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Resistamos.» A esta altura, hablar de «activismo
climático» queda corto. La acción
de Copenhague se inscribe en la emergencia, desde el inicio del genocidio sionista, de una juventud que se levanta en todo el
planeta denunciando la
atrocidad imperialista, desde los campus y las calles de Estados Unidos hasta las principales Universidades de países
como Francia, España, Países Bajos y
otros de Europa. La figura de Greta Thunberg simboliza la radicalización de un sector de la juventud mundial que, partiendo de la militancia climática y ecologista, va tomando posiciones anticapitalistas y antiimperialistas, denunciando
fuertemente el genocidio sionista en
Gaza e incluso llamando
a no caer en la trampa del
«mal menor» en las elecciones norteamericanas,
en las que tanto el partido demócrata
como el republicano tienen las manos manchadas de sangre por su guerrerismo y complicidad genocida. Recientemente Greta planteó la necesidad de
una alianza entre ecologistas y
trabajadores, desde la planta bajo control obrero GKN, que lucha por
su reconversión ecológica: «El
territorio defiende la fábrica, la fábrica defiende el territorio», planteó
allí. «El fin del mundo y el fin de mes son una sola batalla. Hacemos un
llamado al movimiento climático internacional para que apoye la idea de la
reindustrialización desde abajo.»
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GRETA
THUNBERG Y ACTIVISTAS CLIMÁTICOS BLOQUEAN SEDE DE NAVIERA MAERSK CONTRA EL
ENVÍO DE ARMAS A ISRAEL.
Reapareció
ella y cientos de miles de Ecologistas y Ambientalistas.
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Por Redacción Ecología y Ambiente | 01/03/2025 | Ecología social.
Fuente. Revista Rebelión sábado 1 de marzo del 2025.
Cientos
de jóvenes bloquearon durante cuatro horas la sede de la multinacional danesa a
pesar de un fuerte operativo represivo que incluyó el encarcelamiento de unos
20 activistas, incluida Greta. Una muestra más de una juventud que denuncia el
genocidio sionista y une la lucha climática, anticapitalista y
antiimperialista.
“Estamos aquí frente a la sede de Maersk, una de las compañías navieras más grandes del mundo, que el año pasado, solamente el año pasado, envió miles de toneladas de equipamiento militar a Israel para facilitar su genocidio en Gaza. Y estamos aquí para exigir que Maersk detenga todo transporte de armas y componentes de armas hacia Israel. [La compañía] tiene que rescindir todos los contratos e inversiones que apoyen el genocidio y la ocupación de Palestina”. Así explicaba la activista climática Greta Thunberg la acción que junto a varios cientos de activistas climáticos bloquearon este lunes la sede de la multinacional naviera Maersk en Copenhague (Suecia).
*****
A principios de febrero, el
medio independiente danés especializado en periodismo de investigación Danwatch había revelado que 14 buques portacontenedores diferentes,
propiedad de Maersk habían
transportado miles de toneladas de equipo militar a Israel 43 veces
entre octubre de 2023 y septiembre
de 2024. Frente a esto, la multinacional escribió:
“El
transporte de carga en nombre del gobierno
de los EE. UU. no contiene armas ni municiones. Estos envíos están
relacionados con la política
estadounidense en virtud del Programa de Cooperación de Seguridad entre los EE. UU.
e Israel. La carga ha sido examinada
y es legal y cumple con las leyes aplicables”.
Demasiado
burdo para Greta y la juventud danesa que
pelea contra la destrucción del planeta desde los inicios de Friday for future (Los viernes por el futuro), que viene manifestándose
denunciando el genocidio que lleva adelante
el Estado de Israel en Gaza con la promoción del imperialismo norteamericano.
Por lo que, continuando con acciones que vienen llevando adelante desde el inicio del genocidio, organizaron el bloqueo.
Activistas bloquean el acceso a la sede de la Naviera MAERSK Dinamarca para protestar contra el envío de armas a Israel
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Los
bastonazos y gases de la policía danesa no se hicieron esperar
y finalmente unos 20 activistas,
entre ellos la propia Thunberg,
fueron encarcelados. No era la
primera vez, a principios de
septiembre del año pasado habían sido detenidos en una acción
similar en el campus de la Universidad
de Copenhague. «No hay justicia
climática en territorio ocupado», plantearon en su momento sintetizando la unidad de la
lucha antiimperialista y climática.
Pero a pesar de la represión,
la acción y el mensaje de denuncia antiimperialista
y de solidaridad con el pueblo palestino
recorrió en pocas horas el planeta vía
redes. El martes, un nuevo
posteo de la cuenta de Thunberg
señalaba:
«¡COMPARTE ESTO! ¡Más de 1000 activistas OCUPARON la sede de Maersk en Copenhague! Maersk ha estado enviando MILLONES de kilogramos de equipo militar, incluidos vehículos
blindados, al ejército de Israel
desde el comienzo de su guerra genocida contra
Palestina.
A pesar de la fuerte
represión policial, las porras y los gases lacrimógenos, los manifestantes
ROMPIERON las barricadas y CERRARON la
sede de Maersk durante más de 4
horas.
¡Somos más que ellos!
Resistamos.»
A esta altura, hablar de «activismo
climático» queda corto. La acción
de Copenhague se inscribe en la emergencia, desde el inicio del genocidio sionista, de una juventud que se levanta en todo el
planeta denunciando la
atrocidad imperialista, desde los campus y las calles de Estados Unidos hasta las principales Universidades de países
como Francia, España, Países Bajos y
otros de Europa.
La figura de
Greta Thunberg simboliza la radicalización de un sector
de la juventud mundial que, partiendo de la militancia climática y ecologista, va tomando posiciones anticapitalistas y antiimperialistas, denunciando
fuertemente el genocidio sionista en
Gaza e incluso llamando
a no caer en la trampa del
«mal menor» en las elecciones norteamericanas,
en las que tanto el partido demócrata
como el republicano tienen las manos manchadas de sangre por su guerrerismo y complicidad genocida.
Recientemente
Greta planteó la necesidad de
una alianza entre ecologistas y
trabajadores, desde la planta bajo control obrero GKN, que lucha por
su reconversión ecológica:
«El
territorio defiende la fábrica, la fábrica defiende el territorio», planteó
allí. «El fin del mundo y el fin de mes son una sola batalla. Hacemos un
llamado al movimiento climático internacional para que apoye la idea de la
reindustrialización desde abajo.»
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