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El mundo enfrenta la combinación de "la peor recesión internacional desde hace más de medio siglo" con una crisis ambiental sin precedentes debido al cambio climático y al calentamiento global, y una crisis de liderazgo político global.
"la comunidad internacional no ha sabido o no ha querido construir los acuerdos necesarios para dar gobernabilidad a la globalización, creyendo que los mercados nacionales y globales podían funcionar sin regulaciones poderosas, o que el mundo podía ser gobernado unilateralmente por la voluntad del más fuerte".
Líderes progresistas proponen enterrar el neoliberalismo.
Sábado 28 de marzo del 2009.
VIÑA DEL MAR. CHILE.
Políticos e intelectuales de la izquierda europea y latinoamericana propusieron, en Viña del Mar, aprovechar la actual crisis económica y financiera para enterrar definitivamente el modelo neoliberal.
Esta cita congrega a unos 200 pensadores, académicos y autoridades de 17 países que debaten sobre respuestas a la crisis, antes de la cumbre de líderes que hoy reunirá a los presidentes de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina; los jefes de Gobierno de España, Reino Unido y Noruega, y el vicepresidente de EEUU."La actual crisis representa la dramática comprobación de que el paradigma neoliberal y conservador dominante en la actual etapa del desarrollo capitalista ha fracasado", sentenció el senador socialista chileno Ricardo Núñez, presidente del Instituto Igualdad, organizador del seminario.
Por ello, "la humanidad debe encaminarse hacia un nuevo orden internacional que permita gobernar de manera efectiva este mundo radicalmente interdependiente", señaló.Pero que el sistema capitalista esté haciendo aguas no significa necesariamente que las opciones progresistas susciten el entusiasmo popular y resuelvan la debacle financiera, advirtió Roger Liddle, vicedirector de Policy Network, que también patrocina este encuentro. "No podemos asumir que porque el modelo neoliberal haya fracasado, la política progresista sea la que vaya a ganar", advirtió.
En esta misma línea, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, advirtió de que "si no se aplican cambios estructurales", dentro de unos años se puede llegar a una nueva crisis, que será peor. "Hablamos de cambios en la gobernabilidad, de reformar las finanzas internacionales, pero no he escuchado cómo hacerlo; nos apresuramos a festejar el fin de una era, pero esa era puede volver dentro de unos años", insistió Insulza.
El secretario general expresó su escepticismo respecto a que la próxima reunión del G-20 arroje luz sobre dicho problema. De igual manera se expresó Robert Reich, profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Berkeley (California) y ex asesor de Bill Clinton, quien difiere de quienes piensan que dentro de un año estarán volviendo a la antigua senda, "esa es una visión peligrosa, porque la situación era insostenible", opinó Reich."Todavía no tenemos un enfoque coherente que se traduzca en plataformas políticas que ganen elecciones", advirtió el ex asesor del ex presidente estadounidense Clinton, quien propuso gravar las ganancias de capital a corto plazo.
COMPLEJOS NEOLIBERALES. Preocupado de que la crisis afecte a las opciones electorales de la centroizquierda, el senador y ex presidente chileno Eduardo Frei, candidato oficialista para los comicios presidenciales de diciembre próximo, abogó por "el fortalecimiento de la política democrática y la liberación definitiva de los complejos neoliberales".Frei -que fue presidente de Chile en el periodo 1994-2000 y cuyo principal rival en estas elecciones es el empresario conservador Sebastián Piñera- enfatizó que "esta crisis exige líderes con responsabilidad y confiables" porque "ciertamente no es el momento de los aventureros, los especuladores ni los populistas". Y también alertó de que "felicitarse porque en medio de las cenizas del esquema neoliberal surge nuevamente un Estado victorioso, puede ser muy anticipado".
Una de las voces más críticas que se oyeron en el seminario fue la del ministro de Estado para el Medio Ambiente de Alemania, Matthias Machnig."Creo que tenemos que analizar cuidadosamente las políticas progresistas en Europa, porque en términos generales hemos fracasado", dijo. Según Machnig, "por primera vez desde la II Guerra Mundial, las clases medias tienen la sensación de que van cuesta abajo; si eso es lo que piensan, les llevará a una sociedad tremendamente conservadora".
El pesimismo de las fuerzas progresistas europeas quedó de manifiesto también en la intervención de James Purnell, secretario de Estado de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, quien se mostró muy preocupado por el fuerte impacto que la crisis ha tenido en el sistema financiero de su país."No tengo tan claro que este sea un momento ideal para las izquierdas, todo dependerá de las decisiones que tomemos en los próximos meses", manifestó el secretario británico al advertir de que "la derecha va a utilizar esta crisis para intentar reducir el Estado benefactor".
En el arranque del seminario también intervino Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien abogó por una "vuelta a la política" y una mayor intervención del Estado. También, la líder del Partido Socialdemócrata de Suecia, Mona Sahlin, quien hizo una encendida defensa de las bondades del Estado del bienestar.
UN NUEVO CONTRATO SOCIAL .
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, considera que la crisis que vive el mundo ofrece una oportunidad histórica "para reinstalar la política y lo público en el centro del quehacer internacional" con un "nuevo contrato social global". De lo contrario, el siglo XXI "o lo gobernaremos entre todos, o no lo gobernará nadie", afirma la presidenta chilena en un artículo que publica el diario español "El País" con ocasión de la Cumbre de Líderes Progresistas que se celebrará en Viña del Mar.
Bachellet sostiene que el mundo enfrenta la combinación de "la peor recesión internacional desde hace más de medio siglo" con una crisis ambiental sin precedentes debido al cambio climático y al calentamiento global, y una crisis de liderazgo político global. Según su análisis, "la comunidad internacional no ha sabido o no ha querido construir los acuerdos necesarios para dar gobernabilidad a la globalización, creyendo que los mercados nacionales y globales podían funcionar sin regulaciones poderosas, o que el mundo podía ser gobernado unilateralmente por la voluntad del más fuerte". América Latina y Estados Unidos deben ampliar su cooperación para enfrentar una serie de desafíos comunes, según el vicepresidente norteamericano.
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