martes, 18 de agosto de 2009

EL LIDER Y LIDERAZGO. Nueva mirada desde la Sociedad Civil y el nuevo Poder Local emergente.

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“Cada uno labra su propia corona, cada quien es hijo de sus obras”. Ejemplo de liderazgo popular, sustentado en las nuevas formas de organización de la población nativa amazónica, líder que movilizó recursos materiales y humanos presentando una Plataforma de Lucha de los pueblos amazónicos, centrada básicamente en el reconocimiento de sus territorios - la cosmovisión de la madre naturaleza, es defensa de la vida - defensa de sus conocimientos tradicionales, de sus formas de organización, el derecho a ser consultados, el respeto a su ciudadanía étnica diferenciada y de sus propios modelos de desarrollo local, con visión territorial. Aquí descansa la fortaleza, la confianza, responsabilidad y legitimidad del Líder nativo Amazónico.


Alberto Pizango: Líder Nativo Amazónico. Deportado en Junio del 2009 a Nicaragua, por el Gobierno Peruano. Acusado injustamente de ser responsable de la muerte de policías y nativos en la ciudad de Bagua, Región Amazonas. En cambio los verdaderos responsables políticos el Primer Ministro Simon, la Ministra del Interior Cabanillas, el Presidente del Congreso Velasquez, todos "gozan de buena salud política". Simplemente el Presidente García aceptó la "renuncia" del Gabinete. El último hoy es Primer Ministro.

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EL LIDER Y LIDERAZGO: Nueva mirada desde la Sociedad Civil . Y el Nuevo Poder Local Emergente.
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Santiago Manuin Valera.- 52 años. Lider Histórico de los Aguarunas. que nació en la quebrada Domingusa, uno de los afluentes del río Marañón.

Manuin dijo que "el indígena existe por su territorio, para nosotros es sagrado, allí están nuestros espíritus, nuestra constitución política y social, es sagrada... los occidentales piensan diferente a nosotros, como pueblo oriental concebimos a la selva, el bosque, el aire como a nuestros hermanos, yo voy a morir si no los cuido".

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El líder indígena Santiago Manuin ha sido dado de alta por los médicos del hospital Las Mercedes en Chiclayo, de las graves heridas causadas por las balas en su estómago, donde tiene ocho orificios. De inmediato la policía se lo quiere llevar a una carceleta, pues sobre él pesa una orden de detención y captura,
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Liderazgo y Visión Global. Siglo XXI.


AUTOR. PABLO RAUL FERNANDEZ LLERENA.


Todos somos testigos de las situaciones negativas de nuestra sociedad. Negativas como la corrupción, delincuencia, prostitución, drogadicción, pobreza, marginación, analfabetismo, inseguridad ciudadana, entre otras. La historia de la sociedad peruana está llena de contradicciones. Todavía no hemos logrado articularnos. Y aunque la economía se muestra “alentadora” (poco a poco aumenta el empleo de sobrevivencia y diversos líderes anónimos en todo el país están estimulando el desarrollo humano y social) nuestra idiosincrasia se viene caracterizando por la desconfianza, el pesimismo y la anomia.

Actualmente, predomina en nuestro país una atmósfera negativa que impregna la vida política, económica y social. Luego del develamiento de la corrupción en distintas esferas de gobierno, de la actividad empresarial y de los medios de comunicación, la anomia política ha ganado terreno en el sentimiento social, aumentando el escepticismo frente a las posibilidades de cambio y desarrollo (creo qué para los peruanos uno de los días mas importantes que no hay que olvidar es el 14 de septiembre del 2000, donde se observó como los medios de comunicación eran utilizados para desinformar, provocar confusión y manipular a la población). Que día tan terrible y vergonzoso, cuando en definitiva se descubre que la mafia fujimontesinista había logrado copar absolutamente todo el espectro económico, social y político a cambio de recibir unos cuantos millones de soles. Por primera vez en la Historia del Perú, la corrupción logró institucionalizarse en todas las esferas del Estado. A su vez desde el Estado de institucionalizó la corrupción a los sectores claves de la vida nacional: economía, justicia, medios de comunicación, fuerzas armadas, policiales, iglesia, líderes de opinión pública, etc.

Actualmente, el panorama en la opinión pública marca una seria crisis de confianza – hay perdida permanente de credibilidad pública, de legitimidad social y política - y satisfacción con el status quo. Estos sentimientos de desazón en la población peruana en general también se observan en los jóvenes, quienes constituyen la tercera parte del electorado peruano, así como un sector ciudadano de gran importancia – como es los pequeños y medianos propietarios de las PYMES - para el desarrollo económico, social y productivo del país a corto y mediano plazo.

Con la finalidad de tener un diagnóstico más acertado es necesario hacer una investigación desde una óptica positiva de la dimensión subjetiva, es decir, de aquello que las peruanas y peruanos percibimos positivamente. Esta presente en este nivel de análisis e interpretación, la Ciudadanía, no solo en cuanto vigencia y respeto de derechos fundamentales, sino básicamente en el contexto de la tradición comunitarista de pertenencia a una Comunidad Política, en relación a construir Opinión, orientado a lo que negativamente nos presentan los medios de comunicación masiva: sino en cuanto políticas y acciones a favor de la rendición de cuentas, la transparencia en la gestión, valores democráticos, lucha permanente contra la cultura del secreto, experiencias positivas, índices de confianza e instituciones en las que sí se cree y confía. Aquí desempeña un rol importante el nivel desarrollo social y político alcanzado por la Sociedad Civil, especialmente con respecto al protagonismo hegemónico que en las sociedades de consumo extremo tienen los medios de comunicación.

Este es el terreno, donde el contexto emergente se viene gestando un “nuevo” Poder Local, a partir del proceso de empoderamiento del conjunto de capacidades, facultades y aptitudes endógenas, propias de las comunidades, del reconocimiento del conocimiento tradicional como fuente central del proceso dialéctico del aprendizaje social, la reafirmación de la memoria social en relación a la resistencia cultural, la permanente construcción de la identidad cultural y el nuevo lenguaje político – capital político – producto de la nueva Gramática Social, entendida en el campo del consenso, el diálogo, la negociación y la solución, que hoy traen consigo el conjunto heterogéneo y la amplia diversidad de conflictos sociales, protestas y movimientos.

Los Nuevos Sujetos Sociales Históricos – nuevos protagonistas, amplias organizaciones de campesinos, aún dispersos, producto de la fracturada realidad geográfica y nativos amazónicos, con nuevas formas de organización y representación: los Apus. Y líderes indígenas andinos y amazónicos - solamente a partir de una mirada desigual, diferente y diversa, podemos entender y comprender los nuevos escenarios de conflicto, diálogo, negociación y concertación de una nueva, amplia, diferente y diversa lectura del sistema democrático. Asumiendo un nuevo compromiso social, responsabilidad ética y moral frente al desafío de construir un nuevo Paradigma de trabajo y desarrollo, estamos en el terreno del conflicto social, parte y núcleo principal de la democracia participativa, dialogante, solidaria en capacidad de rescatar políticamente de los ámbitos contaminados del maquiavelismo “moderno” – de querer criminalizar el conflicto social y la propia protesta – la gobernabilidad democrática que hoy sólo sirve para los “salones” exclusivos y elitizados de las clases dominantes: el poder de las corporaciones transnacionales. La Gobernabilidad como capacidad de gobernar, políticas viables y oportunas, llegue a la gente, al trabajador, al ciudadano de a pie, con la finalidad que la democracia regrese, retorne a los escenarios de su propio nacimiento, desarrollo, fortalecimiento en el tiempo histórico y político de la Modernidad.

Podemos decir, que desde la dimensión Sociológica de nuestra sociedad, se identifica que en el Perú, han transcurrido más de 9 años de re-conquista y vigencia del sistema democrático, donde salvo los primeros 8 meses del gobierno de Transición, posteriormente se ha convivido y las pocas acciones que aparentemente se tomaron, simplemente fue para hacer pura “peliculita” y no tener resultados evidentes sobre la lucha contra corrupción, el “mal de males” que ha copado todo el sistema. Precisamente los sucesivos gobiernos de Toledo – y su Avión “parrandero” -y en mayor dimensión el gobierno actual del Presidente García, la acusación principal es en relación con la corrupción, - ejemplos suigéneris de estos grandes males son la reconstrucción de la Región Ica, que después de dos años, la evidencia más importante es fracaso y corrupción; el descubrimiento de los petro-audio y la complicidad de militantes del partido de Gobierno, comprometidos en la venta de Lotes de explotación petrolera, el Banco de Materiales, etc –

A pesar de la desconfianza, la insatisfacción y el pesimismo, se puede observar en la realidad peruana, diversas experiencias constructivas que no están en la agenda y por tanto, no se “ven” en el espacio público – entonces una vez más hacemos uso de La Sociología de las Ausencias – descubrimos toda una realidad paralela ignorada, y quizás nunca conocida por “legalidad” del neoliberalismo. Quizás sean estas experiencias no reconocidas, - pero sí vigentes en el conocimiento tradicional de los pueblos, como son el sistema de valores individuales y colectivos - las que permitan mantener el ánima de las personas, que como ustedes, los jóvenes en especial, se están preparando para ser los artífices de las transformaciones que queremos en nuestro entorno próximo. Por ello, debemos asumir urgentemente nuestro papel como sujetos activos en una sociedad en busca del bien común en lucha permanente contra miles de obstáculos de origen: corrupción, fracaso, violencia, burocracia, “nueva” oligarquía de ricos financieros, comerciantes, exportadores, banqueros, elite conservadora e incapaz de asumir un liderazgo de clase, solo se contenta con el papel de dependencia, facilitadora, intermediaria y anfitriona de las corporaciones transnacionales.

Con la finalidad de superar políticamente la evidente anomia social, política, la “institucionalización” de la corrupción, la violencia, la inseguridad, la crisis de credibilidad personal, confianza social y legitimidad pública en las organizaciones de representación social y política, tener coyunturalmente mayor participación en el espacio público, trabajar específicamente desde el ámbito de las redes sociales autónomas y originarias – la familia, las “nuevas” relaciones sociales, laborales, culturales, ciudadanas – e ir construyendo Opinión: – reflexión pública, diálogo entre ciudadanos, forja de consensos y políticas de concertación – sin renunciar, menos limitar ante el temor de la crítica despiadada y destructiva de los Medios de Comunicación – generalmente de intoxicación – la realidad en su contexto multidimensional, complejo y contradictorio, como escenario de las clases y la lucha de clases. Ahí en la calle, en la plaza pública. en la protesta social, en la movilización encontramos la verdadera, emergente, plural y democrática Sociedad Civil.

La Democracia, tiene una responsabilidad distinta, una mirada más profunda y de mayor compromiso en una Sociedad en su extensa y profunda heterogeneidad social – fuerte diferencia social -, amplia y dinámica diversidad cultural, así como una abismal, fracturada separación o distancia geográfica : con la finalidad de fortalecer, dinamizar y consolidar Políticas Públicas más democráticas, participativas y directas; descubrir y forjar nuevos contextos de participación dialogante, solidaria, directa, cívica; estamos construyendo nuevos canales y circuitos de comunicación alternativa e intercultural, cimiento principal para la forja y construcción de un nuevo tipo de Liderazgo, con mayor contenido social y humano. Ciudadanía política, con fuerte pertenencia hacia la tradición comunitaria. “Nuevo” Líder, asertivo, plural, democrático, que asume un mayor compromiso social, mayor responsabilidad social, moral y democrática, con capacidad de desarrollar nuevas prácticas de confianza, mayor performance, eficiencia y eficacia en el cumplimiento de la Agenda Social: Un Líder, asertivo, comunicativo, plural, democrático con visión global y pleno derecho al futuro.





Liderazgo, un buen liderazgo, siempre genera un cambio importante:

Cada persona imprime su estilo personal en cada una de sus acciones, el liderazgo no está exento de ello. El estilo de liderazgo es la combinación de rasgos, destrezas y comportamientos a los que recurren los líderes al interactuar con los demás. Aunque un estilo de liderazgo se compone de rasgos y destrezas, el elemento fundamental es el comportamiento, pues es el patrón de conducta relativamente constante que caracteriza al líder

Es común suponer y creer que hay personas que se manifiestan como lideres desde su infancia (aquellos que algunos llaman lideres innatos) o que quizás una persona a lo largo de su vida aprende y desarrolla las destrezas necesarias para ser líderes (la mayoría cree que con aprender oratoria ya han dado un gran paso al desarrollo de su liderazgo). Según lo que pienso y muy por el contrario, ser líder es asumir una responsabilidad y el ejercicio del liderazgo es una opción de vida. En este sentido todos pueden ejercer y desde ya muchos ejercen algún tipo de liderazgo. El líder puede influir sin necesidad de dirigir, sin necesidad de dotes sobrehumanos. El líder social no nace ni se hace, asume la opción y esa responsabilidad, el punto de partida para transformarnos en líderes sociales es la inconformidad con una realidad incoherente inconsistente porque nos daña y daña a otros, y su voluntad para cambiar cuando menos su entorno inmediato. Al visualizar cómo querríamos que cambiara la situación de incoherencia nos planteamos una meta, una misión, que le da un propósito y una dirección a nuestras fuerzas físicas, mentales y emocionales.

El líder social es quien aprovechando su capacidad de liderazgo participa en la vida de las comunidades para contribuir a una mejora de la calidad de vida y crear un mundo más solidario. Responde a los principales desafíos de una sociedad mediante acciones surgidas de la reflexión y la planeación. Posee al menos siete características:

Confianza.- Una de la primeras y principales características que debe tener un Líder es ser el modelo, el ejemplo, el paradigma a seguir y construir, con la finalidad de brindar, otorgar, difundir, decidir responsabilidad y compromiso personal, social e institucional, otorgar en todos sus actos confianza personal, seguridad, que la gente, los jóvenes, los trabajadores, ciudadanos, pueblos y comunidades a quienes representa crean en él, confíen en él y con él en la institución. Este proceso genera confianza institucional, confianza en la organización que los representa es ejemplo de seguridad, garantía, credibilidad, que las personas se sientan seguros de su representación.

Caminando más allá, en dirección hacia la opinión pública, que los medios de comunicación presenten a la Institución y al líder o líderes que los representa, tienen y otorgan legitimidad, es decir, reconocimiento público por su trabajo; valores como la dignidad, ética, moral, solidaridad, honradez, honestidad representan el centro más valioso en el desempeño; no una legitimidad de entrada, reconocimiento que se consigue en la elección legal, limpia, transparente e institucionalizada; la sociedad civil, en cambio reconoce, valida y otorga legitimidad, subsume el trabajo del Líder por eficiencia en su trabajo en cuanto capital humano, la eficacia en el desarrollo del trabajo institucional en tanto capital: intelectual, cultural y social; potencia sinergias propias, colectivas y locales, que en general constituyen el proceso de reconocimiento por desempeño, trabajo y entrega por capacidad, asertividad, talento, aptitudes, habilidades, propias en el trabajo y construcción social y humana del liderazgo.

Legitimidad,
que tiene compromiso con la comunidad que representa, reconocimiento por el trabajo de sus líderes y ello genera confianza social, confianza que constituye el logro más importante de un Líder y la Institución, cuando se trabaja con dignidad, seguridad, transparencia, cuando la rendición de cuentas es parte de su trabajo y responsabilidad. La confianza personal, social e institucional constituye la columna vertebral, la fortaleza central en el proceso de construcción social, cultural, política de un líder social y humanista, líder que en tiempos globales neoliberales es portador de un nuevo capital político, lenguaje y gramática social que expresa en lo general la amplia heterogeneidad social, la profunda diversidad cultural y la ruptura, diferencia y desigualdad geográfica territorial de nuestras sociedades en el siglo XXI.

Autonomía: Capacidad para tomar decisiones y de ser dueños de su vida personal y social como individuos y miembros de la sociedad. Sin embargo las decisiones siempre deben ser tomadas en consulta, diálogo y comunicación permanente con el colectivo que representa. La autonomía no significa individualismo extremo o simplemente encontremos los terrenos para que nosotros seamos co-responsables del surgimiento de un nuevo caudillo, de un nuevo dictador. Por ello las decisiones siempre deben ser colectivas.

Solidaridad: Fortaleza y confianza de interesarse en los demás, conjugar esfuerzos con ellos y en su beneficio, compartir sus inquietudes, sueños y esperanzas. La solidaridad mueve a las personas a actuar de manera conjunta en la resolución de asuntos de interés personal y común. Este valor colectivo o social se enriquece cuando se logra institucionalizar y es “carta”, “símbolo” o “logo” de presentación, trabajo y distintivo de la institución u organización. La solidaridad se práctica con honestidad, honradez, se fortalece tomando como eje principal el honor y el respeto por los semejantes y se proyecta en la valoración y reconocimiento de los derechos de igualdad, justicia, dignidad, comunicación de los demás.

Responsabilidad: Personal, social, democrática exige al Líder, un gran reto de visión y misión institucional y el liderazgo trabajar en un contexto de riesgos permanentes, desafíos constantes y retos institucionales. Capaces de asumir responsabilidad por sus acciones, cumplir las obligaciones contraídas y las tareas emprendidas. No sólo se es responsable con uno mismo, asumiendo las consecuencias de nuestros propios actos, sino que la responsabilidad trasciende; de responder a la llamada de los demás, a dar respuesta a la llamada de lo social, el asumir libremente el deber que se tiene de mejorar el medio que nos rodea, de sentirse aludido por lo que sucede y ser capaz de responder.

Asertividad.- El Líder creador, innovador, conductor. Dinámico y hacedor Su amplia, moderna y actualizada cultura universal brinda la garantía de su personalidad, la confianza en su trabajo, el diálogo y la comunicación permanente es parte de su vida colectiva y abre la oportunidad para convertirse en un organizador, conductor, un líder que enriquece con sus actos cada uno de los procesos que representa el trabajo de su responsabilidad y compromiso, un hombre o mujer que va recreando, enriqueciendo los procesos conjuntamente con el colectivo que representa. Es tal su capacidad que se enriquece en todos los procesos, que nunca repite lo mismo si quiere conseguir grandes cosas, si desea obtener excelentes resultados, no en provecho personal, sino de la comunidad que representa.

Visión de futuro.- El derecho al futuro nos pertenece a las nuevas generaciones. No puede quedarse simplemente en el trabajo presente, en el fortalecimiento y reconocimiento de la Institución en relación a responsabilidades propias de la coyuntura. El líder visualiza el futuro, avanza sobre nuevos caminos, supera grandes retos y desafíos, porque el trabajo que realiza es eminentemente dialéctico, innovador, esta en permanente cambio, transformación, sobre la base de consolidar y fortalecer su trabajo presente, ser parte principal de la creación del imaginario social, de la esperanza colectiva

Poder de la Información.- Todo líder debe controlar, tener, disponer, ser parte del Poder de información. En primer lugar es el conductor, el eje central como se asume tareas colectivas para acumular, juntar, acopiar información de todas las opciones y sectores comprometidos o, parte de la problemática, este es un trabajo de investigación que viene desde las fuentes de la Sociología de las Ausencias, En segundo lugar, selecciona, clasifica la información, con la finalidad de tener una buena fuente de información, segura y que otorgue confianza no solamente a líder, sino al colectivo que representa. En tercer lugar, es el centro de la distribución, difusión masiva y conocimiento generalizado de la información. Es necesario, importante y fundamental que la sociedad reconozca que el Líder y su Institución es centro y reserva principal de tener una excelente, clasificada y calidad de información, válida, necesaria e importante no solamente para ellos, sino que se ofrece a sectores interesados en nuestro trabajo; presenta y divulga que ellos son el eje central de tener una información de primer nivel, información clasificada, seleccionada y goza de excelente reconocimiento. Información que genera garantía, credibilidad, confianza y tener la legitimidad desde la opinión pública. Así se construye que la Información es Poder en sentido propositivo. En el imaginario colectivo de un líder con visión de futuro.

Cultura personal y general.- Una de las grandes cualidades del Líder, hoy es ser el depositario de un extraordinario “capital Intelectual” y “capital cultural”, no solamente con la finalidad de apertura y viabilidad, de nuevos canales comunicativos directos con la población que representa y tener la capacidad, inteligencia para generar confianza al momento de ofrecer respuestas objetivas, claras, oportunas y educativas, sino también, como riqueza intelectual que le permita ingresar a cualquier terreno de diálogo, negociación, decisión con el Estado, la patronal, la comunidad y los propios elementos de base. Poseer esta facultad, talento, potencialidad de información seleccionada, permite ir construyendo progresivamente el propio Paradigma que debe orientar, guiar, conducir al colectivo que representa.
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