martes, 30 de noviembre de 2021

XIOMARA CASTRO: DE LAS MARCHAS ANTIGOLPISTAS AL PODER. Perfil de la primera presidenta electa de Honduras. HONDURAS. XIOMARA CASTRO INAUGURA UNA NUEVA ERA.

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OTRO MUNDO SI ES POSIBLE. TRES artículos muy importantes sobre las Elecciones nacionales presidenciales en HONDURAS. El Triunfo de la primera MUJER que será presidenta. XIOMARIA CASTRO, esposa del ex presidente JOSE MANUEL ZELAYA, víctima del "primer golpe blanco" apoyado por Estados Unidos en junio del 2009. Una MUJER que ha formado durante 12 años que la Verdadera DEMOCRACIA, la democracia Popular, Directa. La DEMOCRACIA DEL PUEBLO Nació en la Calle y Plaza Pública y en las grandes movilizaciones de millones de Ciudadanos y Ciudadanas. Esta práctica desarrollada en los 12 años por XIOMARA, recuperó la CONFIANZA de su Pueblo - a pesar de las farsas, apagones en las ánforas o gobiernos relacionados con el narcotráfico - hoy nos regala al finalizar el mes de noviembre una inmensa alegría a toda Nuestra América, la PATRIA GRANDE, Que si es posible un Gobierno de Izquierda Democrática, Progresista, que recupere en primer lugar la CONFIANZA  de su PUEBLO y ahora a trabajar y luchar por desarrollar su Plan de Gobierno, que su pueblo lo necesita en estos tiempos de inmensa POBREZA, así como la salvaje e inhumana DESIGUALDAD SOCIAL. La esperanza de su Pueblo, XIOMARA está en sus manos y en su Partido Político LIBRE.

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XIOMARA CASTRO: DE LAS MARCHAS ANTIGOLPISTAS AL PODER.

Perfil de la primera presidenta electa de Honduras

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Por Dominique Galeano.

 

Página/12 martes 30 de noviembre del 2021.

 

En julio de 2009, Xiomara Castro, entonces primera dama de Honduras, se dirigía junto a cientos de hondureños hacia la frontera con Nicaragua. En el país vecino estaba su marido, el depuesto presidente José Manuel “Mel” Zelaya, quien intentaba ingresar al país por segunda vez luego de haber sufrido un golpe de Estado cívico-militar que terminó con el gobierno del poder ciudadano. Zelaya había sido traicionado por el partido Liberal, una de las formaciones tradicionales que en los últimos años quedó relegada como fuerza política. Mientras que junto a Castro, los hondureños y hondureñas comenzaron a movilizarse en el gran Frente de Resistencia Nacional Contra el Golpe de Estado, que unos años después formó su brazo partidario: el partido Libertad y Refundación que este domingo logró el triunfo de una mujer para la primera magistratura del país centroamericano.

Xiomara y las marchas contra el golpe

Con cada marcha antigolpista que pasaba era claro que Xiomara se convertía en un cuadro político capaz de convocar a miles de personas que desde el primer momento comprendieron la gravedad del golpe a Zelaya. En este sentido, el exministro de Gobernación de Mel, Víctor Meza, resume el origen político de la presidenta electa. 

"Es una candidata que nació en la calle, en la protesta pública y en las marchas que duraron más de un año. Eso, sin ninguna duda, le gana una simpatía merecida y el respaldo de todos los sectores políticos y sociales que se opusieron al golpe de estado”, explica Meza a la Agencia Regional de Noticias.

Primeras elecciones de Libre

En 2013, Xiomara Castro encabezó la fórmula presidencial de un joven partido Libre que buscaba disputarle el poder a los dos partidos tradicionales que por más de 100 años y entre golpes militares se fueron intercalando en el gobierno. Desde esa primera contienda electoral, Libre obtuvo un segundo lugar con el 28% de los votos. Las acusaciones de fraude y los “apagones” del sistema electoral dejaron muchas dudas sobre el triunfo del candidato del partido Nacional, Juan Orlando Hernández.

Segundo intento

En 2017, Hernández se presentaba para una reelección con el partido Nacional. La constitución hondureña no permite que quien ocupe la presidencia se presente por un segundo periodo consecutivo. Pero en 2017 la reelección había sido habilitada por la Corte Suprema de Justicia en favor de Hernández. En esos comicios Xiomara Castro se sumó como candidata a vicepresidenta en la Alianza de Oposición contra la Dictadura del partido Nacional. La coalición lideraba todos los sondeos y asomaba una salida a un modelo instalado en 2009. Las primeras tendencias de voto eran encabezadas por la oposición, sin embargo, el sistema electoral sufrió un oportuno apagón de 36 horas. Al reiniciarse, el centro de cómputo ubicaba a Hernández como ganador.



Plan de gobierno 2022-2026

Entre los fraudes y maniobras del gobierno nacionalista, los últimos 12 años fueron percibidos como una dictadura por la mayor parte del electorado. En este sentido, el programa de gobierno de la presidenta electa busca la reconciliación de la sociedad hondureña en un nuevo pacto social  

“que refleje una voluntad concertada dentro de la correlación de fuerzas políticas, sociales y económicas, capaz de superar la crisis y transformar al país”. "La patria no está en venta y solo debe fomentar el privilegio para los niños, ancianos y sectores vulnerables, nunca para quienes se apropian de la riqueza nacional, imponiendo el modelo económico neoliberal”, precisa en el plan de gobierno.

Migración, género y medioambiente

Con la salida de miles de hondureños en caravanas migrantes hacia Estados Unidos desde fines de 2018, la migración es una de las preocupaciones de la presidenta electa.

El gobierno de Castro buscará “contrarrestar las migraciones forzadas, garantizando el derecho de las personas de vivir y/o retornar a un país y un lugar seguro, en condiciones de dignidad y libertad”.

A su vez, prevé trabajar con el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris para la implementación de medidas específicas destinadas a proteger a los migrantes hondureños.

Como primera mujer presidenta, Xiomara Castro también asumirá el Ejecutivo con propuestas para ampliar los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+ : participación paritaria en los procesos políticos, facilitar la distribución, venta y uso de las Pastillas Anticonceptivas de Emergencia (que fueron prohibidas tras el golpe de Estado), despenalización del aborto por tres causales (en caso de violación, riesgo de vida de la madre y malformación del feto), así como aprobar e implementar la Educación Sexual Integral.

En cuanto a la protección del medio ambiente, la gestión de Castro apuntará a la restauración de los bosques y la reducción de un 40% del consumo de leña para 2030. En este sentido buscará establecer un programa de adaptación y mitigación del cambio climático alineado a los convenios regionales. Además, tiene previsto el reconocimiento de la propiedad y posesión de los territorios de los pueblos indígenas y afrodescendientes a través de la titulación de sus territorios.

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HONDURAS. XIOMARA CASTRO INAUGURA UNA NUEVA ERA.

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Atilio A Boron.

Página/12 lunes 29 de noviembre del 2021.

La aplastante victoria de Xiomara Castro en las elecciones presidenciales de Honduras pone un broche de oro a un mes políticamente excepcional de Nuestra América. Queda aún pendiente el balotaje chileno, pero el triunfo de la candidata de LIBRE tiene un relieve y una trascendencia que excede con creces el ámbito centroamericano y se proyecta a escala continental. Su hazaña fue el premio a doce duros años de militancia en los cuales ella y su maridoel derrocado ex presidente Manuel “Mel” Zelaya, militaron incansablemente para construir una alternativa a las marionetas que Washington se las ingenió para imponer en Honduras luego de la destitución de Zelaya, el 28 de Junio de 2009. 

Este fue el primer “golpe blando o institucional” que el gobierno de Estados Unidos puso en práctica en la región y, tal vez, la partida de nacimiento del Lawfare como práctica destituyente y de persecución política. Desde entonces se utiliza para proscribir -o por lo menos obstaculizar- la presencia de líderes populares en Latinoamérica. En 2012 la víctima fue Fernando Lugo en Paraguay y en 2016 Dilma Rousseff. Muchos otros y otras son víctimas de esa nefasta invención norteamericana: Lula, Evo, Correa, Cristina, Glas, Rivadeneira, Patiño, etc, y la lista no es exhaustiva. No fue casual que en ambos países –Paraguay y Brasil- y en esos precisos momentos la embajadora de Estados Unidos fuese la misma: Liliana Ayalde. 

¿El pecado de Zelaya? Haber incorporado su país al ALBA, fortalecido los vínculos con la Venezuela bolivariana y pretender consultar a la ciudadanía si quería o no que se convocara a una asamblea constitucional. Lo que siguió fue una tenaz resistencia de Zelaya y Xiomara, luego el exilio y después una implacable persecución, mientras el país se convertía en un páramo sumido en la pobreza y la violencia. Washington impuso, mediante elecciones fraudulentas a dos peones: Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández, el hipercorrupto -según la Justicia de Estados Unidos y la opinión de las segundas líneas del Departamento de Estado- pese a lo cual Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden siguieron admitiéndolo como uno de los líderes democráticos de la región. Más de una treintena de muertos en protestas populares jalonaron la re-elección de Hernández a la presidencia en 2017. Parece que Almagro no se enteró; tampoco lo hicieron sus amos en Washington. Pero Xiomara no aflojó en su lucha.

Así las cosas, hoy adquiere el mérito histórico de haber barrido con un aluvión de votos a la mafia política enquistada en Honduras con la bendición de la Casa Blanca. Y lo hizo en las elecciones con la mayor tasa de participación de la historia hondureña (unos tres millones y medio de votantes) que la convirtieron en la presidenta más votada de su país y, además, en la que atrajo a las urnas al desencantado voto juvenil, unos dos millones en total. Su arrollador avance liquidó también, ojalá que, para siempre, el arcaico bipartidismo liberal-conservador que todavía agobia a Colombia, y puso fin a uno de los narcogobiernos más descarados de Latinoamérica y el Caribe, sostenido contra viento y marea por sucesivos presidentes norteamericanos.

Amanece en Honduras, lo cual no es poca cosa. Mel ha sido reivindicado por su compañera de toda la vida; y ella, Xiomara, demostró poseer un talento y unas agallas –sí, “agallas”, porque sin ellas no se puede hacer política- que la convierten en una referencia insoslayable en los nuevos vientos que están barriendo la región. Como latinoamericano sólo puedo hacerle llegar mi más emocionado agradecimiento por su épica batalla.

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LA IZQUIERDA REGRESA AL PODER EN HONDURAS PARA REDIMIR LAS HERIDAS DEL GOLPE DE ESTADO DE 2009.

Xiomara Castro obtuvo una contundente victoria en las elecciones

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Con más del 50 por ciento de los votos escrutados, la candidata por el partido Libertad y Refundación (Libre) le sacaba veinte puntos al oficialista Nasry Asfura, actual alcalde de Tegucigalpa que buscaba la presidencia por el Partido Nacional.

Por Ezequiel Sánchez.

Desde Tegucigalpa.

Página/12 lunes 29 de noviembre del 2021

Honduras tendrá por primera vez en su historia una presidenta mujer. Xiomara Castro obtuvo una contundente victoria en las elecciones -ganó en diecisiete de dieciocho departamentos- y comienza a repararse la trágica herida abierta el 28 de junio de 2009, cuando militares entraban a su casa para exiliar en Costa Rica a su esposo, el entonces presidente José Manuel Zelaya Rosales, inaugurando la serie de golpes de Estado blandos que azotaría a Latinoamérica en este siglo XXI.

Con una participación histórica del 68% del padrón electoral, las y los hondureños se volcaron de forma masiva y desde muy temprano a los centros de votación, lo que terminó dándole la victoria a Xiomara por un 53,6% el 33,8 obtenido por Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional. Tercero quedó con 9% Yani Rosenthal -detenido hasta hace pocos meses en Estados Unidos por lavado de activos- del tradicional Partido Liberal.

Los nacionalistas que se instalaron en el gobierno posterior al Golpe y que se sostuvieron en el poder con elecciones poco transparentes terminaron convirtiendo a Honduras en un narco Estado. Tony Hernández, hermano del actual presidente Juan Orlando Hernández, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico a gran escala. Tan intocable se creía, que hasta le imprimía sus siglas TH a los paquetes de cocaína que producía. También está tras las rejas norteamericanas el hijo del ex presidente Porfirio Lobo Sosa, quien gobernó entre el 2009 y 2013.

Precisamente después del Golpe de Estado es cuando la figura de Xiomara, a pesar de su labor social como primera dama, comenzó a ganar protagonismo en las inmensas movilizaciones que se dieron por meses, donde todos los sectores -campesinos, estudiantes, feministas, profesores- se aglutinaron en el Frente Nacional de Resistencia Popular, germen del partido político Libre que Mel Zelaya fundaría al volver al país.


En el discurso donde se proclamó presidenta, Xiomara hizo hincapié en la necesidad de acabar con el narcotráfico, la corrupción, la miseria y el odio en Honduras, respondiendo a la campaña que en los días previos a las elecciones la buscó desprestigiar por supuesta comunista y por mujer. Además, prometió el uso de consultas populares para gobernar y revertir la prohibición a la pastilla anticonceptiva de emergencia, establecida después del golpe.

Por el lado del Partido Nacional, el único que habló fue David Chávez, actual diputado y candidato a la alcaldía de Tegucigalpa, quien -a pesar del resultado adelantado por el Consejo Nacional Electoral (CNE)- sostuvo que él ya era el ganador y que su compañero de partido Nasry Asfura -conocido como “Papi a la orden” (sic)- se estaría “convirtiendo en el presidente de todos los hondureños”.

Una de las mayores sorpresas de la jornada ha sido la probable victoria de Jorge Aldana, candidato a alcalde de Libre en la capital, un distrito donde los nacionalistas gobernaban desde hace treinta años. A pesar de que las encuestas previas marcaban como ganadora a Xiomara, se daba por sentado que Chávez retendría Tegucigalpa, pero él solito se tiró tierra encima cuando en el cierre de campaña subió al escenario en un estado de embriaguez -como mínimo- que se convirtió en meme, sobre todo después de justificarse diciendo que lo habían boicoteado poniéndole a su micrófono un delay como efecto de sonido.

En San Pedro Sula, la otra gran ciudad y polo económico de Honduras, Libre triplicó los votos del Partido Nacional, lo que le garantiza la alcaldía al hermano de un empresario dueño de una cadena de comidas que sobresalió por su rol social en medio de los huracanes que azotaron a la región a fines del año pasado. Además, es muy probable que Libre, en alianza con los diputados del partido Salvador de Honduras, obtenga mayoría un Congreso Nacional que renovaba el total de sus bancas.

Los desafíos: pobreza y crisis

El trabajo por delante que tendrá que afrontar Xiomara y su gabinete -asumen sus cargos a finales de enero- es enorme. Honduras es el segundo país más pobre del continente, con un 74% de pobreza. La crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 y la nula reacción pública, sumado a los ciclones, significó el tiro de gracia para una población que desde 2018 huye en caravanas migrantes para buscar trabajo, seguridad y condiciones de vida más dignas.

Honduras ya no es el país bananero de antaño, hoy exporta mano de obra precarizada. Las remesas que envían quienes viven en el exterior superan en valor al 20% del Producto Bruto Interno, convirtiéndose en el mayor ingreso económico que tiene el Estado y en el único ingreso que tienen muchas familias.

Honduras es también el segundo país con mayor tasa de embarazos adolescentes y donde solo se resuelven el 5% de las denuncias que llegan al Ministerio Público, cifra que se achica aún más -aunque suene imposible- cuando son casos de femicidios o asesinatos a miembres de la comunidad lgtbiq, periodistas, abogados o defensores de derechos humanos. Vale recordar que fue acá donde asesinaron en 2016 a Berta Cáceres, defensora de los recursos naturales. Sus hijas aún buscan justicia y que los autores intelectuales reciban su castigo. Quienes también reclaman el esclarecimiento de las muertes, son los familiares de los más de veinte asesinados en las protestas posteriores a las elecciones de 2017 por fuerzas del Estado, según declaró en su momento la Alta Comisionada por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

Las tragedias por reparar son infinitas, pero, aunque todavía no haya finalizado el escrutinio definitivo, lo que sí ya cambió es el humor de la población hondureña, que después de tantas noticias negativas, se volcó a votar primero, a auditar el recuento y a celebrar después por todos los barrios y poblados del país, hasta altas horas de la madrugada. “Voto masivo mata fraude” fue el slogan utilizado para incentivar a la gente a que emitiera su sufragio, más allá de los reparos que existían con un sistema electoral donde, por ejemplo, no hay segunda vuelta.

Por ley, el CNE tiene hasta un mes para dar un ganador definitivo, considerando las impugnaciones que se puedan interponer. Desde el lunes a las siete de la mañana que no se actualiza el conteo y, considerando la historia reciente, la gente comienza a impacientarse. Pero esta vez la victoria de Xiomara Castro y del partido Libre fue tan abrumadora, que no hay fraude posible que impida que una mujer de izquierda vaya a tomar las riendas del golpeado país centroamericano.

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lunes, 29 de noviembre de 2021

THOMAS PIKETTY: “ESTAMOS EN UNA SITUACIÓN SIMILAR A LA QUE LLEVÓ A LA REVOLUCIÓN FRANCESA”.

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"¿Una revolución? Estamos en una situación que no es tan distinta de la que llevó a la Revolución Francesa: hay una huida adelante hacia la deuda pública que se explica porque no se logra hacer pagar a las clases privilegiadas. Entonces era la nobleza la que no quería pagar impuestos. ¿Y cómo se resolvió? Con una crisis política, con los Estados Generales, la Asamblea Nacional y el fin de los privilegios de la nobleza. Ahora, de una manera u otra, acabará igual. Cuando hace un momento le hablaba de que el sistema nos estallará en la cara, pensaba en el norte y el sur. ¿Y en el norte? Lo podemos llamar revolución. Siempre ha habido revoluciones en la historia: 1968 o 1945 lo fueron.

“La pregunta es si el cuestionamiento de este sistema se hará en el desorden o de manera apaciguada”

"¿Y ahora? La revolución de la que hablo consiste en hacer que contribuyan las mayores fortunas. Si se crea un sistema en el que usted puede enriquecerse utilizando las infraestructuras públicas de un país, su sistema educativo, su sistema sanitario, y después, con solo apretar un botón, puede transferir sus activos a otra jurisdicción sin que haya nada previsto para controlarle, y después usted simplemente puede dejar la factura a las clases medias y populares que son inmóviles y no pueden moverse del país…, es un sistema insostenible. La pregunta es si el cuestionamiento de este sistema se hará en el desorden o de manera apaciguada, como prefiero. Yo soy un intelectual: he elegido escribir libros, no ser guerrillero.

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THOMAS PIKETTY: “ESTAMOS EN UNA SITUACIÓN SIMILAR A LA QUE LLEVÓ A LA REVOLUCIÓN FRANCESA”.

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El Nov 28, 2021 04:58 pm

El reconocido economista francés augura que los privilegios que se conceden a las grandes fortunas conducirán a una gran crisis política. Y recuerda el levantamiento de finales del siglo XVIII, cuando la nobleza se resistía a pagar impuestos

ENTREVISTA A THOMAS PIKETTY

Por Marc Bassets. 

Cuba y la Economía. El País sábado 27 de noviembre del 2021.

Thomas Piketty (Clichy, Francia, 50 años) ha logrado con sus tratados de más de mil páginas algo que solo un puñado de economistas ha conseguido en la historia: colocar su tema de estudio académico en el centro de las discusiones políticas y las agendas internacionales. Su tema es la desigualdad. O, dicho de otra manera, la larga historia del avance hacia la igualdad. Porque el autor de El capital en el siglo XXI y Capital e ideología se declara optimista, aunque no lo parezca: prefiere ver el vaso medio lleno de la igualdad que el medio vacío de la desigualdad.

Ahora Piketty publica Una breve historia de la igualdad (editorial Deusto, traducción de Daniel Fuentes), una síntesis en menos de 300 páginas de sus ideas y sus propuestas.

Piketty no pertenece al club de los apocalípticos: él cree —y así se lo confirman los datos— que, pese a los tropiezos y contratiempos, el mundo va mejor. Y dice que, aunque los partidos que defienden sus ideas son minoritarios y que, en muchos países, como el suyo, las clases trabajadoras votan opciones nacionalistas y populistas, no cree estar predicando en el desierto.

“Desde la crisis de 2008 se ha acelerado la toma de conciencia sobre los excesos de la desregulación financiera de los años ochenta y noventa, y la covid ha contribuido a ello”, resume en su diminuta oficina en la Escuela de Economía de París. “Las cosas evolucionan un poco en el sentido que yo describo”.

PREGUNTA. ¿No ha sido útil a fin de cuentas el capitalismo para mejorar la esperanza de vida o el nivel de vida, o para reducir las desigualdades?

RESPUESTA. Lo que ha permitido la prosperidad es haber atemperado el capitalismo del siglo XIX con una economía de tipo socialdemócrata, una economía mixta en la que toda una parte de las riquezas está socializada. Y hay que continuar con este movimiento. El socialismo participativo, democrático y federal que yo deseo se inscribe en la continuidad de transformaciones ya muy importantes que han tenido lugar. El sistema de economía mixta socialdemócrata que hoy tenemos en los países de Europa Occidental no tiene mucho que ver con el capitalismo colonial, patriarcal, autoritario de 1910. Y el sistema que yo escribo para el futuro no es más diferente del sistema actual de lo que el sistema actual lo es respecto del capitalismo de 1910.

“Si se pide educadamente a la nobleza que renuncie a sus privilegios, la cosa no funciona. Si se pide educadamente a Suiza y Luxemburgo que dejen de ser paraísos fiscales, tampoco”

P. ¿Las guerras, revoluciones o catástrofes naturales han sido necesarias para reducir las desigualdades?

R. Las revoluciones no siempre son catástrofes. Efectivamente, en la historia hay movimientos políticos, movilizaciones que permiten avanzar hacia una mayor igualdad. E insisto en el mensaje positivo: hay una marcha hacia la igualdad que viene de lejos, que es un fenómeno de largo plazo y que se nutre a veces de revoluciones, pero más generalmente de rebeliones, de peticiones de más igualdad. Es un movimiento que comenzó a finales del siglo XVIII, sobre todo con la Revolución Francesa y también con la rebelión de los esclavos en Santo Domingo. Estos dos acontecimientos marcan el principio del fin de las sociedades de privilegios, de un lado, y de las sociedades esclavistas, del otro.

P. Pero no siempre se avanza con revueltas o revoluciones.

R. Otro ejemplo es Suecia. Hasta principios del siglo XX era uno de los países con mayor desigualdad de Europa y una codificación institucional de la desigualdad más extrema que en el Antiguo Régimen francés o en las monarquías censitarias de Francia o España del siglo XIX. Solo el 20% de hombres más ricos tenían derecho de voto, y dentro de este 20% se podía tener entre 1 o 100 derechos de voto en función de si uno era el más rico de los ricos o si lo era menos. Incluso las sociedades anónimas tenían derecho de voto en función del capital invertido en el municipio. ¡Ya les gustaría a las multinacionales hoy tener algo semejante! Lo que ocurre después es que hay una gran movilización sindical y del partido socialdemócrata en un país muy educado, y la clase obrera toma el poder. Se impone entonces de manera relativamente pacífica.

 


Thomas Piketty.MANUEL BRAUN

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P. La de Suecia fue una revolución pacífica.

R. ¿Sabe? Este tipo de transformaciones no pueden hacerse respetando las reglas del régimen precedente. En un momento dado habrá una ruptura institucional. Siempre es así. Cuando la Administración de Obama anuncia a Suiza que se acabó el secreto bancario y que, si Suiza lo mantiene, Estados Unidos retirará las licencias a los bancos suizos, no es algo que estuviese previsto en los tratados internacionales que organizaban la libre circulación de los capitales. Pues bien, resulta que estos tratados no evitan que en un momento dado un país diga: “Cambiamos las reglas”.

P. Estados Unidos es la primera potencia mundial. Otro país quizá no podría hacer lo mismo.

R. Pero es que el cambio histórico se nutre de relaciones de fuerza, sea en 1789 o en 2020. Si se pide educadamente a la nobleza que renuncie a sus privilegios, la cosa no funciona. Si se pide educadamente a Suiza y Luxemburgo que dejen de ser paraísos fiscales, tampoco. Y estas transformaciones suelen implicar transformaciones institucionales con cambios en los tratados o las Constituciones. No quiero decir que el Estado de derecho no sea importante, pero no debe convertirse en un pretexto para mantener las posiciones adquiridas. Todas las transformaciones que describo se han realizado derribando el sistema legal precedente, pero con el fin de reemplazarlo por un Estado de derecho más justo, emancipador e igualitario.

“Hay una huida adelante hacia la deuda pública que se explica porque no se logra hacer pagar a las clases privilegiadas”

P. ¿El mundo posterior a la covid será más o menos igualitario?

R. El primer efecto es de más desigualdad. Primero, entre el norte y el sur. Es escandaloso cómo los países del norte han rechazado transformar las vacunas en un bien público mundial, una oportunidad perdida. También vemos que las grandes fortunas del planeta se han enriquecido. Todo el sector de las altas tecnologías se ha enriquecido. Los más pobres y frágiles sufren más por la covid. Al mismo tiempo, como sucede con todas las crisis de esta naturaleza, la pandemia ha tenido efectos complejos, porque también ha contribuido a rehabilitar una cierta visión del servicio público, del hospital, del sistema sanitario, y esto permite también legitimar de nuevo una política de reinversiones en los servicios públicos.

P. ¿Vamos por el buen camino?

R. Por ahora, se avanza despacio. El nivel de desigualdades es contraproducente. Tener a un 50% de la población que no posee casi nada —en Francia o en España ese 50% posee un 5% del total del patrimonio, mientras que el 10% más rico posee un 50%, un 55%, un 60%— no solo es injusto, sino económicamente ineficaz. El 50% más pobre y sus hijos tienen al menos tantas ideas e iniciativas como los hijos de los más ricos. A largo plazo supone una pérdida colectiva limitar así las oportunidades económicas y las posibilidades de que se dinamice la economía con una mayor circulación de las riquezas, de la propiedad y del poder

P. Pero estará satisfecho con que la Unión Europea adoptase un acuerdo para poner la deuda en común e invertir masivamente, ¿no?

R. Soy un federalista europeo. Todo lo que vaya en esta dirección es bueno. Y endeudarse conjuntamente permitió, al menos, ganar tiempo y salvar la idea europea. Yo, sin embargo, habría preferido que el plan de recuperación lo adoptase un grupo de países más pequeño y con una mayor democratización de las instituciones europeas, y un voto por mayoría y no por unanimidad. Imagine que en seis meses o un año necesitemos un nuevo endeudamiento y un nuevo plan de recuperación. ¿Hará falta de nuevo la unanimidad de los Veintisiete? La solución es que los países que no quieren más solidaridad queden fueran: no hay que forzar a Países Bajos, Suecia, Dinamarca a participar. Quienes quieran una Europa más unificada, que avancen. Para mí es una ocasión perdida.



P. ¿Y el acuerdo para imponer una tasa mínima global a las multinacionales?

R. Plantea dos problemas. El primero es que la tasa de imposición de un 15% es ridículamente débil. Una pyme (pequeña y mediana empresa) o un hogar de clase media o popular no puede, así como así, crear una filial en un paraíso fiscal para aprovecharse de la tasa del 15%. En Francia, si usted es jefe de una pyme en la restauración o la construcción, entre el impuesto sobre los beneficios, el impuesto sobre la renta, las cotizaciones sociales pagan como mínimo un 20% o un 30%, y con frecuencia más bien un 30% o un 40%. Así que el 15% para las multinacionales con capacidad para crear filiales en paraísos fiscales equivale a crear un sistema derogatorio privilegiado para los actores más poderosos. Temo que esta reforma con el 15% reporte muy poco dinero y no haga más que perpetuar una injusticia enorme entre, de un lado, las multinacionales y los más ricos, y del otro las pymes y las clases medias.

“Temo que la tasa del 15% a las multinacionales reporte muy poco dinero y perpetúe la injusticia frente a las pymes”

P. ¿Y el segundo problema que menciona?

R. Es aún más grave que el primero. Y es que esta reforma se ha concebido para los países del norte y no los del sur. Los países que obtendrán ingresos suplementarios son aquellos en los que se encuentran las sedes de estas multinacionales; es decir, los más ricos. Creemos que no nos conciernen las crisis en Malí o en Afganistán, pero desde el momento que hay riquezas para explotar, como el uranio en Níger o el cobre en Congo, las compañías occidentales acuden enseguida, o las chinas, que hacen lo mismo. Al mismo tiempo, las emisiones de CO₂ acumuladas de los países europeos y de Estados Unidos representarán un coste considerable en términos de subdesarrollo a los países del sur. Y recordemos que no hay países ricos sin países pobres: todos los enriquecimientos de la historia son resultado de un sistema de división internacional del trabajo y de uso y a veces explotación de recursos naturales y humanos en el planeta, como la industrialización durante el colonialismo y la esclavitud.



P. ¿Qué hacer?

R. La idea de que tal país o persona es enteramente responsable de su riqueza y debería quedárselo todo para sí mismo es una construcción intelectual nada convincente. Hay que imaginar un sistema de reparto de las riquezas con los ingresos fiscales procedentes de los actores económicos más prósperos. Si solo tomásemos una pequeña fracción de los beneficios de las multinacionales y el patrimonio de los milmillonarios y se redistribuyese a todos los países en proporción a la población de estos países, los recursos para invertir en educación y en la salud serían 10 veces más elevados que las supuestas ayudas internacionales, que en África son cuatro veces más débiles que los beneficios de las empresas occidentales y chinas. Estamos creando un sistema que nos estallará en la cara.

P. ¿Una revolución?

R. Estamos en una situación que no es tan distinta de la que llevó a la Revolución Francesa: hay una huida adelante hacia la deuda pública que se explica porque no se logra hacer pagar a las clases privilegiadas. Entonces era la nobleza la que no quería pagar impuestos. ¿Y cómo se resolvió? Con una crisis política, con los Estados Generales, la Asamblea Nacional y el fin de los privilegios de la nobleza. Ahora, de una manera u otra, acabará igual. Cuando hace un momento le hablaba de que el sistema nos estallará en la cara, pensaba en el norte y el sur. ¿Y en el norte? Lo podemos llamar revolución. Siempre ha habido revoluciones en la historia: 1968 o 1945 lo fueron.

“La pregunta es si el cuestionamiento de este sistema se hará en el desorden o de manera apaciguada”

P. ¿Y ahora?

R. La revolución de la que hablo consiste en hacer que contribuyan las mayores fortunas. Si se crea un sistema en el que usted puede enriquecerse utilizando las infraestructuras públicas de un país, su sistema educativo, su sistema sanitario, y después, con solo apretar un botón, puede transferir sus activos a otra jurisdicción sin que haya nada previsto para controlarle, y después usted simplemente puede dejar la factura a las clases medias y populares que son inmóviles y no pueden moverse del país…, es un sistema insostenible. La pregunta es si el cuestionamiento de este sistema se hará en el desorden o de manera apaciguada, como prefiero. Yo soy un intelectual: he elegido escribir libros, no ser guerrillero.

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Marc Bassets

Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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