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No son para nada buenas las perspectivas que Europa tiene previstas para
Cataluña de cara a su exigencia histórica de secesión del reino
español. A menos de un mes de los comicios regionales donde el presidente
catalán, Artur Mas, buscará legitimarse
para llevar adelante su apuesta soberanista, Bruselas aseguró –en una carta
oficial publicada ayer– que si esa región consigue independizarse de España quedará fuera de la Unión Europa (UE).
Aunque las autoridades comunitarias intentan mantenerse al margen del debate
independentista, tanto el gobierno regional catalán como el Ejecutivo español
de Mariano Rajoy trabajan en la búsqueda
de un respaldo europeo que apoye sus tesis contrapuestas respecto de las
elecciones del próximo 25 de noviembre. Diferentes encuestas indican que si bien más del 50 por
ciento de los catalanes apoyan la independencia, lo hacen
respaldando un proceso negociado con España
y Bruselas y para que la región nororiental continúe en la UE. La
contundente respuesta de Reding
sigue la línea marcada por el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, que en agosto aseguró que los catalanes perderían la ciudadanía europea si se independizan. Increíble,
que tales amenazas, un proceso de “independencia
política” manchado con respuestas propias de quienes se sienten seguros de defender una posición desde
estrechos márgenes de una derecha conservadora y absolutamente dependiente
del poder de los bancos y el capital
financiero-especulativo, afincado fuertemente en los últimos tiempos en Bruselas, capital de la Unión Europea.
Cómo perder la Ciudadanía,
por que el país logró su independencia. Combatir, polemizar con el nacionalismo – si tiene fuertes contenidos étnicos, religiosas, sí
mantiene posiciones conservadoras que progresivamente llegan al radicalismo extremista, definitivamente
es un peligro para la paz mundial – y tomando otras variables sociales y
políticas, incluso históricas, ahí sí encontramos un terreno positivo para la negociación, el diálogo y la construcción
de políticas de consenso, que garanticen la gobernabilidad de todos los Estados comprometidos
en el proceso multidimensional.
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Las marchas independentistas
del 11 de septiembre fueron masivas, pero la Unión Europea le cierra la puerta
a Cataluña.
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No hay Lugar en la
Unión Europea para Cataluña.
La Unión Europea
advirtió a la región que no será aceptada en el bloque regional si se
independiza de España.
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No son para nada buenas las
perspectivas que Europa tiene previstas para Cataluña de cara a su exigencia
histórica de secesión del reino español. A menos de un mes de los comicios
regionales donde el presidente catalán, Artur Mas, buscará legitimarse para
llevar adelante su apuesta soberanista,
Página
/12 miércoles 31 de octubre del 2012.
Bruselas aseguró –en una carta oficial
publicada ayer– que si esa región consigue independizarse de España quedará
fuera de la Unión Europa (UE). Aunque las autoridades comunitarias intentan
mantenerse al margen del debate independentista, tanto el gobierno regional
catalán como el Ejecutivo español de Mariano Rajoy trabajan en la búsqueda de
un respaldo europeo que apoye sus tesis contrapuestas respecto de las
elecciones del próximo 25 de noviembre.
El asunto sobre el consenso
que Cataluña pueda generar entre los países europeos no es menor, ya que su
proyecto independentista pierde buena parte de su base social si carece de
encaje dentro de la UE, de acuerdo con los sondeos de opinión publicados en los
últimos meses. En este marco, se facilitó a la prensa una carta que la
vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) y responsable de Justicia, Viviane
Reding, envió al secretario de Estado de Asuntos Europeos español, Iñigo Méndez
de Vigo, en respuesta a su pedido de que aclarara la posición oficial de
Bruselas respecto de una hipotética separación de Cataluña de España.
En su momento, Méndez de Vigo
había pedido a Bruselas que fijara su posición después de que la propia Reding afirmara,
en declaraciones al Diario de Sevilla, que ninguna ley dice que Cataluña deba
salir de la UE si se independiza. En la misiva, que difunde el diario El País
(fechada el 4 de octubre), la comisaria europea avala ahora plenamente la
posición del Ejecutivo de Rajoy, que sostiene que una secesión unilateral
implicaría una exclusión inmediata de Cataluña de la UE y obligaría al nuevo
Estado a iniciar un proceso de adhesión, en el que España tendría derecho a
veto.
“El artículo 4.2 del Tratado
de la UE es terminante cuando señala que la Unión deberá respetar las
estructuras fundamentales constitucionales y políticas y la integridad
territorial de los Estados miembros, cuya determinación es competencia
exclusiva de éstos”, escribió Méndez de Vigo.
“En consecuencia, la UE no
puede reconocer una declaración unilateral de independencia de una parte de un
Estado miembro”, agregó el funcionario. Por otro lado, el representante español
explicó que España no podría aceptar una declaración de independencia sin modificar
la Constitución española, y que si ésta fuera reestructurada para celebrar un
referéndum y como resultado de esa convocatoria popular surgiera un Estado
independiente, igualmente no formaría parte de la UE.
Esto es así porque los
tratados de la UE se aplican a los Estados miembros, y un hipotético nuevo
Estado debería solicitar la adhesión y obtener una decisión favorable del
Consejo por unanimidad y el acta de adhesión tiene que ser ratificado por los
Parlamentos de los Estados miembros. Reding, por su parte, comparte ese
análisis en su misiva. Tras la publicación de la carta, Méndez de Vigo pidió al
gobierno catalán que diga la verdad porque existe un debate abierto sobre la
posible secesión de Cataluña y sobre si, en caso de que suceda, quedaría o no
fuera de la UE.
“La carta de Reding es una
buena respuesta para que la gente sepa qué es lo que vota y en qué aventuras se
mete”, agregó en declaraciones a la radio Onda Cero. Por el contrario, el
portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, dijo que el intercambio de cartas
entre el Ejecutivo de Rajoy y Reding fue privado y no refleja la posición
oficial de Bruselas. Artur Mas se puso al frente del reclamo soberanista tras
la multitudinaria manifestación separatista de Barcelona del 11 de septiembre, que
tuvo lugar bajo el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa”. En esa ocasión se
convocó a elecciones anticipadas en busca de legitimidad para impulsar un
proceso de secesión que incluye la celebración de un referéndum para que los
catalanes decidan si quieren que Cataluña sea un Estado independiente de
España, pero que se enmarque dentro de la EU.
Referentes del partido de Mas,
Convergencia i Unió (CiU), y responsables políticos como el propio Homs
reconocieron que se verían forzados a replantearse la apuesta soberanista si a
Cataluña no se le permite permanecer en el bloque regional.
Diferentes encuestas indican
que si bien más del 50 por ciento de los catalanes apoyan la independencia, lo
hacen respaldando un proceso negociado con España y Bruselas y para que la
región nororiental continúe en la UE. La contundente respuesta de Reding sigue
la línea marcada por el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, que en
agosto aseguró que los catalanes perderían la ciudadanía europea si se
independizan.
Sin embargo, el vicepresidente
de la CE, Joaquín Almunia, aseguró la semana pasada desde Barcelona que no se
puede dar una respuesta tajante y decir que si alguien se segrega se queda
fuera y no sabremos nada más de él por los siglos de los siglos. “Da la sensación
de que hay diversas opiniones y que no hay una fija”, subrayó ayer Homs, en
referencia a la posición de Almunia. Mientras tanto, Cataluña se ha lanzado de
lleno a la precampaña, de cara a los comicios regionales, con una fuerte
polémica suscitada por los spots publicitarios institucionales que puso en
marcha el gobierno y que fueron vetados por varios partidos al vincular la cita
electoral con la manifestación independentista del 11 de septiembre y con otros
momentos históricos.
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