domingo, 30 de junio de 2024

EL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS Y LOS POBRES RURALES.

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“El acaparamiento de tierras es un fenómeno de alcance mundial, que ha afectado a los distintos lugares de forma diferente, habiendo afectado de forma significativa al África subsahariana y a América Latina, mientras que la desigualdad de la distribución de la tierra crece en esta última región, en Europa Central y Oriental y en Asia MeridionalSusan Chomba y Million Belay han concluido que se han efectuado en torno a mil transacciones de tierras a gran escala en África desde 2000. Mozambique contaba con ciento diez transacciones de este tipo, seguido de Etiopía, Camerún y la República Democrática del Congo (RDC). Blue Carbon, dirigida por un miembro de la realeza de Dubái, opera con una posesión de aproximadamente 25 millones de hectáreas. La empresa ha comprado derechos sobre bosques y tierras de cultivo para vender compensaciones de carbono. La tierra procede de cinco gobiernos africanos anglófonos y afecta a la quinta parte de Zimbabue y a la décima parte de Liberia, Kenia, Tanzania y Zambia. Las transacciones de tierras a gran escala ponen en mayor riesgo a las comunidades indígenas y de pastores. En Etiopía, Ghana y otros países, la venta de tierras ha obligado a los agricultores a trabajar en parcelas más pequeñas y fragmentadas, a convertirse en asalariados o a emigrar, lo que ha mermado su capacidad para alimentarse a sí mismos, a sus comunidades y a otras personas.

“Los pequeños propietarios, los pastores y las comunidades indígenas han protegido durante mucho tiempo su tierra y su biodiversidad. Sin embargo, la mayoría carece ahora de los derechos y de los medios para hacerlo de forma más eficaz, por no hablar de sus recursos para alimentar África y mejorar la acción climática. La crisis climática se está utilizando, pues, contra las comunidades rurales africanas.

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Fuentes: El Salto [Foto: Puesto de verduras en un mercado a las afueras de Jartum (Álvaro Minguito)]
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EL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS Y LOS POBRES RURALES.

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Por Jomo Kwame Sundaram | 29/06/2024 | Mundo

 

Fuente- Revista Rebelión sábado 29 de junio del 2024.


Inversores, empresas agroalimentarias e incluso fondos soberanos han adquirido tierras de cultivo por todo el mundo. La adquisición exponencial de tierras ha asumido nuevas formas, pero la inmensa mayoría de las operaciones de más envergadura sustraen tierras a la producción de alimentos.

Desde 2008 las adquisiciones de tierras agrícolas han duplicado los precios de estas en todo el mundo, lo cual ha ejercido una enorme presión sobre las explotaciones agrícolas familiares y sobre innumerables comunidades rurales pobres. Tales adquisiciones están empeorando los índices de desigualdad, de pobreza y de inseguridad alimentaria.



La extenuación de la tierra y de los agricultores

El nuevo IPES-Food Report pone de relieve los acaparamientos de tierras, incluidas las adquiridas supuestamente para lograr objetivos «verdes», los medios financieros utilizados para efectuarlos y otras implicaciones importantes. Los gobiernos, los financieros, los especuladores y el agronegocio, todos ellos dotados de un enorme poder, están obteniendo de forma oportunista el control de una superficie cada vez mayor de tierras cultivables. El informe señala que la subida de los precios de los alimentos y el colapso financiero de 2007-2008 catalizaron la adquisición ulterior de tierras, mientras que la flexibilización cuantitativa y la financiarización verificadas tras la crisis financiera mundial de 2008 permitieron ulteriores acaparamientos de tierras. Inversores, empresas agroalimentarias e incluso fondos soberanos han adquirido tierras de cultivo por todo el mundo. Las empresas agroalimentarias y los inversores quieren adquirir tierras para obtener más beneficios, por lo que instan a los gobiernos a permitir las adquisiciones. Las tierras cultivables se destinan en estos momentos a la explotación de cultivos destinados al mercado, a la extracción de recursos naturales, a la minería, al desarrollo inmobiliario y de infraestructuras, y a proyectos «verdes», como los biocombustibles. La adquisición exponencial de tierras ha asumido nuevas formas, pero la inmensa mayoría de las operaciones de más envergadura sustraen tierras a la producción de alimentos. De modo especular, la agricultura industrial, ambientalmente dañina, se ha extendido, empeorando la situación de la pobreza rural y provocando los consabidos flujos migratorios.

La nueva fiebre por la adquisición de tierras ha desplazado a los pequeños agricultores, a los pueblos indígenas, a los pastores y a las comunidades rurales o bien ha erosionado su acceso a la misma. Ha agravado la pobreza rural, la inseguridad alimentaria y la desigualdad en la distribución de la tierra. La marginación de los usuarios locales de esta ha hecho que la agricultura familiar sea menos viable. Las «adquisiciones verdes» implican que gobiernos y empresas se apropian de tierras para dudosas plantaciones de árboles a gran escala, proyectos de compensación de la biodiversidad, de secuestro de carbono, de conservación y de producción de biocombustibles, así como de otros proyectos relacionados con el «hidrógeno verde». Las demandas de agua y de otros recursos también amenazan la producción de alimentos. La fiebre por la tierra se ha frenado recientemente, pero las presiones y tendencias subyacentes continúan. La pandemia, las guerras de Ucrania y Gaza y las respuestas dadas por los gobiernos y por los mercados a este contexto han reavivado el discurso alarmista de la «escasez de alimentos», justificando más acaparamientos.



Invertir en la desposesión

Las inversiones agrícolas se multiplicaron por diez entre 2005 y 2018. En 2023 novecientos sesenta fondos de inversión especializados en activos agrícolas y alimentarios poseían propiedades por valor de más de 150 millardos de dólares. Casi el 45 por 100 de la totalidad de las inversiones en tierras agrícolas efectuadas en 2018, cuyo montante ascendió a 15 millardos de dólares, fueron realizadas por fondos de pensiones y compañías de seguros. Durante el periodo transcurrido entre 2005 y 2017, los fondos de pensiones, las compañías de seguros y los fondos dotacionales invirtieron 45 millardos de dólares en tierras agrícolas.

No resulta extraño, pues, que los precios de la tierra hayan subido continuamente durante dos décadas en América del Norte y durante tres en Canadá. En el periodo 2008-2022los precios de la tierra casi se duplicaron en todo el mundo, ¡llegando a triplicarse en Europa Central y del Este! Los fondos de pensiones y otros vehículos de inversión privados duplicaron los precios de los terrenos agrícolas en el Reino Unido durante el periodo 2010-2015. Más recientemente, las inversiones en tierras agrícolas efectuados en Estados Unidos ¡se han duplicado desde la pandemia! El 1 por 100 de las mayores explotaciones agrícolas del mundo posee ahora el 70% de las tierras agrícolas totales. En América Latina el 55% de las explotaciones sólo posee el 3% de las tierras de cultivo.

Más de la mitad de las tierras de cultivo así obtenidas se destinan a cultivos de regadío. Aunque la quinta parte de las transacciones de tierras a gran escala afirman ser «verdes», el 87% se encuentran en zonas de alta biodiversidad. La minería, por otro lado, representó el 14% de las adquisiciones de tierras a gran escala durante la última década. La creciente demanda de tierras raras y otros minerales críticos está impulsando la minería en antiguas tierras de cultivo, empeorando la degradación ambiental y provocando conflictos. En lugar de proteger los intereses nacionales, sociales o comunitarios, la normativa vigente parece proteger a los culpables. Los términos de estas transacciones con frecuencia empeoran las cosas. Así, por ejemplo, las corporaciones extranjeras demandaron con éxito al gobierno colombiano por intentar detener su proyecto minero a gran escala.



Apropiaciones de tierras verdes

Algunos gobiernos y grandes empresas abogan por el cumplimiento de las normas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Invocan, pues, la sostenibilidad, incluidos los objetivos climáticos, para justificar planes elitistas de conservación y compensación de carbono. Más de la mitad de los compromisos gubernamentales de eliminación de carbono afectan a tierras de pequeños agricultores y pueblos indígenas. Las promesas gubernamentales de absorber dióxido de carbono en la superficie terrestre comprometen casi 1.200 millones de hectáreas, lo cual equivale a la superficie mundial de tierras de cultivo. A pesar de los modestos beneficios para el clima, se prevé que los problemáticos mercados de compensación de carbono se cuadrupliquen en los próximos siete años, lo que impulsará aún más el acaparamiento de tierras. Sólo el gigante petrolero Shell ha destinado más de 450 millones de dólares a proyectos de compensación.

La tierra africana acaparada

El acaparamiento de tierras es un fenómeno de alcance mundial, que ha afectado a los distintos lugares de forma diferente, habiendo afectado de forma significativa al África subsahariana y a América Latina, mientras que la desigualdad de la distribución de la tierra crece en esta última región, en Europa Central y Oriental y en Asia MeridionalSusan Chomba y Million Belay han concluido que se han efectuado en torno a mil transacciones de tierras a gran escala en África desde 2000. Mozambique contaba con ciento diez transacciones de este tipo, seguido de Etiopía, Camerún y la República Democrática del Congo (RDC). Blue Carbon, dirigida por un miembro de la realeza de Dubái, opera con una posesión de aproximadamente 25 millones de hectáreas. La empresa ha comprado derechos sobre bosques y tierras de cultivo para vender compensaciones de carbono. La tierra procede de cinco gobiernos africanos anglófonos y afecta a la quinta parte de Zimbabue y a la décima parte de Liberia, Kenia, Tanzania y Zambia. Las transacciones de tierras a gran escala ponen en mayor riesgo a las comunidades indígenas y de pastores. En Etiopía, Ghana y otros países, la venta de tierras ha obligado a los agricultores a trabajar en parcelas más pequeñas y fragmentadas, a convertirse en asalariados o a emigrar, lo que ha mermado su capacidad para alimentarse a sí mismos, a sus comunidades y a otras personas.

Los pequeños propietarios, los pastores y las comunidades indígenas han protegido durante mucho tiempo su tierra y su biodiversidad. Sin embargo, la mayoría carece ahora de los derechos y de los medios para hacerlo de forma más eficaz, por no hablar de sus recursos para alimentar África y mejorar la acción climática. La crisis climática se está utilizando, pues, contra las comunidades rurales africanas.

Inter Press Service Artículo original: Land Grabs Squeeze Rural Poor Worldwide traducido por El Salto con permiso expreso.

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sábado, 29 de junio de 2024

LAS PROPUESTAS RETRÓGRADAS DE CANCILLERÍA ANTE LA OEA NO TUVIERON ASIDERO. Argentina quedó al pie de página.

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“La obstinación antifeminista, antidiversidad y anti Derechos Humanos en general de la Argentina mileísta fue el gran obstáculo para que la Asamblea pudiera tener un funcionamiento razonable. A lo largo del día jueves y el viernes, los representantes de la mayoría de los países se quejaron por el ritmo que adquirían las negociaciones debido a que la comitiva argentina obstaculizaba objetando contantemente conceptos que desde hace mucho tiempo son consensos básicos y discusiones cerradas. Y que incluso casi todos esos Estados, Argentina incluida, han ratificado adhiriendo a convenciones y tratados internacionales. De este modo, las jornadas se volvieron un debate párrafo por párrafo. Argentina objetaba, en algunos casos en tono muy agresivo, el uso de palabras como “tolerancia”, “mujeres en toda su diversidad”. Pedía cambiarlo por “mujeres”. También se opuso al uso del plural “familias”. Pidió primero que se usara el singular “familia” y cómo no tuvo modo de imponer ni esta ni ninguna de sus propuestas, terminó aceptando la denominación “unidades familiares”. 

Durante los dos días de la Asamblea, los representantes de los distintos países miembros le recomendaron a delegación mileísta que, si planeaba sostener las posturas (antiderechos) que se desprenden de los comentarios al borrador del documento, entonces, se limitara a mantenerlas en forma de “notas al pie”. El pie de página es el recurso formal para absorber este tipo de disidencias, cuando las hay, ya que el contenido de estos documentos no se vota sino que se termina de redactar y aprobar por consenso. “Argentina tiene un compromiso con garantizar la igualdad real de oportunidades, no considera que la paridad de género sea idónea porque no incluye a la mujer, sino que da una solución superficial con medidas estereotipadas que reproducen la desigualdad” fue una de las tantas notas al pie que la comitiva nacional solicitó agregar cada vez que el texto aparece alguna referencia con perspectiva de género.

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LAS PROPUESTAS RETRÓGRADAS DE CANCILLERÍA ANTE LA OEA NO TUVIERON ASIDERO.

Argentina quedó al pie de página.

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Por Dolores Curia.

Fuente. Página / 12 sábado 29 de junio del 2024.

 

Después de la controversia que generaron sus objeciones, muy regresivas en términos de DDHH, ante la Asamblea de la OEA, Argentina tuvo limitar sus intervenciones en el documento final a "notas al pie" para no entorpecer todavía más el proceso diplomático.

La 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, que tuvo lugar durante dos días en Asunción, Paraguay, terminó este viernes, con controversias alrededor de una gestión diplomática argentina que propuso cambios retrógrados en las resoluciones sobre derechos humanos, con especial énfasis en barrer las referencias a derechos sexuales y reproductivos, ambientales y los relacionados con la diversidad.

Como ya lo venía anticipando con sus críticas al borrador de las resoluciones que tenían que terminar de definirse por consenso este jueves 27 y viernes 28 de junio en la capital guaraní, Argentina le dedicó los dos días de trabajo a objetar términos como "población LGBTI", "género", “tolerancia” y “cambio climático”.

El desempeño de la comitiva nacional generó críticas de casi todos los Estados miembros (con excepción de Paraguay) y un papelón diplomático en el que además dejar plasmado un giro ultraconservador en materia de política exterior, también quedó a la vista del mundo una interna dentro de la Cancillería. La figura detrás de estos movimientos es Úrsula Basset, la abogada antiderechos, que enfrentó resistencias internas y críticas de parte de otros países, especialmente de Estados Unidos, Canadá y México.



La Asamblea General de la OEA es el órgano en el que a lo largo de dos jornadas las delegaciones de todos los Estados que forman parte de ese organismo se reúnen para dejar asentados en resoluciones sus acuerdos básicos sobre temas de Derechos Humanos. En ese contexto la delegación argentina sostuvo una cruzada contra los derechos de casi todas las comunidades (diversidad sexual, mujeres, pueblos originarios, infancias, personas con discapacidad, personas con padecimiento mental).

En el marco de la Asamblea General, Úrsula Basset, señalada como la abogada detrás de esta profundización del giro reaccionario de nuestro país que sostiene posiciones contrarias a la Agenda 2030 de la ONU, se hizo presente en Asunción para “explicar las posturas argentinas” ante la comunidad internacional. Úrsula Basset es conocida por defender una mirada extremadamente retrógrada contra la educación sexual integral (ESI) en las escuelas, contra la Ley de IVE y el matrimonio igualitario. También ha expresado su oposición a muchas de las reformas del Código Civil aprobadas en 2016.

En los días previos a la 54ª Asamblea, el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Frank Mora, se refirió a las modificaciones que la comitiva argentina planteó. Mora dijo que si bien su país respetaba la postura argentina, esperaba que la aprobación de los documentos no se volviera un "show".


Se va quedando solo, en su mundo retrogrado, oscuro y medieval de tipo colonial.

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El gran debate hacia el interior de Cancillería fue quién estaría finalmente al frente de las negociaciones con la OEA en representación de nuestro país: si Basset o Sonia Cavallo (designada por la Ministra de Relaciones Exteriores Diana Mondino), que es la actual representante argentina ante la Organización de Estados Americanos. La intervención de Basset desató la furia interna, porque no es una funcionaria con un cargo que la habilite para esa tarea. Basset y Cavallo se fueron rotando en las negociaciones con los otros Estados.

Las posiciones que la Cancillería llevó a Asunción no eran novedad para nadie. Hace semanas que la Argentina había venido intentando barrer en ese escrito con toda referencia a la “población lgbti” y “género”, entre otros conceptos declarados no gratos para la ideología libertaria. 

La obstinación antifeminista, antidiversidad y anti Derechos Humanos en general de la Argentina mileísta fue el gran obstáculo para que la Asamblea pudiera tener un funcionamiento razonable. A lo largo del día jueves y el viernes, los representantes de la mayoría de los países se quejaron por el ritmo que adquirían las negociaciones debido a que la comitiva argentina obstaculizaba objetando contantemente conceptos que desde hace mucho tiempo son consensos básicos y discusiones cerradas. Y que incluso casi todos esos Estados, Argentina incluida, han ratificado adhiriendo a convenciones y tratados internacionales. De este modo, las jornadas se volvieron un debate párrafo por párrafo. Argentina objetaba, en algunos casos en tono muy agresivo, el uso de palabras como “tolerancia”, “mujeres en toda su diversidad”. Pedía cambiarlo por “mujeres”. También se opuso al uso del plural “familias”. Pidió primero que se usara el singular “familia” y cómo no tuvo modo de imponer ni esta ni ninguna de sus propuestas, terminó aceptando la denominación “unidades familiares”. 



Durante los dos días de la Asamblea, los representantes de los distintos países miembros le recomendaron a delegación mileísta que, si planeaba sostener las posturas (antiderechos) que se desprenden de los comentarios al borrador del documento, entonces, se limitara a mantenerlas en forma de “notas al pie”. El pie de página es el recurso formal para absorber este tipo de disidencias, cuando las hay, ya que el contenido de estos documentos no se vota sino que se termina de redactar y aprobar por consenso.

“Argentina tiene un compromiso con garantizar la igualdad real de oportunidades, no considera que la paridad de género sea idóneo porque no incluye a la mujer sino que da una solución superficial con medidas estereotipadas que reproducen la desigualdad” fue una de las tantas notas al pie que la comitiva nacional solicitó agregar cada vez que el texto aparece alguna referencia con perspectiva de género.

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viernes, 28 de junio de 2024

AL BORDE DEL APOCALIPSIS.

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“Por desgracia, Pakistán se ha convertido en un campo de pruebas de lo que es capaz el cambio climático. Y no hay razón para esperar que se quede confinado en las fronteras de Pakistán. Rafay Alam fue consciente por primera vez del impacto potencial del cambio climático hace casi 20 años, cuando vio “Una verdad incómoda”, de Al Gore (Paramount Classics, mayo de 2006), que abrió muchos ojos. Sin embargo, las naciones del mundo no se han enfrentado adecuadamente a la causa principal, la quema de combustibles fósiles, que alimenta un cambio climático radical que ha azotado el medio ambiente de Pakistán más allá de sus límites. Alam cree que la base de los sistemas jurídicos y del sistema internacional no puede hacer frente a una crisis existencial como el cambio climático: «Una de las peores formas de afrontar algo como el cambio climático es dividir el mundo en 200 países diferentes y que discutan entre ellos». El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático -IPCC- así lo atestigua: 30 años después, el CO2 sigue aumentando cada año sin cesar, apuntando a Pakistán. Pero, ciertamente, Pakistán no es un caso aislado. Según Alam, en conclusión: «El ecosistema de la Tierra ha estado en equilibrio desde la última era glacial… Esa civilización se ha acabado… la forma en que interactuamos unos con otros: uso extremadamente intensivo de energía, uso extremadamente intensivo de agua, consumo increíble de recursos naturales que producen gases de efecto invernadero para casi todo… Es este comportamiento, esta civilización, lo que está en riesgo. Y sí, es en gran medida un apocalipsis».

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Fuentes: Voces del mundo [Imagen: Roxanne Desgagnés]

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AL BORDE DEL APOCALIPSIS.

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Por Robert Hunziker | 27/06/2024 | Ecología social

Fuentes. Revista Rebelión miércoles 27 de junio del 2024

Fuentes: Voces del mundo [Imagen: Roxanne Desgagnés]

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Inundaciones bíblicas, calor abrasador, colapso de la red eléctrica, animales que se desploman, aguas que suben, cosechas que se agostan, la economía al borde del abismo y millones de desplazados.

Bienvenidos al futuro del cambio climático… Pakistán.

Si pudiera clasificarse una prueba beta del calentamiento global como un éxito hacia el objetivo final del apocalipsis, se convertiría, por desgracia, a Pakistán en un país poblado por millones de desplazados en los primeros capítulos de una historia de terror sin final a la vista porque es probable que empeore. Pakistán ha pasado de un año (2022) de inundaciones bíblicas a años de calor sin precedentes. La normalidad ha huido, perseguida por un ogro de oscuro apocalipsis en ciernes.

Por esoInside Climate News, 8 junio 2024, tiene una serie notable titulada Living on Earth [Vivir en la Tierra], que recientemente entrevistó a Rafay Alam, que es abogado medioambientalista y miembro del Consejo de Cambio Climático de Pakistán. El título de la entrevista fue “Cuando las temperaturas en Pakistán superan los 49ºC, no hay adónde huir”. Esa entrevista es la base de este artículo sobre un país de 240 millones de habitantes al borde del apocalipsis.



A partir de la grave experiencia climática de Pakistán, esto es lo que concluye Rafay Alam, un punto de vista ampliamente compartido en todo el Sur Global:

«Existe un importante negacionismo sobre el cambio climático en lugares como Estados Unidos. Y eso me enfurece porque veo gente afectada. Veo animales afectados. Y esta es una experiencia vivida por la mayoría global, por el Sur Global. Es extremadamente exasperante ver cómo las personas que han participado en este calentamiento global lo niegan, niegan cualquier responsabilidad, intentan seguir adelante como si nada hubiera pasado e intentan seguir ganando dinero e impulsando ese balance final».

Hay un adagio de los años 50 sobre los «Ugly Americans» [americanos feos] que perdura hasta hoy fuera de las fronteras de Estados Unidos. Se refiere peyorativamente a los estadounidenses como ruidosos, arrogantes, ensimismados, denigrantes, desconsiderados, ignorantes, con un feo comportamiento etnocéntrico, que también se aplica a los intereses corporativos estadounidenses a nivel internacional. Lamentablemente, el cambio climático está reviviendo este degradante dictum a lo grande, 70 años después. Y la gente que piensa que la atmósfera sociopolítica actual está envenenada, dividida y preparada para los problemas en Estados Unidos debería estar vigilante, ya que la ira se fomenta en todo el mundo con Estados Unidos como objetivo. Los problemas son universales.

Rafay Alam reside en Lahore (13 millones de habitantes), conocida como la «Ciudad de los Jardines». Es el corazón cultural de Pakistán, con exquisitos festivales de arte, cocina y música, conocida por la cinematografía y el reconocido hogar de la intelectualidad. Lahore es una metrópolis sofisticada y un lugar seguro para vivir. Según el Índice Mundial de Delincuencia, es más seguro vivir en esta ciudad que en Londres, Nueva York o Melbourne.



Sin embargo, la vida de millones de paquistaníes ha empeorado de la noche a la mañana. Hoy, el país experimenta persistentes olas de calor de más de 49ºC en algunas ciudades, y el verano no ha hecho más que empezar. Cualquier cosa que se acerque al ritmo de vida normal de décadas pasadas se ha visto abrumada por un cambio climático brutal y gravemente perjudicial. El país aún se está recuperando de las inundaciones bíblicas de 2022, cuando las precipitaciones normales se volvieron voraces entre un 400% y un 800% más allá de lo experimentado jamás, un diluvio torrencial que duró semanas en las regiones del país que no desaguan en la cuenca del Indo. Así, se formó un lago artificial de 100 kilómetros que desplazó a 10 millones de personas y tuvo impacto sobre 30 millones, dejando a su paso daños en infraestructuras por valor de 35.000 millones de dólares, carreteras barridas, escuelas barridas, hospitales barridos. La reconstrucción llevará una generación. Este es el cambio climático en su máxima expresión.

Rafay Alam:

«Desde mediados de mayo hasta principios de junio hemos visto temperaturas de más de 50ºC, es decir, más de 120°F. Lahore, donde vivo, tiene hoy 44ºC, lo que equivale a unos 111°F… Salgo a pasear por las tardes cuando se pone el sol No es desagradable, pero observo animales y pájaros desplomados en el suelo buscando agua, perros al borde de la carretera incapaces de levantarse… Hace poco, hubo 52ºC, el lugar más caluroso de la Tierra, en Mohenjo-Daro, un lugar histórico que alberga una antigua civilización».

Por consiguiente, Pakistán no sólo está sufriendo una ola de calor abrasador, sino que está experimentando activamente y en tiempo real la crisis climática en todas sus variantes. Y según los meteorólogos «Va a seguir haciendo más calor durante más tiempo».

El cambio climático ha provocado una pesadilla económica, ya que Pakistán ha buscado ayuda para las inundaciones que llegó en forma de préstamos, no de subvenciones o ayudas, lo que ha duplicado la deuda externa de Pakistán en sólo dos años. Esto es devastador para un país que intenta recuperar el equilibrio y reconstruir una economía que el cambio climático hizo polvo.



Sin embargo, el país está aprendiendo a vivir con temperaturas devastadoras cambiando las pautas normales de la vida. Los niños salen de la escuela a las 12.00, pero cierran por completo cuando las temperaturas suben demasiado, algo habitual últimamente.

Aún más preocupante, y posiblemente el escenario más peligroso de todos, es la llegada de la estación de los monzones a finale de junio, principios de julio, que convertirá el calor seco en calor húmedo extremo con temperaturas mortales de bulbo húmedo. Con 35°C y 70% de humedad, impactará en el cuerpo humano como si hubiera 49°C. Eso es mortal porque a ese nivel el cuerpo humano no puede liberar calor sudando. En su lugar, se cuecen los órganos internos. Llevamos un tiempo con temperaturas de tres dígitos y las previsiones indican que se mantendrán hasta finales de junio, y probablemente más allá, en pleno verano.

La agricultura representa el 20% del PIB de Pakistán. Según Alam, uno de los principales periódicos ingleses, publicó recientemente un titular sobre los cultivos diezmados en Pakistán por el calor: el algodón está básicamente chisporroteando, el maíz, los mangos y otras hortalizas, y el forraje para el ganado, esperando un descenso de la productividad. Casi la mitad de la mano de obra pakistaní se dedica a la agricultura, y el implacable cambio climático les está llevando al umbral de la pobreza.

«Esta ola de calor es un acontecimiento provocado por el hombre debido a los gases de efecto invernadero consumidos y lanzados a la atmósfera por el Norte Global desde la revolución industrial. Estos gases de efecto invernadero tienen que acabar». (Alam)

Mientras tanto, afirma que el país debe adaptarse cuanto antes a un sistema climático fuera de control alimentado por los motivos de lucro fuera de Pakistán. Sugiere cambios en la agricultura trabajando en cultivos resistentes al calor. Actualmente, ningún cultivo resiste temperaturas de más de 50 grados centígrados. Y la economía del agua debe aprender a adaptarse, ya que el 90% del agua se destina a la agricultura, que representa el 20% del PIB y emplea al 40% de la mano de obra, que está ya en el umbral de la pobreza.



Mientras tanto, estamos en plena temporada de cosecha. Los trabajadores agrícolas se levantan cuando sale el sol para trabajar sólo un par de horas antes de que haga demasiado calor para trabajar. Cuando hace demasiado calor para seguir trabajando, la gente se reúne en el interior para resguardarse del sol. Pero quienes viven cerca de los campos están advertidos de que las serpientes y los escorpiones también buscan espacios más frescos, entrando en masa en las casas en busca de refugio.

Lo que más preocupa a Alam es la mayoría de los pakistaníes de clase media, clase trabajadora y en el umbral de la pobreza, incapaces de resistir mucho más las perturbaciones climáticas. Además, no hay muchos lugares seguros a los que puedan ir para escapar del calor global, a menos que tengan un amigo rico.

Incluso dirigirse a las montañas del Himalaya en busca de un terreno más fresco podría ser traicionero. Hay más de 3.000 glaciares que, debido al calentamiento global, forman lagos glaciares en las montañas. Con el tiempo, estos lagos estallan en devastadoras inundaciones imprevistas que derriban laderas y arrasan carreteras y puentes, dejando desamparados a quienes buscan el aire fresco de la montaña. Según el Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas, el Hindu Kush Himalaya es un «punto caliente de riesgo» de inundaciones repentinas.

Por desgracia, Pakistán se ha convertido en un campo de pruebas de lo que es capaz el cambio climático. Y no hay razón para esperar que se quede confinado en las fronteras de Pakistán.

Rafay Alam fue consciente por primera vez del impacto potencial del cambio climático hace casi 20 años, cuando vio “Una verdad incómoda”, de Al Gore (Paramount Classics, mayo de 2006), que abrió muchos ojos. Sin embargo, las naciones del mundo no se han enfrentado adecuadamente a la causa principal, la quema de combustibles fósiles, que alimenta un cambio climático radical que ha azotado el medio ambiente de Pakistán más allá de sus límites.



Alam cree que la base de los sistemas jurídicos y del sistema internacional no puede hacer frente a una crisis existencial como el cambio climático:

«Una de las peores formas de afrontar algo como el cambio climático es dividir el mundo en 200 países diferentes y que discutan entre ellos». El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático -IPCC- así lo atestigua: 30 años después, el CO2 sigue aumentando cada año sin cesar, apuntando a Pakistán. Pero, ciertamente, Pakistán no es un caso aislado.

Según Alam, en conclusión:

«El ecosistema de la Tierra ha estado en equilibrio desde la última era glacial… Esa civilización se ha acabado… la forma en que interactuamos unos con otros: uso extremadamente intensivo de energía, uso extremadamente intensivo de agua, consumo increíble de recursos naturales que producen gases de efecto invernadero para casi todo… Es este comportamiento, esta civilización, lo que está en riesgo. Y sí, es en gran medida un apocalipsis».

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