miércoles, 31 de julio de 2019

LA RUTA DE LA SEDA ENVUELVE A EEUU EN AMÉRICA LATINA.

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LA NUEVA RUTA DE LA SEDA. China tiene en marcha un Megaproyecto transnacional que reactiva las antiguas transacciones comerciales por tierra y mar, como ya hizo a partir del siglo II a. c. Como bien dice el antiguo proverbio chino: 要想富先修路 (Yào xiǎng fù, xiān xiū lù), si quieres ser rico, primero tienes que construir el camino. China está trabajando para reactivar las antiguas rutas comerciales de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima en virtud de su mega proyecto transnacional denominado como Belt and Road Initiative (BRI).

China comenzó a convertirse en una potencia mundial a partir del segundo siglo antes de Cristo cuando se creó la “ruta de la seda” que conectó la ciudad de Xi’an con países de Occidente a través de tierra y mar. La exportación de la seda y del té desde China, abrió un comercio global que reconoció a esta como una superpotencia. Hoy en día, el presidente, Xi Jinping, quiere retomar el concepto de la ruta de la seda a través de una monumental inversión de US $ 900 mil millones planificada para construir ferrocarriles, puertos y otras infraestructuras en 65 países a lo largo de las rutas; conociendo la BRI como la estrategia de inversión más grande de la historia.

LA ESTRATEGIA. Reúne el 30% del PIB mundial. Este plan es un esfuerzo ambicioso para mejorar la cooperación regional y la conectividad en una escala transcontinental que apunta a fortalecer los vínculos de infraestructura, comercio e inversión entre China y esos 65 países que representan colectivamente más del 30 por ciento del PIB mundial.
 



Llegada a Madrid del tren inaugural de la nueva ruta de la seda proveniente de Yiwu.  (EFE)



El “belt” consiste en el “cinturón económico de la ruta de la seda” que unirá a China con Asia Central, Rusia, Europa, el Mediterráneo, el Golfo Pérsico, y el sudeste de Asia, el sur de Asia y el Océano Índico. Por otra parte, el “road” consiste en la ruta marítima diseñada para unir costas de China con Europa y África a través del Mar de China Meridional y el Océano Índico en una ruta, y a través del Océano Pacífico Sur en otra ruta. La nueva Ruta de la Seda beneficiará a China en gran medida pues conectará a la mayor nación comercial del mundo con Europa, su mayor mercado de exportación y África.

POLÍTICA. Relanzamiento de la moneda china. La expansión de mercados servirá para promocionar el Renminbi (la moneda usada en China) como moneda internacional con fines de fomentar su uso en centros financieros internacionales a través de proyectos de infraestructura. Adicionalmente, esta expansión reducirá fricciones comerciales, como los impuestos, tarifas y costes de transporte, pues mejorará las relaciones entre China y sus países vecinos. Mientras tanto, la inversión en los países a lo largo de la Ruta de la Seda podría crear nuevos mercados - aparte de Europa y África - y ayudar a las empresas chinas, como las empresas de construcción, ferrocarriles y telecomunicaciones, a expandirse en el extranjero.

Si se implementa con éxito, el BRI podría ayudar a reorientar una gran parte de la economía mundial hacia China. El aumento de comercio, inversión y conectividad entre China y los 65 países mencionados también hará que estas naciones sean más dependientes de la economía China, lo que aumentará la influencia económica de China sobre ellos. A pesar de ser un plan a largo plazo, algunas acciones ya han sido implementadas, como el ferrocarril y las autopistas que conectan Xinjiang de China con el puerto de Gwadar en Pakistán, el “puerto seco” de Khorgos en la frontera entre China y Kazajistán que maneja el tráfico de trenes de carga a Europa, y el enlace ferroviario de alta velocidad destinado a la conexión de el puerto de propiedad China de El Pireo en Grecia a Europa Central y Oriental.

Además, el Banco Mundial ya ha invertido un total de US $ 80 mil millones para la construcción de infraestructuras en todos los países partícipes en BRI. La Ruta de la Seda hizo de China una superpotencia. Ahora con la capacidad económica y de innovación, la Ruta del siglo XXI permitirá a China pasar del comercio de té y seda a artículos mucho más sofisticados. Ser la “fábrica del mundo” es lo que ha fomentado el crecimiento de la economía en China, sin embargo, este plan les permitirá ir más allá y ser la innovación del mundo, superando a EEUU. Fuente La Vanguardia abril 2019.

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LA RUTA DE LA SEDA ENVUELVE A EEUU EN AMÉRICA LATINA.
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Raúl Zibechi.
Sputnik.
Revista Globalización julio 2019.

Ya son 19 países latinoamericanos los que han suscrito la Ruta de la Seda promovida por China. El Gobierno peruano firmó un memorándum de entendimiento para unirse a la ambiciosa iniciativa de infraestructura, en el marco del II Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, que se clausuró el último sábado de abril en Pekín.

En todo el mundo la Ruta suma 173 acuerdos de cooperación con 125 países, desde su inicio en 2013. La propuesta china ha crecido de forma rápida en Asia y África, gana terreno en América Latina y tiene dificultades en los países centrales de Europa, donde Italia es el único país del G-7 en sumarse a la iniciativa.

La reciente incorporación de Perú es importante para el proyecto. Panamá fue el primer país latinoamericano en unirse y después se han sumado Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, y Guyana.

China es el segundo mayor socio comercial de América Latina. En 2018, el valor total de las importaciones y exportaciones entre el país asiático y la región alcanzó los 307.400 millones de dólares, una subida del 18,9% respecto al mismo período del año anterior. China se ha convertido en el mayor socio comercial de Perú y el comercio entre ambos alcanzó la cifra récord de 23.000 millones de dólares en 2018.

Además: Porqué Pekín se arriesga a enfrentarse con Washington en América Latina.

Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China, destaca en las relaciones con los países latinoamericanos,

"el tono constructivo empleado por las delegaciones presentes en el evento y muy especialmente debe significarse la decisión de Lima de suscribir el memorándum de la Iniciativa".

En su opinión, el hecho es más relevante aun

"tras una nueva gira por la región del secretario de Estado, Mike Pompeo, cargando a diestro y siniestro contra China", lo que le lleva a concluir que "el patio trasero ya no es lo que era". 

Aunque ha avanzado notablemente en la región latinoamericana, China todavía no consigue inducir a los grandes países a integrarse a la Ruta. En efecto, Brasil, Argentina, México y Colombia no forman parte del proyecto, aunque Buenos Aires mantiene excelente relaciones con Pekín y los acuerdos van a más, como lo demuestra la firma de la Carta de Intención bilateral para la construcción de la cuarta central nuclear con un préstamo chino de 10.000 millones de dólares. 

Aunque China avanza en la región, la pregunta principal es cómo enfrenta el obstáculo que le imponen esos cuatro países que aún no se deciden a sumarse a la Ruta de la Seda.





La respuesta tiene dos partes.

La primera es que China no tiene prisa, avanza donde tiene menos resistencias y va practicando el tradicional juego de 'go', que, a diferencia del ajedrez, no consiste en un enfrentamiento frontal (dando jaque mate), sino en ir rodeando al enemigo, ganando territorios hasta aislarlos. China ya tiene acuerdos con varios países del Pacífico (todos los sudamericanos menos Colombia) que son claves para el comercio con esta región.

Hasta ahora, había sumado países pequeños, como los del Caribe, pero en noviembre de 2018 se incorporó Chile (con quien había firmado el primer TLC de la región en 2005) y ahora Perú, dos estrechos aliados de Washington. Son los dos mayores países incorporados, lo que indica que el dragón avanza de lo pequeño hacia lo grande, de la periferia hacia el centro.

También: China responde a Bolton: "América Latina no es el patio trasero de ningún país".

"El despliegue de toda la artillería diplomática china constata la innegable expansión del proyecto y muestra el verdadero rostro de su renovado poder en el mundo. La apuesta por el comercio y la inversión sumada a las infraestructuras, la industrialización o la innovación sugiere un nuevo paradigma de desarrollo que cada actor debe enfrentar procurando tirar provecho sin abdicar de sus intereses", sostiene Ríos.

Un punto central son las relaciones con Brasilia. El Gobierno de Jair Bolsonaro se ha expresado de forma contradictoria. El mandatario viene criticando al dragón desde la campaña electoral de 2018, pero el vicepresidente Hamilton Mourao ha insistido en que China es un socio estratégico de su país. Es el primer socio comercial de Brasil, y éste se beneficia de un amplio superávit.

Más aún, China es una las principales fuentes de inversión extranjera directa en el gigante suramericano,

"con destaque para los sectores de energía y minería, siderurgia y 'agrobusiness'", con una importante diversificación de las inversiones hacia "segmentos como telecomunicaciones, automóviles, máquinas, servicios bancarios e infraestructura", según detalla Wesley Guerra, director del Centro de Estudios de las Relaciones Internacionales de Brasil.

En el 'go', todo es cuestión de tiempo. Mientras en el ajedrez el aspecto principal es la guerra, anular la pieza del adversario, el 'go' es pura estrategia con fichas iguales que sólo se diferencian en el color blanco o negro. Ocupar espacios es lo decisivo. Mientras Washington se empeña en derribar Gobiernos que considera enemigos, China va llenando huecos hasta que las grandes piezas acepten su propuesta.

Tanto con Chile como con Perú, China se convirtió primero en socio comercial mayoritario para luego ir a más, diversificando las inversiones y potenciando en cada país centros de comercio para toda la región.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, fue muy claro en Pekín:

"Queremos transformar a Chile en un verdadero centro de negocios para las empresas chinas, para que ustedes puedan, desde Chile, llegar también a toda América Latina".

Frente a Brasil el dragón tiene varias 'piezas' para mover. La primera es la soja. China acaba de anunciar que comprará soja de EEUU para mejorar las relaciones con Trump y los poderosos empresarios sojeros del país suramericano se echaron a temblar y ya recelan del presidente que ayudaron a elegir. 

Más: Estados Unidos, abandona tres países latinoamericanos: ¿Y si China lo sustituye?

La segunda baza son las importantes inversiones brasileñas en China, en sectores como el aeronáutico (Embraer), minería, alimentos, motores, autopartes, siderurgia, papel y celulosa, y servicios bancarios. La tercera es la creciente relación de Pekín con países de África, como Angola y Mozambique, que son estratégicos tanto para el Gobierno como para el empresariado brasileño.

China enseña que las relaciones entre Estados no pueden guiarse por ideologías sino por el interés mutuo. En eso, no tiene rivales. Por eso la creciente desesperación de Washington.

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LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

Sputnik Mundo.

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