miércoles, 31 de agosto de 2022

SALVADOR ALLENDE Y LA NUEVA CONSTITUCIÓN CHILENA.

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"De todas maneras, estoy convencido de que, si suficientes ciudadanos llegan a comprender el espíritu profundamente democrático y ecológico de este nuevo documento fundacional, será finalmente ratificado. Establece un Estado social y democrático, enfatizando la solidaridad, la participación, la libertad y la descentralización, atreviéndose a imaginar un país con paridad masculina/femenina, donde el sistema de justicia sirve a todos y no solamente a los ricos, donde es deber del Estado proteger a la naturaleza y donde se reconoce a las comunidades indígenas como protagonistas de la un Estado plurinacional e intercultural. Consagra el derecho al aborto, a la salud, al agua, a la vivienda, a la educación y a fondos de pensión dignos, y la necesidad de ejercer soberanía sobre los recursos minerales. Y, reiteradamente, pone énfasis en la defensa de niños y animales y ancianos, e incluso de los glaciares y los ríos. Se trata de una visión progresista, responsable, hasta diríase tierna, de cómo avanzar hacia una sociedad que pueda enfrentar los desafíos de nuestros tiempos turbulentos.

"Es cierto que varias medidas en materia de Gobierno y Poder Judicial han llevado a varias figuras importantes de la élite privilegiada de la centroizquierda a manifestarse a favor del Rechazo, lo que confunde aún más a los votantes indecisos, pero esa situación puede revertirse con el compromiso de los partidos que sostienen a Boric de enmendar estas deficiencias. Tengo confianza, como lo tenía Allende hace más de cinco décadas, que el pueblo chileno sabrá pronunciarse por un futuro sabio y justo, para construir, entre todos, “la nueva sociedad, la nueva convivencia social, la nueva moral, la nueva patria” que él soñó. Tengo confianza de que la noche del 4 de septiembre del 2022, se repetirán en algunos corazones las palabras con que nos emocionó Allende en la Alameda aquella otra noche extraordinaria: Han sido el hombre anónimo y la ignorada mujer de Chile los que han hecho posible este hecho social trascendental. Miles y miles de chilenos sembraron su dolor y su esperanza en esta hora que al pueblo pertenece.”

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SALVADOR ALLENDE Y LA NUEVA CONSTITUCIÓN CHILENA.

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Por Ariel Dorfman

Página /12 domingo 28 de agosto del 2022.

 

Hay fechas que tienen para los pueblos una especial resonancia. Es lo que le sucede al pueblo chileno con el 4 de septiembre, este domingo en que deberá decidir si aprueba o no una nueva Constitución, y que resulta ser, además, el día, hace 52 años, cuando los votantes de Chile, en otra jornada crucial, eligieron a Salvador Allende como presidente de la República.

Esa noche del 4 de septiembre de 1970, junto a miles y miles de fervientes compatriotas, escuché a Allende prometer, desde un balcón que daba a la Alameda, que se abría “un camino nuevo” para Chile, “el camino venturoso hacia una vida distinta y mejor.” La victoria de Allende encarnaba una sed de justicia, libertad y soberanía nacional que venía gestándose a lo largo del siglo XX y que se enraizaba en las luchas de los chilenos y chilenas desde los albores de la Independencia, la misma sed que ahora anima la Constitución del 2022.

Y también ese 4 de septiembre legendario, como el que ahora confronta al pueblo en estos días, tenía una magnitud que sobrepasaba las fronteras nacionales. Era la primera vez que un socialista llegaba al poder utilizando, no los métodos violentos e insurreccionales de revoluciones anteriores, sino que por medio de una vía democrática.



Ese experimento trascendental“un camino,” dijo Allende esa noche radiante, “que otros pueblos de América y del mundo podrán seguir” – terminó trágicamente. Tres años más tarde un golpe militar derrocó al mandatario elegido libremente por sus conciudadanos. Durante los 17 años que siguieron a la muerte de Allende en el Palacio Presidencial de La Moneda, Chile sufriría una alevosa dictadura cuyos efectos corroen y corrompen hasta el día de hoy a nuestra sociedad.

Uno de los legados primordiales de ese período autocrático fue la Constitución que todavía nos rige y que fue impuesta, por la fuerza y en forma fraudulenta, por el entonces dictador Augusto Pinochet. Es esa Constitución que los chilenos, este domingo 4 de septiembre, tienen la oportunidad de repudiar, adoptando una Carta Magna que, en vez de ser ideada por un grupo de expertos, ha sido redactada por una Convención elegida popular y democráticamente, y cuyos 388 artículos, discutidos en forma pública y transparente, fueron adoptados por más de los dos tercios de los convencionales.

Cuando la Convención comenzó a funcionar el 4 de julio del año pasado, no me cabía duda de que en el referéndum final los votantes marcarían abrumadoramente la opción Apruebo.

¿Acaso esa Convención no respondía a las protestas más masivas de la historia de Chile, un estallido social que exigía los cambios esenciales que la Constitución de Pinochet bloqueaba desde el retorno de la democracia en 1990?

¿Y la necesidad de un nuevo marco legal no había sido refrendada por el 80 % de los que sufragaron en un primer plebiscito?

¿Y los rostros de los delegados a esa Convención no parecían un espejo del Chile auténtico, acaso no “son como nosotros, como el país real,” como me lo enfatizaron, maravillados, múltiples interlocutores en las calles de Santiago?

Se veían reflejados en una asamblea en la que muchos miembros provenían de las regiones desfavorecidas y eran jóvenes y desconocidos. Y, por cierto, se trataba de una Convención paritaria con una significativa representación de los pueblos originarios tan invisibilizados durante siglos.



Y como para remachar la certeza de que el Apruebo saldría victorioso, 56 % de los votantes – la más alta mayoría de la historia – escogió como presidente en diciembre del 2021 a Gabriel Boric, un carismático exlíder estudiantil de 35 años, cuyo programa de transformaciones estructurales coincidía con las mismas prioridades y anhelos de la Convención Constituyente.

Y, sin embargo, pese a tantos vientos favorables, las encuestas indican la posibilidad de que la opción Rechazo gane el plebiscito

Un factor que explica este vuelco es una merma considerable de popularidad del gobierno de Boric, que ha sido – era inevitable - incapaz de resolver a corto plazo urgentes problemas heredados del pasado. Tampoco ayudó que posiciones maximalistas de una vociferante minoría de la Convención fueran aprovechadas astutamente por la derecha chilena y su monopolio de los medios, para pintar a los convencionales como extremistas que llevarían a la patria a un despeñadero comunista. Y millones de votantes, al no haber leído las largas 167 páginas de la nueva Constitución, creyeron un aluvión de noticias falsas sobre su contenido (por ejemplo, que termina con la propiedad privada o que va a trasformar a Chile en “otra Venezuela”).

De todas maneras, estoy convencido de que, si suficientes ciudadanos llegan a comprender el espíritu profundamente democrático y ecológico de este nuevo documento fundacional, será finalmente ratificado. Establece un Estado social y democrático, enfatizando la solidaridad, la participación, la libertad y la descentralización, atreviéndose a imaginar un país con paridad masculina/femenina, donde el sistema de justicia sirve a todos y no solamente a los ricos, donde es deber del Estado proteger a la naturaleza y donde se reconoce a las comunidades indígenas como protagonistas de la un Estado plurinacional e intercultural. Consagra el derecho al aborto, a la salud, al agua, a la vivienda, a la educación y a fondos de pensión dignos, y la necesidad de ejercer soberanía sobre los recursos minerales. Y, reiteradamente, pone énfasis en la defensa de niños y animales y ancianos, e incluso de los glaciares y los ríos. Se trata de una visión progresista, responsable, hasta diríase tierna, de cómo avanzar hacia una sociedad que pueda enfrentar los desafíos de nuestros tiempos turbulentos.

Es cierto que varias medidas en materia de Gobierno y Poder Judicial han llevado a varias figuras importantes de la élite privilegiada de la centroizquierda a manifestarse a favor del Rechazo, lo que confunde aún más a los votantes indecisos, pero esa situación puede revertirse con el compromiso de los partidos que sostienen a Boric de enmendar estas deficiencias.



Tengo confianza, como lo tenía Allende hace más de cinco décadas, que el pueblo chileno sabrá pronunciarse por un futuro sabio y justo, para construir, entre todos, “la nueva sociedad, la nueva convivencia social, la nueva moral, la nueva patria” que él soñó. Tengo confianza de que la noche del 4 de septiembre del 2022, se repetirán en algunos corazones las palabras con que nos emocionó Allende en la Alameda aquella otra noche extraordinaria:

Han sido el hombre anónimo y la ignorada mujer de Chile los que han hecho posible este hecho social trascendental. Miles y miles de chilenos sembraron su dolor y su esperanza en esta hora que al pueblo pertenece.”

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lunes, 29 de agosto de 2022

NUBARRONES EUROPEOS, TORMENTA BRITÁNICA. Bancarrota a la British con Inflación Descontrolada y Explosiva Protesta Social.

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Nubarrones europeos. Tormenta británica. Gran Bretaña paga el precio de un Brexit aislacionista, de la pandemia con consecuencias profundas y ahora, de una guerra en el propio continente. A pesar del discurso bélico triunfalista de Londres, de la Unión Europea y de la OTAN, los sectores sociales europeos más relegados — es decir los que cargan con el peso fundamental de la crisis energética, de alimentos y social–, comienzan a ganar las calles en defensa de su sobrevivencia Inflación descontrolada.  10.1% en el mes de julio. Agosto mes de las Huelgas Sindicales exigen ajuste del Salario Real. Ferroviarios, Subterráneos y portuarios, Huelgas después de 30 a 40 años. “Pobreza Energética” en más del 60% de la Población. Londres se paralizó el pasado fin de semana {20 y 21 de agosto} y se espera que esta situación se repita. Los trabajadores de correos anticipan decretar la huelga al igual que sindicatos de periodistas). Profesores y trabajadores de Sanidad, amenazan con una Huelga a partir de la presente semana. “trabajadores ferroviarios, estibadores, abogados… Cada día, más o menos, el país se enfrenta a un nuevo movimiento de ira. Precios de los Alimentos se disparan. Proyectan una Inflación mayor al 13% y una Recesión prolongada. Crisis de liderazgo, sobre el reemplazo de Boris Johnson, los 2 candidatos de los Conservadores, sus propuestas son torno al Poder – y la herencia del Thatcherismo - y parecen estar en otro país y no mirar la realidad de un barco que se hunde. Continúa presente las consecuencias Económico-comerciales, transporte en relación al Brexit – el retiro de Gran Bretaña de la Unión Europea. Y más allá se acerca un proceso de “separatismo” en especial ESCOCIA “ellos” manifiestan – a nombre de su Ciudadanía la Primer Ministro, de permanecer en la Unión Europea.

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                Fuentes: Rebelión [Imagen: los trenes ingleses 
                paralizados por la huelga foto RTS]

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NUBARRONES EUROPEOS, TORMENTA BRITÁNICA.

Bancarrota a la British con Inflación Descontrolada y Explosiva Protesta Social.

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Por Sergio Ferrari | 29/08/2022 | Economía

 

Fuente Rebelión lunes 29 e agosto del 2022.


El riesgo de una grave crisis energética-humanitaria

Golpe a golpe, crisis en crisis. Gran Bretaña en estado de shock se confronta con una inflación nunca antes vista en los últimos 40 años. El sistema de salud se desbarranca. La rabia social crece y se expresa en huelgas masivas en sectores esenciales.

Panorama desolador que lleva a algunos actores sociales a reflexionar sobre lo que podría ser el estallido de una verdadera crisis humanitaria, apenas en algunos meses. La gigante Federación NHS, instancia de referencia en el sector salud, salió en los últimos días con los tapones de punta frente al desgobierno todavía dirigido por el decapitado Boris Johnson. Le instó a actuar de forma inminente para controlar los aumentos de los costos de energía. Afirma que, en caso de que no tome medidas urgentes, se corre el riesgo de “una emergencia de salud pública”.

A las puertas de una crisis humanitaria

El tercer viernes de agosto, la Federación que reúne, apoya y habla en nombre de todo el sistema de salud de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, hizo sonar la alarma. Las cifras muestran que, en caso que no se tomen medidas sociales adicionales,

“las tasas de pobreza energética en el Reino Unido alcanzarán el 54% a partir de octubre y al menos el 66% a partir de enero”. Afectando, especialmente, más del 80% de las familias numerosas, monoparentales y parejas de jubilados.



En Gales, Escocia e Irlanda del Norte el estado de pobreza energética se define como la situación derivada de destinar más del 10% de los ingresos medios de un hogar para pagar la factura de energía. Según cálculos oficiales, para enero del año próximo el precio de la energía llegaría a 4,266 libras esterlinas (1libra=1,18 dólar). El salario medio actual en Gran Bretaña oscila en las 31,285 libras esterlinas. Apenas hace un año, en marzo de 2021, el precio máximo para el rubro energía era de 1,200 libras anuales.

No es habitual que la NHS alce el tono con la dureza que lo está haciendo. Y nadie puede restarles valor a esas palabras dado su contacto estrecho con la realidad cotidiana y la crisis de abajo. La Federación reúne a 1,5 millones de empleados que atienden a más de 1 millón de pacientes al día.

“Promovemos la colaboración y el trabajo en sociedad como la clave para mejorar la salud de la población, brindar atención de alta calidad y reducir las desigualdades en salud”, insisten los portavoces de este principal interlocutor gubernamental.

Para la Federación, vivir en la pobreza energética repercutirá en “un aumento drástico de las afecciones respiratorias, la desnutrición e incluso los ingresos hospitalarios de los niños”. Sostiene que las personas mayores vulnerables que viven en condiciones invernales también corren un riesgo particular de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y caídas. Tensiones, depresiones y enfermedades psico-mentales aumentarán junto con esta crisis.

En ese marco, el reembolso del costo de vida de 400 libras esterlinas que prometió el Gobierno, a pagarse en cuotas, no logrará contrarrestar el golpe dramático de los precios de la energía.

“Esto empujará a más de dos tercios de los hogares del Reino Unido a la pobreza energética, lo que exacerbará las desigualdades en salud que ya se ampliaron durante la pandemia”, sostiene la Federación. Analistas económicos ya comienzan a prever la recesión económica a mediano plazo.



Crisis de desgobierno

Diversos actores de la oposición política, sindical y de la sociedad civil vienen señalando en las últimas semanas la responsabilidad del primer ministro Boris Johnson en esta situación cada día más compleja.

Agosto ha sido un mes de huelgas y movilizaciones sociales multiplicadas en distintos sectores, cada uno con sus reivindicaciones propias, pero con el común denominador de exigir ajuste de los salarios para acolchonar el aumento descontrolado de los precios de productos básicos y servicios.

El 22 de agosto, France Inter titulaba sugestivamente uno de sus análisis “Huelgas y Thatcherismo de regreso en Gran Bretaña”. En el mismo enfatizaba que

“es la primera vez en 30 o incluso 40 años que hay huelgas en algunos sectores, como ferroviarios, subterráneos y portuarios”.

Londres se paralizó el pasado fin de semana {20 y 21 de agosto} y se espera que esta situación se repita. Los trabajadores de correos anticipan decretar la huelga al igual que sindicatos de periodistas).

Si bien British Airways llegó a última hora a un acuerdo salarial que evita lo peor a la vuelta de las vacaciones de los británicos, los profesores y los trabajadores de la sanidad amenazan con lanzarse en una huelga masiva. El 23 de agosto, el sitio WEB de Le Monde, informaba de la movilización social en Gran Bretaña: trabajadores ferroviarios, estibadores, abogados… Cada día, más o menos, el país se enfrenta a un nuevo movimiento de ira.



Al mismo tiempo, las alternativas políticas se ven complicadas por la disputa de liderazgo entre las tropas conservadoras en busca del sucesor-a de Johnson para septiembre. Los dos principales candidatos, Liz Truss y Rishi Sunak, quienes intensifican el debate desde una perspectiva meramente de poder, parecen estar ajenos a un país amenazado de derrumbe.

Como lo señalaba a la prensa Gordon Brown, que fuera primer ministro laborista durante la crisis financiera de 2008, el país se enfrentaba a una «bomba de tiempo económica» si no diseña, ahora, un plan para el difícil invierno que se avecina. Los laboristas hablan de Johnson como de “gobierno zombi” que ya se ha retirado.

El LegalToday, publicación destinada a los profesionales de derecho, en un artículo publicado en su sitio WEB en la segunda semana de agosto, titulaba “El vacío político del Reino Unido amenaza con una crisis económica más profunda”.  

Inflación descontrolada

Una de las causas y ejemplo de la compleja crisis actual: la explosión inflacionaria.  Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés), el índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido subió un 10,1 % en julio — frente al 9,4% del mes anterior–, y se situaba en agosto en el nivel más alto en más de 40 años, cuando alcanzó un 10,4%, en febrero de 1982.



Según la cadena televisiva France 24, unos de los rubros que presionó para empujar la inflación a dos dígitos fue el de los alimentos. Se registró un incremento de 2,3% entre junio y julio, el más alto a nivel mensual de los últimos 21 años. 

«Los precios de los alimentos aumentaron notablemente, en particular los productos de panadería, lácteos, carnes y verduras», indicó Grant Fitzner, economista jefe de la ONS, citado por el medio francés.

No obstante, para algunos expertos, lo peor está por venir. El Banco de Inglaterra prevé un incremento en el precio del gas para el mes de octubre, que, sumado a la presente crisis, podría empujar al Reino Unido a una recesión prolongada. Diversas fuentes proyectan que la inflación podría llegar entonces a un 13%. Teniendo en cuenta que los precios de la energía se mantendrán altos, el banco central reconoce que el país enfrenta su mayor caída en los niveles de vida desde que comenzaron los registros en la década de 1960.

Según France24, el salario real hoy está en el nivel más bajo registrado, por lo que, si las cifras demuestran algo, es que los salarios no están impulsando la inflación (…) Por otra parte, paradójicamente, desde la pandemia, las 350 principales empresas que cotizan en el FTSE (el índice bursátil de referencia de la Bolsa de Valores de Londres) han experimentado un aumento de sus beneficios del 43%. El análisis concluye: el Reino Unido padece una crisis de especulación, ¿cuándo se hará algo al respecto?”

Aunque todavía menos impactante que la británica, la inflación en la eurozona también sigue disparándose hasta alcanzar máximos históricos. Llegó al 8,9% en julio, porcentaje superior al 8,6% de junio, al 8,1% de mayo y al 7,4% de abril. Los europeos siguen viendo cómo se disparan los precios de la energía y los alimentos, debido, en buena parte, a las consecuencias de la guerra ruso-ucraniana. Y los problemas reales de abastecimiento de gas y combustibles provenientes de Rusia. La estimación preliminar publicada el 29 de julio por Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, es la más alta desde que se iniciaron los registros de la eurozona en 1997.

Nubarrones europeos. Tormenta británica. Gran Bretaña paga el precio de un Brexit aislacionista, de la pandemia con consecuencias profundas y ahora, de una guerra en el propio continente. A pesar del discurso bélico triunfalista de Londres, de la Unión Europea y de la OTAN, los sectores sociales europeos más relegados — es decir los que cargan con el peso fundamental de la crisis energética, de alimentos y social–, comienzan a ganar las calles en defensa de su sobrevivencia

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domingo, 28 de agosto de 2022

ESTADOS UNIDOS, CHINA Y RUSIA: EL AJEDREZ Y LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL.

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"Partidas al mismo tiempo en varios tableros.  Su dirigencia es muy astuta, primero tenía que conocer la debilidad del nuevo amigo y ayudarlo a resolver sus problemas. Se apoderaron de su dinero, acumulándolo en sus reservas y comprando bonos del Tesoro. Facilitaron las inversiones en su país para conocer mejor su know how y luego poder utilizarlo en su favor. Tienen acorralados a sus adversarios en un rincón donde la debilidad de la dependencia puede transformarse en hegemonía. Su tecnología está sobrepasando a la americana. Juegan al mismo tiempo en varios tableros. A su gran comercio exterior e inversiones en el extranjero (ya le pisan la cola por el primer lugar en este último rubro a los norteamericanos) le están agregando también el gigantesco mercado interno que les falta desarrollar con millones de chinos esperando tener sus propios productos e integrarse el juego. Pero no se quedan quietos. Proyectan construir la Ruta de la Seda (Belt and Road Iniciative) inscripta en la Constitución China que va a servir para financiar un conjunto de vías ferroviarias, rutas terrestres y marítimas entre China y Europa a través del Asia Central. Hay ajedrecistas chinos en todos lados. Como guerreros fueron más conquistados que conquistadores, aunque luego dieron vuelta la tortilla. Como negociantes y diplomáticos tuvieron más éxito. Poseen la gran ventaja de que su tiempo es más prologando que el de los demás. Parecen más lentos, pero cuando las decisiones están tomadas tienen la ventaja de que se implementan con rapidez. Todavía mantienen la filosofía de sus ancestros, que los guía en un mundo sinuoso, cuyas señales descifran como los grandes maestros del ajedrez, muchas jugadas antes de que su adversario haga su última movida, esa que significa tirar abajo su propio rey".

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Los presidentes de China y Estados Unidos, Xi Jinping y Joe Biden, conversando en una cumbre del G20. Imagen: AFP

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ESTADOS UNIDOS, CHINA Y RUSIA: EL AJEDREZ Y LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL. Cuáles son las jugadas que alteraron y están modificando el tablero del poder.

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Análisis de las tendencias de las grandes potencias en el escenario internacional en el siglo XX y XXI. Estrategias, fracasos y guerras.

Por Mario Ropoport

Página /12 domingo 28 de agosto del 2022.


En una reciente entrevista televisiva Laura Jane Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, que hace muy poco tiempo se había reunido con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, dijo que la rivalidad entre Estados Unidos y China debía asemejarse a un juego de ajedrez. En cualquier caso, empleaba esa metáfora para significar que la geopolítica del mundo y las estrategias de sus principales actores eran interpretados por los organismos de defensa y seguridad estadounidenses como si tuvieran un aspecto lúdico.

Hace un tiempo una excelente pintora amiga me regalo un óleo con un chico pensando su jugada en un tablero de ajedrez semivacío, con la curiosidad de que al mismo le sobraba un casillero. Quizás de allí me vino la intuición de estas líneas, confirmadas por la funcionaria estadounidense. Se me ocurrió comparar las políticas de las grandes potencias en el escenario internacional como si éste fuera un tablero de ese juego para testear mejor sus estrategias y sus guerras económicas y políticas. 

Soy un simple aficionado al ajedrez, sólo leo algún libro de referencia cuando me aburren las novelas policiales, cada vez con menos intrigas a resolver, los films sin guiones, o los best-seller de autoayuda. Pocos tratan en sus urdimbres argumentales algunas de las grandes incógnitas de carácter social o universal por las que atraviesa la humanidad y buscan vincular unas a otras.

En este relato son las sociedades o colectividades las que me importan. Por ejemplo, la de reemplazar en la historia de las grandes naciones formidables competencias comerciales o políticas, o planes de batalla o de guerra como si fueran las movidas de un juego de ajedrez.



¿Empezó la segunda Guerra Fría?

Tener una visión estratégica del mundo no sólo es ver enfrente las tropas del enemigo y calcular sus flancos débiles o fuertes en función de los nuestros. También lo es espiar sus posiciones ocultas. Saber cómo distribuye cada contendiente su propaganda y cómo ven y tratan a los habitantes de los lugares que ocupan y son vistos por ellos. Conocer el tipo de recursos que usan y las bases económicas y políticas que los sostienen, la cantidad de habitantes, su superioridad o inferioridad; la geografía del lugar, o sea el tipo de terrenos llanos o accidentados, los recursos naturales y los frutos de los que se autoabastecen y exportan y de los que carecen; la existencia de lagos, mares, montes y montañas; los árboles o bosques existentes; los pueblos, casas, puentes, edificios, complejos industriales, que se cruzan en el camino. Los bienes estratégicos que necesitan o tienen en la zona, como agua, petróleo o minerales. El nivel de preparación de su población, sus conocimientos y equipamiento científico y militar. Desde el siglo XIX al XXI los protagonistas principales que se enfrentan son diferentes para cada época y muy poderosos. Han dado lugar a dos guerras mundiales y a la guerra fría¿Estamos ahora frente una segunda guerra fría?

Antes de comenzar nuestro juego de ajedrez voy a hacer una última referencia al cuadro que mencioné al principio. Nunca le pregunté a la artista, porque todavía yo era muy chico o me daba vergüenza, ¿cómo era que a ese tablero le sobraba un casillero? De ese modo, me parecía que el juego no podría terminar nunca. Antes o después era necesario resolver el enigma del casillero sobrante. No tenía duda de que la pintora lo puso no por desconocimiento del juego, era una excelente ajedrecista, sino por otra razón, para que el espectador que viera el cuadro considere que existe allí un espacio que puede ser cubierto por la imaginación de los jugadores sin hacerlos prisioneros de sus reglas. En ese espacio surgió para mí el jugador chino.



El match entre Estados Unidos y China

Capablanca y Alekhine, Karpov y Fisher, Kasparov y Najdorf, Wenjun Ju, la quinta jugadora china que consigue el título de campeona del mundo o su compatriota Hongyi Tan, la campeona anterior, vivos o desde su tumba, se pusieron a examinar la partida del match entre Estados Unidos y China y se dieron cuenta que no era un simple juego, que de su resolución puede surgir el futuro del mundo.

Estados Unidos imaginó un tablero distinto, basado en la experiencia de su largo match victorioso con los rusos, le dio al principio demasiada importancia a la ideología y no se apercibió que en este caso valía mucho menos. Se enfrenta con un enemigo aún más peligroso que juega en gran medida con armas parecidas a las suyas, y no quiere convencer de sus bondades por la convicción o por la fuerza, sino competir en el orden económico, tecnológico y financiero.

China no abandonó las lecciones de su pasado. Fue un gran imperio, hasta el punto de autodestruir su marina que dominaba los mares asiáticos porque creía ya no la necesitaban y de no llegar a tener un Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero su sistema de defensa resultó anticuado. Sus extensas murallas fueron fácilmente traspasadas por los mongoles. Luego fue invadido y ocupado por sus rivales japoneses y por tropas extranjeras de distintos países de occidente con el objeto de apropiarse de sus riquezas.

Tras las dos guerras del opio a mediados del siglo XIX contra el Reino Unido, China debió ceder el puerto de Hong Kong a los británicos. Muy afectado por una primera y cruenta guerra con los japoneses, en 1911 cayó el rey enemigo, el emperador chino, por una revolución liderada por Sun Yat-sen, jefe del partido Kuomintang, que representaba sectores políticos y económicos nacionalistas adversos al imperio, estableciéndose una República.



La larga marcha

Pero un ambicioso militar, dictatorial y nacionalista, Chiang Kai-shek se hizo cargo del partido, y se apoderó de gran parte del territorio del país. Aunque anticomunista tuvo el apoyo del pequeño partido comunista chino fundado en 1921 que adhirió al Kuomintang a instancias del Komintern, la internacional comunista, que deseaba la instalación de un frente popular liderado por Chiang no por el peligroso y casi desconocido Mao Tse-Tung que había “traducido” Marx al chino. 

Esta alianza duró hasta 1927, cuando el tablero se conmovió y las fichas se tambalearon por una cruenta guerra civil entre los dos exaliados siendo Chiang, al principio bien respaldado por rusos y norteamericanos, el vencedor absoluto, produciendo grandes bajas a su enemigo. Sin embargo, un tiempo más tarde los japoneses invadieron China antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial creando un nuevo rival.

En tanto, lo que quedaba de las raleadas tropas comunistas lideradas por Mao Tse-tung, luego de su derrota con Chiang, iniciaron junto a su jefe una larga marcha que traspasó con astucia las filas enemigas y sus peones y caballos (estos últimos bufando de cansados) y se instalaron en el otro extremo del tablero.

Numerosos campesinos (nuevos peones desnutridos que se convirtieron en firmes combatientes en sus casillas, más sólidos que el ejército imperial de terracota) se unieron a sus filas y el nuevo ejército se enfrentó simultáneamente, en dos tableros, a los enemigos de afuera y de adentro. En uno de ellos contribuyó a la derrota y expulsión de los japoneses. En el otro se deshizo de Chiang Kai-shek que debió huir con los restos de su ejército a la isla de Taiwan, no llegó a ser ni siquiera un rey en el tablero, apenas si le daba para alfil. 




La revolución china y la Unión Soviética

El triunfante Mao Tse-tung, se transformó en el nuevo rey de ese juego y proclamó en 1949 la República Popular ante el asombro de los espectadores que no lo habían previsto, ni siquiera los rusos que fueron reticentes con él y ahora se apresuraron algo tarde a apoyarlo. Todavía en 1945, en vísperas de la rendición de Japón el Kremlin firmó un tratado de alianza de 30 años con Chiang creyendo que éste iba a vencer fácilmente al ejército de Mao.

La revolución china fue distinta de la soviética, por el predominio del campesinado sobre la clase obrera y por su carácter nacionalista. Allí estuvo el origen de las discrepancias con Moscú, al principio aliado problemático y peligroso y luego del rompimiento entre ambos su mayor enemigo, en el nuevo juego iniciado en el tablero de ajedrez. 

La Unión Soviética era entre 1945 y 1989 un conjunto de repúblicas diferentes, que se volvieron a lo largo de los años caballos desbocados, sujetos con riendas de acero por el Kremlin en el marco de la Guerra Fría

Los rusos tenían tres fronteras:

1. Una marcada territorialmente por el ejército soviético al fin de la Segunda Guerra Mundial, que en parte coincidía con el viejo imperio zarista. 

2. Otra, más amplia, originada en la Revolución de Octubre y la existencia de un movimiento comunista internacional, que también dependía de Moscú, aunque Stalin lo contradecía proclamando el socialismo en un solo país, el suyo

3. La tercera y más extensa territorialmente era con China



Los dos fracasos de Mao

Este mosaico de fichas distintas iba a ser, como se demostró luego, extremadamente débil y se derrumbaría por sí mismo. El muro de Berlín terminó siendo de arcilla. China, en cambio, siempre fue un país inmenso y unitario, con una gran población y dirigentes resueltos, que logró librarse de sus distintos ocupantes por sus propios medios. Un oso pando que parecía dormido y despertó de pronto iniciando su propio camino.

El creciente conflicto de los chinos con la Unión Soviética provocó un raudo acercamiento de Beijing con Estados Unidos. La geopolítica del mundo viró 180 grados, se pasaba de uno bipolar a otro tripolar. 

El histórico líder chino, venia de dos caídas sucesivas en el tablero de ajedrez por su pretensión de querer saltar en forma incorrecta para el juego varios casilleros con sus fichas: primero fue el fracaso del Gran Salto Adelante, con la creación de comunas populares que integrarían el agro y la industria, pero que no tenían una base material suficiente y provocaron hambrunas y víctimas. 

Tuvo que retroceder a su casillero inicial y quedarse allí varios años. Pero retomó el juego con la Gran Revolución Cultural Proletaria, metiendo jóvenes peones, que también eludían casilleros, los guardias rojos. Mao iba contra su propio establishment, que introdujo varias piezas en el tablero para detener su marcha. 

Si bien bajo su mando China se había levantado de su absoluta pobreza y poseía una nueva dignidad nacional, tuvo que alejarse definitivamente del poder y de su propio casillero. Como legado, en una jugada secreta que había preparado con su fiel Chou En-lai y el astuto secretario de Estado norteamericano Henry Kissigner, inició un acercamiento con Estados Unidos, reuniéndose en dos ocasiones con Richard Nixon, un hombre acomplejado que cargaba con él inmenso peso del edificio Watergate, de la guerra de Vietnam y de campañas anticomunistas, que también produjeron numerosas víctimas, y deseaba dar ese paso.



Jaque mate a URSS

Estados Unidos saltaba con sus caballos sobre las piezas rusas y se unía a los peones chinos. Los que miraron el juego comprendieron que se habían juntado dos conjuntos distantes de piezas para combatir a un tercer conjunto que amenazaba a China directamente, por su proximidad, y a Estados Unidos por la presunta amenaza militar del entonces imperio soviético, su enemigo principal de la Guerra Fría. 

Con un presidente débil al que llamaban “el tramposo”, Washington le daba un jaque mate a la URSS, cuyo rumbo imperial se quebró definitivamente en 1989, quedando sus piezas raleadas y sin defensa alguna, siendo comidas fácilmente en el tablero. Sólo quedaron en él chinos y norteamericanos. Karpov y los grandes maestros rusos se agarraban de la cabeza con desesperación. No sirvió que fueran campeones mundiales de ajedrez. Habían perdido la partida principal.

Dos años después de la muerte de Mao, Deng Xiaoping, y otros líderes de la burocracia que aquel no pudo derribar, con una visión pragmática que buscaba superar lo que consideraban errores voluntaristas del pasado, se concentraron en aprovechar ese acercamiento, iniciado por el viejo líder por razones estratégicas. Ahora las transformaron en económicas, intercambiando libremente piezas con los norteamericanos por un puñado de dólares, el bajo costo de sus peones.

Abrían así las puertas de su país al comercio y al capital extranjero. Tenían la convicción de asegurarse un lugar más preminente en el mundo, en base a productos de una industrialización que absorbió capitales ajenos, dejándoles entrar en sus casilleros y se convirtió en una gran potencia no sólo económica sino política y militarmente. A diferencia de los rusos no destruyeron el Estado y lo convirtieron en el mayor propulsor de su avance dando más libertad a las fuerzas económicas del mercado, pero siempre bajo su dirección.


Xi Jinping, el hombre que lidera el Partido Comunista de China en un nuevo viaje en el siglo XXI.

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El pragmatismo chino

Para sintetizar el nuevo juego entre chinos y norteamericanos distinguiendo sus características, hay que decir que los primeros tienen aún mayores ventajas con respecto a los segundos que las que éstos tenían con respecto a Inglaterra. Una vasta población, que supera ampliamente a la norteamericana y una gran cantidad de recursos naturales más sólida que la de los rusos. 

Ahora con un pragmatismo que no abandonó el nacionalismo de Mao, pero si sus premisas marxistas y voluntaristas y se acercó a una filosofía más cerca de los apetitos humanos. La sociedad china no tenía recursos abundantes a fin de satisfacer sus necesidades, como lo reclamaba el comunismo utópico. No alcanzaban para alimentar a una vasta población e industrializar el país. Se necesitaba recuperar experiencias capitalistas sustentadas en las apetencias de los hombres, que el idealista Mao rechazaba, porque para él el progreso debía partir de la conciencia colectiva de la gente y no de sus ambiciones personales. 

El futuro resultaba incierto ¿era una simple restauración capitalista o se parecía a NEP soviética, para luego marchar a un socialismo más consolidado? La cuestión no la resolverán (¿o ya la resolvieron?) las palabras sino los hechos. Los nuevos vientos entraron por las ventanas y las puertas plenamente abiertas y el país comenzó una etapa de progreso económico, pero también de mayor corrupción y desigualdades crecientes sin democratizar el sistema político.



Partidas al mismo tiempo en varios tableros

Su dirigencia es muy astuta, primero tenía que conocer la debilidad del nuevo amigo y ayudarlo a resolver sus problemas. Se apoderaron de su dinero, acumulándolo en sus reservas y comprando bonos del Tesoro. Facilitaron las inversiones en su país para conocer mejor su know how y luego poder utilizarlo en su favor. Tienen acorralados a sus adversarios en un rincón donde la debilidad de la dependencia puede transformarse en hegemonía. Su tecnología está sobrepasando a la americana.

Juegan al mismo tiempo en varios tableros. A su gran comercio exterior e inversiones en el extranjero (ya le pisan la cola por el primer lugar en este último rubro a los norteamericanos) le están agregando también el gigantesco mercado interno que les falta desarrollar con millones de chinos esperando tener sus propios productos e integrarse el juego. Pero no se quedan quietos. Proyectan construir la Ruta de la Seda (Belt and Road Iniciative) inscripta en la Constitución China que va a servir para financiar un conjunto de vías ferroviarias, rutas terrestres y marítimas entre China y Europa a través del Asia Central. Hay ajedrecistas chinos en todos lados.

Como guerreros fueron más conquistados que conquistadores, aunque luego dieron vuelta la tortilla. Como negociantes y diplomáticos tuvieron más éxito. Poseen la gran ventaja de que su tiempo es más prologando que el de los demás. Parecen más lentos, pero cuando las decisiones están tomadas tienen la ventaja de que se implementan con rapidez. Todavía mantienen la filosofía de sus ancestros, que los guía en un mundo sinuoso, cuyas señales descifran como los grandes maestros del ajedrez, muchas jugadas antes de que su adversario haga su última movida, esa que significa tirar abajo su propio rey.

Quizás Laura Jane Richardson nos quería advertir sobre todo esto o es sólo mi intolerable imaginación.  

* Economista e historiador.

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