domingo, 6 de abril de 2025

TIERRA EN TRANCE, por Alberto Vergara.

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“Sin embargo, hay otro nivel de acercamiento al tema de la libertad que resulta menos explícito, pero más relevante. Es el viejo tema de Montaigne: ¿cómo ser realmente uno mismo? (“savoir être à soi”). ¿Cómo saber que no me limito reproducir las “verdades” de mi época o de mi tribu? Ante ese peligro solo queda una actitud de permanente alerta intelectual y moral. Hacer el esfuerzo de mantener un espíritu siempre escéptico respecto de la conclusión tajante y definitiva. El libro puede leerse, en tal sentido, como un manifiesto contra el dogma y el idólatra. Aunque Libre tenga el aspecto de unas “memorias”, en realidad, se acerca más a un “diálogo” (en su sentido socrático, como decía arriba) que permite recuperar muchos puntos de vista sobre ciertos temas cruciales de la reflexión política. Y, en tal sentido, es un ejercicio de gran responsabilidad intelectual. Desbroza una postura personal dejando rastro visible de las posiciones disímiles de muchos otros individuos convertidos en personajes. Es el libro de alguien que, aun reconociendo que nunca está del todo libre, sabe que el camino de la liberación pasa por pensar respecto de esa condición. No está libre quien decide a partir de deseos irreflexivos o quien lo hace, como cantaba Soda Stereo, “al calor de las masas”, sino quien cuestiona los motivos que lo llevan a decidir una cosa u otra. Aunque mi amigo Gabriel Gallegos estaba en lo correcto cuando en los años noventa cantaba sobre aquello de ser “libre en tu corral”, la libertad individual, en última instancia, es el esfuerzo por estar atento al corral, por no replicar, sin más, el corral. Como concluye Ypi, en realidad, nunca perdemos nuestra libertad interior. Hasta podríamos llamarle la condena de la libertad.

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TIERRA EN TRANCE,

por Alberto Vergara.

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En estos días es común escuchar que atravesamos un cambio de época. Es moneda corriente aludir al “zeitenwende” alemán y en inglés a un “turning point”. Y, ya puestos, deberíamos sugerir la noción de pachakuti global. No sabemos bien hacia donde giramos, pero ya estamos en plena curva. Por eso nos topamos hasta el hartazgo con la manida frase de Gramsci según la cual una crisis consiste en que… en fin, ya saben cuál.

Por Alberto Vergara. Politólogo.

Fuente Diario la República domingo 6 de abril del 2025.

En estos textos se apunta las alteraciones que sufrirán las organizaciones globales, los riesgos para las naciones, para ciertas industrias, se subraya los riesgos que acarrea para las democracias, las alteraciones en los flujos financieros o la erosión de los mecanismos de protección de los derechos humanos. Sin embargo, mucha menos tinta se gasta pensando las consecuencias que todo esto tendrá para la vida de las personas, para quienes circulamos en ese entramado de grandes categorías: las economías sufrirán, las organizaciones se transformarán… ¿y la gente?

A estas alturas no hay forma de anticiparlo. Pero habrá consecuencias a nivel personal y familiar. Algunos sacarán partido del cambio de época y otros se arruinarán. Siempre ha sido así. Pero es muy difícil que alguien quede indemne cuando asoma una transformación importante de estructuras económicas y políticas. Por eso, el gran desafío de cualquier escritor es enlazar a las personas y su circunstancia; la biografía y la historia, como quería Charles Wright Mills. Nadie está absolutamente libre de su circunstancia, ni nadie completamente oprimido por ella.  

   

La Albania de los tiempos de Enver Hoxha.

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Todo esto viene a cuento porque acabo de leer Libre, el celebrado libro de Lea Ypi, profesora de teoría política en London School of Economics. Ypi, originaria de Albania, realiza un trabajo hermoso y admirable reconstruyendo su vida de niña y adolescente durante el régimen comunista de Enver Hoxha y la posterior apertura democrática. A través de un relato hecho casi por completo desde su hogar, la autora consigue atar su vida y la de su familia a esas grandes instituciones que los envuelven, condicionan y transforman. Pero, además de ese juego de influencias, en el libro se abre paso, poco a poco y sin academicismos, la pregunta por la libertad: ¿cuándo somos libres? ¿Libres de qué? ¿Libres para qué?

La primera sección del libro nos presenta la vida de la familia Ypi en los años ochenta en la Albania comunista. El punto de vista de la niña Lea garantiza una mirada desde una simple cotidianeidad. La niña no sabe que vive bajo una dictadura feroz. Ni disimula, ni teme. Más bien, consume y comulga las verdades que el régimen difunde en la escuela, los medios o a través de amigos y vecinos vinculados al Partido comunista. El tío Enver (Hoxha) es reverenciado y omnipresente.

Al mismo tiempo, es una vida en la que Occidente produce tanta fascinación como condena. De un lado, una lata de Coca-Cola vacía es un símbolo de estatus y, del otro, se asegura que en las sociedades capitalistas solo hay libertad para los explotadores.

El terremoto llega cuando, al igual que el resto de los regímenes comunistas de Europa oriental, el de Albania colapsa y Hoxha muere. Si para los adultos es un sismo político para la niña es uno cognitivo. Caída la dictadura, los padres y la abuela pueden despotricar al fin de un régimen opresivo, que mata, encarcela o malogra vidas según la arbitrariedad del partido, sus funcionarios y espías.


Pero no es el caso de la niña. Ella ha creído toda su vida en la bondad del régimen y del tío Enver. De golpe, reconoce una mentira monstruosa. No solo una mentira; una mentira que ha producido miseria y dolor en su familia debido a una serie de actos que ignoraba.

Y, entonces, todo se echa a transitar. Se habían pasado la vida creyendo que transitarían del socialismo al comunismo y ahora resulta que deben transitar de la dictadura a la democracia, de la economía planificada a una desregulada, del partido único al pluralismo, del aislamiento a la integración con Europa. Al empaquetarlo todo, se trata de una sola y gran transición hacia “la libertad”.

Ypi detecta con precisión estética e intelectual a los personajes y actitudes que producen esta sumatoria de cambios e implicancias. Por ejemplo, aparece en el barrio un tal Vincent Van de Berg, siempre vestido con unas extrañas camisetas que llevan un cocodrilo de boca abierta en el pecho y con un periódico de hojas anaranjadas bajo el brazo. Es, obviamente, el tecnócrata de los noventa, llegado para asesorar las reformas estructurales. Cada vez que a Vincent le cuentan algún problema albanés él ya lo ha visto antes en África; y si se discute una solución él ya la implementó en Bolivia. 

En los noventa la gente comienza a prosperar de maneras inéditas. Si antes los personajes ilustres del barrio eran el sindicalista o el jefe de partido, ahora lo son quienes trabajan importando y exportando: drogas, migrantes o prostitutas. Donde el Estado antes financiaba talleres de pintura y teatro, ajedrez y ciencia, ahora el mercado ofrece pubs y discotecas administradas por los multi-traficantes.

Las transformaciones y la codicia recién estrenada coinciden con la aparición de entidades financieras que reparten dividendos descomunales. La propia familia Ypi, imitando a sus vecinos, deposita sus ahorros en una de estas firmas. Al poco tiempo, terminan desplomándose pues se trataba de esquemas piramidales. Esto despierta la furia de la gente y lo que comienza como un estallido económico degenera en la guerra civil de 1997.  

La virtud del libro está en enlazar los cambios políticos y económicos con lo que estos producen en el nivel personal. El padre pierde el trabajo al poco tiempo de caído el régimen; una de las amigas de Ypi se va a Italia como tantos miles de albaneses y, al parecer, termina prostituyéndose; un amigo se suicida en la guerra civil; el orfanato donde Ypi hace voluntariado se llena de niños abandonados. La segunda parte del libro apunta a la descomposición de la sociedad. En otras palabras, se pasó del Estado-prisión al estado de alienación. Por eso en la segunda parte el tono del libro vira de la asfixia a la tristeza.


Enver Hoxha funda el 11 de enero de 1946 la República Popular de Albania. Los Partisanos en el Poder. 

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Pero insisto en que estas transformaciones no son “teorizadas”, son vividas por la familia Ypi y su barrio y las conocemos esencialmente a través de las conversaciones y discusiones de la familia. Esta aproximación tiene algo de socrática. No presenta una tesis; despliega conversaciones. La madre suele tener aproximaciones bastante liberales; el padre es un escéptico de la política con alguna inclinación por la socialdemocracia nórdica; la abuela carga con las maneras y reflejos de un linaje aristocrático. Y al centro de todo, la adolescente Ypi escucha y procura construir un conjunto de coordenadas propias que le permitan atravesar lo que, con Glauber Rocha, hubiera podido describir como una tierra en trance.

Pero el tema de la libertad requiere de una vuelta de tuerca adicional. En un nivel más explícito, el libro se acerca a la cuestión de la libertad bajo dos regímenes: el comunista y el liberal-democrático. Como es evidente, ninguno despierta el entusiasmo de la niña devenida profesora de filosofía política. Y, por eso mismo, algunos le han criticado que propondría una equivalencia entre dos regímenes de la no-libertad.

Sin embargo, hay otro nivel de acercamiento al tema de la libertad que resulta menos explícito, pero más relevante. Es el viejo tema de Montaigne: ¿Cómo ser realmente uno mismo? (“savoir être à soi”). ¿Cómo saber que no me limito reproducir las “verdades” de mi época o de mi tribu? Ante ese peligro solo queda una actitud de permanente alerta intelectual y moral. Hacer el esfuerzo de mantener un espíritu siempre escéptico respecto de la conclusión tajante y definitiva. El libro puede leerse, en tal sentido, como un manifiesto contra el dogma y el idólatra.

Aunque Libre tenga el aspecto de unas “memorias”, en realidad, se acerca más a un “diálogo” (en su sentido socrático, como decía arriba) que permite recuperar muchos puntos de vista sobre ciertos temas cruciales de la reflexión política. Y, en tal sentido, es un ejercicio de gran responsabilidad intelectual. Desbroza una postura personal dejando rastro visible de las posiciones disímiles de muchos otros individuos convertidos en personajes.

Es el libro de alguien que, aun reconociendo que nunca está del todo libre, sabe que el camino de la liberación pasa por pensar respecto de esa condición. No está libre quien decide a partir de deseos irreflexivos o quien lo hace, como cantaba Soda Stereo, “al calor de las masas”, sino quien cuestiona los motivos que lo llevan a decidir una cosa u otra. Aunque mi amigo Gabriel Gallegos estaba en lo correcto cuando en los años noventa cantaba sobre aquello de ser “libre en tu corral”, la libertad individual, en última instancia, es el esfuerzo por estar atento al corral, por no replicar, sin más, el corral. Como concluye Ypi, en realidad, nunca perdemos nuestra libertad interior. Hasta podríamos llamarle la condena de la libertad.

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sábado, 5 de abril de 2025

LA JUSTICIA PERUANA ANULÓ EL JUICIO POR CORRUPCIÓN CONTRA KEIKO FUJIMORI. La excandidata presidencial es investigada por lavado de activos

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“Decisión sin precedentes. El fiscal encargado de la acusación a Keiko Fujimori y los otros procesados en este caso, José Domingo Pérez, le señaló a Página/12 que la decisión del TC de exigir que la acusación fiscal se limite a la imputación inicial al momento de abrirse el caso, dejando de lado posibles nuevas imputaciones producto de las investigaciones, "no tiene antecedentes en los procesos penales". "La norma procesal establece que la acusación se puede ir modificando en distintas etapas del proceso, incluso durante el juicio oral se puede presentar una acusación complementaria si hay hechos que recién se conocen. El TC ha señalado que solo para este caso eso no se puede hacer y la acusación se debe limitar a la imputación inicial planteada al comienzo de la investigaciónLa decisión del TC va en contra de lo que establece el ordenamiento procesal penal, la doctrina, la línea jurisprudencial de la Corte SupremaLa decisión del tribunal que venía viendo este proceso de anular el juicio en curso, ahora ratificada en la apelación, extendiendo lo dicho por el TC para un acusado a todos los acusados, no tiene amparo legal, la norma establece que no se puede anular un juicio oral en curso. Un juicio solamente puede ser anulado por una instancia superior al final cuando hay una sentencia", precisó.

“Pérez aclaró que "el proceso no se ha caído". Tendrá que reformular su acusación con las limitaciones que le ha impuesto el TC y que favorecen a los acusados. "Tenemos que acatar lo establecido por el TC. Una nueva acusación tendrá que ser adecuada en base a lo que fue la imputación inicial antes de la investigación. La investigación tiene el propósito de ir obteniendo información y pruebas. Las pruebas no se han afectado, pero el TC dice que se tiene que acusar en base a la imputación inicial. No hay precedentes de eso. Al inicio de la investigación en 2018 se tenía una hipótesis incriminatoria y cuando concluye en 2021 producto de la investigación tenemos una imputación con mayores elementos y mayores pruebas. Pero el TC dice que tenemos que usar la imputación incriminatoria de 2018". Por orden de la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, los fiscales no pueden declarar a los medios. Esto le impide al fiscal Pérez defender en la prensa su acusación en este caso y responder a los cuestionamientos que se le hacen y que tienen amplia difusión mediática, lo que deja la cancha libre para los argumentos de la defensa de Keiko. El fiscal aclara que accedió a declarar para Página/12 por tratarse de un medio extranjero y estima que la directiva que le prohíbe hacerlo tiene jurisdicción a nivel interno en el país.

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Keiko se asegura evitar las audiencias públicas durante la campaña electoral de 2026. Imagen: AFP

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LA JUSTICIA PERUANA ANULÓ EL JUICIO POR CORRUPCIÓN CONTRA KEIKO FUJIMORI.

La excandidata presidencial es investigada por lavado de activos.

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La anulación del juicio no implica su archivo, sino el regreso del proceso a una etapa previa. Con Keiko intervino el mismo tribunal que favoreció a su padre, avalando el ilegal indulto que lo liberó.

Por Carlos Noriega.

 

Fuente. Página/12. Lima 5 de abril del 2025


Desde Lima

Keiko Fujimori ha logrado una victoria con la decisión del poder judicial de anular el juicio oral que se le había iniciado en julio de 2024 por organización criminal y lavado de más de 17 millones de dólares. Es un importante triunfo legal para la hija del fallecido dictador Alberto Fujimori, pero no es una victoria definitiva. La anulación del juicio no implica su archivo, sino el regreso del proceso a una etapa previa de control de acusación, en la que la Fiscalía deberá presentar una nueva acusación y un juez evaluarla y decidir si procede o no abrir otro juicio oralEsta decisión de anular un juicio en proceso no tiene precedentes.

La anulación de este juicio quedó confirmada con la decisión de una sala de apelaciones que ratificó la anulación que en enero pasado había dispuesto, en una decisión dividida de dos contra uno, el tribunal que venía juzgando a Fujimori y a otros 32 acusados. El control de acusación que se debe repetir puede ser un proceso largo. Este procedimiento que le dio pase al juicio oral ahora anulado demoró tres años, con repetidas recusaciones y maniobras dilatorias de la defensa de los acusados.

Con la anulación del juicio que estaba en marcha, Keiko se asegura evitar durante la campaña electoral de 2026 las audiencias judiciales públicas que venían exponiendo el esquema delictivo de recolección clandestina y lavado de millones de dólares que montóEl fujimorismo ha celebrado esta decisión como si se tratara de una sentencia absolutoria, aunque no lo sea, y no ha dejado pasar la ocasión para redoblar sus ataques contra la Fiscalía e impulsar una campaña mediática para victimizar a su jefa y desacreditar la acusación en su contra.



Una historia de impunidad

Un fallo del Tribunal Constitucional (TC) abrió las puertas para esta cuestionada anulación del juicio a la jefa del fujimorismo. En diciembre pasado, el TC determinó que se anule el juicio a uno de los acusados, el exsecretario general del partido fujimorista Fuerza Popular (FP), José Chlimper, argumentando que en la acusación a Chlimper la Fiscalía había incluido hechos que no figuraban en la imputación inicial con la que se abrió la investigación. Esta insólita decisión bloquea la posibilidad de la Fiscalía de incluir nuevas imputaciones aparecidas durante las investigaciones. El juicio que estaba en marcha se anuló al extender los jueces esa decisión del TC a favor de Chlimper a todos los otros acusados. Anteriormente, otro fallo del TC libró a Keiko y otros procesados de la acusación de obstrucción a la justicia que formaba parte de este caso. Es el mismo TC que favoreció a Alberto Fujimori avalando el ilegal indulto que lo liberó. Los siete magistrados del TC han sido nombrados por el Congreso con los votos del fujimorismo y sus aliados.

Keiko Fujimori, tres veces derrotada candidata presidencialestá acusada de recibir en secreto más de 17 millones de dólares y lavarlos para ingresarlos a sus campañas electorales de 2011 y 2016. Ese dinero fue entregado por la constructora brasileña Odebrecht, envuelta en acusaciones de pago de sobornos a nivel internacional, y por importantes empresarios peruanos en maletines llenos de billetes, a Keiko y sus allegados más cercanos en reuniones clandestinasEsos millones de dólares fueron ingresados a las cuentas de campaña usando falsos aportantes e inflando lo recaudado en eventos de recolección de fondos. Las confesiones de funcionarios de Odebrecht -ratificadas con un documento de una comunicación interna de la empresa sobre esta entrega- y de los empresarios peruanos, confirman los millones entregados clandestinamente a la campaña fujimorista. Con los testimonios de decenas de falsos aportantes y de allegados a Keiko que han decidido colaborar con la Fiscalía, los fiscales han podido reconstruir en detalle las operaciones de lavado. La Fiscalía, que estima tener un caso sólido, ha pedido 30 años de prisión para Fujimori.



Decisión sin precedentes

El fiscal encargado de la acusación a Keiko Fujimori y los otros procesados en este caso, José Domingo Pérez, le señaló a Página/12 que la decisión del TC de exigir que la acusación fiscal se limite a la imputación inicial al momento de abrirse el caso, dejando de lado posibles nuevas imputaciones producto de las investigaciones, "no tiene antecedentes en los procesos penales".

"La norma procesal establece que la acusación se puede ir modificando en distintas etapas del proceso, incluso durante el juicio oral se puede presentar una acusación complementaria si hay hechos que recién se conocen. El TC ha señalado que solo para este caso eso no se puede hacer y la acusación se debe limitar a la imputación inicial planteada al comienzo de la investigaciónLa decisión del TC va en contra de lo que establece el ordenamiento procesal penal, la doctrina, la línea jurisprudencial de la Corte SupremaLa decisión del tribunal que venía viendo este proceso de anular el juicio en curso, ahora ratificada en la apelación, extendiendo lo dicho por el TC para un acusado a todos los acusados, no tiene amparo legal, la norma establece que no se puede anular un juicio oral en curso. Un juicio solamente puede ser anulado por una instancia superior al final cuando hay una sentencia", precisó.

Pérez aclaró que "el proceso no se ha caído". Tendrá que reformular su acusación con las limitaciones que le ha impuesto el TC y que favorecen a los acusados. "Tenemos que acatar lo establecido por el TC. Una nueva acusación tendrá que ser adecuada en base a lo que fue la imputación inicial antes de la investigación. La investigación tiene el propósito de ir obteniendo información y pruebas. Las pruebas no se han afectado, pero el TC dice que se tiene que acusar en base a la imputación inicial. No hay precedentes de eso. Al inicio de la investigación en 2018 se tenía una hipótesis incriminatoria y cuando concluye en 2021 producto de la investigación tenemos una imputación con mayores elementos y mayores pruebas. Pero el TC dice que tenemos que usar la imputación incriminatoria de 2018".

Por orden de la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, los fiscales no pueden declarar a los medios. Esto le impide al fiscal Pérez defender en la prensa su acusación en este caso y responder a los cuestionamientos que se le hacen y que tienen amplia difusión mediática, lo que deja la cancha libre para los argumentos de la defensa de Keiko. El fiscal aclara que accedió a declarar para Página/12 por tratarse de un medio extranjero y estima que la directiva que le prohíbe hacerlo tiene jurisdicción a nivel interno en el país.



El control del poder judicial

El fiscal Pérez es blanco de constantes ataques del fujimorismo y otros acusados por corrupción y sus defensores y aliados mediáticos. Dentro de la propia Fiscalía enfrenta trabas a su trabajo contra la corrupción política, le han abierto una serie de investigaciones. "Es un contexto preocupante", dice. Con la anulación del juicio a Keiko, el fujimorismo ha redoblado sus ataques contra el fiscal y ha vuelto a la carga exigiendo que sea retirado del proceso, algo que verían como un gran paso para asegurar la impunidad de su jefa.

Esta anulación de un juicio emblemático del proceso contra la corrupción política se ha dado en medio de una ofensiva de ataques, presiones y amenazas, desde sectores políticos y mediáticos, con el fujimorismo en rol protagónico, contra fiscales y jueces que avanzan los procesos anticorrupción, y de acciones impulsadas por la mayoría parlamentaria capitaneada por el fujimorismo y el Ejecutivo -la presidenta Dina Boluarte enfrenta investigaciones y acusaciones fiscales- para anular lo que queda de independencia en el poder judicial y la Fiscalía y tomar su control total. Se anuncia una reforma judicial que es en realidad una operación para controlar el sistema de justicia. Estos sectores políticos y mediáticos que buscan tumbarse los procesos anticorrupción celebran la decisión de anular el juicio a Keiko Fujimori. 

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viernes, 4 de abril de 2025

GOLPE EN EL CORAZÓN DE LA OTAN.

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“Desde la Unión Europea se ha optado por una reacción acotada y medida por la cautela, si bien la solidaridad con Dinamarca y Groenlandia es total. Ningún gobernante quiere tener a Trump como enemigo, y si bien el diálogo se da de manera fluida, con contactos intensos y casi diarios, es poco lo que logra visualizarse desde el exterior. Dentro de un paquete mínimo de medidas, hay algunas bajo análisis como las restricciones comerciales, los aranceles e incluso las sanciones hacia sectores específicos de la economía estadounidense. Pero, al menos por ahora, no existen coincidencias sobre una misma estrategia a seguir, y tampoco hay mecanismos dentro del bloque que convoque a los países a operar de manera unificada frente a este desafío mayúsculo. Con todo, la identidad europea se encuentra hoy abroquelada. Más difícil es la situación en el interior de la OTAN ya que los gobiernos que la componen podrían estar sujetos a solicitudes de asistencia contrapuestas tanto por parte de Dinamarca como de Estados Unidos: cualquiera de los dos podría invocar al famoso Artículo 5 para que el bloque actúe contra el otro. La controversia podría causar divisiones internas y erosionar la confianza entre sus miembros, más aún, si se toma en cuenta que el mismo país del que la OTAN ha dependido durante los últimos 75 años, es ahora el mismo frente al que se estaría requiriendo protección.

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Mette Frederiksen visitó Groenlandia. . Imagen: AFP

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GOLPE EN EL CORAZÓN DE LA OTAN.

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Por Daniel Kersffeld.

 

Fuente. Página /. 12 viernes 4 de abril del 2025

 

Tal parece que si la OTAN entra en una crisis estructural no será por enfrentarse con Rusia ni por combatir a China.

La Alianza Atlántica parece resquebrajarse por las disidencias internas, primero, ante el giro de Washington ante Moscú y por la estrategia que seguiría Europa en la defensa de Ucrania. Sin embargo, ahora las tensiones se han extremado con el interés de Estados Unidos por apropiarse de Groenlandia, territorio autónomo perteneciente a un aliado incuestionable: el reino de Dinamarca. 

Las intenciones del gobierno estadounidense no son nuevas: estuvieron presentes ya desde mediados del siglo XIX, y volvieron a cobrar vigencia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Dinamarca fue sojuzgada por la Alemania nazi, y desde el Pentágono se ordenó una ocupación de hecho y la instalación de 17 bases militares en la isla. Durante la Guerra Fría la presencia estadounidense en Groenlandia se intensificó, no sólo por la movilización de personal (la base de Thule llegó a contar con más 10 mil técnicos), sino también por el establecimiento de un sistema de radares especializados en la detección temprana de misiles enviados desde la Unión Soviética.

Si en el anterior mandato presidencial de Donald Trump las apetencias sobre la isla volvieron a evidenciarse, en estos últimos meses se reactualizaron ya cuando el mandatario planteó que Estados Unidos necesitaba tomar el control de Groenlandia por “razones de seguridad nacional”.



Las tierras raras y los diversos metales existentes en el subsuelo de la isla, junto con su creciente peso geopolítico en el Ártico frente a la rivalidad contra China y Rusia justificarían, incluso, una acción militar para su toma, según la declaración presidencial que generó una alerta máxima, no sólo en Dinamarca sino en toda Europa.

En un segundo momento premeditado, el vicepresidente J. D. Vance viajó a la isla y desde allí acusó al gobierno danés de descuidar la infraestructura y el bienestar de sus comunidades. Apuntando nuevamente a la seguridad nacional, el segundo de la Casa Blanca concluyó en que lo “importante es que Estados Unidos tome el liderazgo en el Ártico”.

En el gobierno centrista de la actual primera ministra Mette Frederiksen, que lidera una amplia coalición de socialdemócratas, liberales y conservadores moderados, hoy imperan la confusión, la desconfianza y el desconcierto. Tal como lo expresó el anterior primer ministro Lars Lokke Rasmussen

“Así no se habla con los aliados cercanos. Y sigo considerando a Dinamarca y Estados Unidos como aliados cercanos”.

En tanto que, en sintonía con las directivas de la OTAN, el pasado 11 de febrero el Forsvarets Efterretningstjeneste (FE), la agencia de inteligencia y seguridad de Dinamarca, volvió a señalar a Rusia como la principal amenaza para la seguridad del país, pero también para la subsistencia de la Unión Europea. Una persistente y llamativa negación de la realidad que tiende a obviar cualquier implicación y consecuencia de la política de Washington frente a Groenlandia.

Como si se preparada para una guerra frente a un enemigo todavía sin definiciónCopenhague procedió a la compra inmediata de equipos para monitorear infraestructuras submarinas críticas y de varios cientos de minas navales. Inauguró una fábrica de drones militares, expresó su interés por adquirir 21 buques de patrullaje para su armada y cuatro buques especializados en protección ambiental, y declaró su intensión en formar parte de la Unidad Multinacional de la OTAN dedicada a la protección de buques cisterna. Todo ello, mientras el gobierno anunciaba un incremento histórico de más de 7 mil millones de dólares para equipar a las fuerzas armadas.



Una verdadera carrera armamentista incentivada por la desesperación y por los peores fantasmas, y que sustrae recursos a la creciente demanda social que se percibe en el escenario danés.

Desde la Unión Europea se ha optado por una reacción acotada y medida por la cautela, si bien la solidaridad con Dinamarca y Groenlandia es total. Ningún gobernante quiere tener a Trump como enemigo, y si bien el diálogo se da de manera fluida, con contactos intensos y casi diarios, es poco lo que logra visualizarse desde el exterior. Dentro de un paquete mínimo de medidas, hay algunas bajo análisis como las restricciones comerciales, los aranceles e incluso las sanciones hacia sectores específicos de la economía estadounidense.

Pero, al menos por ahora, no existen coincidencias sobre una misma estrategia a seguir, y tampoco hay mecanismos dentro del bloque que convoque a los países a operar de manera unificada frente a este desafío mayúsculo. Con todo, la identidad europea se encuentra hoy abroquelada.

Más difícil es la situación en el interior de la OTAN ya que los gobiernos que la componen podrían estar sujetos a solicitudes de asistencia contrapuestas tanto por parte de Dinamarca como de Estados Unidos: cualquiera de los dos podría invocar al famoso Artículo 5 para que el bloque actúe contra el otro. La controversia podría causar divisiones internas y erosionar la confianza entre sus miembros, más aún, si se toma en cuenta que el mismo país del que la OTAN ha dependido durante los últimos 75 años, es ahora el mismo frente al que se estaría requiriendo protección.

Ante este inédito escenario, la principal certeza entre los mandatarios europeos es que la apuesta de Trump por Groenlandia no tiene únicamente como objetivo a Dinamarca.

En el fondo, se trataría de una estrategia para debilitar al extremo a la OTAN, cuyo peso económico y militar resulta excesivo para los Estados Unidos, dispuestos hoy a entrar en conflicto con sus históricos aliados ante una nueva estrategia global y el rediseño de sus relaciones internacionales.

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