&&&&&
El Banco Central de Alemania (Bundesbank) muestra en la presente
coyuntura de la crisis estructural, multudimensional, del capitalismo, de los países
desarrollados, sobre todo de Europa,
- la zona euro - su verdadera
cara de prepotencia, dominación, explotación, imposición de sus fracasadas
políticas, hoy aplicadas en la zona-euro como acuerdos de las innumerables Cumbres de Bruselas (
versión actual del Consenso de Washington del 90' del siglo XX). Y en el actual contexto global
donde España, está realmente con la "soga en el cuello" y la
crisis, la recesión y la
incapacidad de sus políticos, sometidos al poder de los banqueros y la
"bancocracia", está devorando su propio sistema y trabajando
con"eficacia" (pero al revés) políticamente están decapitando su Estado de Bienestar, "otrora"
ejemplo y paradigma de la democracia social en el siglo XX. Alemania una vez más, ha dejado ver clara,
quién es verdaderamente el que manda en esta partida de ajedrez, al final en lo que verdaderamente
se ha convertido las economías más débiles y por ende del euro como moneda única. El Presidente del Bundesbank, Jens
Weidenmann ha expresado
claramente que el banco central alemán es el más grande e importante del
euro-sistema, por lo que tiene más influencia, poder y decisión política que
los demás, en un claro desafío a las propuestas y "ofrecimientos" del
presidente del banco central europeo, el
italiano, sr.Mario Draghi. Sin
embargo y asumiendo "difíciles responsabilidades el banco central europeo (BCE) anunciará sus próximos
"movimientos" para intentar cumplir la promesa de Draghi y "salvar al
euro". El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reúne este jueves en torno a
las grandes expectativas, quizás "demasiadas" tras las palabras de su Presidente Mario Draghi, como es sabido hace una semana ofreció
que haría todo lo posible por "defender el euro", pero también con
una gran incertidumbre sobre en que medidas se materializan estas palabras y
evitar una "convulsión" en los mercados. Al final de todo este
"romance polarizado" propio de los tiempos de la globalización neoliberal y su poli-crisis sistémica, el señor
Mario Draghi tendrá que
"comerse en silencio" sus ofrecimientos y entender para
"siempre" quién es el que verdaderamente gobierna Europa. Como es de
conocimiento general es el Bundesbank, el
banco central alemán y la Canciller de Alemania la Sra. Ángela Merkel -
ahora que se jubiló después de su derrota política el sr.Nicolás Zarkozy - incluso por encima de la Troika, es quien hoy
verdaderamente gobierna Europa e impone sus políticas de absoluta austeridad y a transformado a varios
países de la zona-euro en "verdaderas colonias" de sus salvajes y
violentas políticas neoliberales.
/////
El euro fluctúa
entre la vida y la muerte.
El jueves las bolsas
cayeron en picada, el viernes los valores se recuperaron.
*****
En medio de esta incertidumbre
global, la crisis de la Eurozona tiene visos de enfermedad crónica: crecimiento
nulo o negativo, austeridad, déficit fiscal y recesión, altos niveles de deuda
con fuertes vencimientos a corto plazo.
Por Marcelo Justo
Desde Londres. Página /12 domingo 5 de
agosto del 2012.
¿Creen los mercados
financieros que el Banco Central Europeo (BCE) puede salvar al euro? El jueves
parecía que no y las Bolsas cayeron en picada. El viernes empezó a parecer que
sí y los valores se recuperaron. La realidad es que el poder demoledor de
algunas voces –Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados
Unidos; Mario Draghi, presidente del BCE– revela una enfermedad de fondo del sistema
financiero internacional. “Hay una inestabilidad fundamental en el actual
sistema que puede subir y bajar de la noche a la mañana por lo que diga
alguien. Estas fluctuaciones son una medida de la incertidumbre de un sistema
que no ha salido de la crisis de 2008”, señaló a Página/12 Adam Leaver, miembro
del centro interdisciplinario Cresc (Centre for Research on Socio-Cultural
Change) y académico de la Manchester Business School.
En medio de esta incertidumbre
global se encuentra una crisis de la Eurozona con visos de enfermedad crónica:
crecimiento nulo o negativo, austeridad, déficit fiscal y recesión, altos
niveles de deuda con fuertes vencimientos a corto plazo. Cuando Draghi dijo que
“haría todo lo necesario” para salvar al euro hace 10 días, los mercados
creyeron que tenía la fórmula mágica para curar a un paciente grave. Cuando
este jueves indicó que en semanas anunciaría sus planes, el primer movimiento
fue un desilusionado repliegue: el médico no tenía la poción a mano. Pero como
Draghi también dijo que “no tenía sentido apostar contra el euro” y señaló que
la intervención del BCE sería ordenada y sistemática, los mercados repuntaron
el viernes. No hay razón para pensar que ya se haya fijado un sentido único a
sus palabras: en los próximos días, nuevas interpretaciones pueden dar lugar a
más fluctuaciones.
España e Italia no tuvieron
más remedio que reaccionar de manera positiva. En una declaración que el
matutino español El País interpretó como “devolverle la pelota” a Draghi, Rajoy
indicó que le pediría al fondo de rescate europeo que compre deuda soberana una
vez que conozca las medidas “no convencionales” que el BCE ha dicho que
tomaría. En un sentido similar se pronunció el premier italiano Mario Monti,
quien sin embargo descartó que Italia necesite un rescate de su economía. “Lo
que pasa es que a veces los mercados tardan en reconocer los esfuerzos que se
están haciendo”, dijo Monti.
El fondo de rescate es el
Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), hoy claramente insuficiente
(tiene unos 388 mil millones de dólares de reserva). Este fondo será
sustituido, posiblemente en septiembre, por el Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE) que, cuando esté en pleno funcionamiento, contará con unos 776 mil
millones de dólares. Esta cifra apenas alcanza para España, que tiene reservas
de 48 mil millones de dólares, vencimientos de deuda equivalentes a más de 600
mil millones de dólares de aquí a 2015 y una deuda externa que el mismo Rajoy
estimó en 900 mil millones de euros (más de un millón de millones de dólares).
El rescate de Italia costaría un millón de millones dólares y está totalmente
fuera del alcance de estos fondos.
Remeras en un local de Atenas, reflejan la profundidad de
la crisis financiera europea.
De ahí que la intervención del
BCE sea considerada esencial para una salida financiera. El BCE ha adquirido
bonos de países miembros de la Eurozona en tres oportunidades. En mayo de 2010
a raíz del estallido de la crisis de la deuda soberana griega, en agosto y
diciembre del año pasado cuando con otros dos rescates en la mochila (Irlanda y
Portugal) decidió contrarrestar la presión especulativa de los mercados sobre
España e Italia. La diferencia es que ahora Mario Draghi indicó que habrá un
plan concreto con montos específicos. La pregunta es si esta ingeniería
financiera servirá para calmar las aguas y evitar un default al bajar las tasas
de interés que pagan España e Italia en los mercados financieros. El segundo
interrogante es si esta intervención puede aliviar la situación de manera tal
que la Eurozona vuelva a crecer económicamente.
Los signos no son alentadores.
El plan A (Austeridad) puesto en marcha en 2010 no ha servido. Grecia, Irlanda
y Portugal debieron ser rescatados a pesar de los ajustes. Lo mismo está
sucediendo con España e Italia hundidos en una recesión que pone en peligro las
metas de déficit fiscal comprometidas. La crisis además se está desplazando a
la economía de los países del norte europeo. La economía germana ya no crece,
sus exportaciones han caído y en julio la agencia estadounidense Moody puso en
perspectiva negativa la máxima calificación (AAA) que otorga a su deuda
soberana.
El problema es que no hay plan
B sobre la mesa. Mario Draghi dejó en claro el jueves que el BCE intervendría
si los países lo solicitan y se someten a un duro programa de reducción del
déficit. En resumen, más de lo mismo. No sorprende. Draghi es un ortodoxo que
fue vicedirector de Goldman Sachs y tiene el margen de maniobra acotado por el
más poderoso banco central de la Eurozona: el Bundesbank. Su presidente, Jens
Weidmann, ha dejado en claro que el banco alemán cuenta más que todo el resto.
Y Alemania está preocupada con el impacto que la crisis empieza a tener en su
economía. Con un 82 por ciento de deuda en relación a su PIB, con una economía
que empieza a enfriarse y que desde la creación del euro sólo ha crecido un 1,4
por ciento de promedio (menos que Francia, Holanda y el conjunto de la
Eurozona), con una canciller demócrata cristiana, Angela Merkel, casada con el
credo conservador, Alemania parece más decidida a esperar un milagro que a
comprometer más de sus reservas en un rescate. Según le indicó a Página/12
Gunnar Beck, experto alemán en temas legales de la Unión Europea de SOAS,
Universidad de Londres, llegado el momento, Alemania intervendrá. “En Alemania
la misma Angela Merkel ha dicho que si el euro fracasa, Alemania fracasa. Es
una idea muy arraigada en el estamento político alemán y tiene que ver con la
culpa histórica nacional. La clase política alemana siempre ha apostado por una
profundización de la integración europea”, señaló Beck.
El problema es que esta voluntad
política no es suficiente para garantizar la sobrevida del euro. De ahí el
debate que generó la propuesta de solución de la crisis del partido de
izquierda alemana Die Linke. La propuesta de la diputada federal Sarah
Wagenknecht contempla la eliminación de todas las deudas por encima del 60 por
ciento del PIB (límite del endeudamiento establecido por el Tratado de
Maastricht) y beneficiaría a la misma Alemania. En otra época, una iniciativa
de una diputada que perteneció al Partido Comunista de Alemania del Este no
sería tomada en cuenta: las cosas han cambiado.
Una reestructuración radical
de la deuda la volvería manejable y liberaría fondos para la inversión y el
crecimiento. Según Beck, no es políticamente viable. “El mérito de la idea es
que ofrece al menos una posible solución. El problema es que no es aceptable a
nivel político”, explicó Beck, a Página/12. Pero la película del euro está
acercándose a su desenlace. En este momento, la propuesta puede parecer
inviable, pero si la crisis se profundiza, la reestructuración de la deuda se terminará imponiendo por
la fuerza bajo la lógica elemental de que nadie puede pagar.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario