&&&&&
Respetable Maestro, Colega.
(Sociólogo y Politólogo). Interesante la propuesta sobre su caracterización en relación al movimiento social 15-M y todo el conjunto de manifestaciones y
protestas sociales (Occupa Wall Street,
Democracia Real, Ya, los Ni, Ni ( Ni trabajan, Ni Estudian) falta el
poderoso movimiento universitario
chileno: “No queremos mejorar el sistema, el sistema hay que cambiarlo”;
totalmente de acuerdo en su opinión sobre el actual movimiento mexicano, "yo soy,
132" contra la corrupción política desde la "dictadura de
los medios"). Su opinión sobre la Primavera
Democrática en los países árabes, respetable en el trabajo del maestro Samir Amin. Simplemente, consideramos,
que el movimiento de la nueva Sociedad
Civil árabe, - sindicalistas,
trabajadores, desocupados, excluidos, perseguidos por la dictadura, en general
la ciudadanía emergente - que el origen, el contexto interno y los objetivos
políticos, son absolutamente diferentes al planteado en forma concreta por el movimiento los indignados, producto
concreto de una crisis estructural y el fracaso de las políticas de
alternativas de “solución” a la crisis. Igualmente,
con mucho respeto expresamos, nuestra profunda discrepancia, en relación a la Democracia y el Sistema Político en los
países de América Latina, desde México
hasta el sur, Chile y Argentina. Propuesta política
nuestra, que ya existe en nuestros trabajos en el presente Blogger de
Sociología Política.
Perú. Cajamarca. El más grande, intenso, masivo, complejo, múltiple y polarizado movimiento social: "Conflicto Social" en contra de la más grande transnacional minera de oro Newmont-Yanacocha. "Conga No Va".
*****
Está ausente en esta “mirada
mundial”, definitivamente hoy sobre los "Nuevos Movimientos Sociales
anti-globalización",
etiquetados por la derecha neoliberal
como "Conflictos Sociales" que recorren como volcanes sociales y
políticos y otros ya explotaron en América
Latina, el protagonismo de nuevos
actores sociales, (in)surgen ( Nuevos
Sujetos Sociales Históricos) contra el nuevo proceso de acumulación mundial
del capitalismo – el capitalismo del saqueo, el pillaje y la explotación –
presentado y vigente hoy como fabulosas inversiones internacionales - cuando en realidad son las corporaciones
transnacionales en el objetivo estratégico de explotar la diversidad de
nuestros recursos naturales. Además estos “Conflictos
Sociales” son el resultado del “Cambio de época histórica” y producto directo de la crisis
estructural del sistema capitalista. Movimientos sociales
en la coyuntura latinoamericana, construyen nuevas formas de liderazgo,
social y humanista; y al no tener respuesta y menos al no existir políticas de Estado de los gobiernos,
la crisis de la política y la crisis “final”
de los partidos políticos, estas protestas, reclamos y movilizaciones, también como
“nuevas formas de hacer política”, son
fácilmente criminalizados por la
imposición de la derecha conservadora, la nueva oligarquía
financiera-exportadora y los poderes fácticos, que real y objetivamente dominan y controlan la
política. Saludos. Desde Arequipa. Perú. Dr. Pablo Raúl.
/////
“El dilema actual es
ciudadanía plena o retorno del idiota social”.
*****
Marcos Roitman Rosenmann vive en Madrid, es politólogo
y acaba de publicar un libro que analiza a los indignados como movimiento social, asignándoles el rescate de la política en manos de los
mercados, sin dejar de lado su especificidad y sus contradicciones.
Por Pablo E. Chacón.
Revista de Cultura Ñ.
Lunes 6 de agosto del 2012.
· Etiquetado como:
Indignados.
Politólogo y sociólogo de la
Universidad Complutense de Madrid, Marcos Roitman Rosenmann acaba de publicar Los Indignados. El rescate de la política. (Akal), donde desmenuza
las causas que dieron origen al fenómeno colectivo que desde Madrid se expandió
a otras capitales europeas y llegó hasta Wall Street y el DF Mexicano como una
reacción a las políticas de ajuste comandadas por los gobiernos conservadores
(de derecha e izquierda), cebados por la crisis económica y la explosión de la
burbuja hipotecaria. El especialista conversó con Ñ digital desde Madrid.
PUERTA DEL SOL. En su
proclama, los indignados dicen: “No estamos contra el sistema, es el sistema el
que nos excluye”. (EFE)
-¿A quién representan, en principio, los
indignados?
-Hablar de un movimiento social ciudadano como “indignados” es una
manera fácil de etiquetarlo. Su emergencia no es resultado de la cólera o de la
ira social. Sus raíces hacen referencia a la pérdida de la ciudadanía
política. Forman parte de un entramado social que lucha por recuperar los
espacios democráticos. Son hijos de una crisis del capitalismo caracterizada
por la involución política, la corrupción, el aumento de la desigualdad social,
el desempleo y un descrédito de la política como gestión tecnocrática.
-¿Y entonces por qué habla de un “retorno” de la política el periodismo
cuando se refiere a ellos? ¿Donde estaba escondida la política?
-No creo que las cosas se puedan plantear en esos términos. Nunca la
política ha estado ausente en el proceso de toma de decisiones. Pero su forma
muta. Hoy, la política ha perdido centralidad, capacidad de control sobre el
poder económico y el capital transnacional. Se ve arrinconada y transformada en
un quehacer técnico. La desregulación
supuso ceder terreno al capital financiero y especulativo. Los llamados
“mercados”, que son las grandes empresas transnacionales, han hecho de la
política un oficio espurio. La clase política se encuentra subordinada a los
empresarios, mafias y al crimen organizado. De allí que uno de los eslóganes
del movimiento de “indignados” sea “no nos representan”.
-¿No escribe Marx que toda economía es política? ¿Cómo entender ese
aserto en este contexto?
-Sin dudas, la concepción marxiana sigue vigente. No se discute si la
economía es o no política, lo que se pone en duda es el papel de la política en
la creación de ciudadanía. Lo que se cuestiona es su rol: el papel en la
creación de la sociedad política y la articulación de alternativas. Hoy existe
una política económica diseñada que supone la despolitización de lo político.
Proyecto que entró en vigencia en los 70 del siglo pasado. Sus orígenes se
encuentran en la Trilateral y el advenimiento del neoliberalismo. Razón
suficiente para rescatarla de los mercados. La alternativa es: ciudadanía plena
o retorno del idiota social. Ese es el dilema actual. Ciudadano o consumidor.
-¿Hay rasgos comunes entre los “indignados” españoles, italianos,
griegos, ingleses, los okupas de Wall Street y los activistas mexicanos?
-Podríamos decir que tienen en común ser luchas por la democracia y de
resistencia social a los recortes presupuestarios, las reformas laborales, la
pérdida de derechos políticos. Un llamado de atención que alza su voz contra la
corrupción, el paro juvenil, el desempleo, la especulación financiera, y la
forma de encarar la crisis. Sin embargo, hay grandes distancias. El movimiento
iniciado en la Universidad Iberoamericana por los estudiantes criticando el
control mediático de Televisa en favor del candidato del PRI, Peña Nieto,
conocido como yosoy#132, en México,
no guarda relación con la toma de Wall
Street ni con el 15M. Lo genérico, ser hijos de una crisis profunda del
capitalismo y su proyecto neoliberal, no debe hacer perder la perspectiva. Cada
uno de ellos hunde sus raíces en las estructuras sociales y de poder que le dan
vida y explican. No son espontáneos ni surgen de la nada. ¿Cómo sino explicar
los piqueteros en Argentina, sin ir más lejos?
-¿Existe en este grupo un rechazo a la política como sistema de
representación, o es un reclamo de reforma del Estado?
-Bien. En parte, y sólo en parte, se rechaza la política, o mejor dicho,
una forma de hacer política, aquella que hemos definido anteriormente como
falta de moral y ética democrática. Cuando los escándalos de corrupción, abuso
de poder, sueldos desproporcionados, vidas lisonjeras, acuerdos tras
bambalinas, uso de información privilegiada, impunidad y sobre todo alejamiento
de los problemas ciudadanos, la sociedad civil ve a sus políticos como un
problema no como parte de la solución y arremeten contra ellos. La desafección
a la actividad política y los partidos y sindicatos mayoritarios, sólo mayoritarios,
se hace presente. El 15M es un movimiento heterogéneo donde coexisten jóvenes,
desempleados, jubilados, intelectuales, militantes de muchos partidos de
izquierda y apartidistas. En este sentido, claro que hay un reclamo por la
reforma del Estado y el sistema electoral. Pero no es lo fundamental, aunque
puede ser lo más llamativo. Como se señala en el libro sus reivindicaciones son
globales y se da cuenta de ellas.
-¿Y cuál sería la razón de la ausencia de "indignados" en
América del Sur, donde los últimos años se han hecho múltiples reformas
estatales con orientación ideológica opuesta a la que se intentó en los 90?
-América Latina no es un
continente homogéneo. Se yuxtaponen diferentes procesos. Por citar algunos, Colombia,
Chile, México, Honduras, Guatemala y Panamá se ubican en un extremo:
articulan la opción neoliberal y han realizado reformas del Estado, sólo que en
una dirección. Privatizar, desregular, descentralizar y otorgar todo el poder a
las elites empresariales y las burguesías gerenciales transnacionales. Un
proceso de desnacionalización. Basta ver sus resultados: pérdida de soberanía y
un aumento de las desigualdades y la pobreza. Los recortes en educación,
sanidad y la ausencia de una política fiscal que grave las grandes fortunas son
notorios. En el otro extremo, sólo tres países –si exceptuamos la constitución
socialista de Cuba de 1976–, han recreado el
concepto de nación de manera inclusiva. Venezuela, Ecuador y Bolivia. Es decir, han
realizado proceso constituyente variando la relación de poder y de clases.
Buscando conjuntar el “Buen vivir”, la vida plena, con el rescate de la
política: pérdida de soberanía y aumento de las desigualdades y la pobreza.
Tanto Brasil como Uruguay,
Argentina o Perú no lo han planteado en esos términos. Las constituciones
vigentes siguen siendo aquellas de la época neoliberal. Le recuerdo que en Chile rige la constitución de 1980
redactada por la dictadura, maquillada con reformas. Por ello se aplica la ley antiterrorista de 1981,
criminalizando los movimientos sociales, sean estos de estudiantes,
trabajadores o del pueblo mapuche. La explicación no es simple, pero
habla de correlaciones de fuerza y la fuerza de una alternativa democrática
capaz de liderar un proyecto anticapitalista. No se trata del capitalismo con
rostro humano o salvaje. Hoy el problema es de vida o muerte. El planeta entró en crisis y no hay salida
en sus fronteras.
La juventud europea, es la más comprometida en la lucha, protesta y reivindicaciones del Movimiento Social de Los Indignados del 15-M.
*****
-Da la sensación de que la crisis económica
europea, más que una crisis, es un diagrama económico nuevo del que todavía no
se conocen los efectos sociales, ¿es así?
-La respuesta enlaza con la anterior. La crisis es sistémica. No es
financiera o especulativa. Estamos en presencia de una crisis global donde los
cambios producidos en un afán predador y mercantilista han llevado al planeta
entero a un colapso. Como sistema complejo, el grado de estrés al que ha sido
sometido el planeta impide restaurar los nichos ecológicos o recuperar los
grados de pureza de las aguas o el medio ambiente. La extensión de especies, la
contaminación, las enfermedades endémicas y el deterioro de la calidad de vida,
son los efectos de un sistema de explotación cuyo fundamento, ganar dinero, se
sobrepone a cualquier consideración ética o democrática. Esa es la gran
conclusión que se puede obtener de esta crisis: el agotamiento del capitalismo.
Pero claro, dicha formulación la realizo en términos teóricos; en lo práctico,
la deriva de Europa, sus elites políticas, tienden a no variar el rumbo, con lo
cual el futuro adopta la forma de un totalitarismo invertido, es decir con
políticos que obedecen y sociedades despolitizadas. De allí la importancia de
estos nuevos movimientos sociales ciudadanos.
-¿Existe alguna relación entre los indignados del mundo industrial y la
llamada Primavera árabe? ¿Qué clase de mundo cree usted que está tomando forma?
-No son iguales, no tienen ni el mismo origen ni las mismas
reivindicaciones, ni están sometidas a la misma lógica. El texto de Samir Amin
“La primavera árabe” es muy claro al respecto. Creo que el intento de igualar
todos los movimientos sociales y políticos que han nacido en este siglo XXI,
para generar una explicación de carácter sincrético, no es un buen ejercicio
intelectual. Si existe relación, hay que buscarla en la creación del mundo
colonial, del imperialismo, de las formas de explotación transnacional y las
luchas por la soberanía. Aunque resulte una perogrullada no es lo mismo Egipto
o Túnez que España o Francia. Unos fueron primero colonias y luego países
independientes. Europa ha sido cuna del capitalismo colonial y el imperialismo.
El mundo emergente es de una extrema complejidad. Los intereses de los Estados
Unidos, la lucha antiterrorista iniciada tras el ataque a las torres gemelas,
el poder de los países emergentes, cambian la fisonomía y obligan a repensar el
futuro en términos de incertidumbre y atractores. El futuro no está diseñado ni
su dirección definida. En eso consiste el devenir de la historia y los procesos
políticos. No hay modelos. Pero los caminos no son excluyentes. Defensa de la
humanidad, democracia y justicia social, o totalitarismo invertido en manos de
un tirano transnacional.
-Finalmente, ¿cuál es su opinión sobre este movimiento en relación a los
movimientos emancipatorios de los años 60 y 70, tanto en Europa como en
diversas partes del mundo?
-El intento de comparar ambos procesos históricos no lleva a buen
puerto: no guardan relación con el mayo francés ni con los movimientos
antiimperialistas nacidos a la luz de la guerra de Vietnam. Creo, sin embargo,
que su emergencia es el resultado del deterioro y del menosprecio a la vida en
todas sus manifestaciones. Eso ya lo pone en otro plano de articulación. Su
futuro es incierto, pero no cabe duda, cualquier proyecto democrático, al menos
en España, debe contar con su presencia. En otros términos, el 15M debe ser
parte del proyecto democrático, pero no todo el proyecto es 15M o expresión de
indignados.
-¿Por qué algunos hablan sobre los primeros quince días del 15M como
fundante y el resto de la movida como un episodio anecdótico?
-Principalmente porque desconocen su articulación. El 15M está
continuamente reinventándose. Comisiones de trabajo, acciones, manifestaciones,
reivindicaciones, debates y propuestas. Tomar las plazas públicas, recuperar
espacios y articular barrios y vecinos es una tarea no exenta de riesgo y
contradicciones. Un lenguaje y una manera de actuar novedosa siempre acarrean
discusiones y parálisis. En su interior se albergan familias, intereses y
propuestas políticas contrapuestas, desde izquierda
anticapitalista, ATACC, Izquierda Unida, el Partido Comunista, Corriente Roja,
Democracia Real ya, juventudes socialistas, Partido Humanista,
autogestionarios, anarquistas, etcétera. Unos y otros quieren direccionar
el 15-M. El considerarlos una
expresión anecdótica corresponde a los medios de comunicación del poder y a los
intentos de acallar su propuestas, tildándolos de utópicos y antisistema, sin alternativas.
Pero como el 15M señala: “No estamos contra el sistema, es el sistema el que
nos excluye”.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario