando hay aumentos de las importaciones—el "mecanismo especial de protección" que los EE.UU. no estuvo de acuerdo en julio.

En cuarto lugar, para la manufactura, el viejo principio de la OMC "un trato especial y diferenciado" debería ser re-consagrado para las naciones más pobres. Los países desarrollados deben revertir las leyes de patentes que impiden a las naciones más pobres la fabricación de medicamentos genéricos más baratos y permitir una política industrial selectiva para que los gobiernos puedan diversificar sus economías. Lo que funcionó para los EE.UU., China y Corea del Sur no debe ser prohibido por la OMC.
Por último, debe haber una moratoria en los acuerdos Norte-Sur del comercio preferencial. Estos acuerdos explotan la naturaleza asimétrica del poder de negociación entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo, no permiten el desarrollo comercial de naciones que tienen verdaderas ventajas comparativas y reducen la capacidad de los países en desarrollo a implementar políticas efectivas para el desarrollo.
Según las estadísticas del comercio de las Naciones Unidas, en 2006 el 58% de todo el comercio de la UE, Japón y los EE.UU. estaba destinado desde o con destino al mundo en desarrollo. Conceder a los países en desarrollo el espacio político para un crecimiento equitativo será la clave para estimular la demanda mundial y ha conducirnos fuera de la crisis.

Notas

Nueva investigación por el Carnegie Endowment for International Peace usando similares modelos colocaron las ganancias potenciales de los países en desarrollo a $21,500 millones. Ver Sandra Polaski, " Winners and Losers: Impact of the Doha Round on Developing Countries " (Washington, DC: Carnegie Endowment for International Peace , 2006), Illustration 3.1-3.8.
Específicamente, los EE.UU. y otros países desarrollados hubieran cortado las tarifas aplicadas a la agricultura de 15% en promedio a 11%. En la agricultura, los EE.UU. ofrecieron cortar sus subsidios que distorsionaban el comercio a $14,500 millones (bien arriba de los presentes niveles). En términos de la reducción de las tarifas a la manufactura, los miembros de los países desarrollados acordaron aplicar generalizadamente un coeficiente de "formula Suiza" (mientras más bajo el coeficiente más profundo el corte) de 7 a 9, y los países en desarrollo acordaron a tres diferentes rangos entre 19 y 26 (mas bajo el coeficiente mas excepciones cada país puede disfrutar). Finalmente, muchos países en desarrollo acordaron en principio liberalizar sus sectores de servicios financieros.
India propuso que si las importaciones se eleven por encima del 115% sobre el periodo base, debería permitirse a las naciones en desarrollo imponer provisiones que son 25-30% al conjunto de impuestos sobre los productos que toman cortes de cero. La administración Bush, sin embargo, rehusó reducir más debajo de 140%, un nivel que India y otros países argumentaban haría del mecanismo virtualmente sin uso en la mayoría de circunstancias.
Kevin P. Gallagher es profesor en el departamento de relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, investigador asociado en el Instituto de desarrollo Global y Ambiente de la Universidad de Tufts.
Timothy A. Wise es director del Programa de Política e Investigación del Instituto de Desarrollo Global y Ambiente de la Universidad de Tufts.
Traducción por: Luis Saco
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