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El rey Abdica. La República, llenas
Plazas. Miles de personas, Ciudadanos, sobre todo en Madrid y Barcelona, y también en otras
ciudades, claman por el fin de la Monarquía en España y el grito de los pueblos
europeos en la presente coyuntura política debe ser EL FIN DE LAS MONARQUÍAS. La gravedad de la poli-crisis, estructural
y sistémica del capitalismo, el colapso de occidente, la bancarrota de la “vieja
Europa” debe ser por el fin la construcción política de las Repúblicas, en el siglo XXI. En concreto en dos países, como ejemplo España e Inglaterra, la
monarquía sigue siendo parte y cómplice de la actual crisis sistémica del capitalismo,
la bancarrota de la Democracia y la destrucción política de las Instituciones
fundamentales del Estado de bienestar. El
Presupuesto parea mantener las Casas
Reales, es realidad un despilfarro conociendo en profundidad las
consecuencias que hoy origina la crisis con los millones de desempleados, pobres extremos y una generación de juventud,
“asesinada” por sus dirigentes político-financieros, sin derecho al futuro.
En pleno siglo XXI los derechos y obligaciones son iguales para todos los Ciudadanos (as), y el mejor ejemplo
sería que todas las “familias reales”, con las nuevas generaciones comiencen a trabajar y a producir
y sean positivos cada uno a sus respectivos países.
Miles de Ciudadanos españoles en la histórica plaza La Puerta del Sol, reclaman el fin de la Monarquía y la creación de la República, donde hicieron ondear la Bandera Republicana, al grito unánime de "España mañana será Republicana".
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Concretamente, en España ante la
abdicación del Rey Juan Carlos – personaje muy controvertido en los últimos
tiempos, por el lado de la familia comprometido en fuertes procesos de
corrupción, y por su lado cazando
elefantes en el África en pleno siglo XXI y otras perlas más. Los miles de
Ciudadanos reunidos el día de ayer lunes y hoy martes en La Plaza La Puerta del Sol, donde los colores de la bandera
republicana, ondearon con la esperanza de que esta fuera el kilómetro cero del adiós
de la monarquía. La concentración pública, recordaba como en el ayer al
movimiento M-15 y exigieron a gritos
“referendo”, coreando, “España mañana
será Republicana” y “los borbones a las
elecciones”. Fue una concentración pacífica y controlada por un amplio
despegue de agentes anti disturbios. El colapso según la prensa oficial, fue
tan multitudinario que cientos de
personas tuvieron que resignarse con parar en las calles adyacentes por el
acceso al Sol era imposible.
La propuesta de referendo en el
ámbito político, de distintos partidos de izquierda y movimientos sociales respondieron de
inmediato a la decisión del Rey, exigiendo acabar con la Monarquía. Izquierda Unida, Equo y PODEMOS (todos
ampliamente representados en el Sol, propusieron celebrar un referendo sobre
estas institución. El argumento es que la Soberanía reside en el pueblo, en los Ciudadanos, y este debe y
tiene el poder de decidir. Una de las frases que más se repitió ayer en
estos sectores políticos, en las redes sociales, fue Felipe no serás Rey.
El líder de Podemos Pablo Iglesias,
exigió al PSOE que sea “valiente” y no apoye
en las Cortes la ley orgánica qie formalizará la abdicación del Monarca.
Igualmente los dos principales centrales sindicales – UGT y CC.OO –elogiaron el papel del Rey, pero se pronunciaron a
favor de aprovechar la oportunidad para emprender una Reforma de la
Constitución en profundidad y que el modelo de Estado sea sometido a referendo. Finalmente expresaron
“No nos vale cambiar un rey por otro.
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“Mi hijo
Felipe, heredero de la corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad
de la institución monárquica”, sentenció. “Quiero lo mejor para España, a
la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis
capacidades, mi ilusión y mi trabajo”, detalló en su mensaje emitido a través
de TVE. Es por ello, dice, por lo que deja en “primera línea” a “una generación
más joven, que pueda afrontar con nuevas energías las reformas que la coyuntura
actual está demandando”.
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ESPAÑA: JAQUE AL REY TRAS LA MOVIDA DE LA
ABDICACIÓN.
Juan Carlos desde el trono y la Jefatura
del Estado a sus hijo Felipe en el peor momento de la Casa Real.
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El rey
dijo que el país necesita “que una generación más joven se encargue de las
reformas que la coyuntura actual está demandando”. En las principales ciudades
se realizaron manifestaciones contra la continuidad de la monarquía.
Flor Ragucci
Desde Barcelona Página
/12 martes 3 de junio del 2014.
Amanecía como un lunes
cualquiera, pero a media mañana la historia cambió. La Historia con mayúsculas.
De repente, millones de españoles se encontraron almorzando frente a la emisión
de un comunicado del rey que anunciaba su abdicación. El presidente Mariano
Rajoy fue el encargado de dar la noticia: “Juan Carlos cede el trono y la
jefatura del Estado a su hijo, el príncipe de Asturias, que una vez que haya
concluido el proceso legal marcado por el artículo 57 de la Constitución para
la transmisión de la Corona, se convertirá en Felipe VI de España”. Rajoy se
limitó a expresar la voluntad del rey de renunciar al trono, sin especificar
los motivos de su marcha. “He encontrado al rey convencido de que es el mejor
momento para que pueda producirse con normalidad el cambio de jefatura y la
transmisión de la corona al príncipe”, explicó el líder del Ejecutivo.
Ante el pasmo
generalizado, la justificación oportuna no tardó en llegar. Al mediodía, Juan
Carlos, sentado en su archiconocido escritorio del Palacio de la Zarzuela,
desde donde siempre se dirige a los españoles, pronunció el que, al parecer,
será su último discurso. Eso sí, la escenografía presentaba en esta ocasión
nuevos matices: de fondo, una foto suya con su hijo –el futuro Felipe VI– y su
nieta Leonor (la siguiente en la línea sucesoria) sirvieron de marco a su
intención firme de continuidad.
El monarca develó que la
decisión ya estaba tomada desde enero, cuando cumplió 76 años, y destacó “la
madurez, preparación y sentido de la responsabilidad” de su sucesor. “Mi hijo
Felipe, heredero de la corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad
de la institución monárquica”, sentenció. También tuvo palabras para la
princesa Letizia y para su consorte, la reina Sofía, a quien agradeció su
“colaboración y generoso apoyo”. “Quiero lo mejor para España, a la que he
dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi
ilusión y mi trabajo”, detalló en su mensaje emitido a través de TVE. Es por
ello, dice, por lo que deja en “primera línea” a “una generación más joven, que
pueda afrontar con nuevas energías las reformas que la coyuntura actual está
demandando”. Al hablar de ese cambio que la sociedad reclama, el rey parece
obligado a reconocer lo sucedido tras las elecciones europeas de hace una
semana, en las que los dos partidos mayoritarios, el Popular y el Socialista,
sufrieron un fuerte revés y la cuarta fuerza más votada resultó ser la que
enarbola las demandas de los indignados. Su decisión presupone, incluso, la
aceptación del enorme desprestigio de la casa real –a raíz de los escándalos de
corrupción que protagonizó su familia en los últimos años y de su famosa caza
de elefantes en Botswana– así como el descrédito generalizado en las
instituciones políticas para la población española.
Pero, en su discurso
oficial, Juan Carlos no mencionó nada de esto de forma explícita ni, menos que
menos, asumió responsabilidades directas, sino que pasó la pelota rápidamente a
los efectos de la crisis. “La larga y profunda crisis económica que padecemos
ha dejado serias cicatrices en el tejido social, pero también nos está
señalando un camino de futuro cargado de esperanza [...] se ha despertado en
nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir
camino a un futuro decididamente mejor”, expresó Juan Carlos en su discurso.
“En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el
papel protagonista”, agregó, como otro de los motivos de su marcha.
Aunque con “nueva
generación” a lo que el rey se refiere es a la sucesión de su hijo, las urnas y
las voces en la calle piden otra clase de renovación. El ascenso de jóvenes
partidos políticos y el reclamo de una república van cobrando fuerza en un país
desgastado por la corrupción y los recortes sociales. De hecho, no bien anunció
su abdicación, los ciudadanos comenzaron a movilizarse y convocaron de forma
espontánea concentraciones en las plazas principales de las ciudades españolas,
para reclamar que no se continúe con el proceso de sucesión al trono y se convoque
un referéndum para que los españoles decidan si quieren mantener la monarquía o
si prefieren que se instaure la III República.
Juan Carlos, a pesar de
que reconoció que los últimos años “nos han permitido hacer balance autocrítico
de nuestros errores como sociedad”, no asumió en su mensaje los suyos. Es más,
presumió, orgulloso y sentimental, de su gestión: “He querido ser rey de todos
los españoles; me he sentido identificado y comprometido con vuestras
aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la
frustración os han embargado”, declamó. También insistió en que su marcha no se
debe a su debilitada salud. “Una vez recuperado tanto físicamente como en mi
actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y así acabo de
comunicárselo al presidente del Gobierno”, recordó.
Rajoy convocó un Consejo
de Ministros extraordinario, que tendrá lugar hoy a las 12, del que saldrá un
proyecto de ley orgánica que, simplemente, regularice la cesión de la Corona
desde Juan Carlos al futuro Felipe VI. “Espero que en un plazo breve las Cortes
puedan proceder a la proclamación como rey del que hoy es príncipe de
Asturias”, expresó el presidente. Por su parte, el jefe del Ejecutivo alabó la
figura tanto de Juan Carlos como de Felipe e hizo un llamamiento a la “calma”.
“Estoy convencido de que sabremos escribir una nueva página de la Historia en
un clima sereno, con tranquilidad”, declaró.
Rajoy no admitió
preguntas tras su declaración institucional y, evitando enfrentarse con las
numerosas peticiones de referéndum para decidir si se quiere o no continuar con
la monarquía, prefirió destacar la figura del rey como “el mejor símbolo de
nuestra convivencia en paz y libertad, el principal impulsor de nuestra
democracia, que fue su baluarte cuando la vio amenazada”. Con ello quiso
homenajear a la persona que “durante 39 años se convirtió en una figura
histórica, tan ligada a la democracia que no se pueden entender una sin la
otra”, manifestó.
Mientras
que el Partido Socialista también salió en defensa de la imagen pública de la
corona, el líder de Izquierda Unida Cayo Lara aseguró que “es la hora de que
hable el pueblo, es la hora de la democracia en mayúscula”. La federación
mostró su adhesión a la convocatoria de manifestaciones en toda España para
reclamar un referéndum y, por su parte, el flamante partido Podemos, que
resultó uno de los máximos vencedores en las elecciones europeas, también
proclamó su apoyo. “Dijimos que los resultados del 25-M abrían un ciclo de
cambio político histórico en nuestro país. No imaginábamos que comenzaría tan
rápido”, aseguró la formación en un tuit. Además, su portavoz, Pablo Iglesias,
insistía en que “debe convocarse un referéndum porque no somos súbditos sino ciudadanos. Es la hora de que la gente
tenga la palabra”.
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La
Plaza Catalunya de Barcelona fue uno de los principales escenarios de las
manifestaciones. donde miles se manifestaron al
grito de “No hay dos sin tres, república otra vez” y “Borbones a los
tiburones”, en medio de un mar de banderas tricolor (violeta, amarillo y rojo,
que representan la república) y catalanistas.
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UN CLAMOR POR LA REPÚBLICA. Exigen en la calle
un Referéndum sobre la Monarquía.
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Decenas de miles de españoles reclamaron en Madrid,
Barcelona y todas las principales ciudades ibéricas la celebración de una
consulta sobre el cambio de régimen. Las fuerzas de izquierda formaron parte de
la convocatoria.
Decenas
de miles de españoles reclamaron ayer en Madrid, Barcelona y las principales
ciudades del país la celebración de un referéndum sobre la continuidad de la
monarquía, pocas horas después de que el rey Juan Carlos abdicara en medio de
la peor crisis desde la reinstauración de la democracia. El 2 de junio de 2014
será recordado también por el día en el que las calles de los centros
neurálgicos se colmaron para pedir un cambio de régimen.
La Puerta del Sol, en
Madrid, y la Plaza Catalunya de Barcelona fueron los principales escenarios en
los que partidos políticos de izquierda y ciudadanos antimonárquicos se
reunieron en multicolores manifestaciones nucleadas alrededor de consignas
tales como “España es republicana”, “A por la Tercera” y “Referendo ya”. Con
banderas, gorras y remeras alusivas, las personas expresaban el apoyo a una
nueva república en medio de un ambiente festivo y cargado de ilusión.
En Madrid, los
manifestantes ocuparon el emblemático espacio central de la Puerta del Sol,
sede de las manifestaciones de los “indignados” (de 2011), y a las siete y
media de la tarde ya había mucha afluencia a la concentración convocada por
partidos como Izquierda Unida, Equo, ERC y Podemos, y colectivos sociales como
el 25-S. Entre las numerosas pancartas que colmaban el lugar se podían ver
banderas del PSOE, de las Juventudes Comunistas, además de Podemos, que
irrumpió por sorpresa en el escenario político español y se convirtió en la
cuarta fuerza del país durante las recientes elecciones europeas.
Un escenario similar se
vivió en la Plaza de Catalunya de Barcelona, donde miles se manifestaron al
grito de “No hay dos sin tres, república otra vez” y “Borbones a los
tiburones”, en medio de un mar de banderas tricolor (violeta, amarillo y rojo,
que representan la república) y catalanistas.
También fueron
convocadas manifestaciones en otras importantes ciudades españolas como
Córdoba, Almería, Granada, Huelva, Zaragoza, Santander, León, Ibiza, Canarias,
Navarra y Asturias, mientras fuera de España se hicieron manifestaciones en
Amsterdam, Bruselas, Berlín, Frankfurt, Jerusalén y Lisboa.
La iniciativa nació a
raíz del anuncio sobre la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón, un tema que
lideró la lista de tendencias de ayer en Twitter. “Si el gobierno considera que
Felipe tiene la confianza de los ciudadanos, que invite a la gente a votar”,
dijo Pablo Iglesias, el líder del partido Podemos, poco después de conocida la
noticia. También Izquierda Socialista, la única corriente interna del Partido
Socialista español (PSOE), y las juventudes de la formación, la más importante
de la oposición, reivindicaron y acompañaron la convocatoria. Esa posición
contrastó con la de la dirigencia del PSOE que dejó en claro que seguirán
sosteniendo la monarquía y no impulsarán, al menos de momento, ninguna
iniciativa que la ponga en cuestión. La noticia sobre la abdicación del rey
llega en plena crisis interna del partido tras la debacle en las elecciones
europarlamentarias.
Las fuerzas
antimonárquicas cobraron impulso en España en los últimos años en el marco de
una fuerte crisis económica, política e institucional, y la caída de
popularidad se vio agravada por escándalos, como la imputación de la infanta
Cristina en un caso de corrupción o la participación del rey Juan Carlos en una
cacería de elefantes en Botswana en 2012.
Por otra parte, el
presidente regionalista de Cataluña, Artur Mas, afirmó que el proceso
autonómico catalán no se detendrá. “Habrá cambio de rey, pero no en el proceso
político que está siguiendo el pueblo de Cataluña para que el 9 de noviembre
podamos decidir nuestro futuro colectivo”, sostuvo Mas. El gobernante destacó
la apuesta que tuvieron los catalanes por la Constitución en 1978, que también
significaba apostar por las instituciones del Estado que arrancaban con la
democracia y que “debían ser garantía del buen cumplimiento de aquel pacto
constitucional”. No obstante –aseguró–, actualmente hay un “distanciamiento”
precisamente con las instituciones del Estado. Mas sostuvo que se abre una nueva etapa y que
así como desea lo mejor para España, también quiere lo mismo para Cataluña.
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