viernes, 30 de mayo de 2014

TRES ARTÍCULOS MUY IMPORTANTES. DESIGUALDAD MUNDIAL. PERÚ: DESCENTRALIZACIÓN EN CRISIS Y DIVERSIFICACION PRODUCTIVA.

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TRES ARTÍCULOS MUY IMPORTANTES. DESIGUALDAD MUNDIAL.
PERÚ: DESCENTRALIZACIÓN EN CRISIS Y DIVERSIFICACION PRODUCTIVA.

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1.- REFUTACION Y CONTRARREFUTACION DE EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI.

Debate sobre la desigualdad.

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Sin mucho éxito, el diario del establishment financiero británico busca minar la tesis fundamental del best seller del economista francés Thomas Piketty, que sostiene que la creciente desigualdad del capitalismo es inherente al sistema.

Marcelo Justo

Desde Londres Página /12 jueves 29 de mayo del 2014.


Un yuppie y un pordiosero cruzan miradas en el distrito financiero de Londres. Un Yuppie - el tecnócrata propio de la globalización, su portafolio, varios idiomas y su "nueva" cultura "Davos".  - y el pordiosero - hoy producto como la "Ciudad Global", concentra millones de pobres extremos. Miremos cuantos millones hoy están en la vieja Europa en bancarrota capitalista?.
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La polémica sobre el economista francés Thomas Piketty se ha convertido en sinónimo de debate sobre la desigualdad. Con un sorprendente tercer lugar en las ventas de Amazon en Estados Unidos a casi tres meses de salir a la venta, con una segunda edición en camino, han aparecido críticas a presuntas incongruencias en los datos de El Capital en el siglo XXI que buscan minar la tesis fundamental del libro, que sostiene que la creciente desigualdad del capitalismo es inherente al sistema.

Según publicó el viernes pasado Chris Giles, editor económico del diario Financial Times, en la primera plana del diario, Piketty comete errores en las proyecciones que hace para épocas en las que no había información, en el método que usa para distintos países y en un uso tendencioso de las estadísticas para probar su principal tesis.

La nota del Financial Times produjo una avalancha de cables y comentarios en los principales diarios de derecha del mundo anglosajón que tomaron el veredicto de Giles como la definitiva descalificación del libro de Piketty. La excepción a este regodeo fue un medio de incuestionable filiación capitalista: la revista The Economist. Según el semanario británico, las críticas de Giles eran cuestionables y muchos de los detractores del libro no se habían tomado el trabajo de leerlo e ignoraban que la mayoría de los datos provenían del World Top Income Database, un índice que nadie cuestiona. “Hay un par de errores que parecen ser de transcripción o de ajustes hechos a datos que requieren una evaluación del investigador”, subraya el semanario británico.

El fundamento para la tesis principal del libro, sostenida con un voluminoso examen de datos de los últimos 300 años, es que la riqueza ha aumentado a mayor velocidad que el crecimiento económico en estos tres siglos y que eso ha impactado en la desigualdad que, de seguir así, será en este siglo XXI semejante a la que existía en el victoriano siglo XIX. La crítica más sólida que se ha hecho a esta tesis viene por izquierda y es que, lejos de exagerar el estado de cosas, Piketty subestima la real dimensión de la desigualdad.

Según James Henry, autor de The price of offshore revisited y profesor de la Universidad de Columbia, el gran error de Piketty es el cálculo que hace sobre la riqueza oculta en guaridas o paraísos fiscales. “Hay unos 21 millones de millones de dólares ocultos en guaridas fiscales. La mitad de esta suma está en manos de las 91.000 personas más ricas del mundo, un 0,001 por ciento de la población mundial, que controla una tercera parte de toda la riqueza mundial. Piketty ha subestimado esta cifra. Este es el principal cuestionamiento que se le puede hacer. El resto es trivial”, indicó Henry a Página/12.
En la carta de respuesta a Giles que publicó el mismo Financial Times Piketty reconoce la necesidad de una mejor contabilización de esa riqueza oculta. “En realidad es muy posible que mis propias estimaciones no tomen plenamente en cuenta la riqueza offshore o en guaridas fiscales, algo que profundizaría la desigualdad”, señala el economista. Los datos de Piketty provienen de otro investigador de la Paris School of Economics, Gabriel Zucman, quien estima en unos 8 millones de millones de dólares la riqueza oculta en las guaridas fiscales, cálculo hecho en base a los datos disponibles macroeconómicos (balanza de pagos, por ejemplo) y los activos financieros, dejando fuera todo otro tipo de acumulación de riqueza (yates, obras de arte, etc.)

Sumándose a la polémica en la edición del matutino británico The Guardian este lunes, Paul Mason, editor económico del Channel 4 británico, señaló que las críticas de Giles (y las de otros medios de derecha) se basan en erróneas cifras oficiales. “Las conclusiones del Financial Times apenas se diferencian de las de Piketty en el análisis de Suecia y Francia. Lo hacen en el del Reino Unido y Estados Unidos. La razón es obvia. Desde tiempos inmemoriales los ricos tienen una especial aversión a declarar su riqueza. Con la reestructuración capitalista de 1979 se ha promovido la acumulación de riqueza oculta que obligó a Piketty a una mezcla de datos de herencia y encuestas junto a cálculos”, escribe Mason. Ni siquiera las cifras oficiales son congruentes. El HMRC, oficina impositiva del Reino, estima que el 10 por ciento más rico del Reino Unido tiene un 70 por ciento de la riqueza. La Oficina Nacional de Estadísticas, en cambio, estima que sólo tienen el 44 por ciento. El crecimiento de las guaridas o paraísos fiscales desde los ‘70 ha vuelto mucho más impreciso el cálculo de la riqueza (patrimonio personal que incluye depósitos, acciones, inmuebles, etc). El de los ingresos es mucho más rastreable: la diferencia genera todo tipo de incongruencias en la recolección de datos.

En Estados Unidos, Sam Pizzigati, del Institute for Policy Studies de Washington, habla de una “paradoja americana” para explicar este desfasaje. “Entre los datos que tenemos sobre la desigualdad de ingresos y de riqueza hay una profunda desconexión que equivale a una paradoja. El análisis de la curva de ingresos nos dice que ha habido un enorme crecimiento de la desigualdad entre los más ricos y el resto. Pero cuando analizamos la desigualdad de riqueza, vemos que la diferencia es ínfima. La explicación más lógica de esta diferencia es la riqueza oculta en paraísos fiscales. Si no, habría que pensar que esta gente se gasta 5000 dólares en cenas cada noche del año”, señaló Pizzigati a Página/12.

El impacto de este desfasaje en los niveles de desigualdad de una sociedad queda en claro en un estudio específico sobre Argentina, “Fuga de Capitales III (2002-2012)”, que halló un aumento del coeficiente de Gini de 0,42 a 0,49 puntos una vez que se corrigen las encuestas oficiales para incluir los ingresos no declarados y se contabilizan los fondos fugados a paraísos fiscales. “Si aceptamos que el stock fugado alcanza los 400 mil millones de dólares, equivalente a 15 veces el nivel de reservas del Banco Central, el coeficiente de desigualdad salta entonces de 0,43 a 0,49. Muchos piensan que en realidad la suma es aún mayor si se toman en cuenta las manipulaciones contables de empresas multinacionales y otros factores. Pero aún con esta cifra ‘conservadora’, vemos que el salto que da la medición de la desigualdad neutraliza los avances logrados en una mejor distribución del ingreso por el crecimiento económico y las fuertes políticas sociales del gobierno argentino durante el período 2003-2010”, indicó a Página/12 uno de los autores del informe, Jorge Gaggero.

En momentos en que, como se ha visto en las elecciones europeas, se está pagando un alto precio por desatender a estas tendencias profundas, convendría que el debate que se ha disparado con la publicación del libro de Piketty no sea ignorado con argumentos endebles.

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2.- LA DESCENTRALIZACIÓN SIN DUEÑO.

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Por Gonzalo Alcalde

OtraMirada miércoles 28 de mayo del 2014.

La descentralización del Estado fue la reforma más significativa iniciada en el período de transición democrática, hace ya más de un decenio. Difícilmente podría uno encontrar entonces, o ahora, voces que cuestionen la necesidad de descentralizar profundamente las estructuras gubernamentales y productivas del país. Pero, doce años después, no hay quien defienda como suyo este proceso que nació apresuradamente en 2002. ¿Cómo llegamos a esta situación y qué se puede hacer para superarla? 



“Descentralización en el Perú, una vieja promesa pendiente que aparece solo en las campañas políticas y luego el centralismo egoísta muestra su rostro "comprometido". Doce años después cuando supuestamente descubren “corrupción” en la Región Ancash, ahora “los ideólogos” del neolibealismo salen con todas sus baterías destructivas, cuestionando la descentralización, y fueron ellos, los mismos que se opusieron al proceso de Regionalización y los mismos que alimentaron la re-elección indefinida y la corrupción como bandera de protección de la anti-política. Ahora tenemos los resultados. Pero nosotros debemos defender la Descentralización vía la Regionalización al margen de los corruptos, pillos y podridos políticos y las propias élites financiero-comercial-exportadoras (los nuevos dueños del Perú)..
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Hoy, la descentralización está nuevamente en la agenda prioritaria de problemas públicos, especialmente debido a los escándalos de corrupción y violencia represiva en Áncash, junto a problemas similares en otras regiones. La actitud prevalente en la opinión pública hacia el nivel de gobierno regional es casi invariablemente negativa, frente a estos abusos y a una percepción (no siempre justificada) de persistente ineficiencia en el uso de los recursos. La crisis actual ya devino en propuestas al marco legal de la descentralización, sin un debate sustantivo al respecto. A fines de abril la comisión de Constitución y Reglamento aprobó la propuesta de ley de no reelección inmediata de los alcaldes y presidentes de región, que se haría efectiva en 2018 si es aprobada por el pleno.

Hoy, varios expertos critican con más fuerza que nunca los defectos de nuestro supuesto “modelo” de descentralización. Roberto Abusada, uno de los cerebros de las reformas neoliberales de los años noventa, la ha llamado “regionalización destructiva”en una nota de opinión en El Comercio (20/5/2013), y ha cuestionado fuertemente que “en alguna mente desvariada se asentó la absurda idea de que para descentralizar había que crear más centralismo en pequeño –lo que ahora tenemos en cada región…”

Los críticos como Abusada parecen haber olvidado que lo que tenemos hoy no es la concreción de una visión coherente de la descentralización que haya sido propuesta una década atrás, sino el resultado de un proceso trunco, abandonado sin un norte por varios años. En realidad, nunca se terminó de armar el modelo o la “idea”. La verdadera “regionalización” prevista nunca se dio, ni se reglamentó. Los gobiernos regionales instalados en los antiguos departamentos a inicios de 2003 debieron constituir una etapa de transición hacia regiones más grandes conformadas por varios departamentos. Sin embargo, la falta de un liderazgo político consistente desde el nivel presidencial y ministerial, de incentivos reales desde el Ministerio de Economía y Finanzas, y de difusión de propuestas desde el nivel regional, se conjugaron para que el referéndum de conformación de macro-regiones fracase estrepitosamente en octubre de 2005.

Sí, se avanzó luego con las formalidades de las transferencias de competencias, funciones y recursos, pero nunca más se volvió a discutir seriamente los temas de fondo: el relanzamiento de la regionalización, o las modificaciones fundamentales necesarias para hacer viable en el largo plazo un proceso de descentralización sin regionalización. También crecieron mucho los presupuestos regionales en un contexto de crecimiento económico acelerado, pero esto no fue de la mano de una descentralización fiscal hacia las regiones ni de campañas apropiadas para crear nuevas capacidades de gestión, sino de un esquema de transferencias de canon muy desigual y fuertemente condicionado desde el centro. Más bien, el control sobre estos grandes recursos se ha convertido en un incentivo perverso para buscar consolidar el poder sobre los niveles regionales de gobierno, por parte de elites y mafias.

Son precisamente estos temas de fondo que hoy deberían ser retomados por los principales actores políticos, ya con miras a las elecciones de 2016, en un debate amplio para buscar soluciones integrales en función de políticas de Estado, y no sólo “parches” temporales para apaciguar a las críticas. Necesitamos un modelo de descentralización coherente, que muchos puedan sentir como propio y no como una descentralización de nadie, huérfana, que casi nadie está dispuesto a defender ni atender.

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3.- EL NUEVO PLAN DEL MINISTERIO DE LA PRODUCCIÓN.
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 OtraMirada. 29 de mayo del 2014.

El Ministro de la Producción, Piero Ghezzi, acaba de presentar el “Plan Nacional de Diversificación Productiva” durante el Perú Summit 2014. Es bueno saber que el ministro Ghezzi entiende, a pesar de la sutil incomodidad del ministro Castilla, que se debe cambiar la matriz productiva nacional dejando atrás el modelo primario exportador de bienes tradicionales, principalmente mineros, que no requieren tanta mano de obra ni generan eslabonamientos con otros sectores productivos limitando su desarrollo.


“Plan Nacional de Diversificación Productiva”, que se debe cambiar la matriz productiva nacional dejando atrás el modelo primario exportador de bienes tradicionales, principalmente mineros, que no requieren tanta mano de obra ni generan eslabonamientos con otros sectores productivos limitando su desarrollo. Una interesante alternativa, que de cumplirse, por encima o al margen del Ministro de economía, constituye uno de los caminos, como propuesta para salir efectivamente de la pobreza y abordar seriamente la complejidad de la Desigualdad económico social, que en nuestro país es estructural, histórica y multidimensional.


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Esta nueva matriz no pretende reemplazar al sector minero, sino complementarlo mediante una industrialización gradual de nuestro país aprovechando nuestra diversidad de productos, ya sean estos agrícolas, pesqueros, artesanales, industriales, etc. para generar una mayor demanda de mano de obra que eventualmente sería productiva. Así, estaríamos menos expuestos a los vaivenes de la economía internacional y de los choques en los precios de los commodities.

Este Plan permitirá además atacar de una manera más efectiva el tema de la informalidad, muchas veces olvidado, y a empezar a tomar las riendas para que se den las condiciones de trabajo digno con todos los beneficios conforme a ley. Esto no sólo ayudará a los trabajadores, quienes al capacitarse en estos sectores altamente productivos podrán recibir salarios mayores conforme a su productividad, también permitirá al Estado ampliar la base tributaria y disponer así de mayores recursos para brindar mejores bienes y servicios públicos.

El plan está compuesto por tres ejes principales. El primero es la diversificación productiva y de la canasta exportadora y requeriría de un estudio de las potencialidades de cada región para expandir sus posibilidades mediante el fortalecimiento de la innovación, dando incentivos a la capacitación laboral y a la transferencia de tecnología. El posible problema con este enfoque de ampliación de la canasta exportadora es que nos llevaría a competir con países como China en la oferta de determinados bienes por lo que se plantea, como segundo eje, la reducción de costos para hacer nuestra producción más competitiva. Se debe evitar, sin embargo, que esta flexibilización laboral vulnere los beneficios que todo trabajo decente debe ofrecer, como seguros de salud, afiliación a un sistema de pensiones, etc. No obstante, la propuesta de reducir las trabas burocráticas y el tiempo de los trámites y regulaciones es importante.

Como tercer eje, se impulsarán los niveles generales de productividad con énfasis en las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME), mediante la formación de clústeres, los cuales son conjuntos de empresas interrelacionadas en torno a mercados y tecnologías productivos formando un núcleo dinámico del sector industrial de tal forma que sea más competitivo. De esta manera, la nueva oferta laboral podría atraer a trabajadores informales. De darse las condiciones correctas, el sector industrial podría pasar de tener el 9% de la Población Económicamente Activa a tener el 19% de la misma, mientras que podría llegar a representar el 25% del PBI en 20 años.

Es encomiable además que el Plan vea necesario que se apliquen políticas complementarias para que tenga efectos reales y a largo plazo (algo que se esperaba hace mucho de las políticas públicas). Por ejemplo, ve la importancia de coordinar con otros Ministerios, municipalidades y entidades públicas, políticas de inversión en infraestructura, principalmente de transporte para facilitar el acceso de distintos productores a los mercados, una mayor inversión en educación para que los trabajadores estén mejor preparados, etc.

Sería bueno, tal vez que en una segunda presentación se especificasen detalles sobre cómo se desarrollaría este esfuerzo multisectorial y los criterios de selección de clústeres así como indicar los sobrecostos administrativos, energéticos y financieros a eliminar en vez de hablar de sobrecostos laborales. Éste plan podría ser complementado también con un plan integral de formalización de las MIPYMES existentes y aún no legalizadas en vez de esperar a que éstas se trasladen al sector formal productivo eventualmente. 

Finalmente, se debería hacer un mayor énfasis en cómo esta diversificación productiva y exportadora podría integrar los mercados internos y fortalecerlos.

Como se puede ver, este plan contiene aspectos interesantes y destacamos que el ministro Ghezzi lo haya hecho público de tal forma que reciba aportes constructivos. Esperamos que el gobierno logre sacar adelante algún esfuerzo de diversificación productiva para evitar que esta época de prosperidad macroeconómica se vaya sin que tenga efectos positivos en el desarrollo de nuestra sociedad, como ya ocurrió en nuestro pasado republicano.


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