lunes, 4 de mayo de 2009

AMERICA LATINA. TERCER MUNDO. ¿ PAISES BARBAROS ?.


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"La barbarie de los países subdesarrollados": he aquí uno de ésos estigmas pregonados y convencionalmente aceptados. Desde el ciudadano común hasta el magnate semiletrado, y desde los periodistas mediocres hasta los escritores Best-sellers lo repiten hasta la monotonía cada vez que del llamado “tercer mundo”, y en especial de nuestra América latina se habla: “Repúblicas de bananas…” “pueblos de bandoleros…” “Países bárbaros…”





AMERICA LATINA. ¿ PAISES BARBAROS?.

Viernes 1 de mayo del 2009.


Julio Herrera (Desde Montreal, Canadá. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El mundo moderno se alimenta de prejuicios, de estigmas, de sofismas y de conceptos estereotipados.


Especialmente, -y paradójicamente- en los países desarrollados, (cuya riqueza y presunta cultura los supone al margen de los prejuicios producidos por la ignorancia y la pobreza) los sofismas y los prejuicios sociales son en el "fast food" de su idiosincrasia elitista. La verdad, es decir, la realidad, es un alimento de difíci1 digestión para su vientre de mecanocéfalos programados. Cuando escuchan un concepto prefabricado, todo su sedentarismo intelectual, toda su bostezante modorra mental gira alrededor de ése concepto, sin intentar siquiera analizarlo o verificarlo.

"La barbarie de los países subdesarrollados": he aquí uno de ésos estigmas pregonados y convencionalmente aceptados. Desde el ciudadano común hasta el magnate semiletrado, y desde los periodistas mediocres hasta los escritores Best-sellers lo repiten hasta la monotonía cada vez que del llamado “tercer mundo”, y en especial de nuestra América latina se habla:

“Repúblicas de bananas…”
“pueblos de bandoleros…”
“Países bárbaros…”


¡Sentencia inapelable de rumiantes de dogmas que en su monroísmo infame ignoran o desdeñan el desesperado clamor justiciero de los desposeídos y los desterrados!

Pero esa sentencia peyorativa es solo el testimonio de la ignorancia o el menosprecio de pedantes y megalómanos elitistas, ajenos a la realidad de nuestros países, a los cuales consideran como su feudo, su finca, su patio trasero.

Son excepcionales en Norteamérica las personas y los organismos libres de los convencionalismos ideológicos, conscientes de la problemática sociopolítica de Latinoamérica y del tercer mundo, y son más escasos aún los solidarios con éste. Para la gran mayoría de norteamericanos los pueblos latinoamericanos somos pueblos de zombis, con supersticiones en vez de ideales. Para ellos sólo somos un Haití continental, una Palestina amazónica, unas republiquitas-piñatas propicias para el “Big stick” (el gran garrote), para el pillaje y la ciega codicia norteamericana. Y a nuestra indignación y a nuestra beligerancia reivindicativa ellos le atribuyen causas patológicas, genéticas, trastornos hepáticos o instintos tribales.

¿Y quién ha protestado alguna vez contra tan insultante concepto? ¡NADIE!

Malinches del pueblo han sido nuestros periodistas y escritores; cortesanos del harem imperial han sido tradicionalmente nuestros gobernantes, y actitud funesta de humildad, de sumisión y resignación abyectas, -y lo que es peor aún: de asimilación cultural y moral a esa idiosincrasia hegemonista y arrogante- ha sido la de nuestros pueblos, y en especial la de la desterrada diáspora latina en Norteamérica. Pero, a quienes así piensan de nosotros hay que preguntarles: ¿Quiénes son los bárbaros? ¿Son aquellos andrajosos que de pié, frente a sus chozas y sin armas defienden su tierra, su familia, su soberanía, su dignidad, sus convicciones ancestrales, sus ideales morales y políticos? ¿...o son aquéllos que vienen de tierras remotas a usurpar por la fuerza o el soborno nuestras riquezas naturales, nuestras tierras y nuestros gobiernos? ¿Son los que arman y adiestran a nuestros hermanos militares para que sean los fratricidas de sus pueblos en defensa de intereses foráneos? ¿...o son aquellos que ofrendan su sangre a su patria cayendo en holocausto sobre su tierra? ¿Son las victimas del capitalismo salvaje… o son sus verdugos? ¿Son las victimas… o son los victimarios?

Porque, dígase lo que se diga, y por más que se alabe el asombroso desarrollo tecnológico de la sociedad norteamericana, lo cierto es que su salvajismo bélico y su pillaje insolente e indolente sobre las riquezas de otros pueblos los coloca más cerca que nosotros del hombre primitivo.

Y porque si bien es cierto que los norteamericanos construyen rascacielos, no es menos cierto que en su avaricia demencial también destruyen pueblos y países; ellos construyen naves espaciales, pero también misiles atómicos; ellos se interesan en conocer nuevos sistemas siderales existentes en el universo, pero se obstinan en no reconocer nuevos sistemas sociales existentes en su propio hemisferio; ellos, -cuya única forma de humanizarse que conocen es barbarizando la humanidad,- ponen la tecnología y la ciencia moderna al servicio de la barbarie primitiva; ellos destruyen la humanidad y la ecología solo para proteger y centuplicar sus mezquinos intereses y privilegios; para ellos el planeta entero es su tesoro y a la vez su polígono de tiro.

Y sin embargo, paradójicamente, es sólo porque los latinoamericanos somos emotivos, y porque, a diferencia de las sociedades robotizadas e inertes conservamos aún la humana facultad de indignarnos ante las injusticias y los despotismos políticos que éllos nos llaman "incivilizados", "salvajes", "bárbaros".

Pero es bien evidente que las personas y los pueblos subyugados que han perdido esa facultad de indignarse ante las tiranías es porque han perdido la dignidad. Allí donde la iniquidad establece su imperio es porque la dignidad ha desertado del suyo. Y por otra parte, un pueblo opulento pero sin dignidad, que se burla de la de los otros, es un pueblo destinado a desaparecer entre las burlas, los escarnios y el desprecio de la humanidad y de la historia.

Irónicamente son los países depredadores de la humanidad, -los auténticos países bárbaros, los que se nos presentan como "modelo de civilización,"- los mismos que nos califican de “bárbaros", de “incivilizados”, de “salvajes”.

¡Que nos dejen ser "bárbaros" en nuestro magno batallar por nuestros postulados democráticos de emancipación anticolonialista y antiimperialista! Fueron los "bárbaros" del pasado como Bolívar, San Martín, Artigas, Morazán, Sandino, Martí, quienes nos legaron el germen de la libertad! ¡…y son los "bárbaros" del presente quienes, desde ésa Sierra Maestra Andina nos darán los frutos triunfales de ése germen! ¡No hay que dudarlo!
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1 comentario:

AJICA dijo...

muy buen documento y muy cierto
felicidades por publicar este tipo de opiniones...

Brenda