domingo, 31 de octubre de 2021

G-20: IMPUESTO A LAS MULTINACIONALES. PRIMER ACUERDO EN LA CUMBRE DE ROMA.

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OTRO MUNDO SI ES POSIBLE. ITALIA: JEFES DEL G-20 ACUERDAN FIJAR UN IMPUESTO GLOBAL A LAS MULTINACIONALES. PRIMER ACUERDO EN LA CUMBRE DE ROMA. HISTÓRICO COMPROMISO BUSCA LUCHAR CONTRA LA EVASIÓN EN PARAÍSOS FISCALES. Apenas 48 horas después, los jefes de Estado y representantes del G20, grupo de los veinte países más poderosos del orbe y con representación del 85% de la economía mundial, alcanzaron finalmente el histórico acuerdo para gravar con un impuesto mínimo global a las multinacionales, a fin de equilibrar y hacer más justo el sistema tributario internacional. Ello permitirá, potencialmente, luchar contra la recurrencia de mercados a los paraísos fiscales.

MIENTRAS las delegaciones de los miembros del G-20 continúan las discusiones para llegar a un acuerdo sobre la lucha común contra el cambio climático, los jefes de Estado y de Gobierno que participan de la Cumbre que inició este sábado en ROMA alcanzaron un acuerdo para establecer un impuesto mínimo global a las multinacionales y buscan asegurar mecanismos para que el 70% de la población mundial esté vacunada contra el coronavirus en 2022.

"ESTO es más que un simple acuerdo tributario, es la diplomacia que está remodelando nuestra economía global y cumpliendo con nuestra gente", escribió en Twitter el presidente de Estados Unidos, JOE BIDEN, al destacar el acuerdo para gravar con al menos el 15% a las multinacionales a nivel global. Amplio apoyo. Joe Biden confirmó así el acuerdo alcanzado entre los líderes de los países más industrializados del mundo un grupo de naciones emergentes y la Unión Europea (UE) para determinar un piso impositivo mundial que estaba en debate hace años.

LUEGO de cuatro años de un intenso debate, se ha alcanzado un acuerdo histórico sobre una solución basada en dos pilares para afrontar los retos fiscales emergidos con la digitalización y la globalización de la economía”, remarcaron los representantes italianos desde Roma, donde se consumó la cita. Pablo Raúl domingo 31 de octubre del 2021

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G-20: IMPUESTO A LAS MULTINACIONALES.

PRIMER ACUERDO EN LA CUMBRE DE ROMA.

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Por Hernán Reyes A.

Página /12 domingo 31 de octubre del 2021.

 

Mientras las delegaciones de los miembros del G20 continúan las discusiones para llegar a un acuerdo sobre la lucha común contra el cambio climático, los jefes de Estado y de Gobierno que participan de la Cumbre que inició este sábado en Roma alcanzaron un acuerdo para establecer un impuesto mínimo global a las multinacionales y buscan asegurar mecanismos para que el 70% de la población mundial esté vacunada contra el coronavirus en 2022.

"Esto es más que un simple acuerdo tributario, es la diplomacia que está remodelando nuestra economía global y cumpliendo con nuestra gente", escribió en Twitter el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al destacar el acuerdo para gravar con al menos el 15% a las multinacionales a nivel global.

Amplio apoyo

Biden confirmó así el acuerdo alcanzado entre los líderes de los países más industrializados del mundo un grupo de naciones emergentes y la Unión Europea (UE) para determinar un piso impositivo mundial que estaba en debate hace años.

Fuentes de la cumbre de la que participa también el presidente Alberto Fernández, de Argentina, destacaron a Télam el apoyo "amplio y transversal" que tuvo la propuesta de introducir el impuesto mínimo, que de todos modos necesitará luego varios meses o años para que cada país logre acoplarlo a su legislación e implementarlo.

Los países del G20, que representan el 80% de la economía mundial, dieron así un paso decisivo para empezar a fijar nuevos pilares de la denominada "nueva arquitectura financiera internacional", que reclaman algunos de los miembros, agregaron las fuentes.


Dumping fiscal

La medida, que se explicitará en el documento final de este domingo, buscará alcanzar, por un lado, a las grandes compañías digitales y, por otro lado, terminar con la deslocalización financiera de las grandes multinacionales que no tributan en sus países de origen, sino que se valen de los mecanismos del denominado "dumping fiscal" para pagar impuestos en donde sean más bajos.

Los reclamos por la crisis climática se hicieron ver y oír desde comenzado el encuentro.

En Estados Unidos, uno de los países más golpeados por la deslocalización del pago de impuestos de sus compañías, la prensa atribuyó buena parte de la adopción del mínimo global del 15% a la impronta de Biden, quien en su primer G20 como mandatario "se anota una victoria sobre tasas globales", como tituló por ejemplo la cadena CNN.



Cambio climático

El optimismo por el acuerdo alcanzado a nivel impositivo contrastaba en la primera de las dos jornadas de la cumbre con el estancamiento en el que parecen haber quedado las negociaciones para reforzar la lucha contra el cambio climático.

En ese sentido, cuando entrada la tarde de Roma empezaron a circular versiones de que el documento final tendría pocos avances en materia ambiental, desde la Presidencia italiana del G20 se apresuraron a plantear que los negociadores continuarán trabajando toda la noche en búsqueda de un acuerdo.

El optimismo por el acuerdo a nivel impositivo contrastaba en la primera jornada con el estancamiento en el que parecen haber quedado las negociaciones respecto del cambio climático. Italia -que además de presidir el G-20 co-organiza la conferencia climática COP26 que inicia este sábado en la ciudad escocesa de Glasgow, junto al Reino Unido- sabe que la falta de acuerdo o la inclusión de objetivos muy laxos en el documento de este domingo aumentaría las chances de fracaso rotundo del encuentro en la región británica.

"Tenemos un momento ahora para intentar tomar algunos de los nebulosos compromisos de París, solidificarlos en compromisos fuertes y rápidos para reducir las emisiones, los autos y el carbón", planteó en declaraciones televisivas el premier británico, Boris Johnson, también preocupado por un posible fracaso en Glasgow.

Uno de los principales escollos para una fórmula de consenso general es la negativa china a establecer un plazo para llegar a las "cero emisiones" en 2050, como pretenden EEUU y Europa, plantearon fuentes de la cumbre a Télam.

Pandemia

El tercer pilar central de la primera jornada de trabajo de la cumbre fue la lucha contra la pandemia de coronavirus, con un principio de acuerdo entre los miembros del G20 para aumentar los ritmos de vacunación en los países más pobres a partir de la donación de fármacos y de la asignación de fondos.

El objetivo de los países desarrollados, que se acercan en algunos casos al 90% de la población mayor de 12 años ya inmunizada, es favorecer una rápida vacunación del resto del mundo para evitar tropiezos en los repuntes que están demostrando sus economías tras las caídas generalizadas de 2020.

"No somos una fortaleza y para una recuperación mundial tienen que estar todos vacunados", explicitó en esa dirección la titular de la Unión Europa Ursula von der Leyen.



Putin y Xi

En el tema vacunas, por otro lado, dos de los grandes ausentes en la cumbre, el presidente ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping, reclamaron que se reconozca a las vacunas producidas en sus países, aún no avaladas por la mayoría de Europa y otros Estados, como EEUU, como forma de acelerar el acceso a los fármacos de los países que aún no lo hicieron.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, con más de 5.000 efectivos, las sesiones de trabajo que se llevan a cabo en el centro de convenciones "La Nuvola" del barrio romano Eur se complementaron durante todo el día con distintas reuniones bilaterales y multilaterales de los líderes.

En ese marco, Biden, la canciller alemana Angela Merkel, el mandatario francés Emmanuel Macron y el premier británico Boris Johnson discutieron la posibilidad de retomar los diálogos con Irán en torno al acuerdo firmado en 2015 para la reducción de su producción de uranio y abandonado por Washington en 2018.

"Está previsto" que vuelvan las negociaciones, planteó Biden en declaraciones a la prensa que lo acompaña. En una nota conjunta distribuida a la prensa, los cuatro líderes expresaron "una preocupación grave y creciente" por los riesgos "planteados a la seguridad internacional por la escalada del programa nuclear iraní".

Kristalina

El encarecimiento de la energía, que está presionando hacia arriba los niveles generalmente bajos de inflación en varios países europeos como España, fue otro de los ejes abordados en las reuniones paralelas a la sesión de trabajo focalizadas en "Economía global y salud global" de este sábado.



En ese marco, la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, le planteó al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez que las tensiones inflacionarias en esa dirección son "temporales".

Sobre ese tema habló también Macron cuando planteó durante la sesión que el encarecimiento de la energía "afecta a todo el mundo."

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sábado, 30 de octubre de 2021

ESTRATEGIAS DE SOSTENIBILIDAD. SABEMOS QUÉ, PERO ¿SABEMOS CÓMO?

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Además, es extraño que se acusa constantemente a la aviación, pero apenas se oye nada sobre el sector digital, de rápido crecimiento y muy contaminante, especialmente a través de los bitcoins. ¿Está la gente dispuesta a reducir su consumo de Internet? ¿Renunciar a las criptomonedas de moda? Si se comparan los planes de la ONU —el Acuerdo de París— con los de la Unión Europeaapto para 55— y con los de los congresistas progresistas de Estados Unidos o los políticos de la UE —como el New Deal Verde Europeo de Diem 25— se observan pocas diferencias sustanciales, salvo que estos movimientos progresistas son mucho más ambiciosos. Pero ninguno de los dos tiene una estrategia para lograr lo que se propone. «Empezar a vivir de forma alternativa», por un lado, no es suficiente y, por otro, no es factible de forma voluntaria.

En resumen, las energías limpias suponen un gran extractivismo, una economía diferente que no se centre en el crecimiento no está ni siquiera en sus inicios, y la fallida economía del comportamiento no nos acerca a una solución. Es un dilema al que ninguna conferencia ni ningún movimiento tiene respuesta. La COP26 de Glasgow va acompañada de una fuerte movilización social con acciones espectaculares para reclamar atención. ¿No es urgente examinar cómo podemos llegar a donde queremos estar, para trazar una estrategia? Las alternativas existen y estamos apegados a la participación y a la democracia. ¿Cómo lo hacemos?

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ESTRATEGIAS DE SOSTENIBILIDAD. 

SABEMOS QUÉ, PERO ¿SABEMOS CÓMO?

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Las energías limpias suponen un gran extractivismo, una economía diferente que no se centre en el crecimiento no está ni siquiera en sus inicios, y la fallida economía del comportamiento no nos acerca a una solución.

 

Francine Mestrum | 28/10/2021| Análisis.

ALAI sábado 30 de octubre del 2021.

 

En el último número de «Finanzas y Desarrollo» del Fondo Monetario Internacional, la directora general, Kristalina Georgieva, cita a Leonardo da Vinci: «Saber no es suficiente, debemos aplicar lo que sabemos. Estar dispuesto no es suficiente, debemos actuar». Esto es exactamente el estado del debate sobre el cambio climático y la biodiversidad. Sabemos lo que hay que hacer, pero no se hace, en parte porque no queremos, en parte porque no podemos, en parte porque no sabemos cómo.

Los científicos llevan años estudiando los distintos fenómenos que pueden incidir en el cambio climático, pero es difícil predecir cómo ocurrirá exactamente, cuándo y con qué consecuencias concretas. Durante décadas, los informes del IPCC han sido una fuente de valiosos conocimientos que, al mismo tiempo, conducen a una mayor comprensión y a más preguntas.

Pero los científicos no hacen política. Ese es el trabajo de los políticos, que pueden utilizar estos datos para tomar decisiones difíciles. ¿Pero lo hacen? ¿En la medida suficiente? La respuesta a esta pregunta es un claro no. Durante más de 30 años, el IPCC ha estado martillando el mismo clavo, pero no se mueve mucho. Nos dirigimos hacia un muro de catástrofes que ya son claramente visibles: incendios forestales, inundaciones, tornados, una gran extinción... «Apto para 55» dice la Unión Europea en lo que se llama un ambicioso plan climático. «Inadecuado e injusto» responde la Oficina Europea de Medio Ambiente. «Cero neto» y «sin pérdidas netas» dicen los gobiernos, pero esto es un lavado verde (greenwashing), replican los movimientos sociales.

Los movimientos sociales han mantenido el fuego del activismo medioambiental durante décadas. Desde la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo y el Medio Ambiente, en 1972, miles de movimientos han actuado para generar conciencia sobre la inminente crisis y la necesidad de cambiar nuestro sistema económico y social. En todo el mundo, esto ha llevado a la aparición de partidos políticos que nos dicen que «vivamos de otra manera». ¿Pero cómo? ¿Y cómo se convence a la gente? ¿Y será suficiente?


Yo no soy experta, y siempre estoy al lado de las preguntas con los científicos y con los ecologistas. Y al igual que muchos ciudadanos, creo que después de algunas décadas uno se pregunta qué estamos haciendo realmente. Porque a medida que vamos tomando conciencia de la crisis y de lo que hay que hacer al respecto, el horizonte de las medidas prácticas y concretas va desapareciendo. Sabemos que las cosas pueden y deben cambiar, pero no sabemos cómo llegar a ello. Permítanme darles algunos ejemplos.

Comenzaré con el movimiento de decrecimiento, que surgió tras la publicación del informe del Club de Roma de 1972. En él se afirmaba que, con un crecimiento económico ilimitado, algunas materias primas podrían agotarse.

El Banco Mundial dio inmediatamente la vuelta a este razonamiento. No se trata de crecer menos para proteger el medio ambiente, sino de proteger el medio ambiente de manera que el crecimiento siga siendo posible.

Esa contradicción sigue existiendo. Incluso el IPCC dice ahora que no hay más espacio para el crecimiento, pero el Banco Mundial y el FMI siguen defendiendo el «crecimiento sostenible». Con un crecimiento económico mundial en torno al 3%, la economía podría duplicarse en menos de 25 años. Hasta un niño puede ver que de esta manera se alcanzarán rápidamente los límites planetarios, ciertamente si el crecimiento de la población continúa también. Por lo tanto, el crecimiento quedaría descartado y el sistema económico actual, obsoleto. Pero ¿cómo se hace frente a esto en un mundo en el que mil millones de personas son extremadamente pobres y la gran mayoría de las personas que están relativamente bien no quieren hacer ningún sacrificio 



Para los ecologistas, lo primero era efectivamente limitar el crecimiento. Pero cuando se hizo evidente lo difícil que era, se reorientó hacia un sistema económico diferente que no tiene como objetivo el crecimiento. Eso parece aceptable, pero no dice nada sobre cuál es exactamente ese otro sistema económico. Y, sobre todo, no dice nada sobre cómo podemos conseguirlo 

En los últimos años hubo muchas publicaciones sobre los «comunes» y sobre una nueva «economía social y solidaria». Por desgracia, en la gran mayoría de los casos se trata de iniciativas locales de seguridad alimentaria, trueque, monedas locales o ayuda a los pobres. Eso puede ser muy útil y positivo, pero no me atrevería a llamarlo un sistema «alternativo», desde luego no mientras la gran industria siga funcionando y contaminando con un grado muy limitado de reciclaje. No hay ningún cambio estructural a la vista. La economía circular ofrece más oportunidades de cambio real en cuanto se pueda reciclar más, pero el camino es aún largo.

Un segundo problema tiene que ver con el extractivismo y las materias primas. El año pasado se armó un gran revuelo por una película de Michael Moore que mostraba cómo muchas de las «soluciones verdes» no son en absoluto soluciones. En su película, el cineasta muestra cómo muchas de estas historias, como las relativas a la energía eólica y solar o a la biomasa, no son en absoluto ciertas. Además, demuestra que muchos movimientos ecologistas están financiados por fundaciones de los grandes contaminadores y sus multinacionales.

Nada nuevo bajo el sol, pero por lo visto no está permitido decirlo. La producción de turbinas eólicas y paneles solares no solo requiere una gran cantidad de materias primas, sino que además tienen una vida útil limitada y, por tanto, producen grandes montañas de residuos que solo pueden reciclarse parcialmente.



El problema de la materia prima es especialmente grave, por cierto. Según un estudio del Banco Mundial, no será tan fácil cambiar completamente a la energía limpia. Si queremos alcanzar el objetivo de un aumento máximo de la temperatura de 2 °C, se necesitarán más de tres mil millones de toneladas de minerales para la producción de energía limpia de aquí a 2050. La producción de grafito, litio y cobalto debe aumentar un 450% respecto a 2018.

Otros minerales que aumentan de forma menos drástica, pero que siguen necesitando ser extraídos, son el hierro, el cobre, el aluminio, el cromo, el plomo, el manganeso, el molibdeno, el níquel, la plata, el titanio, el zinc y el vanadio. La extracción de estas materias primas puede tener graves consecuencias ecológicas y sociales y, en consecuencia, la popularidad de la energía «limpia» puede disminuir rápidamente. Las protestas que ya están teniendo lugar contra el extractivismo en América Latina, por ejemplo, hablan de los dilemas que nos esperan. No se puede querer una energía limpia y al mismo tiempo rechazar la minería. O, dicho de otro modo, se puede rechazar la minería, pero entonces hay que estar dispuesto a renunciar a la energía disponible, como a los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, coches, trenes y aviones. Es una elección desgarradora que, creo, no se hará. La demanda de energía sigue aumentando, en todo el mundo, lo que es normal con una población creciente y pobre.



Habrá que prestar mucha atención a las posibilidades de reciclaje y reutilización de las materias primas, pero ni siquiera eso es a corto plazo. La gestión de los residuos será una tarea enormemente difícil. La gente sigue soñando con el hidrógeno verde o azul, con la «captura y almacenamiento» de CO2 así como con la fusión nuclear, pero son tecnologías que aún no están desarrolladas suficientemente ni mucho menos y, por tanto, no ofrecen una solución a corto plazo.

Esto me lleva al último y más difícil punto, que demuestra particularmente bien la inmensidad de los problemas. Durante décadas se nos ha dicho lo que debemos o no debemos hacer: comer menos carne, abandonar el coche, dejar de viajar y volar, ahorrar energía, no usar bolsas de plástico... etcétera, etcétera.

Hay dos problemas con esto. En primer lugar, nada de esto servirá si, mientras tanto, las grandes empresas químicas y mineras pueden seguir contaminando los grandes ríos, si los mares siguen siendo devastados, si Bezos y Musk siguen desarrollando sus planes de turismo espacial.

Y aunque todos dejáramos de emitir CO2, seguiríamos abocados a una catástrofe planetaria si el aparato militar de varios países siguiera funcionando como ahora. ¿Quién hará algo al respecto?

Algunos habían pensado que durante los cierres por la COVID-19, la contaminación descendería bruscamente debido a un fuerte descenso de la actividad económica. Esto fue muy decepcionante. Según la NASA, se produjo un notable descenso del dióxido de nitrógeno en el aire, pero no desaparecieron todos los contaminantes y el aire no estaba más limpio.

En segundo lugar, la gente nunca reducirá voluntariamente su consumo de forma drástica. Las historias sobre más bienestar y felicidad con menos riqueza y consumo no tienen sentido, a pesar de todos los empujones (nudging). La gente no quiere volver al pasado y a las comunidades; al contrario, en todo el mundo se ve que son solo grupos marginales los que se retiran colectivamente de la sociedad para vivir «una vida alternativa». Además, con ocho mil millones de habitantes, esto no puede funcionar. La gran mayoría de la gente quiere vivir en las ciudades y quiere prosperidad material; el ejemplo de los países asiáticos ahora más ricos lo dice todo. Podemos lamentarlo, pero eso no cambia la situación. Nunca he visto una estrategia en ningún sitio sobre cómo abordar este problema. Las respuestas de la economía del comportamiento son claramente insuficientes.

Además, es extraño que se acusa constantemente a la aviación, pero apenas se oye nada sobre el sector digital, de rápido crecimiento y muy contaminante, especialmente a través de los bitcoins. ¿Está la gente dispuesta a reducir su consumo de Internet? ¿Renunciar a las criptomonedas de moda?


Si se comparan los planes de la ONU —el Acuerdo de París— con los de la Unión Europeaapto para 55— y con los de los congresistas progresistas de Estados Unidos o los políticos de la UE —como el New Deal Verde Europeo de Diem 25— se observan pocas diferencias sustanciales, salvo que estos movimientos progresistas son mucho más ambiciosos. Pero ninguno de los dos tiene una estrategia para lograr lo que se propone. «Empezar a vivir de forma alternativa», por un lado, no es suficiente y, por otro, no es factible de forma voluntaria.

En resumen, las energías limpias suponen un gran extractivismo, una economía diferente que no se centre en el crecimiento no está ni siquiera en sus inicios, y la fallida economía del comportamiento no nos acerca a una solución. Es un dilema al que ninguna conferencia ni ningún movimiento tiene respuesta. La COP26 de Glasgow va acompañada de una fuerte movilización social con acciones espectaculares para reclamar atención. ¿No es urgente examinar cómo podemos llegar a donde queremos estar, para trazar una estrategia? Las alternativas existen y estamos apegados a la participación y a la democracia. ¿Cómo lo hacemos?

Hoy en día, los gobiernos buscan diligentemente formas de seguir haciendo lo que estamos haciendo con consecuencias menos dañinas. Pero ¿y si no se encuentran las soluciones a tiempo? Está claro que se trata de un problema político y de una responsabilidad colectiva, pero quizá por eso es tan difícil resolverlo.

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- FRANCINE MESTRUM es Dra en ciencias sociales (Université Libre de Bruxelles). Trabajó para las instituciones europeas y varias universidades en Bélgica.

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viernes, 29 de octubre de 2021

CHINA TIENE EN JAQUE A OCCIDENTE CON LA ESCASEZ DE SUS MATERIAS PRIMAS.

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“Ahora el mundo enfrenta la crisis de escasez de magnesio. La Asociación Económica de Metales, WV Metalle, ha publicado un comunicado en el que pone una alerta urgente del agotamiento real de las reservas de magnesio en Alemania y Europa, para finales del mes de noviembre de 2021. La industria del automóvil y de todos vehículos, incluyendo los mineros, tiene que enfrentar este 2021 la falta de semiconductores, que limita la producción de vehículos, y a esto se suman los precios del transporte marítimo, que siguen subiendo sin parar. ¿Alguna otra crisis para el mundo? Para inicios del 2022 se debe enfrentar la escasez del magnesio.

El magnesio se emplea en muchos procesos industriales y es fundamental para la fabricación de aleaciones de aluminio. Su escasez o falta puede provocar una crisis de producción cuyas primeras víctimas serían las industrias que más dependen de este metal, comenzando por todo el transporte. Sectores como el automovilístico, la aviación, la construcción, la ingeniería mecánica, los envases o las bicicletas eléctricas se verían perjudicados por la escasez de magnesio. También la producción de hierro y acero, así como la fundición a presión. La fabricación de automóviles en Europa da trabajo directo a 2,6 millones de personas y, en su totalidad, emplea de forma indirecta a otros 10 millones de personas. Alcoa, el mayor fabricante mundial de aluminio, ha visto que algunos de sus proveedores en Estados Unidos han dejado de entregar las materias primas invocando las cláusulas de fuerza mayor.

¿Por qué no hay magnesio? Sencillamente porque el mayor proveedor mundial de magnesio, China, ha cerrado el abastecimiento. El gigante asiático tiene una crisis energética en la que ve cómo los costos del sector siderúrgico, enorme consumidor de energía, se disparan. Así, dentro de su poder económico, ha limitado las exportaciones de magnesio. Y todo apunta a que va a hacer lo mismo con el abastecimiento del silicio. Es otro mineral imprescindible para la industria del automóvil, pues entra en la composición de una multitud de elementos fabricados con aleación de metales, como las llantas o un brazo de suspensión”.

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CHINA TIENE EN JAQUE A OCCIDENTE CON LA ESCASEZ DE SUS MATERIAS PRIMAS.

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Manuel Viera.

El Mostrador jueves 28 de octubre del 2021.

La minería sigue siendo un catalizador de la economía mundial, y cualquier cambio en los ciclos de precios o escasez de sus materias primas impacta en varias economías mundiales.

Según el FMI, los países de Latinoamérica crecerán más de lo esperado este año. La región en su conjunto crecerá en un 6,3%, en buena parte por el veloz aumento de los precios de las materias primas que avalan sus exportaciones y a medida que avanza la recuperación, de la pandemia del Covid-19.

Pero la región crecerá más que la proyección de crecimiento mundial de 5,9% para 2021, debido al menor impulso de las grandes economías que presentan dificultades en sus cadenas de suministros, escasez de materias primas, y enfrentan una inflación elevada.

La pandemia ha dejado varias lecciones y aprendizajes. Una de ellas es la casi total dependencia de sus materias primas críticas que produce y que abastecen a las grandes potencias mundiales. Al parecer cuando el presidente de los Estados Unidos declaró la guerra comercial junto a sus aliados, jamás pensaron en esta dependencia casi absoluta de metales y minerales llamados estratégicos para la industria tecnológica, industria automotriz, de armamentos, y a los proveedores de la minería. Ahora están pagando los platos rotos, pues China ha cortado el suministro de varios metales.

China no solo tiene importantes reservas de recursos minerales, sino que además lidera la producción mundial de muchos de ellos. Eso le da una notable ventaja geopolítica como fuente de los recursos imprescindibles para la producción tecnológica global. La Unión Europea ha identificado 30 materias primas como críticas para su industria. Los conflictos y los monopolios comerciales ponen en peligro su cadena de suministro, controlada por esta nación.

China tiene el monopolio de producir las principales materias primas minerales que necesita el mundo. Por ejemplo, produce entre el 90% a 95% de las tierras raras del planeta, que son esenciales en la fabricación de productos tecnológicos como los teléfonos inteligentes, las pantallas de plasma o los vehículos electrónicos; el 87% del magnesio; junto al estaño, 43%, y el zinc, 31%; tungsteno, 83%, y el molibdeno, 38%.


China monopoliza todas las "tierras raras" esenciales para la Tecnología.
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A Europa lo abastece con el 45% de las materias primas críticas que necesitan las grandes potencias para su desarrollo tecnológico y, sobre todo, la gran industria automotriz europea totalmente dependiente, donde el 95% del magnesio que necesitan es importado de China.

Entonces, ¿China tiene en jaque a las potencias económicas?

Es claro que China ha implementado un modelo y una estrategia de negocio exitosos: "El país ha construido un know-how único en el mundo". Es comprador, productor, fabricante, inversionista, financista y exportador. Esto la convierte en el mayor productor de materias primas críticas, pero también en el principal importador de las extraídas en otros lugares. Y, para asegurarse el acceso, las empresas chinas invierten en minas extranjeras. Es decir, el poder del país asiático es someter a otros países a su modelo mercantil y Occidente no se da cuenta aún.

Existen minerales críticos en países donde hay inestabilidades, conflictos y corrupción, como en el cobalto, un "mineral de conflicto", que procede principalmente de un convulso Congo, pero existen también muchas interrogantes sobre el futuro suministro de otras diez materias primas fundamentales que se extraen en países conflictivos. Se trata del antimonio, el bismuto, el galio, el germanio y las tierras raras, que se extraen en Tayikistán, China, Rusia y Laos; así como el magnesio, el niobio, el fósforo y el wolframio, que se encuentran en Kazajistán, Vietnam, Rusia y China.

Dentro de su modelo, China está logrando desbancar en importancia a LME, usando la Bolsa de Metales de Shanghái, no la de Londres, en su estrategia de dominar el mundo de las materias primas. Ya salió a comprar yacimientos en todo el mundo y ahora le toca al cobre. Pero, ¿cómo están preparados Chile y Perú para este golpe que dará China para gobernar el cobre?

¿Sabemos con certeza que el cobre será altamente demandado por la electromovilidad y las energías renovables?

Ahora el mundo enfrenta la crisis de escasez de magnesio. La Asociación Económica de Metales, WV Metalle, ha publicado un comunicado en el que pone una alerta urgente del agotamiento real de las reservas de magnesio en Alemania y Europa, para finales del mes de noviembre de 2021.

La industria del automóvil y de todos vehículos, incluyendo los mineros, tiene que enfrentar este 2021 la falta de semiconductores, que limita la producción de vehículos, y a esto se suman los precios del transporte marítimo, que siguen subiendo sin parar. ¿Alguna otra crisis para el mundo? Para inicios del 2022 se debe enfrentar la escasez del magnesio.

El magnesio se emplea en muchos procesos industriales y es fundamental para la fabricación de aleaciones de aluminio. Su escasez o falta puede provocar una crisis de producción cuyas primeras víctimas serían las industrias que más dependen de este metal, comenzando por todo el transporte.


El transporte marítimo se encarece en un 328% el mundo, por el Covid y el atasco en China.

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Sectores como el automovilístico, la aviación, la construcción, la ingeniería mecánica, los envases o las bicicletas eléctricas se verían perjudicados por la escasez de magnesio. También la producción de hierro y acero, así como la fundición a presión.

La fabricación de automóviles en Europa da trabajo directo a 2,6 millones de personas y, en su totalidad, emplea de forma indirecta a otros 10 millones de personas.

Alcoa, el mayor fabricante mundial de aluminio, ha visto que algunos de sus proveedores en Estados Unidos han dejado de entregar las materias primas invocando las cláusulas de fuerza mayor.

¿Por qué no hay magnesio? Sencillamente porque el mayor proveedor mundial de magnesio, China, ha cerrado el abastecimiento. El gigante asiático tiene una crisis energética en la que ve cómo los costos del sector siderúrgico, enorme consumidor de energía, se disparan. Así, dentro de su poder económico, ha limitado las exportaciones de magnesio. Y todo apunta a que va a hacer lo mismo con el abastecimiento del silicio. Es otro mineral imprescindible para la industria del automóvil, pues entra en la composición de una multitud de elementos fabricados con aleación de metales, como las llantas o un brazo de suspensión.


A la falta de chips se suma la escasez de magnesio y la industria automotriz podría paralizarse.

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Después de esta crisis de suministros de magnesio y probablemente de silicio, no descartaría una crisis de las tierras raras. Como dijo Deng Xiaoping en 1987: "Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras". Hoy día se habla de la gran demanda esperada de cobre, litio, níquel, hierro, aluminio, cobalto y tierras raras al 2030, empujada mayormente por la electromovilidad y las energías renovables, entre otras, pues la descarbonización de los procesos mineros exige cumplirse más rápidamente.

Chile, con el anuncio de su Política Nacional de Minería, ha logrado al menos tener una carta de navegación de largo plazo, pero ¿logrará dar el tono con todo lo que está pasando en el mundo? Es el momento de ponerse serios y pensar en el futuro. Algunas ideas para reflexionar y tomar urgentes soluciones:

Industrializar las riquezas minerales de manera urgente. La industria extractiva es un mercado y la manufacturera es otra distinta, así podríamos evitar casi la total dependencia de la tecnología foránea como lo es ahora.

Iniciar de manera urgente un plan nacional de exploración país, región por región, para conocer todas las riquezas minerales en cada zona de Chile, así podríamos hacerles frente a las futuras crisis de escasez de minerales y aprovechar nuestras materias primas para nuestros desarrollos tecnológicos.

Chile posee tierras raras y urge hacer un plan de desarrollo y fomento. Es la crisis que se viene y se puede sacar ventajas competitivas con estos metales.

El mundo está buscando diversificar las ofertas y fuentes de sus materias primas, para no depender solo de China. Entonces, ¿por qué no nos movemos en esa dirección? ¿Qué falta?

Aumentar la economía circular y el reciclaje, pues la Unión Europea ya dijo que se deben encontrar productos sustitutos. ¿El cobre en peligro? ¿Grafeno a la vista como sustituto?

China está usando sus metales y materias primas como herramienta de política internacional para sus propios intereses

Ante esto, Chile puede y debe despertar para buscar nuevos depósitos que el mundo necesita. Para ello nuestra minería exige de sus autoridades definir políticas públicas coherentes con lo que sucede en el mundo con la demanda, reduciendo la burocracia excesiva, y dejar de ver a la minería solo como vaca lechera y comenzar a repensar en tener una minería poderosa, sustentable, inclusiva, equitativa, dándoles dignidad al planeta y a sus comunidades.

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