jueves, 16 de abril de 2009

LA CRISIS "FINAL" DE DOGMAS Y PARADIGMAS EN LA EDAD MODERNA.

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Las cíclicas crisis económicas, y en especial la actual, demuestran que el capitalismo no ha alcanzado ni alcanzará jamás la perfección absoluta. Asimismo, recientemente en Brasil, el propio Papa Benedicto XVI desmintió el viejo dogma católico de "la infalibilidad del Santo Padre" al manifestar públicamente el absurdo de que "el uso de condones agrava la epidemia del sida".
El actual paradigma social que exige un cambio.....


DOGMAS Y PARADIGMAS EN LA EDAD MODERNA
Con la finalidad de abordar esta problemática, muy especial en plena crisis de la modernidad - para otros crisis "final" - ahora agravada y acelerada por la Doble Crisis: crisis económica mundial y crisis ambiental planetaria, es importante conocer primero que es un DOGMA y que es un PARADIGMA en terminos generales. Hoy sobre todo cuando aún no se tiene definido por "consenso" universal, cual es el Paradigma del Tercer Milenio : Cultural, Educativo, Comunicacioonal o en general el Paradigma de la Complejidad?.

QUE ES UN DOGMA?.

Los dogmas, constituyen un conjunto de Doctrinas que la Iglesia propone para ser creídas como formalmente reveladas por Dios. Los dogmas pertenecen al depósito de la fe de una manera irreversible.

Una doctrina se reconoce como dogma por una de las siguientes razones:
1- Ha sido solemnemente definida como tal por el Magisterio de la iglesia. Esto puede ocurrir en un Concilio Ecuménico o por un pronunciamiento ex cathedra del Papa. (Ejemplo: La Inmaculada Concepción de Ma
ría)
2- Ha sido enseñada como tal por la Tradición invariable de la Iglesia y no requiere ser proclamada dogmáticamente. (Ejemplo: La condena al aborto)
Negar algún dogma significa negar la misma fe, pues supone negar la autoridad de Dios, que lo ha revelado.

QUE ES UN PARADIGMA?.

Un paradigma es un conjunto de reglas que "rigen" una determinada disciplina. Están "reglas" se asumen normalmente como "verdades incuestionables", porque son "tan evidentes" que se tornan transparentes para los que están inmersos en ellas. Como el aire para las personas o el agua para el pez.

Lo que se vive hoy son permanentes "cambios paradigmáticos", en la educación, la economía, los negocios, las empresas, la política. Es decir un permanente cambio de las reglas, que articuladas dialécticamente constituyen UN CAMBIO DE EPOCA, hoy en plena doble crisis económica mundial y ambiental planetaria.. Los que se anticipan a los cambios son los innovadores, aquellos que empiezan cuestionando los paradigmas.

Ingresando mucho más al campo de la Filosofía, el paradigma se define desde la epistemología, la ciencia del conocimiento, como aquel gran conjunto de creencias que permiten ver y comprender la realidad de determinada manera. Dichas creencias incluyen también ciertas preconcepciones y creencias filosóficas, que en un determinado momento comparte la comunidad científica. Como es posible intuir, los paradigmas se encuentran en constante cambio, cambios que guarda relación con los avances y descubrimientos científicos que abren nuevas perspectivas y horizontes, al final son cambio dialécticos que generan cambios significativos y trascendentales..


En términos sencillos, un paradigma es el conjunto de cosas que asumimos y creemos, lo que sirve como base o filtro para nuestra percepción e interpretación de la realidad; por ejemplo si nos mostraran rápidamente un set de una baraja de cartas, pasando rápidamente una a una, pero aquellas que sean de "corazones" con estos en color negro en vez del tradicional y acostumbrado rojo, veremos los corazones de color rojo, ya que es lo que "esperamos" de la realidad de un set de cartas - los colores, figuras y números forman en este caso parte de nuestro paradigma para lo que son las cartas en una baraja. Todos llevamos puestos unos lentes invisibles que nos hacen ver la realidad de acuerdo a un conjunto de convenciones y expectativas sobre lo que las cosas son y deberían ser, lo que en otras palabras constituye un paradigma.


El uso del concepto de paradigma encuentra su origen unos años atrás, en 1962, cuando Thomas Kuhn, en su escrito “La estructura de las revoluciones científicas” se refiere al hecho de que tanto en la ciencia como en la política y la historia en general, existen momentos en los que se piensan ciertas cosas, dominando un conjunto de ideas por sobre otros. Además, hace alusión al hecho de que dicho conjunto de ideas siempre es reemplazado por uno nuevo, instalándose así, un nuevo paradigma, lo que en la mayoría de los casos implica un momento de crisis o revolución. Un claro ejemplo de esta situación fue lo acontecido durante el Renacimiento, cuando se hizo el drástico giro de la física clásica, en la que la Tierra se constituía como el centro del Universo, la teoría Geocéntrica, por la controversial teoría Heliocéntrica de Nicolás Copérnico.


Algo fundamental de los paradigmas es que éstos no sólo incluyen creencias científicas, sino que poseen elementos religiosos, sociales, estéticos y filosóficos propios del contexto, entre otros, que muchas veces tienen estrecha relación con el éxito que tengan los nuevos paradigmas a medida que vayan naciendo.

A partir de lo anterior, se dice que un paradigma se encuentra inserto en un contexto de descubrimiento, que junto con aquellos elementos netamente científicos y objetivos, denominado contexto de justificación, le permiten a un paradigma instalarse como tal en determinado momento histórico.

CRISIS DE LOS DOGMAS Y PARADIGMAS EN LA EDAD MODERNA.


En 1918 los ingenieros mecánicos de la incipiente Ford afirmaban que no se preveían nuevas innovaciones en la mecánica automotriz por haber ya alcanzado ésta la perfección absoluta. Y es evidente que ahora, 91 años después, no sólo se han logrado asombrosos progresos en la industria automotriz, sino que el alcance futuro de la tecnología moderna es insospechable. Pero este conjunto de grandes y drásticos cambios por exigencias del mercado y de la propia anarquía de la producción capitalista - 20 años despues lo está conduciendo hacia una crisis terminal, si al final no la ecçncontramos en el Mausoleo de Wall Sttret es porque al final el Estado norteamericano le brindó un gran salvataje de miles de millones de dólares.

De igual manera, en 1998, los economistas norteamericanos afirmaban (y se obstinan aún en afirmar) que "el neoliberalismo es la perfección absoluta de la ciencia socio-económica". Pero la realidad de la actual crisis económica a lo ancho y largo del planeta demuestra no sólo el fracaso absoluto del neoliberalismo depredador, sino la necesidad urgente de un nuevo y justo orden económico mundial. Las cíclicas crisis económicas, y en especial la actual, demuestran que el capitalismo no ha alcanzado ni alcanzará jamás la perfección absoluta. Asimismo, recientemente en Brasil, el propio Papa Benedicto XVI desmintió el viejo dogma católico de "la infalibilidad del Santo Padre" al manifestar públicamente el absurdo de que "el uso de condones agrava la epidemia del sida".

Por eso, la razón natural nos dice que hay que ser prudentes y analíticos al observar ciertos paradigmas o verdades dogmáticas manifestadas por los jerarcas de la sociedad a través de los medios de información, especialmente cuando éstos protegen o encubren los intereses personales, económicos, políticos o religiosos de quienes las difunden.La incesante evolución de la sociedad y la tecnología demuestran que la ciencia y la política socio-económica son, y serán siempre, sólo un proyecto de perfección de las condiciones de vida de la humanidad, que deben marchar hacia el progreso y jamás en retroceso de las reivindicaciones sociales de la humanidad.

Aferrarse a un dogma o a una verdad convencional o de moda por temor a caer en el error, es ya caer en el más grande de los errores: la certidumbre. Porque la verdad no es una verdad cuando la ciega certidumbre la hace estéril, y el error no es error cuando la indagación o el análisis lo hacen fecundo. Es sólo a través de los errores que se adquiere la experiencia. El error corrige, el dogma se obstina.

La fe, por ser ciega, es creadora de fanatismos porque ella es hermética; por aqui transitan algunos nacionalismos, inspirados - dominados o sumisos - en ideas religiosas, étnicas o culturales absolutamente cerradas y dogmáticas. y la verdad que adoptamos como definitiva es creadora de conflictos porque ella es intransigente. La duda, por el contrario, es indulgente porque ella es libre, ella indaga, ella explora y prueba que toda verdad de ayer es la mentira de hoy, y toda verdad de hoy es la mentira de mañana. Por eso la duda prudente nos evita los desengaños de hoy que nos ocasionan las "verdades" de ayer.
Por otra parte, toda fe y toda verdad convencional son intolerantes, porque ellas consideran adversarios o enemigos a quienes no las comparten; la fe, por ser ciega, nos cierra los ojos hacia nuevos horizontes, y nos condena a la resignación del statu quo; la duda, en contraste, nos libera y nos redime porque nos humaniza al enseñarnos que el error y la duda no sólo son humanos sino que son el estímulo y el motor para la evolución social, a través de la corrección constante, tendiente a la perfección. Podría incluso decirse que la duda y el error son la gestación perpetua de la verdad, y que la verdad, adoptada como veredicto final, es el aborto de la razón.

Por lo anterior se deduce entonces que no es la verdad, -como afirma la Biblia-, la que nos hace libres: es la razón, es decir, la capacidad analítica del raciocinio, independiente de credos políticos o religiosos. Porque colocar el dogma de una verdad convencional, religiosa, o de moda, o peor aún, la fe ciega sobre la razón, es no haber alcanzado aún el uso de la razón. Sólo la duda prudente y analítica nos hace libres, ...libres de la servidumbre que ocasiona el sectarismo de los dogmas y paradigmas, o de lo que, a ciegas, hemos adoptado como "la verdad."

De ahí que, para evitarnos mañana desengaños, admitamos entonces la verdad de hoy sólo como una verdad pasajera; admitamos que lo único cierto es que sólo existe una sola verdad, ...una verdad eterna, y es... ¡que la verdad no existe! ...¡y menos aún las verdades eternas!

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