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Ya están online los cuatro capítulos iniciales de la miniserie de
ficción Marx ha vuelto,
basada en el Manifiesto Comunista. Estrenados todos los jueves de
mayo con miles de seguidores, con la
publicación del último capítulo de la serie no terminó, en realidad recién
comienza a emitirse “on demand” para todos los que quieran verla,
compartirla y difundirla, esa es la lógica de internet. Marx ha vuelto recién comienza, también porque ya está en rodaje un nuevo capítulo de la miniserie.
La idea surgió rápidamente ante el entusiasmo generado por la iniciativa, y
también por una reflexión propia del colectivo político que lo impulsa. Los
cuatro episodios actuales abordan la aguda crítica a la sociedad capitalista
que sigue vigente desde la letra del Manifiesto
Comunista, la perspectiva de la revolución social y el poder de los
trabajadores que de ella se desprende. Pero
lo que vemos necesario es intentar abordar de lleno "el Comunismo"
por el que luchamos. Es decir, pasar de
los “por qué” y los “cómo”, que enmarca esta primera entrega, a encarar el
desafío de los “para qué”. ¿Qué es el Comunismo? ¿Se trata
simplemente de una idea, o es, como decían Marx
y Engels un movimiento real cuyas bases se desarrollan “ante nuestros
ojos”? Ese será el desafío del nuevo (o nuevos) episodios. Desde lo
narrativo está planteado un encuentro ficcional entre dos grandes: Marx y Trotsky, más allá del tiempo y el espacio.
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LAS REFLEXIONES DE GLEYZER, SANJINES Y
EINSESTERIN. (Tres Cineastas).
“MARX HA VUELTO”, ESTO RECIÉN COMIENZA.
*****
Violeta
Bruk y Javier Gabino.
Rebelión
jueves 26 de junio del 2014.
Ya están online los cuatro capítulos
iniciales de la miniserie de ficción Marx
ha vuelto, basada en el Manifiesto Comunista. Estrenados todos
los jueves de mayo con miles de seguidores, con la publicación del último
capítulo de la serie no terminó, en realidad recién comienza
a emitirse “on demand” para todos los que quieran verla, compartirla y
difundirla, esa es la lógica de internet. Los cuatro episodios pueden
encontrarse en: www.contraimagen.org.ar y estamos
agrupando ahí también todo lo que genera su lanzamiento: tweets, opiniones,
notas en TV, radio, prensa, blogs y comentarios. La centralización en ese sitio
es una ayuda al navegante, aunque sabemos que la clave en la viralización
lograda por Marx ha vuelto es
justamente la descentralización de su difusión, adoptada por miles de
internautas individuales y colectivos, en especial vía redes sociales como Facebook y Twitter.
Con los capítulos en Youtube, Vimeo y distintos sitios de
descarga, como también por medio de telefonía
móvil, los visitantes acceden desde diversos puntos geográficos, con gran
caudal de entradas en Latinoamérica. Particularmente en México, Chile y Perú se generó mucho intercambio, además de Argentina. En el Estado Español se
inició la difusión, mientras que con el subtitulado al inglés, francés y
alemán, aspiramos llegar a otros países. A su vez, con la repercusión en TV,
radio y prensa escrita de Argentina, se multiplican las vistas. La propuesta
del Instituto del Pensamiento Socialista y el PTS en el Frente de Izquierda,
de popularizar ideas marxistas por medios audiovisuales y redes, está
cumpliendo una muy buena primer etapa.
Marx ha vuelto recién
comienza, también porque ya está en rodaje un nuevo capítulo de la
miniserie. La idea surgió rápidamente ante el entusiasmo generado por la
iniciativa, y también por una reflexión propia del colectivo político que lo
impulsa. Los cuatro episodios actuales abordan la aguda crítica a la sociedad
capitalista que sigue vigente desde la letra del Manifiesto Comunista, la perspectiva de la revolución social
y el poder de los trabajadores que de ella se desprende. Pero lo que vemos
necesario es intentar abordar de lleno "el Comunismo" por el que
luchamos. Es decir, pasar de los “por qué” y los “cómo”, que enmarca esta
primera entrega, a encarar el desafío de los “para qué”. ¿Qué es el
Comunismo? ¿Se trata simplemente de una idea, o es, como decían Marx y Engels un movimiento real cuyas
bases se desarrollan “ante nuestros ojos”? Ese será el desafío del nuevo (o
nuevos) episodios. Desde lo narrativo está planteado un encuentro ficcional
entre dos grandes: Marx y
Trotsky, más allá del tiempo y el espacio.
Entre los mensajes en las
redes algunos señalaron que para ellos Marx
ha vuelto resultaba un “producto difícil de clasificar”, en tanto
sería expresión también de los cambios en la formas de comunicación política,
más aún encarados por la izquierda revolucionaria. Un diario tituló “Mensaje
político y puentes del arte con la web” [1]
. Lo cierto es que la realización de un material audiovisual de estas
características llevó y lleva a todo el colectivo de TVPTS y Contraimagen a
reflexionar, entre otras cosas, sobre experiencias de la historia que se
propusieron desafíos similares.
Las reflexiones de Gleyzer, Sanjines y
Einsestein.
El
problema de las relaciones entre forma y contenido para lograr comunicar
ideas revolucionarias es parte de una problemática que recorre todas las
experiencias de colectivos culturales y audiovisuales que se lo propusieron a
lo largo de la historia. Encarar el problema de la distribución de ese
contenido audiovisual está directamente relacionado. No puede ser de otra
manera en vistas de la evidencia de que el lenguaje audiovisual dominante, las
formas y los gustos, son en gran medida moldeados por la industria cultural; al
igual que los canales de distribución permanecen en manos privadas y
concentradas. Durante los años ’70, en Europa estas reflexiones fueron
centrales, en Latinoamérica se encararon con una enorme impronta
antiimperialista y tercermundista moldeada por el guevarismo. Procesos
revolucionarios como en Chile, Bolivia y Argentina, y la revolución cubana
ponían al orden del día la discusión como problema práctico. Encarar con
profundidad estos temas excede el límite de este artículo, pero traer
fragmentos de ellos al presente tiene un valor enorme para pensar nuestros
propios desafíos.
Raymundo Gleyzer (Buenos
Aires, 25 de septiembre de 1941 – desaparecido el 27 de mayo de 1976) fue un
crítico y director de cine argentino especializado en el género documental y
también realizó actividades como periodista. Fue hijo de Jacobo Gleyzer (un
inmigrante ruso ucraniano) y Sara Aijen (originalmente Sara Aijenbom), y
hermano de Greta.
***
En
los años ‘70, Raymundo Gleyzer, militante del PRT,
cineasta miembro del grupo Cine de la Base reflexionaba acerca de los distintos
géneros y formatos posibles de utilizar para llevar las ideas de su organización política y el clasismo al movimiento obrero en
Argentina. Este proyecto culminó en la película Los traidores que siempre es
punto de referencia para los colectivos militantes. Como parte del plan de Los
traidores, el grupo se propuso realizar una fotonovela del mismo
nombre, un género popular en ese momento, encarando el problema desde una
perspectiva instrumental. Gleyzer cuenta
que la idea era que constara de “50
fotos que sintetizan las distintas partes del film, con textos ad-hoc y todo
(...) pensamos venderlo –por medio de los militantes de la corriente clasista–
y a un precio insignificante. ¿Por qué hacemos esto? (...) la fotonovela, pensamos que lo que hasta hoy ha sido
instrumento de dominación de la burguesía puede ser utilizado por el pueblo
para liberarse. Basta hacer un recorrido por los barrios populares para
observar la eficacia de un instrumento así. ¿Cuántas mujeres vemos en sus casas
leyendo fotonovelas ¿Cuántos obreros las leen camino al trabajo? Pues bien que
lean Los traidores, que como cuesta barato y es una historia amena y bien
contada, se transforma en un modo para hacer entrar en la vida cotidiana la
ideología en juego” [2] .
Desde otro ángulo, el cineasta Jorge Sanjinés y el grupo Ukamau de Bolivia, intentaron su “teoría y práctica de un Cine junto al
pueblo” [3] . Sus reflexiones toman un camino distinto, insistente en
plantear que la forma y el contenido deberían ir perfectamente relacionadas. En
cuanto a “la comunicación”,
explícitamente plantean que “la forma adecuada al contenido revolucionario que
debe difundirse, no puede concentrarse en los modelos formales que sirven a la
comunicación de otros contenidos”, atacando especialmente todo el lenguaje de la
publicidad e intentando en todo momento traer “la reflexión” en “el
espectador”. Pero una de las aristas más interesantes de sus ideas son las que
tratan las relaciones entre formas creativas y eficacia en la transmisión de
las ideas. Para Sanjines: “el cine
revolucionario" debería "buscar la belleza no como
objetivo sino como medio”. Lo que implicaría una “relación dialéctica
entre belleza y propósitos, que para producir la obra eficaz debe darse
correctamente. Si esa interrelación está ausente tendríamos, por ejemplo, el panfleto, que bien puede ser
perfecto en su proclama pero que es esquemático y grosero en su forma”. Lo
cual traería una terrible consecuencia pues, “La carencia de una forma
creativa coherente reduce su eficacia, aniquila la dinámica ideológica del
contenido y sólo nos enseña los contornos y la superficialidad sin entregarnos
ninguna esencia”. En otras palabras, sin formas creativas no hay
comunicación, ni transmisión de ideas a nivel de masas, las cuales solo pueden
ser llevadas por el audiovisual en su propia lengua: “por vías de la expresión sensible”.
Jorge Sanjines.cineasta boliviano. Para
Sanjines: “el cine revolucionario" debería "buscar la
belleza no como objetivo sino como medio”. Lo que implicaría una “relación
dialéctica entre belleza y propósitos, que para producir la obra eficaz debe
darse correctamente. Si esa interrelación está ausente tendríamos, por ejemplo,
el panfleto, que bien puede ser perfecto en su proclama pero que es esquemático
y grosero en su forma”.
***
En el texto donde Sanjinés aborda estos temas hace un recorrido por el
cine revolucionario, remontándose incluso a la Revolución Rusa y Einsenstein, el cineasta soviético que tuvo una práctica y teoría muy profunda del
medio audiovisual al que dejó su impronta. Aunque no es lo que señala de él, Einsenstein había encarado un ángulo
parecido desde una perspectiva artística. En relación a transmitir una idea,
atacó inicialmente el encadenamiento fluido en un film, como si fueran
“ladrillos arreglados en serie para exponer una idea”. A lo que
confrontaba su punto de vista sobre el montaje como “un choque de
dos factores dados” del cual “surge un concepto”. Más adelante, diría que toda
película estaba basada en una unidad dual (dialéctica), entre un factor
altamente consciente y otro profundamente sensible, que debían crear una
constante “tensión”, y las cuales no pueden separarse sin que todo se malogre.
Por lo cual “un sesgo hacia el lado temático-lógico la hace seca, lógica,
didáctica. Pero una sobreacentuación en el lado de las formas de pensamiento
sensible sin tomar lo suficientemente en cuenta la tendencia temático-lógica,
es igualmente fatal...” [4] .
Es muy interesante traer
estas reflexiones, acordemos o no con ellas, porque sirven como disparadores
para plantear un debate que consideramos hoy necesario, si de lo que se trata
es de aportar ahora desde la acción cultural a construir un partido
revolucionario.
En
un artículo de Ideas de Izquierda 1 nos acercábamos a
las nuevas prácticas de la realización audiovisual en el norte de África y Europa tras la “Primavera Árabe” y la crisis capitalista
[5] . En él, tras un recorrido por las nuevas experiencias, planteábamos
que ante la mezcolanza de productos y canales de difusión había que hablar
genéricamente de “audiovisual” como el lenguaje hegemónico en la actual cultura
de masas. Lo que incluso debe llevar a repensar las formas tradicionales e
institucionalizadas del cine. A su vez, afirmábamos que “el ámbito de ‘la comunicación’ con las nuevas posibilidades
tecnológicas se expandió para convertirse por esa razón en un vehículo de
expresión sensible”, que apunta a descubrir otros caminos. En Contraimagen TVPTS tenemos un
seguimiento de esas experiencias ligadas a la lucha de clases, las cuales
tuvimos en cuenta para pensar la realización de Marx ha vuelto. El
objetivo de los materiales fue inicialmente didáctico, para ser utilizado como
disparador en cursos sobre el Manifiesto
Comunista para trabajadores y jóvenes. Pero la didáctica fue encarada a
partir del cruce de tres líneas en el guión: una historia actual de
trabajadores; una línea del personaje de Karl
Marx; una línea de montaje de archivo histórico y actual.
La primera línea
buscar generar empatía con personajes de la actualidad, trabajadores jóvenes
que sufren el ataque del capital en situaciones cotidianas; la aparición de Marx como sueño o
imaginación en cuya voz se plantean fragmentos del Manifiesto, permitirían
“explicar” de alguna manera estas situaciones. Mientras que la tercera línea
con montaje de archivo, retazos de películas y videos bajados de la red, viene
en ayuda para intentar acortar la distancia entre la realidad actual sin
revolución y la letra del Manifiesto como proclama revolucionaria. La propuesta de “miniserie”, tras su
utilización inicial en los cursos, busca confluir con la explosión de este
género popular en la actualidad. El resultado final es una miniserie web
con un tratamiento formal que explora el lenguaje de internet, por la
multiplicidad de recursos, y un montaje veloz con elipsis marcadas, sin
necesidad de “contar todo”, con una duración
de 13 minutos cada uno para que la historia se complete por la
interactividad de los internautas.
A la difusión que está en
marcha partir de que miles de personas la tomen en sus manos, la miren, compartan y difundan por redes
sociales (Argentina va a la cabeza del uso de Facebook por ejemplo), se suma la difusión por celulares. Vía Whatsapp se envían los capítulos y
los spot de publicidad de la miniserie, en una práctica difícil de cuantificar.
“Dos compañeros de mi sector me decían que está muy bien hecho. Otro se lo
puso a ver piloteando la máquina…Cuando estábamos por terminar el turno ya eran
cuatro mirándolo por el celular”. “Los muchachos están como locos, quieren
más…Están esperando la tercera parte y dicen que refleja mucho la realidad que
vivimos”. Estos y muchos más comentarios, se empiezan a escuchar por
distintos lugares de trabajo. Esto evidencia que logramos cierta comunicación,
y que lejos de la lógica unidireccional, las tecnologías interactivas permiten
una nueva práctica de la cual echar mano. Aunque no está de más señalar que
estamos muy lejos de abrazar una
“distribución alternativa” por convicción, al contrario nos vemos obligados
a ella por el régimen de propiedad privada imperante que niega a los
trabajadores, la izquierda e incluso a cualquier progresista consecuente el
acceso a “la masividad” de los grandes medios de comunicación.
Si nunca se fue...
Muchos
comentarios en las redes señalaron sobre el nombre de la serie, que “Marx nunca se fue...”. Como se señaló
ya muchas veces, Marx es el único pensador al que se le decreta la muerte, algo
que no se hace con ningún otro, mostrando así por contraposición la vitalidad
de sus ideas. Pero venimos de décadas donde el retroceso en la lucha de clases y
el avance “neoliberal” había impuesto un triunfalismo capitalista
respecto a su dominación, triunfalismo que entró en crisis con la crisis del
propio sistema capitalista. Por eso Marx
vuelve y esto recién comienza, porque las ideas marxistas pueden volverse fuerza material en la clase
trabajadora, los sectores populares y todos los movimientos de los oprimidos.
Esa apuesta no es solo teórica sino práctica. El peso conquistado por la
izquierda trotskista en Argentina, y el lugar destacado del PTS en el movimiento obrero en
particular, nos empujan a seguir pensando y renovando las posibilidades de una producción
audiovisual que aporte lo suyo en la lucha por la transformación revolucionaria
de la sociedad.
*****
............................
*Realizadores
audiovisuales. Grupo Contraimagen y TVPTS. El artículo fue
publicado en la revista argentina "Ideas
de izquierda" (http://ideasdeizquierda.org/).
[1]
Diario Tiempo Argentino, 28/05/14. Entrevista a
Carlos Weber: “Es bueno que Marx esté entre nosotros”. “Una miniserie de
Internet producida por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).
Mensaje político y puentes del arte con la Web”.
[2]
Raymundo Gleyzer, documentos/testimonios (Cinelibros).
"Presentación y autocritica en forma de diálogo con Tomás Gutiérrez
Alea" apartado 3 "Métodos de trabajo (Los traidores)". Según nos
cuenta Juana Sapire, miembro del colectivo, el proyecto de la fotonovela quedó
trunco pero se había iniciado.
[3]
Las citas son del libro "Jorge Sanjinés y grupo Ukamau,
teoría y práctica de un cine junto al pueblo" (Siglo XXI). Apartado
"Elementos para una teoría y práctica del Cine revolucionario".
[4]
Sergei Einsestein "La forma del Cine" (Siglo XXI).
Apartado "La forma fílmica, nuevos problemas".
[5]
"Primer corte en la línea de tiempo" realización audiovisual en la
crisis capitalista (Revista Ideas de izquierda N° 1).
*****
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