&&&&&
El comunicado final apela a la perspectiva
histórica para considerar la relación entre el mercado y el Estado. China es siempre un país en vías de desarrollo lo que significa que “el
desarrollo es todavía crucial para resolver todos los problemas de nuestro
país” Es por tal razón por la que el
país “se encuentra ahora y por mucho tiempo en la fase de preparación del
socialismo”. Es por eso que el “progreso
económico debe ser central” y “que las relaciones productivas deben
adaptarse a los medios de producción”. Hablando
claro: durante
esta larga fase de preparación del socialismo, China no puede marchar más rápido que su música. Durante
esta fase es útil y necesario integrar los efectos dinamizadores de las fuerzas
del mercado con el desarrollo económico del país. Se trata de una importante lección aprendida desde la debacle del
Gran Bond en adelante (1958-1961) y de la Revolución Cultural (1966-1976) Es
por eso que según el comunicado final “el
elemento central de la situación es el correcto tratamiento de la relación
entre autoridades y mercado para asegurar que el mercado juegue un papel
decisivo en la asignación de los medios y aseguro mayor espacio al papel del
gobierno” No se trata entonces de
Estado o mercado sino de Estado y
mercado. O
como ellos mismos dicen “un socialismo con características chinas”.
/////
CHINA: REFORMAS
ECONÓMICAS. ¿BUENAS PARA LOS CHINOS O PARA OCCIDENTE?.
*****
Marc Vandepitte.
Michecollon.info sábado 14 de diciembre del
2014.
Traducido para Rebelión por Susana Merino.
Entre el 12 de noviembre y
el 12 de diciembre de 2013, los dirigentes chinos se reunieron en oportunidad
del tercer plenario del Partido Comunista chino. Las expectativas eran
importantes. Pero ¿cuál fue la conclusión? ¿Se involucrará aún más China en la
economía de mercado? ¿Se cerrará la brecha entre los habitantes urbanos y los
campesinos?
Hace unos diez días, los
altos dirigentes del Partido Comunista chino se reunían para analizar el estado
del país. Se trataba del Tercer Plenario del Comité Central del Partido
Comunista chino. El tercer plenario es tradicionalmente muy importante porque
en él se establecen las visiones económicas de largo plazo. En 1978 el tercer
plenario fue el trampolín de las radicales reformas que tuvieron lugar bajo el
mandato de Deng Xiaoping. El tercer plenario de 1993 consagró “la economía de
mercado socialista” y abrió la puerta a una importante ola de reformas que
entre otras postulaban la adhesión a la Organización Mundial de Comercio.
Agendas diferentes.
Las expectativas eran
particularmente consistentes, especialmente del lado de los comentadores
occidentales. China domina actualmente el crecimiento económico mundial de la
cabeza a los pies. En estos últimos cinco años se le atribuyen el 50% del
crecimiento mundial. Eso es importante. Pero para sacar mayor provecho de ese
promisorio mercado, la economía china debe abrirse. Algo que quiere decir menos
Estado y más mercado. La lista de expectativas occidentales es conocida:
privatizar tantas empresas públicas como sea posible, poner fin a las ventajas
de las empresas públicas existentes, menos restricciones para las inversiones
extranjeras, liberalizar las tasas de interés y de cambio, convertir el yuan en
moneda libremente cambiable, desligarse del sistema hukou (ver más abajo). No
es por lo tanto para nada sorprendente que los comentadores occidentales hayan
proyectado sus deseos sobre el avance del plenario.
También para los chinos las
reformas son más que necesarias, pero por distintas razones. Durante estos
últimos veinte años, el modelo económico chino estuvo basado en la producción
para la exportación, sobre un crecimiento extensivo (aumentar la producción
incrementando la cantidad de obreros) sobre importantes inversiones y un débil
consumo. Este modelo ha funcionado particularmente bien. Desde 1990 el PBI se
multiplicó por ocho.
¿Hacia reformas profundas?.
En consecuencia todo el
mundo esperaba el comunicado final. Los observadores habituados a la política
china saben que no deben esperar decisiones o cambios radicales de orientación
en este tipo de documentos. Son documentos tradicionalmente vagos que traducen
las prioridades de la élite política y es responsabilidad de los dirigentes
intermedios traducir concretamente esas líneas generales de conducta.
Además el comunicado en
cuestión envía señales contradictorias y pueden interpretarse de diferente
manera. Sin embargo el texto sugiere por lo menos que se prevén cambios
importantes. Especialmente la instalación de dos comités bajo la directa
autoridad del partido. El primero supervisará la puesta en marcha de las
reformas económicas. El segundo tendrá en la mira la seguridad nacional del
país, un poco como el Consejo de Seguridad nacional de los EEUU. Estos comités
reforzaran el poder del presidente Xi Jinping y dejan entrever reformas más
radicales que las de la última década.
El comunicado final
contiene recomendaciones sobre muchos sectores, demasiados para enumerarlos
todos. Pero dos temas saltan a la vista: la relación mercado/intervención
estatal y el sistema hukou sobre los que nos detendremos a continuación:
EL MERCADO VERSUS EL ESTADO.
El documento defiende la
ampliación del papel del mercado. Es más lo considera “decisivo” mientras que
antes se le atribuía un “papel de base” El comunicado plantea que “es necesario
tender hacia la resolución de los obstáculos al mercado” Es necesario avanzar
más rápidamente por un camino de “construcción de un sistema de mercado
moderno, en el que las empresas puedan concretar negocios de manera autónoma,
en justa competencia, con la libre elección del consumidor, un consumo autónomo
y el libre comercio de los bienes de producción y de consumo.
Esto parece un importante
cambio de orientación. Pero el texto subraya al mismo tiempo que la economía de
estado debe ser fortalecida. “Debemos consolidar y desarrollar firmemente
nuestras empresas públicas. Debemos perseverar en lo concerniente al papel
dominante del sistema de propiedad pública y otorgar más espacio al papel de
líder de las empresas públicas. Debemos fortalecer su vitalidad, su control y
su influencia”.
Debe ser igualmente
acentuado el control macroeconómico. “ Debemos completar el sistema de manejo
macroeconómico, aplicar correcta y totalmente las funciones administrativas,
optimizar su organización, las estructuras de gobierno y mejorar el manejo
científico”.
En fin no se trata de la
reducción de la influencia y del papel del partido. Por el contrario la
intención es “mejorar el fortalecimiento del partido, reforzar la
centralización democrática y perfeccionar el liderazgo del partido”.
De modo que ¿de qué se
trata? ¿Más mercado? O ¿más estado. Más espacio para la economía en detrimento
de la política o al contrario? El comunicado final plantea más preguntas que
respuestas. Como conseguir rimar “más mercado” con “un reparto más equitativo
de el producto del desarrollo económico” o con el desarrollo de las provincias
más pobres del interior del país? ¿Cómo poner de acuerdo todo esto con “ la
estimulación de la armonía social y la estabilidad”?
Qué y cuanto leen los chinos?.
***
Plantear las preguntas correctas.
Todo el problema reside en
saber si el tema del Estado o del mercado es la pregunta correcta. Estado o
mercado se contraponen o son las líneas limitantes – es que por lo menos en
China ¿son más complicadas?
Habitualmente se asocia la
planificación al socialismo y el mercado al capitalismo. Pero se trata de un
mal entendido. Las más importantes empresas capitalistas y sobre todo las más
exitosas, son economías estrictamente planificadas y entre ellas algunas
superan las dimensiones de algunos países ricos como Finlandia y Dinamarca. Por
otra parte el mercado no es lo mismo que capitalismo. El mercado existía desde
hacía muchos siglos cuando apareció el capitalismo.
El capitalismo se apoderó
del mercado y lo reformuló. Lo convirtió en un mercado capitalista orientado a
la maximización de los beneficios de las empresas privadas cuyas envergaduras
han crecido desmesuradamente con el correr del tiempo. Esta clase de mercado no
es absolutamente libre porque las relaciones de fuerzas no son equitativas y las
reglas del juego se deciden a la carta , en función del más fuerte. Los países
nórdicos por ejemplo protegen sus mercados agrícolas, algo que no puede
permitirse los países del sur. Las grandes multinacionales escapan al
funcionamiento de los mercados por la vía de las inversiones o por el de la
comercialización pública masiva (industria militar) pagando pocos o casi ningún
impuesto.
Xi
Jinping
exige el fortalecimiento de la fuerza estratégica. Exigió a los generales que
aprendan y apliquen las estrategias relativas a la defensa nacional y las
reformas militares estipuladas en la decisión aprobada en la tercera sesión
plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China celebrada a
principios de mes.
*****
El mercado ¿al servicio de quienes?.
También en China se deja
jugar libremente al mercado, pero en función de sus propios objetivos de
desarrollo económico y en un marco político muy estricto. El mercado es apoyado
o liquidado según lo que favorezca a China. El principio de la competencia también
se halla establecido – aún entre las empresas del Estado – para mejorar la
eficiencia y separar el grano bueno de la maleza. Pero esa competencia es
abolida fácilmente cuando ya no es necesaria o útil, o cuando los objetivos
políticos o sociales lo exigen. Por ejemplo el monopolio de la industria
aeronáutica que no era rentable fue abandonado en 1999. Diez años más tarde
cuando el sector volvió a ser rentable, se restableció el monopolio. Otro
ejemplo es el del precio del petróleo: debido a consideraciones sociales y
económicas el precio del petróleo se halla muy por debajo del de los mercados
mundiales. Esto es posible porque este sector como otros sectores estratégicos
están en mano de las autoridades. Globalmente la intervención de las autorices
en la economía ha aumentado en estos últimos diez años.
La economía china es lo
suficientemente grande e interesante como para poder imponer sus exigencias a
las multinacionales extranjeras que allí quiere invertir: transferencia de
tecnologías, uso de materiales chinos, con gran fastidio de los CEO de esas
multinacionales. La segunda condición es la hegemonía del Partido Comunista
chino. A través de una serie de mecanismos visibles y menos visibles, el
Partido conserva un intervencionismo importante sobre la economía china. La
nueva clase emergente de capitalistas tiene peso económico pero políticamente
débil o casi nulo. Parte de ella ha sido formada en las filas del PC pero así y
todo representa una pequeña parte de los 80 millones de comunistas. Mientras su
influencia se mantenga marginal los intereses económicos del país continuaran
sometidos a las prioridades sociales y políticas y China podrá continuar
teniendo en sus manos el timón en dirección hacia el socialismo.
Corrupción.
Es a la luz de todo este panorama
que se debe analizar la lucha contra la corrupción. La combinación producida
por una rápida acumulación de capital y la falta de adaptación de las
instituciones constituyen el terreno ideal para la existencia de toda clase de
corrupciones y de arreglos ilegales.
En la práctica la
corrupción aparece en todos los casos de privatización de los intereses
económicos (enriquecimiento personal) en contra de los objetivos y de las
prioridades políticas. En otros términos la corrupción mina el control político
de la economía. Si no se le pone un freno el partido comunista tarde o temprano
será avasallado por la clase capitalista. Aparecerá entonces sin duda alguna
una “Perestroika con características chinas”.
En tal sentido la lucha
contra la corrupción es un asunto de vida o muerte. Las actuales autoridades lo
han comprendido hace bastante tiempo. Desde el comienzo de su presidencia Xi
Jinping, lanzó una campaña de gran escala contra esa ola. Muchos miembros del
partido, aún los de más alto rango fueron excluidos. El futuro dirá si estas
campañas irán lo bastante lejos.
Perspectiva histórica.
El comunicado final apela a
la perspectiva histórica para considerar la relación entre el mercado y el
Estado. China es siempre un país en vías de desarrollo lo que significa que “el
desarrollo es todavía crucial para resolver todos los problemas de nuestro
país” Es por tal razón por la que el país “se encuentra ahora y por mucho
tiempo en la fase de preparación del socialismo”. Es por eso que el “progreso
económico debe ser central” y “que las relaciones productivas deben adaptarse a
los medios de producción”.
Hablando claro: durante
esta larga fase de preparación del socialismo, China no puede marchar más
rápido que su música. Durante esta fase es útil y necesario integrar los
efectos dinamizadores de las fuerzas del mercado con el desarrollo económico
del país. Se trata de una importante lección aprendida desde la debacle del
Gran Bond en adelante (1958-1961) y de la Revolución Cultural (1966-1976) Es
por eso que según el comunicado final “el elemento central de la situación es
el correcto tratamiento de la relación entre autoridades y mercado para
asegurar que el mercado juegue un papel decisivo en la asignación de los medios
y aseguro mayor espacio al papel del gobierno”
No se trata entonces de
Estado o mercado sino de Estado y mercado. O como ellos mismos dicen “un socialismo con características chinas”.
Al ritmo chino.
Después del vagabundeo
anterior, probablemente se preguntará el lector qué es lo que en la práctica va
a cambiar en este terreno y si cambiara poco o mucho. Como se ha explicado
existe un gran desafío en el paso de un crecimiento expansivo basado en la
exportación y las inversiones para un crecimiento intensivo basado en el
consumo interno. No podemos, en realidad, deducir del comunicado que es lo que
significa un cambio radical entre el mercado y el Estado. Si tienen lugar esos
cambios – y los habrá ciertamente – serán en todo caso, graduales, realizados
con precaución y al ritmo de los acontecimientos chinos. Y no al ritmo de
occidente.
2) HUKOU
En China uno nace (y por lo
tanto inscripto en el Registro civil) como “campesino” o como “ciudadano” Según
cual fuere el oficio que se ejerce. A un campesino adulto se le asigna una
tierra y el derecho a la Seguridad Social, al cuidado de la salud y a la
educación de sus hijos pero únicamente en el lugar en que fue inscripto. Si se
traslada a otro lugar pierde su tierra y sus servicios sociales.
Este sistema llamado Hukou fue establecido a fines de los
años 50 para evitar el éxodo rural como el que se había producido en el tercer
mundo. Se habla actualmente de 900 millones de campesinos chinos, más que toda
la población del África negra. El sistema hukou es muy controvertido pero ha dado
sus frutos. Ciudades como Manila, Bombay, Lagos, Buenos Aires… albergan
millones y millones de habitantes compactados unos sobre otros en condiciones
inhumanas. Esas villas miseria no existen en China. Sobre este tema dice el
Washington Post: “China ha sabido evitar la formación de tugurios, que
constituyen una cicatriz en tantos países en vías de desarrollo gracias a un
estricto sistema de autorización de residencia llamado hukou. Este sistema
convierte en difícil el trasladarse desde el campo a la ciudad en forma
permanente”.
Esto pareciera estar
aparentemente bien pero la desventaja es que los “migrantes internos” como se
les llama tienen muchos menos beneficios sociales en su lugar de trabajo que
sus prójimos que tienen residencia permanente. No pueden comprar casas, ni
automóviles, no tienen derecho a la salud y no pueden enviar a sus hijos a la
escuela. Aunque ganan más que si hubieran permanecido en su lugar de origen sus
salarios son más bajos que los de sus colegas ciudadanos. Lo mismo sucede con
las condiciones laborales. Existe gran inseguridad profesional y en muchos
casos es directamente discriminatoria.
Al principio esto sucedía
tan solo con los trabajadores temporeros, generalmente solteros, que iban a
trabajar algunos años a las ciudades para luego regresar a su lugar de origen.
Pero con el correr del tiempo muchos se quedaron en las ciudades de manera
permanente. De modo que la cantidad de migrantes internos ha crecido hasta
integrar un grupo de unos 260 millones de personas. Esto constituye una quinta
parte de la población total, 30% de la población rural y el 40% de los chinos
que viven en las ciudades. El sistema fue probado pero ahora está en revisión.
Porque el costo social es muy alto e impide el paso hacia otro sistema
económico.
El hecho de que un 40% de
los habitantes de las ciudades tengan menos derechos y sean a menudo tratados
como ciudadanos de segunda lleva tarde o temprano a serias tensiones y no puede
ser indefinidamente sostenido Pero aún hay más: el gobierno chino estima que 48
millones de niños son dejados en el campo, porque uno o ambos padres trabajan
en la ciudad, es decir que una cuarta parte de los niños está en el campo, lo
que resulta muy poco armonioso para el “desarrollo armonioso” a que el gobierno
quiere comprometerse.
Para un modelo económico
que quiere orientarse hacia el consumo interno el actual sistema hukou resulta
un freno. A causa de esta clase de inseguridad, los migrantes internos
economizan menos que los ciudadanos que disponen de un hukou urbano. Los
campesinos no pueden vender sus tierras porque no son propietarios. Solo
obtienen el usufructo. Si pudieran vender sus tierras le darían un formidable
golpe de fusta a la economía. Además decenas de millones de campesinos han sido
en el pasado expropiados por el gobierno y muy poco financieramente
recompensados. Actualmente un campesino gana tres veces menos que un ciudadano.
Resulta urgente una
flexibilización del sistema y de ellos se trata en el comunicado final:
“Debemos (…) reconocerles mayores derechos de propiedad a los campesinos,
tender hacia un mismo equilibrio entre las formas de producción urbanas y las
agrícolas, tender a una distribución equilibrada de los medios para las
autoridades locales y un sistema más eficaz para el desarrollo de las ciudades”.
Nada de cambios radicales.
Pero en cierto modo tampoco
hay que esperar cambios radicales, Eliminar el sistema hukou produciría un
acelerado flujo hacia las ciudades y por lo tanto un éxodo rural de
consecuencias catastróficas. No hay que olvidar que se trata de una población
en su conjunto superior a la europea. Habrá que esperar un abandono gradual del
sistema. El Primer ministro Li Keqiang : “ Se trata de un complejo proceso de
cambios económico y social que exige un nuevo enfoque político, con su eje en
el desarrollo equilibrado Habrá muchos problemas pero que debemos atender para
reducir el foso entre las ciudades y el campo.”
Durante estos últimos años
se han llevado a cabo muchas experiencias en la materia. En algunas provincias
ya no existen diferencias entre el hukou urbano y el rural. En algunas de las
grandes ciudades los migrantes internos también pueden recibir los beneficios
en salud y en enseñanza primaria y secundaria. En algunas regiones los
campesinos pueden hipotecar su tierra para obtener un préstamo. En algunas
ciudades, los campesinos pueden vender sus casas a los ciudadanos del mismo
distrito, etc. Son experiencias que se harán ciertamente extensivas en el curso
de los próximos años.
Para concluir.
Muchos comentaristas
occidentales se han visto decepcionados por las conclusiones del tercer
plenario. Esperaban mucho más. Esto revela mucho más que su agenda y sus deseos
no coinciden con lo que es bueno para China. Los chinos han seguido, en el
pasado su propio camino y – felizmente – no han tenido en cuenta las
recomendaciones y los consejos de Occidente.
Eso no cambiará en el futuro muy a pesar de los que lo
desean.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario