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Distinguido Colega. Dr. Navarro, su artículo que hoy lo
publicamos, muy interesante, pleno total para la polémica en la Sala o el Auditórium de la Academia, la Universidad, algunas ONGs, Colegios o Gremios Profesionales,
en el centro de reunión de los movimientos sociales –La Plaza Pública – y al
final quizás en algunos Partidos
Políticos. Interesante, pero con el debido respeto no lo comparto en su
totalidad. De entrada, históricamente la Social
Democracia NUNCA ha sido de Izquierda, igualmente el “viejo” Socialismo
Parlamentario – todos conocemos como se ubicó en el escenario mundial de la
Modernidad, políticamente – un poco más allá – de las Derechas Nacional o la
propia “centro derecha”, sí, es claro y contundente afirmar siempre estuvo más
al extremo diferente de la vieja derecha – ultra-derecha, cavernaria, ultra-conservadora,
“nacionalista” radical, dogmática, salvaje y fascista. (el chauvinismo
populista y patriotero). Salió de las entrañas políticas de la Segunda Internacional
– antes de la Primera Guerra Mundial – 1914. Así como después de la Segunda Guerra Mundial – en el
epicentro de la construcción política del Estado de Bienestar – El Estado
providencia, el Estado benefactor – en el modelo del Estado Keynesiano, la Social Democracia, tampoco asumió políticas
de izquierda.
La Mujer Europea, la mujer Socialista española, ante el fracaso electoral del "viejo" e histórico partido Socialista el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en las elecciones del Euro-Parlamento, hoy están impulsando profundos cambios políticos en su conducción y funcionamiento, de lo contrario serán "castigados" políticamente por los Ciudadanos, por su complicidad con la derecha y la extrema derecha en la destrucción de los derechos sociales y políticos del Pueblo.
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Fue impulsor desde los gobiernos socialdemócratas, en la “vieja” Europa –
tiempos de los 30 años de oro del capitalismo – incluso cuando compartió gobierno
con los Socialistas, de grandes reformas
– que mejoran el capitalismo, que benefician al propio sistema y que al final se
transforman en verdaderas columnas vertebrales del Modo Social Europeo: La libertad de expresión, la Democracia, la vigencia irrestricta de los derechos sociales y
políticos que Europa exporto al mundo. Fue muy criticada por su posición
política reformista, conciliadora con el capitalismo en tiempos del París 68 y la histórica Huelga
Universitaria. Igual, en tiempos políticos e históricos de la Transición a la Democracia, por ejm, en
España, Portugal, década de los 70’ del
siglo XX, tiempos del Euro-comunismo – y la renuncia política al Leninismo-
como teoría científica del Marxismo - también asumió la misma posición política,
reformista electoral, modernizante e incluso cuestionada en el mismo tiempo por
los nacientes Nuevos
Movimientos Sociales. (Verdes, ambientalistas, ecologistas, DD.HH.
Pacifistas, Feministas, Derechos Civiles, Contra-culturalistas,, etc.).
Finalmente el siglo XX terminó como comenzó en el mismo siglo, siempre con sus
posiciones reformistas, electorales, clientelares, populistas. Nosotros en América Latina éramos el “conejillo
de indias” del neoliberalismo, víctimas de la violencia, derechos humanos
destruidos, deudas externas monumentales – la corrupción por dentro) – la socialdemocracia y el socialismo
parlamentario, jamás brindó apoyo político o asumió una posición crítica
frente al “terrorismo neoliberal” como barrían y destruían nuestros derechos
más elementales.
En los últimos tiempos en el escenario del
neoliberalismo y la crisis estructural que destruye el tejido social europeo, que
dinamita los derechos de los Ciudadanos y
que en muchos países ha sido y es parte importante de los grupos y clases
sociales en el poder – los socialistas
en Francia, en España, Portugal, Grecia y los social demócratas en Inglaterra, en Italia y hoy en la Europa Nórdica,
jamás se han considerado de izquierda – simplemente no diríamos han perdido
el rumbo de la Historia – No – ellos se forjaron y construyeron su propio
camino político en la ancha avenida del siglo
XX de la Modernidad y los Partidos Políticos que garantizan la estabilidad
política del régimen capitalista y del sistema
político de la Democracia, Electoral, Liberal representativa y contribuyen
a generar políticas de Consenso con
la finalidad de forjar espacios sociales y contextos políticos desde la Opinión Pública que garanticen la Legitimidad
de las Instituciones y el Estado de
Derecho del Sistema Político. Pero nunca dijeron que son de izquierda, por eso
creemos hoy están siendo “ajusticiados”
políticamente por los Ciudadanos, porque ellos se han ganado una “medalla de oro” por su alta participación,
compromiso y complicidad con la derecha política en la imposición de políticas
de austeridad, políticas salvajes, inhumanas y fascistas. El escenario político social de la extrema derecha, de la derecha fascista, xenofóbica, hoy
triunfante en las elecciones para el Euro-parlamento tiene otra mirada, distinta
explicación y sobre todo en conjunto es un serio peligro para la propia
democracia. La Izquierda – PODEMOS, I.U –
y otros movimientos regionales tiene una mirada totalmente diferente, el
escenario europeo, hoy es altamente productivo para una Izquierda Democrática absolutamente cuestionadora del sistema,
lucha por una Nueva
Democracia de Ciudadanos, Participativa y Cívica apoyada en calles y plazas
públicas por millones de Ciudadanos. (Explicaremos en otro artículo).
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¿Cambiará social y políticamente la Social Democracia. NO?. Creo por el contrario se siente muy complacida en los brazos protectores de la derecha y la extrema derecha en todo Europa?. Acaso, nos acercamos a su "muerte" política final?.....
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¿POR QUÉ LAS IZQUIERDAS (primordialmente la
socialdemocracia) CONTINÚAN PERDIENDO?.
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Vicenç Navarro .
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas
Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns
Hopkins University .
Net/globalización. Mayo del
2014.
El hecho de que las derechas estén ganando y
las izquierdas (especialmente la socialdemocracia) estén perdiendo se debe a
varios factores. Uno, muy importante, es que las derechas tienen mucho más
dinero y, por lo tanto, recursos que las izquierdas. El capital (término que
apenas se utiliza hoy por considerárselo “anticuado”) las apoya, les da dinero
y les ofrece las grandes cajas de resonancia que son los medios de información
y persuasión. Pero otra causa del poco éxito de las izquierdas es que han
aceptado, en su mayor parte, los términos y conceptos establecidos y promovidos
por la derecha, detrás de los cuales está el capital. Entre estos está la
ideología liberal (en realidad, neoliberal), que guía la mayoría de políticas
públicas hoy apoyadas por las derechas y reproducidas (en versión light) por las
izquierdas.
Según el discurso neoliberal, los liberales
(las derechas) están a favor del mercado y en contra del intervencionismo
estatal. Y en este discurso, se ataca a las izquierdas por ser anti-mercados y
estatistas. Y como resultado del enorme poder mediático que tienen las
derechas, esta interpretación de lo que son y desean los liberales y las
izquierdas es lo que se ha convertido en sentido común, es decir, en el sentir
promovido en la sabiduría convencional del país. Y, predeciblemente, amplios
sectores de las izquierdas, llamados los “modernizadores” (Blair, Zapatero,
Valls y Renzi, entre otros) han aceptado esta visión y han ido basando sus
políticas en lo que la narrativa liberal promovía, es decir, la dilución de la
intervención del Estado y la potenciación de los mercados, compitiendo con las
derechas en el terreno definido por ellas. Y ahí está una de las causas del
declive de las izquierdas (soy consciente de que ahora los medios liberales
están aupando a Valls y Renzi, vistos como la gran esperanza). Remito al lector
a que mire cómo evoluciona su apoyo popular durante sus años de gobierno. Es
fácil predecirlo. Significarán una derrota más de lo que se llaman las
izquierdas modernistas.
¿Por qué este esquema está
profundamente equivocado?
Las bases empíricas en las cuales se apoya
esta versión de lo que hacen las derechas y de lo que hacen las izquierdas
están profundamente equivocadas. Las derechas han sido muchísimo más
intervencionistas y estatalistas que las izquierdas. Y sus intervenciones han
disminuido la dinámica de los mercados mucho más que las de las izquierdas. Los
datos que señalan esta observación son robustos y contundentes. Veámoslos,
citando solo unos casos bien instructivos:
1. Uno de los libros que está teniendo mayor impacto en EEUU, Capital in the Twenty-First Century, de Thomas Piketty, muestra claramente que la enorme concentración de capital y de rentas que está ocurriendo en la mayoría de países de la OCDE, y que constituye la principal causa del crecimiento de las desigualdades, se debe, en parte, a las políticas públicas neoliberales aplicadas por los Estados. Sin estas intervenciones públicas, dicha concentración no hubiera ocurrido.
1. Uno de los libros que está teniendo mayor impacto en EEUU, Capital in the Twenty-First Century, de Thomas Piketty, muestra claramente que la enorme concentración de capital y de rentas que está ocurriendo en la mayoría de países de la OCDE, y que constituye la principal causa del crecimiento de las desigualdades, se debe, en parte, a las políticas públicas neoliberales aplicadas por los Estados. Sin estas intervenciones públicas, dicha concentración no hubiera ocurrido.
2. Entre tales
intervenciones públicas, Dean Baker, Codirector del
Center for Economic and Policy Research, destaca los 216.000 millones de euros
que los Estados de la Unión Europea han garantizado y aportado cada año a la
banca privada (Dean Baker, “Economic Policy in a Post-Piketty World”, Truthout,
21.04.14), seis veces más que en EEUU (36.000 millones). Estos fondos podrían
haberse dedicado, por un lado, a establecer bancos públicos que garantizaran el
crédito y, por el otro, a un programa de inversiones sociales y verdes,
orientadas a la creación de empleo, cubriendo las enormes necesidades humanas
desatendidas y facilitando, a la vez, el cambio de modelo productivo y el
consumo que los países necesitan. Los modernizadores de las izquierdas
apoyaron, sin embargo, el subsidio a la banca y ni siquiera pensaron en lo
segundo.
3. Las derechas
constantemente interfieren en el mercado, favoreciendo al gran capital (a las grandes empresas financieras, industriales y de servicios) con
medidas intervencionistas y proteccionistas. Un ejemplo claro de ello es la
industria farmacéutica, que a través de las patentes, que el Estado subsidia y
protege, se puede permitir poner unos precios muy por encima de los costes de
producción. Durante el periodo cubierto por la patente, la compañía
farmacéutica que creó el producto tiene el monopolio absoluto sobre aquel
producto. Y el Estado, además de proteger a esa compañía, permitiéndole tal
monopolio, es el que le compra la mayoría de los fármacos, pagándole el precio
artificialmente alto que la compañía exige. Es un expolio en toda regla. Pero
la situación es incluso peor, pues la justificación que la industria
farmacéutica utiliza para que el Estado le ofrezca las patentes (garantizándole
el monopolio) es que necesita recuperar los gastos de investigación que
requiere el descubrimiento de nuevos fármacos.
Pero muchos estudios han mostrado que la
mayor parte del conocimiento básico que ha dado pie al descubrimiento de
fármacos procede de estudios financiados públicamente. Lo que la industria hace
es cubrir solo una parte (bastante pequeña) de la investigación, que es la
aplicación de dicho conocimiento. Sería, por lo tanto, más lógico, y darle
mejor uso a los recursos, que el Estado financiara la investigación aplicada y
no solo la básica, y que eliminara las patentes, permitiendo y facilitando la
existencia del mercado, con lo cual el precio de los fármacos sería mucho
menor, ahorrándose así el Estado muchísimo dinero. El que esta alternativa ni
siquiera se considere se debe a la enorme influencia de la industria
farmacéutica sobre el Estado.
La variable más importante para predecir el
comportamiento del Estado es la influencia a la cual este está sujeto. De ahí
que el tema y debate clave no sea si la intervención del Estado es buena o
mala, sino quién controla y/o influencia al Estado. Las derechas favorecen que
esta influencia la ejerzan los grupos económicos y financieros que las
financian. Las izquierdas deberían favorecer que fueran las clases populares
las que influenciaran las políticas públicas del Estado. Y, lamentablemente, muchas de ellas, especialmente
las de sensibilidad socialdemócrata, no lo han hecho, y de ahí su declive. Así
de claro.
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