domingo, 28 de febrero de 2021

LA EMPRESA-GLOBAL PONE DE RODILLAS A LOS GOBIERNOS NACIONALES.

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Alternativa de solución

La primera parte de la solución es haber comprendido que el problema no se encuentra ni en la “economía de mercado” ni en “la búsqueda de ganancias”, elementos del proceso de trabajo. Que la empresa sea una empresa-global no es el problema. Al contrario, es parte de la solución.

El problema se encuentra en el tipo de repartición de la riqueza creada. Un tipo de repartición que facilita acumular y concentrar la casi totalidad de la riqueza creada en un número insignificante de personas.

La alternativa de solución es, entonces, instalar un nuevo tipo de repartición de la riqueza creada, y que la humanidad lo conoce muy bien porque lo ha utilizado durante miles de años, previamente a la Repartición Individualista.

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LA EMPRESA-GLOBAL PONE DE RODILLAS A LOS GOBIERNOS NACIONALES.

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Pfizer, empresa-global, impone a los gobiernos nacionales el precio de su antivirus, la fecha y condiciones de entrega de su producto. En esta misma línea se encuentran Moderna y AstraZeneca.

Hugo Salinas |26/02/2021| Opinión.

ALAI domingo 28 de febrero del 2021.

 

COVID-19 nos ha puesto en evidencia la existencia de la empresa-global. Es una empresa que tiene el poder de poner de rodillas a los gobiernos nacionales de los países ricos, así como a los gobiernos de los países pobres. Es decir, la empresa-global es la forma más fuerte y dulce de dominación en una economía de mercado a Repartición Individualista.

 

La economía de mercado y el nacimiento de la empresa-global

 

La economía de mercado es uno de los elementos de la actividad industrial, en donde todo lo que se produce se destina a la venta. Otra de las características de la economía de mercado es el de crear un solo espacio económico a nivel mundial. Lo que se produce en un lado del mundo se puede consumir en el otro lado del mundo.

La economía de mercado se consolida cuando la actividad industrial se expande a nivel mundial. Después de seis siglos de predominio de la industria, otra forma de trabajar viene imponiéndose, abriendo nuevas áreas de la actividad económica. Ya es conocida como la economía inmaterial, en donde cada nuevo bien económico es el resultado de una creación, descubrimiento, invención o innovación. Cada bien es único y no requiere duplicarse, como es el caso de las economías materiales, en donde cada bien se puede replicar en millones. Además, esta nueva forma de trabajar genera un espacio económico único e indivisible a nivel mundial.

Son dos formas de trabajar que no se excluyen, que se desarrollan en economías de mercado, pero es la economía inmaterial que lleva la batuta. Este ha sido el terreno propicio para la aparición de la empresa-global.

¿Y, puesto que la empresa-global tiene estas grandes características positivas, cómo es que ella, en su actuar, pone de rodillas a los gobiernos de países nacionales?

Para explicar este comportamiento malsano tenemos que presentar al segundo elemento del modelo socio-económico que sustenta tanto a la economía industrial como a la economía inmaterial, hasta la fecha. Se trata de la Repartición Individualista.

 

Ni la pandemia le da respiro a América Latina

 

La Repartición Individualista

 

Toda actividad socio-económica está compuesta de dos elementos: el Proceso de Trabajo con el cual se resuelve el “qué producir”, y la Decisión Socio-económica con la cual se resuelve “cómo repartir” la riqueza creada en el ejercicio económico. La Decisión Socio-económica es una “decisión” de sociedad. Y la humanidad, a lo largo de su existencia, ha practicado dos tipos de repartición de la riqueza creada. La primera fue la Repartición Igualitaria y, desde hace unos diez mil años, hasta nuestros días, se practica la Repartición Individualista.

La Repartición Individualista, entonces, es una decisión de sociedad, mediante la cual la sociedad determina que la totalidad del resultado de la actividad económica pertenece al propietario del elemento fundamental de la actividad económica.

Este tipo de repartición de la riqueza creada se instala en la base de la actividad socio-económica a partir de la segunda fase de desarrollo de la agricultura primaria. Y es a partir de este momento que la riqueza de un país se acumula en pocas manos, generando el inicio de las grandes desigualdades socio-económicas.

Hace unos seis siglos aproximadamente, una nueva forma de trabajar se impone a la agricultura al estado primario. Y ella se desarrolla igualmente en condiciones de Repartición Individualista. Se trata de la actividad industrial, cuyo elemento fundamental es la máquina. Quien es propietario de la máquina es propietario de la totalidad del resultado de la actividad económica.

Con la industria ya no solamente se acumulan las riquezas en un solo lado de la sociedad, sino que, además, se acumula y se concentra en un solo lado de la sociedad, a nivel local, nacional y mundial. Este es el tipo acumulación y concentración de riquezas se realiza igualmente en la economía inmaterial, hasta la fecha en todo caso.

Es en ese ambiente de la actividad socio-económica que evoluciona la empresa-global.

 

Las bondades y los defectos de la empresa-global

 

La empresa-global, por consiguiente, contiene las características de la forma de trabajar más evolucionada que la humanidad está construyendo y; al mismo tiempo, el poder económico más concentrado en pocas manos que pueda brindar la Repartición Individualista de la riqueza. Y son estas características que hacen posible para que la empresa-global ponga de rodillas a los gobiernos nacionales.

Un primer ejemplo lo tenemos en la batalla encubierta entre Google y la República Popular China. Un tira y afloja que se inicia con la decisión de Google de dejar el espacio económico chino en el año 1910. La partida de ajedrez, dado las características del Partido Comunista de China, lo estaría ganando el gobierno de China.

Un segundo ejemplo lo tenemos en el enfrentamiento de Facebook y el gobierno de Australia. Facebook, de manera unilateral, bloquea las noticias de los medios de comunicación más importantes de Australia que se publican en sus muros. El gobierno de Australia termina por aceptar la exigencia de Facebook.

Pero el ejemplo más esclarecedor sobre el comportamiento y el poder de la empresa-global a Repartición Individualista, lo encontramos en las relaciones entre la empresa farmacéutica Pfizer y los gobiernos nacionales a nivel mundial.

Sucede que vivimos una pandemia que ya ha ocasionado más de 2 millones de muertes a nivel mundial. Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, acaba de declarar que esta pandemia originada por el COVID-19 está generando más muertes de americanos que las dos guerras mundiales juntas. El número de muertos por este virus en Estados Unidos está cercano a medio millón y probablemente llegue a 600 mil.

La primera vacuna contra el virus COVID-19 y, al parecer la más eficiente, está saliendo de los laboratorios Pfizer. Un producto propio de la economía inmaterial, resultado de un trabajo de investigación científica. Además, Pfizer es una empresa a Repartición Individualista, en donde el objetivo fundamental es realizar el máximo de ganancias.

Aquí tenemos condensados todos los elementos de la problemática de la actividad económica de nuestros tiempos: un consumidor a nivel mundial, ávido de un producto que es el resultado de una economía inmaterial, y que es producido por una empresa-global a Repartición Individualista.

Es así cómo, Pfizer, se convierte en la empresa-global que impone a los gobiernos nacionales más poderosos del mundo, el precio de su antivirus, la fecha y condiciones de entrega de su producto. En esta misma línea se encuentran las empresas-globales Moderna y AstraZeneca, productores del antivirus con un menor grado de eficacia.

Con esta sutil y eficaz forma de extorsión a través de la empresa-global, las desigualdades socio-económicas entre los unos y los otros se agrava. Oxfam International nos precisa que

“los megas ricos han recuperado las pérdidas ocasionadas por la pandemia en un tiempo récord, mientras que miles de millones de personas vivirán en situación de pobreza al menos una década”. Una situación que viene agravar lo que ya conocemos: “El 1% más rico de la población posee más del doble de riqueza que 6900 millones de personas”.

¿Existe alguna alternativa de solución al abuso de poder de la empresa-global a Repartición Individualista?

 

ODS3. La respuesta colectiva ante el COVID-19 | Corresponsables.com España

 

 Alternativa de solución

La primera parte de la solución es haber comprendido que el problema no se encuentra ni en la “economía de mercado” ni en “la búsqueda de ganancias”, elementos del proceso de trabajo. Que la empresa sea una empresa-global no es el problema. Al contrario, es parte de la solución.

El problema se encuentra en el tipo de repartición de la riqueza creada. Un tipo de repartición que facilita acumular y concentrar la casi totalidad de la riqueza creada en un número insignificante de personas.

La alternativa de solución es, entonces, instalar un nuevo tipo de repartición de la riqueza creada, y que la humanidad lo conoce muy bien porque lo ha utilizado durante miles de años, previamente a la Repartición Individualista.

Saint-Nazaire, Francia, 26 de febrero de 2021

Dr. Hugo Salinas.

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sábado, 27 de febrero de 2021

EL G-20 SE REÚNE. LA JUSTICIA DE LA DEUDA ES NUESTRA EXIGENCIA.

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EL G20 SE REÚNE. LA JUSTICIA DE LA DEUDA ES NUESTRA EXIGENCIA

¿Qué es el G20? Es un foro integrado por los 20 países más ricos del mundo, que representan el 85% de la economía mundial. El foro es un espacio de cooperación y consultas entre los países en temas relacionados con el sistema financiero internacional. Además, estudia, revisa y promueve discusiones sobre temas relacionados con los países industrializados y las economías emergentes.

El G20 o Grupo de los veinte es una agrupación de países que incluye a aquellas naciones del mundo consideradas como las más influyentes a nivel político, militar y económico y que integran el G-7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Francia) más otro grupo de países que están considerados como recientemente industrializados o de poder emergente, tal es el caso de Argentina, Australia, España, Arabia Saudí, Corea del Sur, Indonesia, China, Brasil, México, Rusia, Turquía, Sudáfrica e India. A todos ellos se le suma una representación de la Unión Europea (UE).

Funciona como foro en el que se tratan y discuten políticas financieras mundiales

La agrupación está vigente desde el año 1999 y por supuesto tiene como misión principal la misma que disponen sus símiles, analizar el estado de cosas mundial en materia de política y economía para acordar consensos y políticas comunes. Funciona como un foro en el que todas las naciones cooperan con propuestas y asimismo llevan a inquietud consultas sobre la cuestión económica y financiera del mundo. Por supuesto se preocupa especialmente sobre aquellas cuestiones inherentes a las economías industrializadas y a las emergentes con la clara intención de contribuir a la estabilidad internacional en este sentido.

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EL G20 SE REÚNE. LA JUSTICIA DE LA DEUDA ES NUESTRA EXIGENCIA.

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Mientras el G20 se reúne para discutir la recuperación de la economía global, el Colectivo de Justicia de la Deuda pide una ruptura radical con la extracción y la austeridad –y propone un nuevo sistema en su lugar.

Varsha Gandikota-Nellutla |25/02/2021| Opinión.

ALAI jueves 25 de febrero del 2021.

Un tsunami de deuda ha chocado contra el mundo y miles de millones de personas se están ahogando. Esta semana, el G20 se reunirá para decidir la dirección de la recuperación económica mundial. Su poder –y su responsabilidad– apuntan en una dirección: anular la deuda, impulsar la inversión y hacer justicia para todos los pueblos del mundo.

La pandemia ha acelerado la desigualdad en todo el planeta. Lxs trabajadorxs han perdido $3,7 billones en ingresos, mientras que lxs multimillonarixs han aumentado su riqueza en $3,9 billones. Los países ricos han invertido billones de dólares en inflar sus economías. Pero los países pobres han estado paralizados por una brecha de financiamiento de $2,5 billones que ha impedido una respuesta adecuada a la pandemia.

De los más de $13 billones gastados en la recuperación de la pandemia a nivel mundial, menos del uno por ciento ha llegado al Sur Global.

Pero las cosas pueden ponerse mucho peor. Antes de la pandemia, 64 países de bajos ingresos ya gastaban más en el servicio de sus deudas internacionales que en fortalecer sus sistemas locales de salud. Ahora, la carga de sus deudas públicas ha aumentado en alrededor de $1,9 billones, cuatro veces el tamaño de la economía subsahariana.

La habilidad de pedir dinero prestado es fundamental para la capacidad de un gobierno. Sin embargo, el dominio de monedas imperiales como el dólar estadounidense significa que los gobiernos en el Sur Global deben pedir prestado en una moneda extranjera –y estas deudas vienen con tasas de interés más altas que las de sus vecinos extranjeros.

Incluso en tiempos de bonanza, la economía global trabaja para extraer dinero del Sur para entregárselo al Norte.

Pero cuando golpean las crisis, las monedas del Sur pierden valor frente al dólar al mismo tiempo que se agotan los ingresos públicos. El resultado es un intercambio mortal. Pagar la deuda significa destrozar la red de seguridad social, una red que se interpone entre miles de millones de personas y la pobreza extrema. Pero la falta de pago puede ser aún peor: los países pobres se arriesgan a perder su habilidad de pedir prestado en el futuro, lo que prácticamente garantiza la desaparición de la red de seguridad que tienen ahora.

Como los principales acreedores del mundo, los gobiernos del G20 han hecho poco para abordar este mortal intercambio. En el 2020, el G20 suspendió solo el 1,66 por ciento del total de pagos de la deuda de los países de menores ingresos. En cambio, protegieron el poder de los fondos buitres y sus acreedores holdouts para cobrar dinero que se necesita urgentemente para la respuesta, la recuperación y la acción climática.

El G20 ha ofrecido ahora un “Marco Común” para abordar la incipiente crisis de la deuda. Esta oferta es un ultimátum. O se renueva el círculo vicioso –de deuda, austeridad y privatización– o se entra en un total colapso financiero.

El “Marco Común” del G20 no es un salvavidas para los gobiernos del Sur Global. Es su prisión de deudores.

Necesitamos romper este sistema de explotación neocolonial y reemplazarlo con un sistema centrado en la justicia de la deuda y la realización de transiciones verdes y justas en todas partes.

¿Cuáles son, entonces, nuestras exigencias al G20?

Primero, todos los acreedores deben participar. Solo en los últimos diez años, acreedores privados como BlackRock y Glencore han duplicado su participación en la deuda de los gobiernos de menores ingresos. El G20 debe obligar a todos los acreedores a sentarse a la mesa y poner fin a su explotación de la desesperación de los gobiernos.

En segundo lugar, el G20 debe dar a todos los países la oportunidad de reestructurar su deuda, no sólo aquellas consideradas lo suficientemente baratas por sus acreedores. El sistema de alivio de la deuda del G20 sirve a los acreedores que dan mínimas concesiones a países más “baratos”, mientras deja que otros caigan más profundamente en la crisis. Un proceso de renegociación de la deuda debe estar disponible para cualquier país que lo pida.

En tercer lugar, el sistema de renegociación de la deuda debe salir de las manos de los acreedores y pasar a una supervisión transparente y multilateral. El secreto y complejidad solo protegen a los acreedores a expensas de la autodeterminación.

En cuarto lugar, el sistema no puede medirse por un “Marco de Sostenibilidad de la Deuda” que sea diseñado por los propios acreedores. Necesitamos valoraciones independientes de la deuda que incorporen las preocupaciones básicas de los deudores en materia de salud, bienestar y desarrollo.

En quinto lugar, y de manera crucial, el G20 debe proceder con una cancelación real de la deuda. Esta no es una crisis de liquidez a corto plazo. Sólo las cancelaciones a gran escala llevarán la deuda a niveles sostenibles e impulsarán la recuperación.

En sexto lugar, el G20 debe poner fin definitivamente a la austeridad. Las condicionalidades de la austeridad han expuesto a los países a oleadas de crisis, desigualdades intensificadas y han vaciado los sistemas de salud pública. Es hora de abrir los grifos para asegurar transiciones verdes y justas en todas partes.

El G20 intentará decirnos que están haciendo todo lo posible, que deberíamos estar agradecidxs por sus esfuerzos. Pero el mundo sufre por falta de recursos. Sufrimos porque montos descomunales de dinero se canalizan a los bolsillos de unxs pocxs. No hay escasez de ideas que podamos perseguir para revertir este flujo. Lo que nos falta es voluntad política y no nos detendremos hasta conseguirla.

(Traducción: Daniel Felipe Guana y Hector Herrera)

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- VARSHA GANDIKOTA-NELLUTLA es coordinadora del Colectivo de Justicia de la Deuda de la Internacional Progresista. También es coordinadora del Plan de la Internacional Progresista y miembro del Gabinete. Varsha es de Hyderabad, India.

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