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Este año alrededor de 4,3 millones de bushels de
maíz se convertirán en combustible para motores, según las declaraciones de Bill Lapp, presidente de Soluciones Avanzadas de Economía, una empresa
de consultoría sobre productos básicos con sede en Omaha. Esto significa
que habrá un aumento de casi el 37 por ciento de la cosecha de maíz de este
año, -estima Lapp- que llevará a alrededor
de 11,6 millones de bushels, desviados a la producción de etanol. Compare
esas cifras con las de 2005, cuando el maíz se vendía por sólo 2 dólares por
bushel. Ese año, 1,6 millones de bushels
de maíz, o alrededor del 13 por ciento de la producción nacional de maíz de
se destiló a la producción de etanol. Al aumentar drásticamente el volumen de etanol que
debe mezclarse en nuestros suministros de gasolina, en sólo siete años el Congreso casi triplicó la cantidad de
maíz que antes se destinaba a la producción de alimentos y pasa ahora a la
producción de combustible. Y con la peor
sequía en los campos de maíz que se recuerda, esos acuerdos están
perjudicando a
los consumidores que ya están siendo azotados por el desempleo persistentemente
alto y una economía débil.
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Los cultivos se han visto gravemente afectados en el 2012, debido a la sequía.
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ECOLOGÍA SOCIAL: La sequía y el desastre
de los biocombustibles.
¡Detengan esa locura!.
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Robert Bryce.
Revista Rebelión. Domingo 19 de agosto del 2012.
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
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No importa
la sequía, la reducción de los cultivos de maíz, el aumento de precios de los
alimentos o la posibilidad de escasez de granos a nivel mundial, vamos a hablar
de los males del petróleo extranjero.
Este fue el
mensaje emitido la semana pasada por los grupos de presión del etanol sólo un
día o dos antes de que José Graziano da Silva, el director de la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura llamara a "una suspensión
inmediata y temporal" de las órdenes de los Estados Unidos sobre el etanol
de maíz para "dar un respiro al mercado y permitir que una mayor cantidad
de cosecha se canalice hacia las necesidades alimenticias”.
Da Silva
estaba respondiendo al alza de los precios del maíz, que se elevó por encima
del 60 por ciento en los últimos dos meses. Hace poco se pagaron 8,49 dólares
por bushel (unidad de medida anglosajona, N. del T) su punto más alto de todos
los tiempos. Y si las condiciones de sequía en los Estados Unidos y Europa
continúan, los precios seguirán subiendo.
Da Silva no
está solo preocupado por los precios del grano. El martes, Shenggen Fan,
director del International Food Policy Research Institute, dijo a Bloomberg que
una crisis alimentaria global "nos puede golpear muy pronto" debido a
la sequía. Fan continuó diciendo: "Hay que detener la producción de
biocombustibles. Es lo que hace subir los precios mundiales de los alimentos y
muchos pobres, especialmente mujeres y niños, sufren".
Pero no
importan las mujeres y los niños, dice Brooke Coleman, el director ejecutivo
del Consejo de avanzada del etanol, uno de los muchos grupos de presión de los
biocombustibles. El 8 de agosto, Coleman defendió los acuerdos sobre el etanol
de maíz diciendo que "el problema es nuestra dependencia del petróleo
extranjero, lo que a su vez eleva los costos a miles de millones de dólares y
es un gran costo para la economía y el medio ambiente. La Norma de Combustibles
Renovables, que impulsa la fabricación estadounidense de combustible en el
mercado, es parte de la solución”.
Growth
Energy in, otro grupo de presión del etanol, tenía un mensaje casi idéntico. El
8 de agosto, el consejero delegado del grupo, Tom Buis, emitió una declaración
en defensa de la producción nacional de etanol de maíz y desestimó las críticas
por "atar la producción de biocombustibles a supuestos encarecimiento de
los alimentos”. Continuó diciendo que los esfuerzos para limitar los acuerdos
sobre el etanol de maíz sólo serían "para mantener a nuestra nación adicta
al petróleo extranjero. El etanol reduce nuestra dependencia del petróleo
extranjero, crea puestos de trabajo aquí en Estados Unidos, mejora nuestro
medio ambiente, revitaliza las comunidades rurales y es ahorro de dinero para
los consumidores”.
Para el
lobby del etanol, el fantasma del petróleo extranjero es una trampa para todo,
incluyendo el sentido común. Pero no hay que ser economista para entender por
qué el sector del etanol está impulsando los precios de los alimentos.
Este año
alrededor de 4,3 millones de bushels de
maíz se convertirán en combustible para motores, según las declaraciones de
Bill Lapp, presidente de Soluciones Avanzadas de Economía, una empresa de
consultoría sobre productos básicos con sede en Omaha. Esto significa que habrá
un aumento de casi el 37 por ciento de la cosecha de maíz de este año, -estima
Lapp- que llevará a alrededor de 11,6 millones de bushels, desviados a la
producción de etanol.
Compare esas
cifras con las de 2005, cuando el maíz se vendía por sólo 2 dólares por bushel.
Ese año, 1,6 millones de bushels de maíz, o alrededor del 13 por ciento de la
producción nacional de maíz de se destiló a la producción de etanol.
Al aumentar
drásticamente el volumen de etanol que debe mezclarse en nuestros suministros
de gasolina, en sólo siete años el Congreso casi triplicó la cantidad de maíz
que antes se destinaba a la producción de alimentos y pasa ahora a la
producción de combustible. Y con la peor sequía en los campos de maíz que se
recuerda, esos acuerdos están perjudicando a los consumidores que ya están
siendo azotados por el desempleo persistentemente alto y una economía débil.
Un estudio
reciente publicado por una coalición de productores de alimentos, entre ellos
la Federación Nacional del Pavo, National Pork Producers Council y la
Asociación Nacional de Ganaderos de Carne, concluyó que, desde 2007, cuando los
acuerdos del etanol entraron en vigor, los precios de los cultivos intensivos
para los alimentos como los cereales, productos para panificar, de las carnes,
aves, huevos, grasas y aceites han aumentado a casi el doble de la tasa de
inflación general. Este estudio es uno de al menos 16 informes, publicados por
entidades que van desde la Universidad Purdue hasta el Banco Mundial, las
cuales han vinculado los acuerdos del etanol con los costos de los alimentos.
El mes
pasado, Ken Powell, consejero delegado de General Mills, el sexto productor de
alimentos más importante, dijo que los acuerdos de los granos de maíz
destinados a etanol encabezaban el aumento de los precios de los alimentos
debido a que los precios del maíz y el trigo “van unidos".
Para entender
por qué la estafa del etanol de maíz está afectando a los precios del grano,
considere esto: el sector del etanol de maíz estadounidense consume ahora tanta
cantidad de grano como la totalidad del ganado de este país. Este años se han
utilizado alrededor de 4600 millones de bushels de maíz para la alimentación
del ganado. Por lo tanto, los automovilistas estadounidenses están quemando en
sus coches casi tanto maíz como el que alimenta a todos los pollos del país,
pavos, ganado vacuno, porcino y pescado combinados.
¿Necesita
otra comparación? Este año, la flota de automóviles de los Estados Unidos va a
consumir dos veces el cultivo de toda la Unión Europea. Dicho de otra manera,
el sector del etanol de maíz de EE.UU. quema casi tanto como producen Brasil, México,
Argentina e India juntos.
¿Necesita
otra comparación? Este año, los EE.UU. están utilizando alrededor del 13 por
ciento de la producción global de maíz, que es aproximadamente el 4,6 por
ciento de todo el grano de la producción mundial, para poder producir
una cantidad de etanol que contiene la energía equivalente a siete décimas del
uno por ciento de las necesidades mundiales de petróleo.
A pesar de
estos hechos, el gobierno de Obama se ha convertido en un bien dispuesto
cómplice de la industria del etanol de maíz. El Secretario de Agricultura Tom
Vilsack,(ex gobernador de Iowa) alaba rutinariamente al sector de etanol de
maíz. En febrero, durante un discurso en la Conferencia Nacional de Etanol del
2012, dijo que "tenemos una deuda de gratitud con los productores de
etanol en este país". Mientras tanto, la EPA - Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos - está haciendo todo
lo posible para obligar a aumentar el suministro de gasolina a pesar de las
objeciones de una amplia coalición de grupos que van desde fabricantes de
comestibles a la industria petrolera.
Durante
muchos años se ha vendido la gasolina que contiene diez por ciento de etanol, o
E10. Pero con demasiado etanol en sus manos, la industria del combustible puso
en marcha una intensa campaña de lobby en la EPA para convencer al organismo de
aumentar la mezcla permitida al 15 por ciento, o E15. Y hace unas semanas la
agencia dio la aprobación final del paso a la E15, aunque sólo alrededor de un
cuatro por ciento de todos los vehículos de motor en los EE.UU. están diseñados
para quemar el combustible con mayor cantidad de etanol.
El EPA
aprobó el paso a la E15 pesar de las objeciones estridentes de grupos como el
Outdoor Power Equipment Institute, que dice que el combustible que resulta de
la mezcla con mayor cantidad de etanol es "peligroso" y podría dañar
o arruinar los motores utilizados en los generadores, cortadoras de césped y
otros dispositivos. Otros muchos grupos de comercio, incluyendo la Alianza de
Fabricantes de Automóviles y American Petroleum Institute, también han estado
luchando contra el paso a la E15. Toyota Motor Corporation ha tomado la inusual
decisión de agregar una etiqueta a los tapones de gasolina de los coches nuevos
que se venden en Estados Unidos. La etiqueta advierte que "solo hasta la
gasolina E10”.
El año
pasado, Peter Brabeck-Letmathe, presidente de la suiza Nestlé, gigante de la
comida, declaró que el uso de cultivos alimentarios para producir
biocombustibles era una "locura absoluta".
Tiene razón,
por supuesto. Pero lo irritante sobre esta locura es que todo esto era fácil de
predecir. Los representantes en el Congreso que imponen la estafa de etanol al
pueblo estadounidense deberían haber sabido que las sequías ocurren, que los
cultivos de maíz no pueden crecer hasta el infinito.
David
Swenson, un científico asociado en el departamento de economía en la
Universidad Estatal de Iowa me dijo recientemente que Iowa no había tenido una
sequía tan dura desde 1988 y que la actual sequía “la emula. Nos olvidamos de
los nacimientos, del dolor, y de las lecciones aprendidas”. En las últimas dos
décadas, dice Swenson, los EE.UU. han tenido buenas cosechas de maíz, y
"esa suerte permitió que se cuelen las políticas de combustibles
renovables sin ser tratadas seriamente. Todo el mundo se olvidó de la Madre
Naturaleza”.
Hoy en día,
la Madre Naturaleza está tomando su venganza. Y los consumidores aquí, en los
EE.UU. y en el extranjero, están pagando el precio. La única pregunta es si los
burócratas irresponsables en la administración de Obama y sus facilitadores dispuestos
en el Congreso finalmente pondrán un fin a la locura del etanol.
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Robert Bryce es el autor de Power Hungry:
Los mitos de la energía "verde" y los combustibles reales del futuro.
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