NELSON MANDELA.
NUESTRO RESPETO ETERNO.
UN HOMBRE, UN LÍDER, UN MAESTRO DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA
POR LOS DERECHOS CIVILES DE LA POBLACIÓN NEGRA..
&&&
NELSON MANDELA.
Símbolo de la lucha contra el apartheid - Sudáfrica, la política
criminal de una minoría blanca, contra la mayoría negra -fue el Primer
Presidente negro del país, tras permanecer 27 años en prisión. Gobernó
Sudáfrica entre 1994 y 1999.
MAESTRO: LA LUCHA POR LOS DERECHOS CIVILES, LÍDER HISTÓRICO DE UNA
"NUEVA DEMOCRACIA", Y DE UN MUNDO PARA TODOS Y (AS), DESCANZA EN
PAZ.
TU NOMBRE Y TU OBRA PERMANECERÁN ETERNAMENTE, COMO PEDESTAL LUMINOSO EN
EL CORAZÓN Y EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA DE NUESTROS PUEBLOS.
MI RESPETO, ADMIRACIÓN Y GRATITUD ETERNA.
EL SIGNIFICADO DE NELSON MANDELA.
PARA EL FUTURO AMENAZADO DE LA HUMANIDAD.
*****
Leonardo Boff.
Domingo 8 de diciembre del 2013.
Nelson
Mandela, con su muerte, se ha sumergido en el inconsciente colectivo de la
humanidad para ya nunca irse de ahí, porque se ha transformado en un arquetipo
universal, de una persona injustamente condenada que no guardó rencor, que supo
perdonar, reconciliar polos antagónicos y transmitirnos una inquebrantable
esperanza en que el ser humano todavía tiene solución. Después de pasar 27 años
en reclusión y ser elegido presidente de Sudáfrica en 1994, se propuso y
realizó el gran desafío de transformar una sociedad estructurada en la suprema
injusticia del apartheid, que deshumanizaba a las grandes mayorías negras del
país condenándolas a ser no-personas, en una sociedad única, unida sin
discriminaciones, democrática y libre.
Y lo consiguió al escoger el
camino de la virtud, del perdón y de la reconciliación. Perdonar no es olvidar.
Las llagas están ahí, muchas de ellas todavía abiertas. Perdonar es no permitir
que la amargura y el espíritu de venganza tengan la última palabra y determinen
el rumbo de la vida. Perdonar es liberar a las personas de las amarras del
pasado, pasar página y empezar a escribir otra a cuatro manos, de negros y de
blancos. La reconciliación sólo es posible y real cuando hay plena admisión de
los crímenes por parte de sus autores y pleno conocimiento de los actos por
parte de las víctimas. La pena de los criminales es la condenación moral ante
toda la sociedad.
Una
solución de esas, seguramente originalísima, supone un concepto ajeno a nuestra
cultura individualista: el Ubuntu
que quiere decir: “yo sólo puedo ser yo a través de ti y contigo”. Por tanto,
sin un lazo permanente que ligue a todos con todos, la sociedad estará, como la
nuestra, en peligro de desgarrarse y de conflictos sin fin.
En los
manuales escolares de todo el mundo deberá figurar esta afirmación humanísima
de Mandela: “Yo luché contra la dominación de los blancos y luché contra la
dominación de los negros. Cultivé el ideal de una sociedad democrática y libre,
en la cual todas las personas puedan vivir juntas en armonía y tengan
oportunidades iguales. Este es mi ideal y deseo vivir para alcanzarlo. Pero, si
fuera necesario, estoy dispuesto a morir por este ideal”.
¿Por qué
la vida y la saga de Mandela fundan una esperanza en el futuro de la humanidad
y en nuestra civilización? Porque hemos llegado al núcleo central de una
conjunción de crisis que puede amenazar nuestro futuro como especie humana.
Estamos en plena sexta gran extinción en masa. Cosmólogos (Brian Swimme) y
biólogos (Edward Wilson) nos advierten que, si las cosas siguen como están, hacia
2030 culminará este proceso devastador. Esto quiere decir que la creencia
persistente en el mundo entero, también en Brasil, de que el crecimiento
económico material nos debería traer desarrollo social, cultural y espiritual
es una ilusión. Estamos viviendo tiempos de barbarie y sin esperanza.
Cito a
una persona libre de toda sospecha, Samuel P. Huntington, antiguo asesor del
Pentágono y un analista perspicaz del proceso de globalización, que al final de
su libro El choque de civilizaciones dice: “La ley y el orden son el
primer pre-requisito de la civilización; en gran parte del mundo parecen
estarse evaporando; a escala mundial, la civilización parece, en muchos
aspectos, estar cediendo ante la barbarie, generando la imagen de un fenómeno
sin precedentes, una Edad de las Tinieblas mundial que se abate sobre la
humanidad”(1997:409-410).
Añado la
opinión del conocido filósofo y científico político Norberto Bobbio que como
Mandela creía en los derechos humanos y en la democracia, como valores para
equilibrar el problema de la violencia entre los Estados y para una convivencia
pacífica. En su última entrevista declaró: “no sabría decir cómo será el Tercer
Milenio. Mis certezas caen y solamente un enorme punto de interrogación agita
mi cabeza: ¿será el milenio de la guerra de exterminio o el de la concordia
entre los seres humanos? No tengo posibilidad de responder a esta pregunta”.
Ante
estos escenarios sombríos Mandela respondería seguramente, fundándose en su
experiencia política: sí, es posible que el ser humano se reconcilie consigo
mismo, que sobreponga su dimensión de sapiens a la de demens e inaugure
una nueva forma de estar juntos en la misma Casa. Tal vez valgan las palabras
de su gran amigo, el arzobispo Desmond Tutu, que coordinó el proceso de Verdad
y Reconciliación: “Habiendo encarado a la bestia del pasado frente a frente,
habiendo pedido y recibido perdón, pasemos ahora la página. No para olvidar ese
pasado sino para no dejar que nos aprisione para siempre. Avancemos en
dirección a un futuro glorioso de una nueva sociedad en la que las personas
valgan no en razón de irrelevancias biológicas u otros extraños atributos, sino
porque son personas de valor infinito, creadas a imagen de Dios”.
Mandela nos deja esta lección de
esperanza: nosotros podremos vivir si, sin discriminaciones, hacemos realidad
el Ubuntu.
*****
MÁNDELA, HA SIDO EL MAS GRANDE DE LOS LIDERES DE LOS SIGLOS XX Y XXI, DURARAN SIGLOS Y EL MUNDO , NO TENDRÁS UNA FIGURA COMO EL, SERA POR TODO LA ETERNIDAD EL PALADÍN DE LOS DERECHOS DEL SER HUMANO, EL MUNDO RINDE HONOR AL MAS GRANDE DE ESTE SIGLO
ResponderEliminar