domingo, 4 de octubre de 2015

LA LAMENTABLE DECADENCIA DE LA DEMOCRACIA.

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La decadencia de la Democracia, su visión actual en Europa tomando como sustento principal aspectos relacionados a ingresos económicos – las clases sociales en el escenario global – el poder económico financiero de los ricos, ricos y poderosos – representados por el 1% de la población mundial, un estimado de 920.000 personas y el poder sobre la democracia, mirar un poco más allá, hacia los gobernantes de la Unión Europea y su comportamiento político con relación a la imposición de un “plan devastador contra la política griega” y el “golpe de estado” contra el Premier A. Tsipras y como los gobernantes de Europa del Este se manifiestan en relación a la crisis migratoria y humanitaria y en general como los Ciudadanos de a pie, como comunes y corrientes miran desde abajo a los gobernantes y como se ha perdido credibilidad con respeto a las Instituciones de la Democracia. También una interesante referencia histórico-demográfica, como ve la población nacida después de la Segunda Guerra Mundial a la Democracia y el conjunto de Derechos Ciudadanos que logran conseguir y que aportan al mundo como el mejor obsequio que Europa entrega a la Democracia mundial y al final como ven los nacidos en los 80’ (inicios de la globalización neoliberal) con respecto a la Democracia, valores, derechos e Instituciones. Pero también ingresa en el análisis la manifiesta disminución – producto de la crisis económico-financiera – significativa de la “clase media”, europea, la verdaderamente castigada golpeada directamente por la crisis y su visión de cuestionamiento a la Democracia y sus Instituciones.- Bueno un buen camino –provisto de grandes ventajas para mirar el sistema democrático – pero es necesario también “echarle” – como dicen los colegas mexicanos una miradita desde las productivas vertientes de La Sociología de las Ausencias.

La visión política del autor sobre la Democracia se centraliza en Europa y como siempre sucede con todos los autores – académicos, investigadores, científicos sociales y por ahí desde la oscuridad  irrumpe un Político - se intenta generalizar o universalizar lo que ellos consideran como “la decadencia de la Democracia”, pero aquí presentamos nuestro deslinde teórico, metodológico-doctrinal con el Autor.

Primero es la democracia liberal-representativa – hegemónica en el sistema capitalista burgués de la Europa del siglo XXI (La Unión Europea y su forma de gobierno político-financiero, radical neoliberal como es la Troika (el gobierno del Banco Central Europeo, de la Comisión Económica Europea y el Fondo Monetario Internacional); este modelo político de democracia está en bancarrota y desastre, producto de su poder dictatorial que una minoría ínfima – ridícula –  un cenáculo de banqueros, corporaciones y  gobernantes – reunidos en Bruselas – decidan y definan políticas ( de protección absoluto de sus intereses de clase y lo impongan a millones de ciudadanos europeos absolutamente ajenos a los intereses de clase de los grupos de poder).



Segundo – realmente desearía tomar todos los aspectos estructurales de la poli-crisis que hoy devora y destruye el sistema vigente en Europa – pero solamente un aspecto que tiene hoy vigencia mundial: es la Corrupción política, como ha logrado atrapar, dominar, capturar a parte o el todo del sistema institucional (dirían quizás es propio de América latina, pero no es así, hoy es un problema estructural mundializado). Los problemas sociales y políticos que hoy están presentes en el sistema burgués existente en Grecia, España, Italia, o Francia, por ejemplo, donde – unos más que otros, la corrupción atrapó a gobernantes, organizaciones políticas, gobiernos de turno e instituciones. Escenarios de escenarios de las clases y la lucha de clases – donde la Democracia vigente hoy, democracia electoral, liberal representativa, no goza de “buena salud”.

La ciudadanía ha perdido credibilidad en las instituciones. Confianza personal, social e institucional – es decir, el ciudadano perdió la fe, la esperanza como personas en la democracia, pero además perdió confianza en lo social, en sus derechos que fueron asaltados y privatizados por el mercado, y finalmente lo que estructura el carácter dialéctico de la Confianza, es que los ciudadanos perdieron también la confianza en las instituciones de la sociedad y del propio Estado. Finalmente la corrupción condujo – llevó inexorablemente a la ciudadanía – primero al cuestionamiento y después a perder la legitimidad de la instituciones y del propio gobierno (legitimidad constitucional que tienen todos los gobiernos democráticos, pero después de un año o dos de gobierno la legitimidad de evaluación, monitoreo y seguimiento del proceso democrático ingresa en crisis ( unas veces muy fuerte como en Francia, donde el gobernante traicionó su programa de gobierno y otra como España donde el gobernante en cada año que pasa, ingresa con sus políticas de austeridad – en un hoyo profundo de destrucción de derechos sociales y políticos – proceso político analizado, evaluado por la Ciudadanía donde la legitimidad se pierde totalmente, al igual que la legitimidad entra en crisis total cuando la Opinión Pública democrática, pierde absolutamente la Confianza Institucional. Gobierno, gobernante, organización política, clase política, que pierde la Confianza de la Ciudadanía, y la “gran” perdedora es la Democracia y el sistema, el cuestionamiento sobre el sistema es absolutamente total y el sistema entra en crisis absoluta (miren como estaba Grecia en enero del presente año, hoy Libia o la propia España atenazada por todos los lados producto de su propia crisis estructural, o México o Brasil en América Latina. La pérdida de Confianza Política por la ciudadanía, es en definitiva el mal social y político del siglo XXI.


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LA LAMENTABLE DECADENCIA DE LA DEMOCRACIA.
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Roberto Sabio.

AMÉRICA LATINA en Movimiento.

ALAI sábado 3 de octubre del 2015.

Roma, OCT. 2015. El último estudio global realizado por la Encuesta Mundial de Valores sobre la solidez de la democracia en 2015 arroja datos sumamente preocupantes. No obstante, ha sido totalmente ignorada, excepto por el New York Times, que publicó un informe especial.

 Según la autorizada institución, que cuenta con gran prestigio en el seno de las Naciones Unidas, en Estados Unidos, el número de ciudadanos que aprueban la ley que legaliza la tenencia de armas, ha pasado de uno cada 15 en 1995, a uno cada seis en 2015.

 Mientras que entre los nacidos antes de la Segunda Guerra Mundial, un sólido 72 por ciento asignó a vivir en una democracia el valor más alto, para los nacidos después de 1980 la cifra se redujo a menos de 30 por ciento, ligeramente menor a la opinión de 32 por ciento de europeos nacidos también después de 1980.

 La proporción es aún más pequeña en Europa del Este, donde alcanza solo al 24 por ciento. En esa región, la preocupación principal es el nivel de ingresos, un trabajo seguro y la posibilidad de una jubilación, son más importantes que el tipo de régimen bajo el cual vivir.

 Para esto, por supuesto que existe una explicación generacional. La democracia fue una victoria, un tesoro para construir, para quien vivió los horrores de la segunda guerra mundial. La generación más joven tiene sólo una idea intelectual de lo significa vivir bajo una dictadura, no una experiencia de vida. Como dijo Altiero Spinelli, ahora todo el mundo duerme sin temor a ser despertado durante la noche.

 Pero el debate es mucho más complejo. Se acepta como una verdad incuestionable que una vez que un país se convierte en democrático, un sistema alternativo de gobierno no es más posible, ya que los ciudadanos ven la democracia como la única forma legítima de gobierno.

 La democracia y el crecimiento económico y social marchan paralelos. La teoría fue que cuando China tenga una clase media consistente, necesariamente entrará en un sistema multipartidista.

 Existe ahora una creciente corriente de opinión acerca de las carencias e ineficiencia de la democracia. En tiempos del gobierno militar chileno, periódicamente aparecía quien subrayaba las ventajas del "modelo chileno" y ahora lo hace sobre "modelo chino", mucho más eficaz y productivo, que el engorroso proceso que requiere la democracia.

 En la propia Europa, tenemos al húngaro Viktor Orbán, primer ministro de un país ex comunista, haciendo declaraciones públicas criticando la obsolescencia de la democracia parlamentaria. Y Orban ha sido escogido libremente en las urnas.

 Rusia es el caso más estridente. Putin, que es el modelo supremo de la autocracia, tiene un apoyo popular cerca del 80 por ciento. De lo que se informa poco, es que líderes de la extrema derecha de Europa, tales como la francesa Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini, ven a Putin como un modelo y lo afirman públicamente.

 Ya es hora de reflexionar sobre las causas de la decadencia de la credibilidad de las instituciones políticas. ¿Es sólo un problema generacional o también es que la legitimidad del sistema político está cada vez más en tela de juicio?

 Cuando se observa el costo de la campaña presidencial de los Estados Unidos, que se acerca a los 4.000 millones de dólares, se descubre que un pequeño grupo de donantes ricos domina los aportes electorales, con 130 familias y sus negocios, que han proporcionado más de la mitad del dinero recaudado durante junio por los candidatos republicanos.

 Así es difícil ver esa democracia vibrante, ese faro del mundo que la retórica norteamericana reclama permanentemente.

 Un estudio citado por los politólogos Martin Giles y Benjamin I. Page en el New York Times, señala que mientras los grupos de interés y las élites económicas fueron muy influyentes en los últimos 30 años, las opiniones de los ciudadanos comunes no tuvieron prácticamente ningún impacto, concluyendo que "en Estados Unidos, la mayoría no gobierna".

 Según la Encuesta Mundial de Valores, un tercio de los estadounidenses tienden hacia el extremo inferior en una escala de 10 puntos: los Estados Unidos de América son "nada democráticos".

 Asimismo, el desafío original entre los dos descendiente de dinastías políticas, Hillary Clinton y Jeff Bush , ha sido superado por foráneos : un totalmente imprevisible e impresentable Donald Trump entre los republicanos y Bernie Sanders, un candidato socialista, lo que es una herejía en los EE.UU.

 Este desarrollo sin precedentes muestra la creciente desconexión entre los ciudadanos y la política tradicional. Las mismas sorpresas han surgido en Europa, con Jeremy Corbyn en Inglaterra y Alexis Tsipras en Grecia. Es poco probable que los partidos tradicionales logren la mayoría en España. Hasta ahora, sólo los partidos de la extrema y ultra derecha siguieron aumentando. El neo nazi Aurora Dorada es tercero en Grecia
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 Las dos líneas de fractura en la Comunidad Europea: la brecha entre el Norte y el Sur de Europa con respecto al modelo de gobernanza económica (austeridad contra el desarrollo) y la brecha entre Europa Occidental y del Este sobre la solidaridad (refugiados), está oscureciendo el problema de la legitimidad de las instituciones europeas.

 El hecho de que en una noche en Bruselas un grupo de personas decide el destino de millones de ciudadanos, sin ningún tipo de consulta (Grecia pagó caro el referéndum de los ciudadanos), está creando una tercera división, más profunda y más seria que las otras dos.

 El caso de Grecia fue precedido por Chipre, que era un ejemplo de falta de responsabilidad y transparencia. Eurócratas avergonzados, entre ellos Mario Draghi, tuvieron que reconocer que tomaron una mala decisión y debieron dar la vuelta, pero siempre torciendo el brazo del gobierno.

 El hecho de que los dos primeros rescates griegos fueron básicamente concebidos para rescatar a los bancos franceses y alemanes, con muy poco que fue a la economía helénica, ha aumentado la percepción de los ciudadanos que los bancos son más importantes que las personas.

 Este año el número de banqueros que recibieron más de un millón de euros fue de 3.178. De esos, 2.086 en Gran Bretaña. Pero, en realidad, la mayoría obtuvo sobre 2 millones de euros. Nueve de ellos en Gran Bretaña, ganaron más de 10 millones de euros ...

 Si observamos el caso de los millonarios, en 2014 se convierten en 920.000. Las personas con abundante riqueza líquida, unida a la de la casa y otras propiedades, con más de 1 millón de dólares, según el último Informe sobre riqueza en el Mundo, fue a 14.6 millones en 2014, equivalente a un aumento del 7% con respecto a 2013.

 Lo que es nuevo en los últimos años, es que instituciones muy conservadoras, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han estado advirtiendo que el crecimiento de la brecha social constituye un freno para el crecimiento económico, haciéndose eco de un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos - OCDE.

 El último estudio del FMI advierte sobre la reducción de la clase media y el aumento de pobres y ricos, claro que en medidas muy diferentes. Asimismo, la Encuesta Mundial de Valores, concluyó que 40 por ciento de los ricos estadounidenses aprueban a un "líder fuerte que no tenga que molestarse con el Congreso o las elecciones". En 1995 eran solo 20 por ciento.

 Este declive de la clase media es acompañado por una polarización en la política y el crecimiento constante de los partidos extremistas y xenófobos, que ahora recogen votos entre los trabajadores y los menos favorecidos, que una vez votaron izquierda, lo que está cambiando por completo el escenario político.

 ¿Quién hubiera creído que Dinamarca, uno de los pocos países del mundo que dedica el 1% de su presupuesto a la ayuda al desarrollo (Estados Unidos solo llega a 0,2%), bajo la presión del ala derecha del partido gobernante rechazaría todo refugiado de su suelo? ¿Y que Hungría habría de recurrir a acciones que son una reminiscencia de la época nazi? ¿Y que al mismo tiempo, Europa del Este declara abiertamente que están en la Unión Europea para recibir y no para dar nada?

 El sistema democrático adquirió legitimidad en su capacidad para apoyar a valores como la justicia, la solidaridad y el desarrollo general de la sociedad. No hay precedentes históricos para prever qué va a pasar en circunstancias en que los ciudadanos viven un deterioro social y económico desde hace décadas y los jóvenes no ven un futuro claro.

 Pero sí que hay precedentes históricos que nos dicen que las sociedades en crisis pueden caer fácilmente en regímenes populistas y autoritarios, especialmente si las élites ricas apoyan ese camino.

 Por ahora debe estar claro para todos que el sistema se descompone y necesita ser reparado. Pero esta democracia en declive, con tan pocos estadistas y tantos políticos, ¿será capaz de proporcionarla? Esta una cuestión que por desgracia, necesitamos empezar a afrontar.

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 - Roberto Savio es periodista italo-argentino. Co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos años también fundó Other News, un servicio que proporciona “información que los mercados eliminan”.


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