miércoles, 7 de octubre de 2009

JOSE CARLOS MARIATEGUI: EL AMAUTA la creación del Frente Unico y el Partido Socialista.

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Como Mariateguista, rendimos nuestro homenaje al Gran Amauta Peruano, José Carlos Mariátegui, que hace 81 años, superando las limitaciones políticas de la dictadura del Oncenio, la represión, persecusión, cárcel, deportaciones; pero contando con el apoyo de lo mejor de la clase obrera y su inseparable camarada Ricardo Martínez de la Torre, su extraordinaria vocación revolucionaria, su ideología y política marxista - el más grande pensador del Perú del siglo XX - dieron paso a la formación del Partido Socialista del Perú, afiliado a la Tercera Internacional.
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El Frente Único no anula la personalidad, no anula la filiación de ninguno de los que lo componen. No significa la confusión ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única. Es una acción contingente, concreta, práctica. El programa del frente único considera exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utópla. Preconizar el frente único no es, pues, preconizar el confusionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario. Cada cual debe trabajar por su propio credo.
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José Carlos Mariátegui

El 1° de Mayo y el Frente Unico.

Escrito: 1924.Primera edición: El Obrero Textíl, vol. V, No. 59, Lima, mayo 1, 1924. Fuente: José Carlos Mariátegui, La organización del proletariado.

El 1° de Mayo es, en todo el mundo, un día de unidad del proletariado revolucionario, una fecha que reúne en un hirnenso frente único internacional a todos los trabajadores organizados. En esta fecha resuenan, unánimemente obedecidas y acatadas, las palabras de Carlos Marx: "Proletarios de todos los países, uníos". En esta fecha caen espontáneamente todas las barreras que diferencian y separan en varios grupos y varias escuelas a la vanguardia proletaria.
El 1° de Mayo no pertenece a una Internacional es la fecha de todas las Internacionales. Socialistas, comunistas y libertarios de todos los matices se confunden y se mezclan hoy en un solo ejército que marcha hacia la lucha final.

Esta fecha, en suma, es una afirnación y una instatación de que el frente único proletario es posible y es practicable y de que a su realizacion no se opone ningún interés, ninguna exigencia del presente.

A muchas meditaciones invita esta fecha internacional. Pero para los trabajadores peruanos las más actual, la más oportuna es la que concierne a la necesidad y a la posibilidad del frente único. Ultimamente se han producido algunos intentos seccionistas. Y urgee entenderse, urg concretarse para impedir que estos intentos prosperen, evitando que socaven y que minen la naciente vanguardia proletaria del Perú.

Mi actitud, desde mi incorporación en esta vanguardia, ha sido siempre la de un fautor convencido, la de un propagandista fervoroso del frente único. Recuerdo haberlo declarado en una de las conferencias iniciales de mi curso de historia de la crisis mundial. Respondiendo a los primeros gestos de resistencia y de aprensión de algunos antiguos y hieráticos libertarios, más preocupados de la rigidez del dogma que de la eficacia y la fecundidad de la acción, dije entoces desde la tribuna de la Universidad Popular: "Somos todavía pocos para dividirnos. No hagamos cuestión de etiquetas ni de títulos."

Posteriormente he repetido estas o análoga palabras. Y no me cansaré de reietesrarlas. El movimiento clasista, entre nosotros, es aún muy incipiente, muy limitado, para que pensemos en fraccionarle y escindirle. Antes de que llegue la hora, inevitable acaso, de una división, nos corresponde realizar mucha obra común, mucha labor solidaria. Tenemos que emprender juntos muchas largas jornadas. Nos toca, por ejemplo, suscitar en la mayoría del proletariado peruáno, conciencia de clase y sentimiento de clase. Esta faena pertenece por igual a socialistas y sindicalistas, a comunistas y libertarios. Todos tenemos el deber de sembrar gérmenes de renovación y de difundir ideas clasistas. Todos tenemos el deber de alejar al proletariado de las asambleas amarillas y de las falsas "instituciones representativas". Todos tenemos el deber de luchar contra los ataques y las represiones reaccionarias. Todos tenemos el deber de defender la tribuna, la prensa y la organización proletaria. Todos tenemos el deber de sostener las reivindicaciones de la esclavizada y oprimida raza indígena. En el cumplimiento de estos deberes históricos, de estos deberes elementales, se encontrarán y juntarán nuestros caminos, cualquiera que sea nuestra meta última.

El Frente Único no anula la personalidad, no anula la filiación de ninguno de los que lo componen. No significa la confusión ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única. Es una acción contingente, concreta, práctica. El programa del frente único considera exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utópla. Preconizar el frente único no es, pues, preconizar el confusionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario. Cada cual debe trabajar por su propio credo. Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados porla lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora. Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente. No es renunciar a la doctrina que cada uno sirve ni a la posición que cada uno ocupa en la vanguardia, la variedad de tendencias y la diversidad de matices ideológicos es inevitable en esa inmensa legión humana que se llama el proletariado. La existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es por el contrario la señal de un periodo avanzado del proceso revolucionario. Lo que importa es que esos grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad concreta del día. Que no se esterilicen bizantinamente en exconfesiones y excomuniones reciprocas. Que no alejen a las masas de la revolución con el espectáculo de las querellas dogmáticas de sus predicadores. Que no empleen sus armas ni dilapiden su tiempo en herirse unos a otros, sino en combatir el orden social sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes.

Tratemos de sentir cordialmente el lazo histórico que nos une a todos los hombres de la vanguardia, a todos los fautores de la renovación. Los ejemplos que a diario nos vienen de fuera son innumerables y magníficos. El más reciente y emocionante de estos ejemplos es el de Germaine Berthon, anarquista, disparó certeramente su revólver contra un organizador y conductor del terror blanco por vengar el asesinato del socialista Jean Jaurés. Los espíritus nobles, elevados y sinceros de la revolución, perciben y respetan, así, por encirna de toda barrera teórica, la solidaridad histórica de sus esfuerzos y de sus obras. Pertenece a los espíritus mezquinos, sin horizontes y sin alas, a las mentalidades dogmáticas que quieren petrificar e inmovilizar la vida en una fórmula rígida, el privilegio de la incomprensión y del egotismo sectarios.

El frente único proletario, por fortuna, es entre nosotros una decisión y un anhelo evidente del proletariado. Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe. Y, por eso, su alma rechaza la voz corrosiva, disolvente y pesimista de los que niegan y de los que dudan, y busca la voz optimista, cordial, juvenil y fecunda de los afirman y de los que creen.
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José Carlos Mariátegui.

Acta de constitución del Partido Socialista Peruano.


Escrito: El 7 de octubre de 1928. Fuente: José Carlos Mariátegui, La organización del proletariado, Comisión Política del Comité Central del Partido Comunista Peruano.


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Los suscritos declaran constituido un Comité que se propone trabajar en las masas obreras y campesinas conforme a los siguientes conceptos:


1 -La organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituve el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda, y la base de la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía nacional.
2.-Para la defensa de los intereses de los trabajadores de la ciudad y el campo, el Comité impulsará activamente la formación de sindicatos de fábrica, de hacienda, etc.; la federación de estos en sindicatos de industrias y su confederación en una central nacional.
3.-La lucha política exige la creación de un partido de clase, en cuya formación y orientación se esforzará tenazmente por hacer prevalecer sus puntos de vista revolucionarios clasistas. De acuerdo con las condiciones concretas actuales del Perú, el Cómité concurrirá a la constitución de un Partido Socialista, basado en las masas obreras y campesinas organizadas.
4.-Para precaverse de represiones y persecuciones desmoralizadoras, los sindicatos obreros y campesinos gestionarán su reconocimiento por la Sección del Trabajo. En su Estatuto, su declaración de principios se limitará a la afirmación de su carácter clasista y de su deber de contribuir a la fun- dación y mantenimiento de una confederación general del trabajo.
5. La organiznción sindical y el partido Socialista, por cuya formación trabajaremos, aceptarán contingentemente una táctica de frente único o alianza con organizaciones o grupos de la pequeña burguesía, siempre que estos representen efectivamente un movimiento de masas y con objetivos y reivindicaciones concretamente determinados.
6.-El Comité procederá a la formación de comités en toda la República y de células en todos los centros de trabajo, con relaciones estrictamente disciplinadas.
7 de Octubre de 1928.


NOTA Esta acta fue redactada por José Carlos Mariátegui, el 7 de octubre de 1928 como resultado de consultas y conversaciones entre agrupaciones de marxistas en el Perú, quienes acordaron encargar a la célula de Lima, dirigida por José Carlos Mariátegui, la constitución de un partido clasista proletario. El 7 de Octubre de 1928, reunidos en casa de Avelino Navarro, en el poblado de Barranco, un balneario en las afueras de Lima, los nueve miembros del grupo de Lima, entre ellos José Carlos Mariátegui, fundaron el Partido Socialista Peruano y aprobaron la presente Acta de Constitución. En la misma reunión se constituyó el Comité Central, con José Carlos Mariátegui como Secretario General, a quien se encargó la redacción del Programa del Partido, Ricardo Martínez de La Torre como Secretario de Propaganda, y a Bernardo Regman como Tesorero. A Avelino Navarro y Manuel Hinojosa se les encargó coordinar el trabajo sindicalista. Como consta en el Acta, de acuerdo a las circunstancias políticas del Perú de entonces, el nuevo partido fue denominado "Partido Socialista", para poder aprovechar en algo las posibilidades legales, pero a partir de mayo de 1930 el Partido tomó definitivamente el nombre de Partido Comunista del Perú. Por ello, sólo formalmente y por poco tiempo llevó el nombre de Socialista.

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Por favor... Jose Carlos Mariategui es una de las mentes mas mediocres que lamentablemnete ha tendio el Peru, es una terrible tragedia que haya nacido.. el simple de hecho de ser comunista o tennder hacia la izquierda es desde ya un problema. Los comunitas creen que es el pueblo quien debe tener el control, y si no pueden deben usar las armas, eso solo demuestra su incompetencia. A toda esa escoria comunista que siguen a mariategui les gusta hacerse las victimas para tomar lo que no es suyo, por una vez en su vida aprendan a trabajar!! a tener algo de ambicion!! dejen de ser tan ignorantes!! o mejor si se huinden a si mismos, no hundan a los demas.. con sus ideas sisn sentido. Dan lastima!

jordy dijo...

Deveras lex ,tu eres el ignorante al mediocratisar a este pensador reconocido mundialmente,no vas a venir tu a quererer bajonearlo sin estudiar bien sus teorias y solo te amparas en cosas emocionales y estupidas como de ponganse a trabajar muchos socialistas seon mas trabajadores que tu eso te lo aseguro ah y tu tambien eres ignorante y por ttu forma de hablar eres un ignorante mediocre que proyecta su odio a si mismo ah otro lado.