jueves, 31 de octubre de 2019

“CHILE ESTÁ FIRMANDO EL CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN DEL MODELO NEOLIBERAL PARA AMÉRICA LATINA”.

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“EL HECHICERO DE LA TRIBU”. Así se titula uno de los últimos libros de Borón, en referencia al escritor peruano Mario Vargas Llosa y su defensa del liberalismo en América Latina, ya sea desde la literatura o en discursos públicos. En este sentido, consultado sobre cómo debe estar viviendo estos momentos, el especialista en ciencias sociales señaló que Vargas Llosa no hizo ninguna declaración” y que “debe estar absolutamente asombrado y enloquecido, porque no esperaba lo que está pasando”.

“Él consumió la droga del marxismo – sartriano cuando era joven, hasta que se cansó y adoptó la del liberalismo”, criticó Borón y añadió que “es un tipo fundamentalista, fanático de pensamiento, que no acepta los datos de la realidad”. Asimismo, opinó: “En algún momento se va a dar cuenta que el mundo que construyó se está viniendo abajo y no tiene reparación”. Otro de los cuestionamientos del sociólogo, fue la editorial del escritor peruano que publicó La Nación. “Es escandalosa, dijo que Argentina retrocedió de la civilización a la barbarie en las elecciones PASO”. Igualmente, evidenció que Vargas Llosa acusó al electorado argentino de irracional desatino, cuando él nos insta a que copiemos el modelo chileno” y concluyó: “Toda esa hojarasca de basura, ahora va a un lugar que merece: el cesto de los trapos viejos”.

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“CHILE ESTÁ FIRMANDO EL CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN DEL MODELO NEOLIBERAL PARA AMÉRICA LATINA”.

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Atilio Boron.

Página/12 miércoles 30 de octubre del 2109.

El país trasandino atraviesa un momento difícil de su historia, producto de la enorme desigualdad que generaron las políticas del presidente Sebastián Piñera y gobiernos predecesores. Mientras tanto, continúa la ola represiva estatal que ya se cobró 18 muertes, 35 desaparecidos/as y más de 200 personas heridas, según el Instituto Nacional de DD.HH.

El sociólogo y analista internacional, Atilio Borón, dialogó con Radio Realpolitik FM sobre los motivos del estallido social, que ya lleva una semana. “Estamos viendo un fenómeno de carácter epocal, se está firmando el certificado de defunción del modelo neoliberal para América Latina”, comentó. En este sentido, sostuvo: “Creo que es definitivo e irrecuperable porque Chile fue el ejemplo durante varios siglos”, y agregó que “el Banco Mundial, el FMI y toda la derecha latinoamericana nos refregaba por la cara que era el gobierno modelo”.

Asimismo, se refirió al terrorismo de estado que azota las calles chilenas.  

“Estamos viendo los ritos fúnebres y violentos, pero, en el fondo, el entierro de un modelo que sumió a su país a la desigualdad más grande de la historia”. Entre los argumentos que destacó, se basó en los 50 años de políticas neoliberales que “sumergieron a Chile al octavo país más desigual del mundo, junto con Ruanda” y a las privatizaciones que sufre el pueblo trasandino: “El agua, los glaciares y hasta la lluvia pertenecen a empresas, además que la educación pública y la salud son aranceladas”.

¿POR QUÉ AHORA?

El analista internacional fue contundente a la hora de problematizar sobre los motivos del estallido social, en relación a su despertar después de décadas de gobiernos neoliberales. “Se dieron una serie de condiciones donde fue madurando una conciencia crítica sobre el modelo”, afirmó. Entre los causantes que enumeró, citó en primer lugar que la gente dejó de participar en las elecciones: “Cuando Piñera fue elegido, votó apenas el 47 por ciento del padrón, lo que representa una tasa de ausentismo brutal”.

En segundo lugar, hizo mención a las pensiones retrógradas que recibieron los chilenos. “Hubo un caso emblemático de una mujer que aportó durante 30 años y le dijeron que le iban a pagar el 35 por ciento”. Y agregó: “Fue un escándalo y ella armó una movida para visibilizarlo, creando un clima de opinión muy fuerte en la sociedad chilena”.

En tercer lugar, se refirió al endeudamiento de la gente, sobre todo de la clase media. “Estaba harta de no llegar a fin de mes” y precisó un momento en particular: 

“La chispa fue la de los pibes que decidieron saltar el molinete para no pagar 30 pesos chilenos más, lo que equivale a 5 centavos de dólares. Fue la actitud de no aguantar más la que generalizó este proceso”.

Para darle más peso a su análisis, Borón trazó un paralelismo histórico para explicar que los procesos llevan tiempo y no son inmediatos.

“La revolución francesa empezó porque a tres panaderos se les ocurrió aumentar el precio del pan. Fue la chispa que incendió y se vino abajo todo el viejo régimen”, comentó. Y también comparó la economía de la población trasandina con la argentina, para dimensionar lo que acontece: “Los hogares chilenos son los más endeudados del mundo, sus deudas equivalen al 43 por ciento de su PBI mientras que en Argentina es del 12 por ciento”.

Este índice mucho menor, que se considera elevado en nuestro país, para los chilenos representa que ni siquiera puedan pagarlo. “La clase media siempre fue muy frágil en Chile, se engancharon en el consumo, en el crédito fácil y en la tarjeta de crédito”, evidenció Borón como desencadenantes de la deuda. En este sentido, agregó: “Me contó un tipo, que tiene información sobre el sistema bancario, que uno de cada tres deudores se declaró en mora” y añadió que “es un callejón sin salida” y que “por eso la gente salió con esa demencia a protestar”.


LA MIRADA REGIONAL

El politólogo también analizó los diferentes procesos sociales que viven los países de la región. Desde una perspectiva latinoamericana, habló sobre la revuelta del pueblo ecuatoriano: “Hubo un repliegue de momento de la población indígena, pero donde Lenín Moreno comience de vuelta con sus políticas, van a volver a la calle”. Además, consideró relevante que “en México está López Obrador”, la “convulsión en Perú” y calificó “positiva” la elección del próximo domingo en Uruguay, pronosticando un triunfo del Frente Amplio.

Sobre nuestro país, resaltó “la respuesta de la población en las elecciones del 11 de agosto” y que “es muy importante para los electores argentinos, que tenían dudas en darle una segunda chance al proyecto neoliberal que Macri, saber que se inspiró en Piñera”. De esta manera, reflejó un mensaje esperanzador para la sociedad latinoamericana: “Se pinta un panorama de repudio generalizado al neoliberalismo como nunca se vivió en el mundo”.

EL DESTINO DE CHILE Y LA COMPLICIDAD DE LOS MEDIOS

El cerco informativo es de tal magnitud que los chilenos tienen que divulgar lo que pasa a través de sus redes sociales, que en muchas ocasiones fueron bloqueadas para impedir que se conozca la realidad del país. El diario que cuenta con mayor masividad es “El Mercurio” y sobre este se refirió Borón:    

“Mintió toda su vida y me parece un gesto significativo que la gente de Valparaíso lo haya prendido fuego”. Y continuó: “No es casual que la gente tenga ese odio porque fueron engañados vilmente con las pensiones. Les prometieron el 100 por ciento de sus ahorros y cobraron el 40”.

En cuanto al devenir del país del Pacífico, Borón dijo “no saberlo”, pero que “ni socialismo ni revolución le deparan a Chile”. De todas formas, manifestó una certeza: “Esto se acabó, va a haber una recomposición de fuerzas”, que tiene origen en el hartazgo del pueblo chileno sobre “la crisis de un hipercorrupto sistema partidario”. Y fundamentó: “Lo digo con absoluta responsabilidad, porque fueron cómplices del saqueo y la subasta de Chile. Nunca vi que le dieran el litoral marítimo de un país, con casi más de 5 mil kilómetros, a 107 grupos empresariales vinculados”.

“EL HECHICERO DE LA TRIBU”

Así se titula uno de los últimos libros de Borón, en referencia al escritor peruano Mario Vargas Llosa y su defensa del liberalismo en América Latina, ya sea desde la literatura o en discursos públicos. En este sentido, consultado sobre cómo debe estar viviendo estos momentos, el especialista en ciencias sociales señaló que “Vargas Llosa no hizo ninguna declaración” y que “debe estar absolutamente asombrado y enloquecido, porque no esperaba lo que está pasando”.

“Él consumió la droga del marxismo – sartriano cuando era joven, hasta que se cansó y adoptó la del liberalismo”, criticó Borón y añadió que “es un tipo fundamentalista, fanático de pensamiento, que no acepta los datos de la realidad”. Asimismo, opinó: “En algún momento se va a dar cuenta que el mundo que construyó se está viniendo abajo y no tiene reparación”.

Otro de los cuestionamientos del sociólogo, fue la editorial del escritor peruano que publicó La Nación. “Es escandalosa, dijo que Argentina retrocedió de la civilización a la barbarie en las elecciones PASO”. Igualmente, evidenció que Vargas Llosa acusó al electorado argentino de irracional desatino, cuando él nos insta a que copiemos el modelo chileno” y concluyó: “Toda esa hojarasca de basura, ahora va a un lugar que merece: el cesto de los trapos viejos”.

PICHETTO Y SU ACÉRRIMA DEFENSA DEL MODELO CHILENO

El candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio denunció una maniobra internacional “en cadena” para deslegitimar las manifestaciones en el país trasandino. “Hay un proceso de desestabilización en América Latina con injerencia venezolana – cubana”, declaró y aseveró que “la dictadura militar en Venezuela, en sociedad con Cuba, está avanzando en otros países de Latinoamérica”.

Sobre estos dichos, Borón opinó que el senador nacional “está consumiendo sustancias que le hacen perder la visión y decir cualquier estupidez”. Además, sostuvo que “no hay evidencias de lo que dijo” y ejemplificó con la situación que vive el país caribeño: “Se piensan que Maduro, con la agresión que sufre Venezuela, que no puede importar un tornillo, medicamentos ni alimentos, se va a preocupar de organizar la rebelión chilena con tal eficacia”.

De igual modo, el politólogo explicó quiénes están motorizando este proceso: Una nueva generación de jóvenes, en contraposición a la “intromisión extranjera” que refiere el funcionario “peronista”. “Los pibes chilenos desarrollaron un lenguaje muy especial que ni lo conocen los más grandes y por eso te das cuenta que los manifestantes son todos ellos”, relató Borón. 

Por último, siguió repartiendo críticas para los representantes de Cambiemos que justifican “la guerra” en palabras del presidente Piñera. “Estos inútiles de acá seguramente están buscando designar un presidente provisorio para Bolivia y Chile”. Y concluyó: “Son chupamedias profesionales, rastreros de lo peor y hacen esas interpretaciones que son un insulto al heroísmo del pueblo, quienes les hacen un enorme bien a toda América Latina”.

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* Politólogo y sociólogo argentino. Es doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, magíster en Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), licenciado en Sociología por Universidad Católica Argentina (UCA). Director del PLED, el Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación.

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miércoles, 30 de octubre de 2019

LA GOTA QUE REBOSÓ LA COPA Y EL OCASO DEL NEOLIBERALISMO EN LATINOAMÉRICA.

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“MÁS ALLÁ DEL NEOLIBERALISMO. Es una ley general: cuando un país es propuesto como modelo por el neoliberalismo global es porque perjudica a las mayorías. Ha sucedido con Chile: el país propagandizado como el gran éxito macroeconómico de la región protagoniza un estallido social, una represión generalizada y tiene un presidente que pide perdón y anuncia medidas de “alivio”. Allí donde se aplica con eficiencia la receta neoliberal se van gestando, de modo simultáneo, las crisis económicas, sociales y políticas ¿En qué es exitoso el modelo neoliberal? En distribuir regresivamente el ingreso en favor de una minoría global que se enriquece cada vez más mientras se empobrecen las mayorías en todo el mundo.

“La Fundación Internacional para la Libertad a la que adhieren, entre otros, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el presidente argentino Mauricio Macri, el ex presidente español José María Aznar, y el actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha puesto al país vecino muchas veces como ejemplo de aplicación exitosa del modelo. Es ese mismo plan que ahora es resistido por la movilización de los ajustados en Chile y en Ecuador, entre otros países.

“Lo sabemos: el problema no son sólo los ejecutores del modelo. No son sólo sus errores. El problema es el modelo y sus políticas que favorecen a las minorías. Paradójicamente, se trata de un proyecto que entra en crisis cuando tiene éxito: la distribución regresiva del ingreso que promueve en favor de las élites en algún momento se hace insoportable para las mayorías y éstas reaccionan con movilizaciones, con levantamientos populares o con nítidas mayorías electorales.




“El neoliberalismo opera en la escala global como una especie de bomba de succión que traslada recursos de las mayorías hacia las minorías. Esta semana se conoció el Informe sobre la Riqueza Mundial que elabora el banco suizo Credit Suisse. De acuerdo con él, el patrimonio global de los millonarios en todo el mundo creció hasta 360 billones de dólares entre mediados de 2018 y mediados de 2019. El documento que la entidad crediticia elabora desde hace diez años confirma “la continuidad de una fuerte desigualdad en un mundo donde el 45 por ciento de la riqueza mundial está en manos del 1 por ciento más rico mientras que la mitad de la población más pobre posee menos del 1 por ciento del patrimonio económico global”.

Por supuesto, si la desigualdad crece el problema es el modelo que produce ese crecimiento.

“En esta perspectiva, en su último libro, “Capital e ideología”, el economista francés Thomas Piketty cuestiona el pensamiento conservador que considera a la desigualdad dotada de “fundamentos naturales y objetivos”. En una entrevista publicada por Eduardo Febbro en PáginaI12, Piketty responde a la afirmación de que el neoliberalismo es el único camino: “las desigualdades actuales y las instituciones presentes no son las únicas posibles, pese a lo que pueden pensar los conservadores: ambas están también llamadas a transformarse y reinventarse permanentemente”. Luego agrega: “siguiendo los hilos de esta historia se constata que siempre existieron y existirán alternativas. En todos los niveles de desarrollo, existen múltiples maneras de estructurar un sistema económico, social y político, de definir las relaciones de propiedades, organizar un régimen fiscal o educativo, tratar un problema de deuda pública o privada (…) existen varios caminos posibles capaces de organizar una sociedad y las relaciones de poder y de propiedad dentro de ella”.

“En esa misma línea, en una entrevista reciente, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, también expresó: “el experimento neoliberal ha sido un fracaso espectacular” e insistió en la necesidad de impulsar “un capitalismo progresista” en reemplazo del neoliberalismo en crisis. Voces similares se escuchan en varios países de Europa y de América Latina. Nuevamente: el problema no es sólo quiénes lideran estos procesos. El problema es el modelo neoliberal. El problema es la inequidad, la concentración de la riqueza, el déficit en la salud y la educación, las dificultades para el acceso a la vivienda, entre tantas otras cuestiones. Hoy no sólo presenciamos la crisis del modelo neoliberal en varios países. También se multiplican los discursos que proponen otras alternativas. Otros modos de organizar la economía, la sociedad y el futuro. Fuente. Carlos Heller. Página/12. 

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LA GOTA QUE REBOSÓ LA COPA Y EL OCASO DEL NEOLIBERALISMO EN LATINOAMÉRICA.

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Oto Higuita.

Rebelión miércoles 30 de octubre3 del 2019.


Los gobiernos de derecha y neoliberales del continente latinoamericano (LATAM) confiaron siempre en la fortaleza de sus regímenes, en la efectividad y durabilidad del modelo económico y, por supuesto, en la paciencia de millones de pobres, de trabajadores, de indígenas, de estudiantes, de campesinos, de afros, los que realmente sufren los efectos devastadores de una política económica que solo beneficia a multimillonarios, a gobernantes corruptos y criminales y a las grandes empresas multinacionales.

Pero la fiesta se les acabó, adiós general, adiós Sebastián, cantan en las plazas y calles millones de chilenos. Cayó la gota que rebasó el vaso, la paciencia terminó y millones de ciudadanos se lanzaron a las calles enfurecidos e indignados por el engaño, las promesas incumplidas de mejor vida, la corrupción y la miseria en que viven.

Un nuevo fantasma recorre el continente: pueblos sublevados arrasando con lo que queda de gobiernos neoliberales.

La ola de protestas y furia acumulada está desatada en Latinoamérica, y el malestar popular y antisistémico avanza como un gigante pisando fuerte.

México: Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia en julio de 2018 y recibió un mandato amplio para reducir la miseria en que vive la mayoría de la población, contener la violencia narcoparamilitar, acabar con el cáncer de la corrupción que agota los recursos públicos y desmontar el modelo neoliberal que los gobiernos oligarcas han mantenido para su propio beneficio y el de grandes empresarios y millonarios, aplicando obedientemente las recomendaciones del FMI de imponer recortes sociales a la clase media y a los pobres.

Puerto Rico en llamas: llama Atilio Borón el proceso y posibles consecuencias del estallido popular en la isla, como consecuencia de la galopante corrupción, cuyo gobernador misógino y conservador tuvo que renunciar por las masivas protestas de la ciudadanía.

Haití: su actual gobernante neoliberal, corrupto y autoritario Jovenel Moïse, enfrenta una ola de protestas masivas desde septiembre, consecuencia del largo malestar acumulado por la pobreza extrema del 70% de su población, protestas que han cobrado la vida de 77 haitianos. El movimiento popular está en las calles diariamente exigiendo su renuncia a la presidencia, para producir un cambio de régimen que les garantice a los haitianos mejores condiciones de vida.

Honduras: en este país centroamericano los manifestantes exigen la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández por corrupto y por sus vínculos con narcotraficantes y criminales, protestas que han ganado mayor fuerza y legitimidad, a partir de que se conoció la condena por una corte Federal de EE.UU. a su hermano Tony por narcotráfico.

Perú: su gobierno hace parte del Grupo de Lima, la oligarquía peruana se prestó para encabezar los ataques y agresiones contra los gobiernos progresistas y bolivarianos que no siguen las recomendaciones del FMI ni se someten a EE.UU.; sigue sin recuperarse del cáncer de la corrupción y enfrenta una crisis profunda de gobernabilidad y legitimidad. Varios presidentes han tenido que dejar su cargo ante la presión de los movimientos ciudadanos y las decisiones de sus tribunales de justicia.

Argentina: se va Macri derrotado en las elecciones presidenciales, un ferviente neoliberal, defensor de la dictadura militar que se tomó violentamente el poder en los 70s, un presidente que cambió el rumbo de la política económica del país aplicando el trillado neoliberalismo y sus conocidas privatizaciones, asesorado por el FMI y la banca mundial para asegurarse el pago de sus préstamos leoninos. Pero los argentinos comprendieron el engaño, sus falsas promesas fueron la mascarada para encubrir su alianza con las multinacionales y los grandes capitalistas, arruinar la economía y ampliar la brecha entre ricos y pobres como no se había visto antes; creyeron que votando por él iban a mejorar sus condiciones de vida y se acabaría la corrupción, pero ni lo uno ni lo otro, solo represión, privatizaciones, aumento del costo de vida y crecimiento de la pobreza.

Brasil: tras la destitución por golpe institucional de Dilma Rousseff y la detención tras un montaje judicial contra Lula, con el objetivo de declararles la muerte política y alejarlos del poder, el electo Jair Bolsonaro, un ex militar de extrema derecha, xenófobo, racista, ecocida, ya ha tenido que enfrentar grandes movilizaciones populares que han rechazado y confrontado su programa de gobierno neoliberal, al parecer ya vio lo que le puede pasar a su mandato de aplicar el plan de reformas y privatizaciones que anunció tras ser elegido. Sin duda Bolsonaro representa muy bien los intereses y valores de la extrema derecha latinoamericana y los beneficiarios del modelo neoliberal y como tal se le ve actuar desde la presidencia, pero es consciente que está cada vez más solo.

Ecuador: experimentó la furia y malestar general de amplios sectores sociales que se lanzaron a las calles tras el “paquetazo” de reformas neoliberales que decretó Lenin Moreno, el presidente que traicionó el mandato que le entregó la mayoría que lo eligió por voto popular a la presidencia de la mano del Movimiento Revolución Ciudadana, para sustituir al expresidente Rafael Correa. La situación allí no está aún resuelta, sin embargo, Moreno tuvo que retirar su paquetazo antipopular como resultado de la movilización y presión de los ecuatorianos en las calles. El movimiento mantiene la iniciativa.

Chile: por ahora el último en la lista de países que han sufrido estallidos populares, que empezó como una jornada de protesta estudiantil contra el aumento del tiquete del metro santiaguino decretado por Sebastián Piñera, un fiel representante de la dictadura de Pinochet. Estallido que se extendió como una llama de fuego a amplios sectores de trabajadores, desempleados, jubilados, choferes, amas de casa, clase media y ciudadanía en general, que salieron a las calles y plazas a manifestar masivamente su profundo descontento con un gobierno que representa como ninguno a la clase, el régimen y modelo económico que los oprime y empobrece desde el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Salvador Allende, el presidente con el que habían soñado un verdadero cambio.

Hace 50 años que el pueblo chileno no conoce sino un modelo económico, el neoliberalismo, ya que fue en Chile que se empezó a implementar dicho nefasto modelo en el mundo, por los economistas de la escuela de Chicago. De ahí que Chile como el ejemplo de un “exitoso” modelo neoliberal a seguir no va más, porque en realidad ser una larga agonía para el pueblo y le ha llegado su ocaso, lo están sepultando en las calles con la alegría y las canciones de Víctor Jara y otros cantautores.



¿Cuáles son las causas de las masivas protestas antisistémicas?

Los llamados “paquetazos” implementados por los gobiernos neoliberales, que significan recortes de subsidios alimentarios, privatización de la salud, de la educación, aumento de los precios de los combustibles, incremento del transporte público y por ende del costo de vida de sus poblaciones, mientras los salarios y pensiones pierden valor adquisitivo con respecto al costo de vida.

De otro lado, la combinación explosiva de neoliberalismo con corrupción, gobiernos despóticos, e ira popular contenida. No cabe ya la menor duda que sin distribución de la riqueza, sin respeto por el planeta y sus recursos naturales, sin un cambio del modelo de producción/consumo basado en energías fósiles a otro no fósil; sin respeto e inclusión de las nuevas alteridades/subjetividades, hablar de democracia sería un mero sofisma.

Los “sorprendidos” por este tsunami de revueltas populares en LATAM, la extrema derecha y sus gobiernos con la larga cola burocrática de toda clase de servidores y periodistas a sueldo, por conveniencia, intereses o incapaces de ver más allá de sus narices, han respondido desafiantes unas veces, contradictorios y con demagogia otras, pero sobre todo con rabia, odio y agresividad desde los organismos y aparatos institucionales que controlan (OEA, Ministerios de defensa, cadenas de radio, TV y medios oficiales).

“Las actuales corrientes de desestabilización de los sistemas políticos del continente tienen su origen en la estrategia de las dictaduras bolivariana y cubana...”, ha dicho el conspirador General de la OEA, Luis Almagro, sobre los gobiernos de derecha que no dudaron en mostrar su naturaleza de dictaduras civiles, que no dudaron en sacar sus ejércitos a las calles contra la ciudadanía que protestaba, tanto en Haití, Ecuador y ahora en Chile, cuando Sebastián Piñera declaró en rueda de prensa, después del estallido popular, “estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable…” justificando el Estado de Excepción, el uso de las Fuerzas Armadas y policiales, para reprimir a los chilenos como si fueran un ejército foráneo, como si se tratara de una guerra con otro Estado.

Baltasar Garzón, el juez español que ordenó en 1988 la detención en Londres del dictador Augusto Pinochet, afirmó hace poco en una carta dirigida a Sebastian Piñera:

“ ... convendrá conmigo que, debajo del pretendido milagro económico que muchos atribuyen a Pinochet, un modelo de desarrollo mantenido por la transición chilena y la posterior democracia, se esconde el triste récord de ser uno de los diez países más desiguales del mundo, al mismo nivel de Ruanda, según el índice Gini aplicado por el Banco Mundial.”

Y le recuerda a modo de advertencia que:

“ ... las violaciones de los derechos humanos que se están cometiendo y los crímenes perpetrados en contra de la población civil, esta vez no quedarán en la impunidad porque, además de la Fiscalía de Chile y del Instituto Nacional de Derechos Humanos, existe la Jurisdicción Universal, existe la Corte Penal Internacional, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y una comunidad internacional atenta y vigilante, que no permitirá que en Chile se vuelvan a repetir los horrores del pasado.”

El jurista español tiene bien claro lo que ocurre en el continente, cuando le confiesa en la carta a Piñera que no se cree el cuento y las excusas del secretario general de la OEA, Almagro, de culpar de todo lo que está pasando en LATAM, a Cuba, Venezuela, Rafael Correa, Lula da Silva, Cristina Fernández de Kirchner o Alberto Fernández y de quienes discrepan de la ola neoliberal que nuevamente con el patrocinio del norte, como aconteciera en los años 70, asola el continente.


 

La derecha latinoamericana está acorralada por los pueblos sublevados, que han recuperado su capacidad articulada de lucha y resistencia contra el modelo que los ha mantenido en la miseria y opresión. Intenta recomponerse ante los devastadores golpes que está recibiendo en cada nación.

La lucha y movilización popular en las calles por una vida digna, contra el modelo económico que genera miseria y contra los regímenes opresores y corruptos, es hoy la lógica que siguen la lucha de clases y la batalla de ideas que se libran a nivel global.

En Colombia la ciudadanía empieza a zafarse las ataduras de gobiernos de derecha, neoliberales, corruptos, mafiosos y paramilitares que se han sostenido en el poder a través de prolongar la guerra interna, ese sigue siendo su norte político, y menospreciar cualquier intento serio de hacer un acuerdo de paz definitivo y duradero.

Las elecciones locales pasadas, han mostrado un cambio de actitud en la población, sobre todo en la generación actual que quiere un cambio de modelo y de rumbo político, que rompa con el continuismo y dominio histórico de la decadente, corrupta y criminal oligarquía colombiana.

Muchos pueblos del continente esperan un estallido popular en Colombia, el fantasma que recorre otras naciones no ha tenido contestación aquí por ahora, pero nunca se sabe, la historia, esa nutria imperceptible, excava siempre en lo más profundo de la conciencia de los pueblos haciendo su trabajo de zapa. No nos sorprendamos, pues.

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