martes, 30 de septiembre de 2025

JOSEPH E. STIGLITZ, PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA: «Una persona que está muriéndose de hambre no tiene libertad».

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“La derecha ataca a las universidades porque no quieren oír hablar del pensamiento crítico “Una persona que está muriéndose de hambre no tiene libertad, lo único que puede hacer es sobrevivir”, denunció el economista estadounidense. “Las universidades estamos aquí para reforzar esa libertad y dejar que los jóvenes la utilicen para ampliar sus potenciales, debemos liberarlos de las ideas que los limitan y que puedan pensar por sí mismos”, subrayó en su visita a la UIMP. En su opinión, esa es una de las razones por las que derecha ataca las universidades: no quieren que los jóvenes piensen por sí mismos, “no quieren oír hablar del pensamiento crítico”.

“Stiglitz alertó también de que la libertad a veces se adquiere a expensas de la falta de libertad de otra persona. La libertad para cuidar el medio ambiente es que nosotros debemos de perder parte de nuestras libertades porque el planeta debe quedarse libre de contaminación. El Nobel ha enlazado esta cuestión con la pandemia, cuando algunas personas se resistían a llevar mascarilla o vacunarse porque restaba parte de su presunta libertad. “Pero eso ponía en riesgo la libertad de sus semejantes”. Añadió otro ejemplo, el de quienes apelan a la libertad de llevar un arma frente a quienes no se sienten libres del miedo, por temor a que una persona armada irrumpa a tiros en su colegio. “La libertad de vivir es más importante que la libertad de llevar un arma”, afirmó. Por tanto, defendió la necesidad de hacer concesiones para llegar a acuerdos.

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Fuentes: El diario [Imagen: Joseph E. Stiglitz y el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en la ceremonia del Doctor Honoris Causa. JUANMA SERRANO]

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JOSEPH E. STIGLITZ, PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA:

«Una persona que está muriéndose de hambre no tiene libertad».

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Por Olga Agüero | 30/09/2025 | Economía

 

Fuentes Revista Rebelión martes 30 de septiembre del 2025-


“Los aranceles son un desastre, pero lo más decepcionante es la capitulación de Europa”, denuncia el economista estadounidense en el discurso de investidura como Doctor Honoris Causa de la UIMP

Joseph E. Stiglitz (1943, Indiana, Estados Unidos) llegó a Santander con ganas de hablar de libertad: del sentido de un término que trata de capitalizar la derecha y de la importancia de la libertad académica “que está siendo cuestionada en los Estados Unidos y en mi universidad, la de Columbia”. A su juicio, no es solo un privilegio de unos pocos, sino que es una parte esencial para los mecanismos de control de la sociedad. “Nos enfrentamos a una ardua batalla, probablemente la ganaremos”, proclamó optimista a pesar de todo.



El Premio Nobel de Economía es un personaje menudo, que muestra cierta agilidad a pesar de apoyarse en un bastón, de rostro simpático. Habla de manera tranquila, no necesita elevar el tono ni hacer inflexiones teatrales para expresarse con contundencia sobre asuntos actuales y polémicos. En Santander no rehuyó ninguna cuestión:

afirmó con rotundidad que en Gaza se está produciendo un genocidio “tanto humano como académico”, alabó el “liderazgo increíble” del presidente español, Pedro Sánchez, tras su reciente intervención en la Universidad de Columbia, criticó que Donald Trump está convirtiendo el mercado “en un bazar donde todo vale” y denunció el miedo que hay en las universidades estadounidenses, sobre todo entre alumnos extranjeros que temen ser deportados.

Sin embargo, a pesar de lo atractivo de la cita, cualquier romería de verano en Cantabria reúne a más autoridades y políticos que la presencia en la capital del todo un Premio Nobel de Economía. La ceremonia de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), con la presencia del ministro Carlos Cuerpo, tuvo sonoras ausencias. Entre ellas, la de la propia presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, que delegó la representación de su Ejecutivo en el consejero de Educación, Sergio Silva. Tampoco el responsable de Economía consideró pertinente escuchar en persona las lecciones del profesor de Columbia. Sí hubo, en cambio, representación de las universidades cántabras.

En la segunda fila le escuchaban algunas caras conocidas, como el empresario Sebastián Ceria, el matemático argentino que vendió su empresa dedicada al control de riesgos financieros por 850 millones de dólares y compró el Real Racing Club de Santander. Después de la ceremonia compartieron mesa y conversación antes del retorno del profesor a Bilbao, donde este lunes tiene agenda.



Cuando Stiglitz, un pensador comprometido con la justicia social, apareció en el salón, ya había protagonizado un encuentro previo con la prensa durante aproximadamente una hora. Estuvo amable y hablador. Destilando vitalidad.

No me habéis preguntado por los aranceles”, reprochó con cierta picardía a los periodistas, antes de lanzar su diagnóstico: “Son un auténtico desastre, pero lo que más me decepciona es la capitulación de Europa, que se hayan rendido a negociar con Trump”. “Si cede, eso supondría dejar de lado la soberanía de Europa”, vaticinó con contundencia.

En el discurso que pronunció en la ceremonia académica defendió “la misión esencial de la academia” y confesó que le emocionaba estar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo después de los últimos sucesos en Estados Unidos:

“Me reconforta muchísimo porque creo que el soft power de nuestras universidades es mucho más importante que el poder militar americano”. Según recordó, la universidad se dedica a defender el conocimiento “asegurándonos de que nuestra sociedad trabaja en beneficio de toda la humanidad y es fundamental mantener una red de conocimiento. Por eso los regímenes autoritarios siempre han atacado estas universidades”, apostilló.

El autor del libro ‘Camino de libertad: la economía y la buena sociedad’ opinó que

“los que están en la derecha han hablado siempre de la libertad como si fuese suya, pero creo que no han entendido bien lo que significa esa libertad y al no hacerlo la han socavado”. Stiglitz explicó que no vemos autoritarismo en los países que han trabajado mucho por el bienestar. No se ve en los países más desarrollados de Europa, pero sí en los que ha habido muy poca intervención del Gobierno cuando no se ha ocupado de los que se quedan atrás, “de los que no tienen ni la salud ni la educación que merecen”.

La derecha ataca a las universidades porque no quieren oír hablar del pensamiento crítico

“Una persona que está muriéndose de hambre no tiene libertad, lo único que puede hacer es sobrevivir”, denunció el economista estadounidense. “Las universidades estamos aquí para reforzar esa libertad y dejar que los jóvenes la utilicen para ampliar sus potenciales, debemos liberarlos de las ideas que los limitan y que puedan pensar por sí mismos”, subrayó en su visita a la UIMP. En su opinión, esa es una de las razones por las que derecha ataca las universidades: no quieren que los jóvenes piensen por sí mismos, “no quieren oír hablar del pensamiento crítico”.



Stiglitz alertó también de que la libertad a veces se adquiere a expensas de la falta de libertad de otra persona. La libertad para cuidar el medio ambiente es que nosotros debemos de perder parte de nuestras libertades porque el planeta debe quedarse libre de contaminación. El Nobel ha enlazado esta cuestión con la pandemia, cuando algunas personas se resistían a llevar mascarilla o vacunarse porque restaba parte de su presunta libertad. “Pero eso ponía en riesgo la libertad de sus semejantes”.

Añadió otro ejemplo, el de quienes apelan a la libertad de llevar un arma frente a quienes no se sienten libres del miedo, por temor a que una persona armada irrumpa a tiros en su colegio.

“La libertad de vivir es más importante que la libertad de llevar un arma”, afirmó. Por tanto, defendió la necesidad de hacer concesiones para llegar a acuerdos.

La segunda idea de potente de su discurso en Santander sirvió para destacar que a través de una acción colectiva se puede reformar la libertad de todos. Como sucedió durante la COVID: pagar impuestos ha permitido desarrollar vacunas.

“Un ejemplo sencillo: un semáforo nos resta cierta libertad, ¿verdad? Nos hace parar cuando está en rojo, pero sin ellos nadie podría circular”, argumentó.

Joseph E. Stiglitz recibió el premio Nobel de Economía en 2001 por sus análisis de los mercados con información asimétrica, una contribución fundamental para comprender las fallas del mercado y sus implicaciones sociales. Desde ese año imparte clase en la Universidad de Columbia, donde fundó laInitiative for Policy Dialogue’, un centro de pensamiento centrado en el desarrollo internacional.

En 2003 recibió el máximo honor académico de esa prestigiosa institución académica al ser nombrado ‘University Professor’, y, además, es conocido por su trabajo sobre economía de la información, desarrollo global y desigualdad, así como por su papel en instituciones académicas y multilaterales de alto nivel.

A lo largo de su carrera ha desempeñado puestos como economista jefe del Banco Mundial, asesor de gobiernos como el del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, activista en el debate sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o miembro de la comisión que redefinió la medición del progreso social, entre otras plataformas destacadas.

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lunes, 29 de septiembre de 2025

¿GUERRA CULTURAL O LUCHA DE CLASES?

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“Esta oligarquía, que no para de secuestrar y concentrar la riqueza de las sociedades, se ha dado cuenta de dos problemas: (1) La brecha entre quienes lo tienen todo y quien no tienen nada se ha incrementado de forma logarítmica --ergo, peligrosa. (2) La vampirización de las colonias que proveían a los imperios del capitalismo blanco se está secando y los pueblos, que apenas se beneficiaron de este genocidio histórico que dejó cientos de millones de muertos, ya no sienten el privilegio de ese sistema internacional. Están empobrecidos, endeudados, destruidos por las drogas duras y por las drogas de la argumentación apasionada e inútil de las redes de entretenimiento, productoras del odio sectario, nacionalista y tribal.

“La droga principal de las elites es el dinero y el poder. Necesitan siempre más para mantener un mínimo de satisfacción, pero saben que esta situación, tanto nacional como internacional, no es sostenible. A nivel nacional, es la fórmula perfecta para una sangrienta rebelión. A nivel internacional, significa el derrumbe de un poder dictatorial que en el siglo XIX se llamó “democracia blanca”. Adentro, para evitar o postergar esta rebelión, necesitan promover el odio entre los de abajo y la militarización como solución. Afuera, el objetivo es el genocidio, la aniquilación de cualquier potencia emergente o la tercera guerra mundial.

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Imagen AFP.

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¿GUERRA CULTURAL O LUCHA DE CLASES?

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Por Jorge Majfud.

Fuente Página / 12 lunes 29 de septiembre del 2025.


El 10 de setiembre de 2025, en un evento llamado “The American Comeback Tour” (“Gira por el Regreso de Estados Unidos”) en la Utah Valley University, un estudiante le preguntó a Charlie Kirk:

--“¿Sabes cuántos tiroteos en masa ha habido en los últimos diez años?”

--“¿Contando la violencia de pandillas?” respondió Kirk, irónico.

Kirk era un arengador profesional de la derecha, reconocido por el presidente Trump por haberlo ayudado a ganar las elecciones. Tiempo atrás, había afirmado que algunos muertos por violencia de armas (40.000 anuales) eran un precio razonable para mantener la sagrada Segunda Enmienda. Según la Asociación del Rifle, que dio vuelta la interpretación de la Suprema Corte, esta enmienda protege el derecho de los individuos a portar rifles AR-15. La letra impresa de 1791 no habla de individuos sino de “milicias bien reguladas”. Por armas se refería a unos mosquetes que no mataban un conejo a cien metros. Por “the people” ni soñando se refería a negros, mulatos, indios o mestizos.

Antes que pudiese articular una respuesta completa, Kirk recibió un poderoso disparo en la garganta desde un edificio ubicado a 140 metros. De paso, por casualidad o no, sus enemigos de la misma derecha, como Ben Shapiro y, tal vez Tel Aviv, se sacaron de encima a un traidor que había cuestionado el 7 de octubre de 2023 --como lo hicimos nosotros en Página/12, el 8 de octubre.

Los medios y las redes sociales explotaron culpando a “la izquierda”, pese a que, solo en los últimos cincuenta años, las matanzas de la derecha suman el 80 por ciento de los muertos y los de la izquierda apenas cinco por ciento.



Pero ¿a quién le importa la realidad, si el verbo creó el mundo? Desde Europa hasta el Cono Sur, quienes escucharon por primera vez el nombre de Kirk organizaron emotivas ceremonias por el nuevo mártir de la “violencia de los zurdos” y no ahorraron elogios a su “profunda influencia” que “marcó un camino” para la gente de bien.

Dos días después, el gobernador del estado mormón de Utah, Spencer Cox, dio a conocer la identidad del asesino. Casi llorando, reconoció que

“había rezado 33 horas para que el asesino fuese alguien de afuera, de otro estado o de otro país”, pero Dios no lo escuchó. Dos días más tarde volvió a los medios más aliviado: el asesino, aunque conservador, amante de las armas, votante del presidente Donald Trump, había sido influenciado por las “ideas de izquierda” de su pareja, un joven transexual.

Los religiosos capitalistas no creen en el pecado colectivo sino en el pecado individual, pero siempre están buscando un pecador dentro de un grupo ajeno para para criminalizar al grupo entero. Cuando Cox reconoció:

“Durante 33 horas recé para que el asesino fuera alguien de otro país... Lamentablemente, esa oración no fue escuchada”. No se le ocurrió pensar que “nosotros, que lideramos las donaciones en todo el país”, podíamos ser criminales, pecadores. Si cerramos los ojos para decirle a Dios lo que debe hacer, no podemos ser malos.

Ahora, ¿Cuál es la lógica (sino la ingeniería) social en todo esto? Pongámoslo con una metáfora que atraviesa tres continentes y más de mil años de historia: el ajedrez.

Como las matemáticas modernas, las ciencias fácticas y los mecanos, en el siglo IX los árabes introdujeron el ajedrez indio a Al-Andalus (hoy España). Europa lo adoptó y adaptó. El sistema feudal europeo concentraba todo el prestigio social en la tenencia de tierras y en el honor de las guerras. Como hoy, los nobles inventaban guerras en las cuales sus súbditos iban a morir en nombre de Dios, mientras ellos recogían el botín y el honor. Los peones, esa línea de piezas sin rostros y sin nombres, son los soldados modernos y, más recientemente, los civiles que sólo sirven de carne de cañón.



¿Dónde está el truco? En geopolítica, los dos bandos representan dos bloques o alianzas de países. Igual, los de abajo son los primeros en morir. Si sobrevive un peón hasta el final de la partida, es porque se arrimó al rey para protegerlo.

A nivel nacional, representa una guerra civil, pero éstas suelen ser raras; son la última instancia de una guerra más prolongada que la precede. Cuando vemos estas piezas en acción, vemos las blancas contra las negras. Vemos una “guerra cultural”. Una guerra que hoy no es, porque, si realmente fuese una guerra cultural, la libertad de expresión estaría garantizada, algo que, en Estados Unidos y bajo el gobierno libertario de Trump-Rubio, ha ido muriendo cada día.

Es decir, la guerra cultural nos impide ver la verdadera guerra que precipita el conflicto: la guerra de clases. En la línea de fuego tenemos a los peones. Más atrás, la aristocracia, los ricos. Finalmente, los verdaderos dueños del combate: todos luchan y mueren por defender a un rey (¿BlackRock?) quien, sin sacrificio, se lo lleva todo.

En La narración de lo invisible (2004) propusimos una tesis sobre la lucha política de los campos semánticos: quien lograba definir y limitar el significado del ideoléxico (luego “guerra cultural”), marcaba la dirección de la historia. Esto sin negar que la principal fuerza de conflicto radica en la lucha de clases, que las clases en el poder (y sus amanuenses) niegan siempre o se la atribuyen, como intención perversa, a los críticos marxistas, conspiradores del mal.

Hoy podemos ver cómo esta lucha de clases, ejercida por las elites financieras, no ha cesado de promocionar una guerra cultural como distracción perfecta. Negras contra blancas, cristianos contra musulmanes, machistas contra feministas, elegidos de Dios contra creaciones defectuosas de Dios…



Esta oligarquía, que no para de secuestrar y concentrar la riqueza de las sociedades, se ha dado cuenta de dos problemas: (1) La brecha entre quienes lo tienen todo y quien no tienen nada se ha incrementado de forma logarítmica --ergo, peligrosa. (2) La vampirización de las colonias que proveían a los imperios del capitalismo blanco se está secando y los pueblos, que apenas se beneficiaron de este genocidio histórico que dejó cientos de millones de muertos, ya no sienten el privilegio de ese sistema internacional. Están empobrecidos, endeudados, destruidos por las drogas duras y por las drogas de la argumentación apasionada e inútil de las redes de entretenimiento, productoras del odio sectario, nacionalista y tribal.

La droga principal de las elites es el dinero y el poder. Necesitan siempre más para mantener un mínimo de satisfacción, pero saben que esta situación, tanto nacional como internacional, no es sostenible. A nivel nacional, es la fórmula perfecta para una sangrienta rebelión. A nivel internacional, significa el derrumbe de un poder dictatorial que en el siglo XIX se llamó “democracia blanca”.

Adentro, para evitar o postergar esta rebelión, necesitan promover el odio entre los de abajo y la militarización como solución. Afuera, el objetivo es el genocidio, la aniquilación de cualquier potencia emergente o la tercera guerra mundial.

Palestina es el laboratorio perfecto donde se decide cómo alcanzar una brutalidad a pesar de la oposición de un mundo sin poder. La propaganda les está fallando, así que aceleran el recurso sordo de la violencia bélica, cuyo objetivo es la limpieza de humanos incómodos a fuerza de bombardeos masivos, interminables, impunes.

Todo para agradar a un dios extraño.

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domingo, 28 de septiembre de 2025

CUBA ATACADA POR NO SER COLONIA DE WASHINGTON.

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“El Gobierno cubano y numerosos países del mundo han rechazado esa arbitraria e injusta medida que ha sido utilizada como una herramienta de asfixia financiera y aislamiento internacional la cual impide el acceso a mecanismos bancarios globales y restringe exportaciones esenciales, afectando severamente la economía y la calidad de vida de la población. Otro odiador ha sido el congresista cubanoamericano Carlos Giménez que ha declarado que «hay que matar de hambre al régimen, cesar todos los viajes hacia y desde la Isla y prohibir las remesas de ciudadanos estadounidenses a familiares o amigos, excepto los que se le dan a los grupos opositores al Gobierno”. La realidad es que las acciones y campañas contra la Isla del Caribe se ha convertido en un verdadero negocio para esos personajes que reciben abundantes sumas de dinero por llevar adelante esa agresiva política contra Cuba.

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Fuentes: Rebelión.

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CUBA ATACADA POR NO SER COLONIA DE WASHINGTON.

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Por Hedelberto López Blanch | 27/09/2025 | Cuba

Fuentes. Revista Rebelión sábado 27 de septiembre del 2025.

El presidente Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio, impulsados por representantes cubanoamericanos de ultraderecha, han lanzado una violenta guerra híbrida contra la revolución cubana con el afán de derrocar al Gobierno de la Isla que ha resistido durante más de 60 años todos los embates y agresiones de las diferentes administraciones estadounidenses.

Marco Rubio desde su nombramiento como canciller el pasado 20 de enero ha impulsado las políticas de odio hacia Cuba y alebrestado a otros cubanoamericanos como Carlos Giménez, Mario Díaz-Balard o María Elvira Salazar que diariamente impulsan resoluciones y propuestas de leyes con el manifiesto fin de incrementar aún más el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Estados Unidos contra Cuba.

Un reciente libro publicado por las editoriales Nuevo Milenio y Resumen Latinoamericano, bajo el título, «Rubio, un mitómano incontrolable», denuncia las mentiras y los eventos de corrupción en los que ha estado envuelto este personaje cuya primera farsa fue afirmar que sus padres huyeron como exiliados políticos de la Revolución cubana cuando la realidad es que emigraron a Estados Unidos en 1956 durante la dictadura de Fulgencio Batista.



El autor de la obra tomó múltiples informaciones e investigaciones de periódicos y fuentes públicas las que detallan pormenorizadamente las tropelías y corrupciones cometidas por Rubio quien manifiesta una obstinada obsesión con hacerle en mayor daño al pueblo cubano.

Como expresó durante la presentación el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, en el libro se pone de manifiesto el pensamiento de José Martí cuando escribió: «los venenos del alma que manchan la naturaleza de Estados Unidos» y también para apreciar la crisis moral de las élites del imperio que nos desprecia.

En el lejano 1973, Manuel Giberga, asesor del Director del Buró Federal de Narcóticos, el cubano de mayor rango en la administración de Richard Nixon, dijo en una entrevista a la revista Réplica que se estaba formando en Miami una mafia cubana al estilo de cómo se hizo por los gánsteres de Chicago en la época de Al Capone.

El senador estadounidense Rick Scott y la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar impulsan el llamado proyecto de Ley Force, que prohibiría al Ejecutivo eliminar a la Mayor de las Antillas de ilegítima lista de países patrocinadores del terrorismo hasta que se cumplan condiciones que, en la práctica, profundizan el daño económico al pueblo cubano.

El Gobierno cubano y numerosos países del mundo han rechazado esa arbitraria e injusta medida que ha sido utilizada como una herramienta de asfixia financiera y aislamiento internacional la cual impide el acceso a mecanismos bancarios globales y restringe exportaciones esenciales, afectando severamente la economía y la calidad de vida de la población.

Otro odiador ha sido el congresista cubanoamericano Carlos Giménez que ha declarado que

«hay que matar de hambre al régimen, cesar todos los viajes hacia y desde la Isla y prohibir las remesas de ciudadanos estadounidenses a familiares o amigos, excepto los que se le dan a los grupos opositores al Gobierno”.

La realidad es que las acciones y campañas contra la Isla del Caribe se ha convertido en un verdadero negocio para esos personajes que reciben abundantes sumas de dinero por llevar adelante esa agresiva política contra Cuba.



Recrudecer el bloqueo contra la Isla es la finalidad de la administración Trump.

Recientemente el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla ofreció una conferencia de prensa donde detalló pormenorizadamente los efectos del bloqueo.

Enfatizó que 

“No es posible expresar en cifras el daño emocional, la angustia, los sufrimientos, las privaciones que el bloqueo genera en la familia cubana. Así ha sido por varias generaciones, más del 80% de los cubanos en la Isla nacieron después del comienzo del bloqueo”.

“Las consecuencias de esta política se evidencias dramáticamente en las carencias que enfrenta nuestra población. Esta realidad es innegable, tangible”.

Cuba presentará ante la Asamblea General de Naciones Unidas los días 28 y 29 de octubre, el proyecto de resolución

“Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

En el período que aborda ese informe que abarca del 1 de marzo de 2024 a 28 de febrero de 2025, se estiman pérdidas de 7 556 millones de dólares.

El jefe de la diplomacia cubana señaló que el costo de dos meses de bloqueo que representan 1 600 millones de dólares permitiría financiar por un año la entrega de la canasta familiar normada.

Dieciséis días de bloqueo, o sea, 339 millones de dólares, equivalen al monto para cubrir las necesidades del cuadro básico de medicamentos de todo el país.

Catorce horas de esa injusta e inhumana medida equivalen a 12 millones de dólares, similar al monto para adquirir la insulina para los diabéticos del país.

Dos horas de esa infame agresión económica y financiera se evalúan en 1,4 millones lo que no permite adquirir los medicamentos que se necesitan en tratamientos de patologías de cardiología y neurología, así como para los alimentos destinados a niños con deficiencias genéticas y con enfermedades endocrino-metabólicas.



Bruno Rodríguez añadió que cuatro meses es igual a 2.850 millones dólares, o sea, el costo de adquisición de los ómnibus que requiere el transporte público del país.

En estas agresiones y conspiraciones contra Cuba han estado envueltas las diferentes administraciones estadounidenses a lo largo de más de 60 años las que se han recrudecido con la llegada al poder del convicto presidente Donald Trump y de su canciller Marco Rubio. 

Nuevamente le corresponderá a la comunidad internacional durante la Asamblea General de Naciones Unidas que tendrá lugar a finales de octubre, condenar por trigésima tercera ocasión el bloqueo contra la Isla del Caribe.

Como aseguró Bruno Rodríguez, la Resolución

«tendrá un apoyo prácticamente unánime. Lo nuevo en esta ocasión es el contexto internacional, marcado por el creciente unilateralismo, el supremacismo, la violencia y el reforzamiento de la política agresiva de Estados Unidos contra Cuba y otros países”.  

Lo que resulta innegable es que Cuba ha sido atacada y castigada por no ser una colonia de Washington.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.

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