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¿Cuáles son los objetivos no declarados de Trump?
a) Venezuela posee las mayores reservas
mundiales de petróleo y de gas: es su fortuna y a la vez su maldición, y
Estados Unidos desea gozar sin restricciones de un acceso estratégico a
esos recursos, lo cual es incompatible con la existencia en Venezuela de un
Estado independiente. El cerco imperialista del bloqueo contra
Venezuela es la principal explicación de la crisis económica de
hiperinflación, desabastecimiento, contracción del PIB, desempleo, reducción de
la producción de petróleo y migración masiva que sufre el país; sin
embargo, el gobierno de Maduro no ha sido derrocado.
b) la independencia de Venezuela es
más que un mal «ejemplo»,
pues constituye un desafío a la dominación por Estados Unidos de su
«traspatio» a los fines de garantizar el suministro estratégico ante la
creciente pugna con China;
c) Trump está decidido a subvertir la
institucionalidad mundial
que Estados Unidos ayudó a construir en los últimos treinta y cinco años —la
OTAN, el Tratado de París y el G-20— y no duda en sentar precedentes para
ello violando conscientemente el derecho internacional.
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Fuentes: Esquerda Online – Communis.
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INMINENTE AGRESIÓN ESTADOUNIDENSE CONTRA VENEZUELA.
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Por Valerio Arcary | 05/12/2025 | EE.UU., Venezuela
Fuentes. Revista Rebelión viernes 5 de diciembre del 2025.
«Cuando la casa del vecino se
incendia, la mía está en peligro.»
-Proverbio popular portugués
1.
El objetivo declarado de la ofensiva
militar estadounidense contra Venezuela es derrocar al gobierno de Nicolás
Maduro. La clave de
la ecuación latinoamericana está hoy en Venezuela. Parece inminente una
intervención de Estados Unidos. Trump no le ha hecho al gobierno
venezolano otra oferta que no sea la rendición. No está en condiciones de
invadir con su ejército a Venezuela, como se hizo en Iraq o
Afganistán, pero tampoco va a retroceder ante un dispositivo militar tan
poderoso. Son varios los escenarios posibles: a) una ola de
bombardeos contra objetivos militares y económicos;
b) operaciones encubiertas para
liquidar a los líderes chavistas, comenzando por el propio Maduro;
c) ambas opciones simultáneamente en
combinación con otras. Sería, por tanto, una imprudencia imperdonable no
comprender o subestimar el drama que para Venezuela representa la presencia en sus
fronteras de una fuerza militar de dimensiones sin precedentes.
Las acusaciones lanzadas por Trump
contra Venezuela son insostenibles:
a) que Maduro es el cabecilla de toda una red de
narcotráfico, al frente de un imaginario Cartel de Los Soles, se ha
catalogado de absurdo en los más amplios círculos internacionales;
b) que Estados Unidos se propone derrocar a Maduro porque
este es un tirano que encabeza una dictadura chavista es indefendible, pues Trump
apoya incondicionalmente al sanguinario déspota Mohamed bin Salman de
Arabia Saudita;
c) que la intervención de Estados
Unidos es necesaria
por causa de una crisis humanitaria que ha provocado que siete millones
de venezolanos emigren es de un monstruoso cinismo, pues Estados Unidos
ha apoyado ininterrumpidamente el genocidio sionista contra los palestinos
de Gaza;
d) que Venezuela es un «enclave» de Rusia, China e Irán o representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos está tan fuera de toda proporción que resulta ridículo. Los ataques de Trump son una respuesta a la independencia de Venezuela, no a la naturaleza del régimen chavista. El concepto de gobierno «independiente» se ha vuelo útil en un sistema internacional de Estados que merece más que nunca que se lo califique de orden imperialista, pues como tal ese tipo de gobierno es una «anomalía». Los gobiernos independientes son raros, excepcionales y, por tanto, inestables. La estrategia de Trump señala los peligros a los que tendrá que enfrentarse cualquier gobierno de izquierda que desafíe los estrechos límites del orden imperialista.
2.
Nada ni remotamente parecido a lo que
ocurre hoy entre Estados Unidos y Venezuela se ha producido en América Latina
desde el fin de la Guerra Fría.
Trump está dejando en claro que, en la región del mundo que
históricamente el imperialismo estadounidense ha considerado su «traspatio»
o su «retaguardia estratégica», utilizará su poder militar cuando se
considere o pretenda sentirse amenazado. En los últimos treinta y cinco años,
es decir, desde la restauración capitalista y el fin de la URSS, no se
ha producido ninguna situación similar. Desde la invasión de la República
Dominicana en 1965 para derrocar al gobierno reformista de Juan Bosch, la
prestación por Estados Unidos de apoyo militar y financiero a los
Contras de Nicaragua tras la victoria de la revolución sandinista de
1979, la invasión de la isla de Granada en 1983 y la invasión por veinte
mil militares y el secuestro de Noriega en 1989 en Panamá, no se
había visto operación militar de esta envergadura. Se trata de una ofensiva
que confirma un giro y un reposicionamiento de Estados Unidos frente a
América Latina. Lo que vale hoy para Venezuela, vale para cualquier
país. Cuando el enemigo más peligroso de las naciones dependientes da un
giro táctico, la izquierda tiene que dar un giro, también, estratégico.
3.
¿Cuáles son los objetivos no
declarados de Trump?
a) Venezuela posee las mayores reservas
mundiales de petróleo y de gas: es su fortuna y a la vez su maldición, y
Estados Unidos desea gozar sin restricciones de un acceso estratégico a
esos recursos, lo cual es incompatible con la existencia en Venezuela de un
Estado independiente. El cerco imperialista del bloqueo contra Venezuela
es la principal explicación de la crisis económica de hiperinflación,
desabastecimiento, contracción del PIB, desempleo, reducción de la producción
de petróleo y migración masiva que sufre el país; sin embargo, el gobierno
de Maduro no ha sido derrocado.
b) la independencia de Venezuela es
más que un mal «ejemplo»,
pues constituye un desafío a la dominación por Estados Unidos de su
«traspatio» a los fines de garantizar el suministro estratégico ante la
creciente pugna con China;
c) Trump está decidido a subvertir la
institucionalidad mundial
que Estados Unidos ayudó a construir en los últimos treinta y cinco años —la
OTAN, el Tratado de París y el G-20— y no duda en sentar precedentes para
ello violando conscientemente el derecho internacional.
4.
¿Por qué la izquierda brasileña debe
solidarizarse con Venezuela?
a) La defensa incondicional de un país independiente frente al imperialismo estadounidense es un principio elemental y no equivale a un apoyo político incondicional al gobierno de Maduro; c) estratégicamente se debe apostar por la integración latinoamericana, aunque haya sido prudente —desde el punto de vista defensivo y táctico — la integración de Brasil en los BRICS. El gobierno de Maduro asumió un proyecto de regulación estatal nacionalista del capitalismo, acompañado de reformas sociales claramente progresistas. En ningún momento en Venezuela se inició un proceso de ruptura con el capitalismo como en Cuba en 1961, pero el contexto histórico ha sido siempre mucho más adverso. La situación social de las masas venezolanas sigue siendo grave, a pesar de una recuperación indiscutible desde 2023, con altos índices de pobreza que explican la emigración de por lo menos el 20 % de la población. Aunque en Venezuela prevalezca un régimen autoritario, se trata, como advirtiera Trotsky, de un bonapartismo sui generis, es decir, de carácter defensivo y antimperialista, y por tanto progresista, como lo fueron los gobiernos de Cárdenas en México, Perón en Argentina o Getúlio Vargas en Brasil, y con una base social innegable. Aunque el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) sea una organización monolítica, el gobierno de Nicolás Maduro cuenta con un arraigo social irrefutable. El principal enemigo de América Latina es el gobierno de Trump y toda estrategia que se le oponga debe responder a esa amenaza.
5.
El gobierno de Lula ha cometido hasta
ahora numerosos errores en su relación con Caracas:
a) se equivocó al no reconocer el
resultado de las elecciones, porque subestimó el peligro neofascista que
representaban María Corina Machado y la candidatura de Edmundo González; b) se equivocó al vetar,
inexplicablemente, la presencia de Venezuela en los BRICS, en un gesto
innecesario de hostilidad hacia el gobierno de Maduro;
c) se equivocó por la incoherencia de
una diplomacia entre bastidores en defensa de Venezuela y una insostenible
ambigüedad estratégica ante el peligro que representa Trump, quien por demás no dudará en
intervenir en las elecciones de 2026 en Brasil, como recientemente lo hiciera
en la Argentina de Milei.
«Iminência
de uma agressão imperialista na Venezuela», de Valério Arcary,
apareció originalmente el 28 de noviembre de 2025 en Esquerda
Online. Se publica en traducción al español como parte de la
columna «Intervenciones» de Valério Arcary en Communis.
Traducido por Rolando Prats.
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