domingo, 23 de noviembre de 2025

EL «CORRAL» DE WASHINGTON.

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“Trump quiere controlar el “patio trasero” por cuatro razones: para sostener su pretensión de liderazgo global –no hay hegemonía mundial sin hegemonía regional–, para frenar la influencia de China, Rusia y los BRICS, para asegurar recursos estratégicos y rutas energéticas cuya bisagra es el Golfo de México, y para capitalizar, ante su base interna, el discurso de mano dura contra los insubordinados del vecindario.  La disputa no es sólo semántica: es territorial, militar y política. América Latina puede aceptar el mapa que dibuja Washington –el del patio ordenado desde el Norte– o avanzar hacia otro, en el que la región se piense como sujeto y no como traspatio de nadie. El reto no es sólo resistir al dueño del corral, sino dejar de ser corral. Y eso implica cambiar algo más que los nombres en los mapas: exige cambiar quién los dibuja.

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Fuentes: La Jornada.

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EL «CORRAL» DE WASHINGTON.

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Por Rosa Miriam Elizalde | 21/11/2025 | EE.UU.

Fuentes. Revista Rebelión viernes 21 de noviembre del 2025…


La administración Reagan reactualizó la vieja Doctrina Monroe hablando de América Latina como “our backyard”, “nuestro patio trasero”. En Estados Unidos la expresión suena casi entrañable: el backyard es el lugar de la barbacoa y los juegos de los niños. Al sur del río Bravo, en cambio, “patio trasero” se traduce en corral: el sitio donde se crían las gallinas, se acumulan cachivaches, se tiran las lavadoras viejas y acaba pareciéndose a un pequeño cementerio doméstico. 

Esa es la imagen que muchos latinoamericanos evocan cuando escuchan a un político de Washington hablar de la región como su “patio trasero”: un espacio secundario, degradado, útil mientras sirva, prescindible cuando estorba. No es un malentendido cultural, sino el síntoma de una mirada imperial consolidada a lo largo de dos siglos. 

La idea de que el hemisferio occidental es “cosa de Estados Unidos” se institucionaliza con la Doctrina Monroe (1823) –“América para los americanos”, es decir, para los estadunidenses– y se radicaliza con el expansionismo de comienzos del siglo XX. Gregorio Selser rescató una declaración brutal del presidente William Howard Taft, en 1912, que condensa esa mentalidad y ayuda a entender los delirios actuales de Donald Trump: 

“No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro, de hecho, como, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente”. 



Esa estructura no ha desaparecido; sólo ha cambiado de palabras. La élite estadunidense sigue hablando de América Latina como de un espacio propio. Mauricio Claver-Carone, operador clave de Trump para la región, lo dijo sin rodeos a The New York Times: “Éste es el barrio en el que vivimos… y no puedes ser la potencia global preeminente si no eres la potencia regional preeminente”. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, fue igual de explícito: “El hemisferio occidental es el vecindario de Estados Unidos, y lo protegeremos”. 

“Barrio”, “vecindario”, “proteger”: un léxico aparentemente benigno que esconde la misma lógica de siempre. América Latina no aparece como sujetos soberanos, sino como zona que Washington administra, corrige y, llegado el caso, castiga. 

En ese contexto encaja la propuesta de Trump de rebautizar el Golfo de México como “Golfo de América”, en el entendido que “América” es Estados Unidos. No es una extravagancia cartográfica: es la metáfora condensada del patio trasero en el siglo XXI. Cambiar el nombre del golfo significa reafirmar la propiedad simbólica del espacio, inscribir el dominio en la geografía –como Taft soñaba con sus tres banderas– y preparar el terreno para una hegemonía militar reforzada. Quien renombra un mar se arroga el derecho de decidir qué ocurre en él, e históricamente nombrar ha sido un instrumento de dominación. 

Por eso el gesto nominal se acompaña hoy de un despliegue militar sin precedentes recientes en el Caribe. Desde septiembre, una operación estadunidense ha atacado embarcaciones con el pretexto de la “guerra contra las drogas”, estirando el argumento legal hasta equiparar el tráfico de fentanilo con una amenaza de armas químicas. La escena recuerda otros prólogos de intervención: Panamá, Irak, Libia, Siria. 

En la lógica del patio trasero, todo encaja: se castigaría al país con las mayores reservas de petróleo del mundo (Venezuela), se golpearía el símbolo histórico de resistencia (Cuba) y se disciplinaría al aliado incómodo de ambos países (Nicaragua), enviando un mensaje al resto de la región: el corral tiene dueño y el dueño no se ha ido. 



Trump quiere controlar el “patio trasero” por cuatro razones: para sostener su pretensión de liderazgo global –no hay hegemonía mundial sin hegemonía regional–, para frenar la influencia de China, Rusia y los BRICS, para asegurar recursos estratégicos y rutas energéticas cuya bisagra es el Golfo de México, y para capitalizar, ante su base interna, el discurso de mano dura contra los insubordinados del vecindario. 

La disputa no es sólo semántica: es territorial, militar y política. América Latina puede aceptar el mapa que dibuja Washington –el del patio ordenado desde el Norte– o avanzar hacia otro, en el que la región se piense como sujeto y no como traspatio de nadie. El reto no es sólo resistir al dueño del corral, sino dejar de ser corral. Y eso implica cambiar algo más que los nombres en los mapas: exige cambiar quién los dibuja.

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ARGENTINA. ES EL MODELO ECONÓMICO, ESTÚPIDO.

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“¿Qué pasó luego? Entre 2015 y 2019 volvió a verificarse un período de destrucción de empresas y caída de puestos de trabajo. La cifra de empleadores cayó de 533.710, en noviembre de 2015, a 510.078, en noviembre de 2019, es decir, 23.632 empresas menos. Y en el caso de los trabajadores, la caída fue de 139.097 casos (de 9.326.021 a 9.186.924 considerando SRT). Durante la gestión M se impulsó una reforma laboral similar a la promovida por la gestión actual, aunque el gobierno no logró que se aprobara en el Congreso debido a la resistencia social y política. De todas formas, y a pesar de sostener como diagnóstico principal económico el problema fiscal, Mauricio Macri implementó un mínimo no imponible para aportes patronales, además de perseguir dirigentes sindicales y cualquier reclamo social.

“Entre 2019 y 2023, la cantidad de empresas pasó de 510.078 a 512.357, con un incremento de 2.279 unidades que logró revertir la caída inicial provocada por la pandemia. En el caso de los trabajadores, los datos indican que el incremento fue de 670 mil casos. La medida más trascendente de la etapa fue la implementación del Programa de Recuperación y Sostenimiento Productivo (REPRO), mecanismo de contención salarial y sostenimiento del empleo frente a la caída de la actividad.

“En la actualidad, Javier Milei retornó las políticas laborales sustentadas en la desregulación como “solución” a los problemas del mundo laboral. Entre las decisiones más relevantes, promovió el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), un verdadero regalo en términos fiscales y de administración de divisas y que generará sólo 3800 puestos directos cuando se implementen todos los proyectos presentados. A ellos se le suma el blanqueo laboral, que regularizó solo a 16.703 trabajador. Y podemos sumar: la eliminación de las multas por no registración, la posibilidad de reemplazar las indemnizaciones por despido por un fondo de cese laboral y la creación de la figura del “colaborador”, que habilita a un monotributista a incorporar hasta tres trabajadores bajo ese mismo régimen (sólo sumó 14.000 casos) ¿Qué pasó con el empleo? Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, la cantidad de empleadores cayó de 512.357 a 493.193, lo que implica la destrucción de 19.164 empresas y una pérdida de puestos de trabajo cercana a los 300 mil casos.

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Javier Milei y Scott Bessent (Prensa -)

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ARGENTINA. ES EL MODELO ECONÓMICO, ESTÚPIDO.

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Por Hernán Lechner.

Fuente. Página/12 domingo 23 de noviembre del 2025.


“Argentina tiene un régimen laboral que está absolutamente anacrónico” sostuvo el presidente Javier Milei hace unos días atrás. “La gente gana derechos porque los que están en el sector informal no tienen ninguno” sostuvo, anticipando el espíritu de la reforma: sólo recortando derechos a los registrados habrá algo para los no registrados. En momentos en donde el gobierno impulsa la reforma laboral bajo esta argumentación, este artículo aborda tres aspectos centrales del mundo del trabajo: la evolución del SMVM, la probable eliminación del régimen del Monotributo pedida por el FMI, y un cruce entre las principales políticas laborales de cada etapa junto a la evolución histórica de puestos de trabajo y empleadores.


¿El fin del Salario Mínimo Vital y Móvil?

A finales de este mes se celebra el Consejo del Salario, donde se discute la evolución del SMVM. Desde que asumió Milei hubo dos convocatorias. En ambas, fue la Secretaría de Trabajo la que, frente a la falta de acuerdo entre trabajadores y empresarios, terminó laudando con aumentos similares a los pedidos por la parte patronal ¿En qué situación nos ha dejado dichas decisiones?

El retroceso acumulado es tan profundo que el nivel de noviembre 2025, de $322.200, se ubica casi 60,0% por debajo del promedio de 2023 (debería ser de $512.000 a precios de hoy) y, en clave histórica, 6% por debajo del del promedio de la década de 1990. Si se toma en cuenta la inflación prevista por el relevamiento de expectativas de mercado del Banco Central, el salario mínimo debería aumentar 71,6% en términos nominales entre noviembre de 2025 y abril de 2026 para recuperar ese punto de partida. El sendero necesario implica subas mensuales acumulativas del 11,4%. Difícil si se considera que el gobierno ha decidido topear los aumentos salariales en 1%. Semejante atraso desnaturaliza la función del SMVM. Esa es la decisión del gobierno.

Monotributo ¡afuera!

“The would require harmonizing the rate of monotributo and improving the transition of small taxpayers to the general tax system” indica el acuerdo con el FMI. En español: “se requeriría armonizar la tasa del monotributo y mejorar la transición de los pequeños contribuyentes al sistema tributario general”. Textual.

La modificación pedida por el FMI es trascendente. Estamos hablando de unos 4,7 millones de personas actualmente alcanzadas ¿Qué significa “pasarlos al Régimen General”? Dado que el Monotributo integra el pago de jubilación, obra social, IVA y Ganancias (por eso se llama Régimen Simplificado) su eliminación implica:

*La obligación del pago de Autónomos, que cubre la jubilación

*La presentación y pago de la declaración jurada mensual de IVA

*La presentación y pago de la declaración jurada anual de Ganancias

Aunque es posible que haya un nuevo régimen con pagos proporcionales a la facturación (autodeclarativo, donde el contribuyente deba validar la declaración que realiza AFIP en base a la facturación de cada uno), la decisión va en el sentido contrario a la simplificación y profundiza la carga tributaria en sectores de menores ingresos, tal como pretende el FMI.

Pero, además, es de destacar que, dentro de ese universo, unos 2,8 millones pertenecen a la categoría A, la más baja del sistema. Para este este segmento de trabajadores, además de lo mencionado, la modificación implica:

1) Un incremento sensible en el monto a tributar: hoy pagan cerca de $37.000 mensuales y pasarían a pagar $100.000. A eso hay que sumarle IVA y Ganancias.

2) Quedarse sin cobertura y pasar a la no registración: dado que la estructura del monotributo está fuertemente concentrada en las categorías inferiores, es esperable que una parte importante de estos contribuyentes no pueda sostener los nuevos costos ni la complejidad operativa, empujándolos a la informalidad, con la consecuente pérdida de obra social y del derecho a una futura jubilación.

3) No lograr los aportes para jubilarse: en este especto, pareciera que el objetivo del FMI es lograr reducir la cantidad de jubilados dejando afuera del sistema a cerca de tres millones de personas.


No son las leyes laborales, sino el modelo.

El principal argumento del gobierno para promover una reforma laboral es que promovería a las empresas a contratar más trabajadores. Repasemos a continuación, cuáles fueron las políticas laborales más paradigmáticas aplicadas en la etapa y como se comportó la evolución de empleo y de cantidad de empleadores.

En la década de los noventa, particularmente con las reformas de 1993 y 1994, se aplicaron una serie de medidas de flexibilización del mundo del trabajo. Entre las principales se puede mencionar: pagos de parte del salario mediante vales alimentarios, paritarias descentralizadas, topes indemnizatorios, régimen de capitalización administrado por las AFJP, la Ley Banelco —que significo suspender la ultraactividad y el incremento del período de prueba- y una baja generalizada en las contribuciones patronales. Los resultados fueron contundentes: entre 1997 y 2003, se retrajo la cantidad de empleadores en 23.033 casos, pasando de 344.476 en enero de 1997 a 321.443 en mayo de 2003, mientras que, en la década (mayo 1990 a mayo 2002) la desocupación creció de 8,6% a 21,5%.

En la etapa subsiguiente las medidas laborales aplicadas fueron exactamente las opuestas a las de los noventa: hubo incrementos sostenidos del salario mínimo, se derogó la Ley Banelco, se creó la Asignación Universal por Hijo, se estatizó el Sistema Previsional y se promovieron regímenes específicos como el del trabajo agrario y del empleo de casas particulares. Los resultados, entre mayo de 2003 y noviembre de 2015, también fueron inversos: +212.267 empresas y +2.883.000 trabajadores (considerando SRT para la serie de empleo registrado público y privado).



ES LA ECONOMIA ESTUPIDO: sin consumo. sin salarios y sin derechos, cualquiera baja la inflación.

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¿Qué pasó luego? Entre 2015 y 2019 volvió a verificarse un período de destrucción de empresas y caída de puestos de trabajo. La cifra de empleadores cayó de 533.710, en noviembre de 2015, a 510.078, en noviembre de 2019, es decir, 23.632 empresas menos. Y en el caso de los trabajadores, la caída fue de 139.097 casos (de 9.326.021 a 9.186.924 considerando SRT). Durante la gestión M se impulsó una reforma laboral similar a la promovida por la gestión actual, aunque el gobierno no logró que se aprobara en el Congreso debido a la resistencia social y política. De todas formas, y a pesar de sostener como diagnóstico principal económico el problema fiscal, Mauricio Macri implementó un mínimo no imponible para aportes patronales, además de perseguir dirigentes sindicales y cualquier reclamo social.

Entre 2019 y 2023, la cantidad de empresas pasó de 510.078 a 512.357, con un incremento de 2.279 unidades que logró revertir la caída inicial provocada por la pandemia. En el caso de los trabajadores, los datos indican que el incremento fue de 670 mil casos. La medida más trascendente de la etapa fue la implementación del Programa de Recuperación y Sostenimiento Productivo (REPRO), mecanismo de contención salarial y sostenimiento del empleo frente a la caída de la actividad.

En la actualidad, Javier Milei retornó las políticas laborales sustentadas en la desregulación como “solución” a los problemas del mundo laboral. Entre las decisiones más relevantes, promovió el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), un verdadero regalo en términos fiscales y de administración de divisas y que generará sólo 3800 puestos directos cuando se implementen todos los proyectos presentados. A ellos se le suma el blanqueo laboral, que regularizó solo a 16.703 trabajador. Y podemos sumar: la eliminación de las multas por no registración, la posibilidad de reemplazar las indemnizaciones por despido por un fondo de cese laboral y la creación de la figura del “colaborador”, que habilita a un monotributista a incorporar hasta tres trabajadores bajo ese mismo régimen (sólo sumó 14.000 casos) ¿Qué pasó con el empleo? Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, la cantidad de empleadores cayó de 512.357 a 493.193, lo que implica la destrucción de 19.164 empresas y una pérdida de puestos de trabajo cercana a los 300 mil casos.

La evidencia empírica da por tierra la premisa de menos regulaciones es igual a más trabajo. Pero el comportamiento inverso entre políticas de empleo y puestos de trabajo también pueden confundir. No existe trade off entre las políticas laborales y los puestos de trabajo. Lo que sucede es que, a la par de la defensa del trabajo, suelen aplicarse políticas que promueven la actividad y la producción, favoreciendo a sectores generadores de empleo. Las leyes laborales no son las que crean empleo. Son las decisiones políticas y el modelo económico las que promueven o destruyen.

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sábado, 22 de noviembre de 2025

«UN COMUNISTA» EN NUEVA YORK. DONALD TRUMP PONE FIN A LOS ATAQUES CONTRA ZOHRAN MAMDANI Y PROMETE SU APOYO AL NUEVO ALCALDE DE NUEVA YORK.

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EE. UU. EL EMPERADOR PERDEDOR TUVO QUE RECIBIR AL PROLETARIO GANADOR. DONALD TRUMP PONE FIN A LOS ATAQUES CONTRA ZOHRAN MAMDANI Y PROMETE SU APOYO AL NUEVO ALCALDE DE NUEVA YORK.  Presidente Trump y el nuevo alcalde trabajarían juntos en temas de delincuencia, vivienda y costo de vida en la ciudad. Terminaron las amenazas, los insultos, el racismo, el palestino, el migrante, el comunista. FIN. Ahora dice. “a trabajar juntos”.  Donald Trump prometió este viernes que su administración trabajará con el próximo alcalde de Nueva York, el demócrata Zohran Mamdani, para mejorar la vida de los residentes de la capital financiera de Estados Unidos. La reunión en la Casa Blanca fue solicitada por el alcalde electo tras meses de ataques del presidente estadounidense. "Vamos a ayudarlo a hacer realidad el sueño de todos: tener una Nueva York fuerte y muy segura", dijo Trump después de una reunión en la Casa Blanca que Mamdani describió como "muy productiva". La reunión esperada tras ataques de Trump.  Tras varios meses marcados por intercambios de insultos y críticas en los medios, Mamdani y Trump dejaron atrás las confrontaciones y mostraron una relación cordial durante su encuentro en el Despa||cho Oval.



Al término de la reunión privada, Trump permitió el ingreso de la prensa y resaltó la sintonía alcanzada con el alcalde. "Hemos coincidido en mucho más de lo que pensaba", afirmó, antes de destacar que ambos comparten una misma aspiración: "Tenemos algo en común: queremos que esta ciudad nuestra, a la que tanto queremos, prospere". Desde su escritorio, el presidente dedicó un gesto amable a Mamdani, situado a su derecha, y lo elogió por su victoria reciente en las elecciones municipales. “Realmente hizo una campaña increíble contra gente muy dura, gente muy inteligente”, expresó Trump mientras sonreía al alcalde electo. Los problemas en Nueva York.  La agenda de Mamdani se centra en la crisis que afecta a millones de residentes de la ciudad. Su plan incluye abordar el alto costo de la vivienda, de los alimentos, del cuidado infantil y del transporte público en una ciudad donde viven 8,5 millones de personas, con alquileres que duplican, en promedio, los del resto de Estados Unidos.

La inflación, que sigue golpeando a los hogares estadounidenses, también ha influido en la percepción pública del presidente. Un informe del Contralor del Estado de Nueva York detalla que el gobierno federal enviará 7.400 millones de dólares a la ciudad para el año fiscal 2026, cifra equivalente al 6,4 % de su presupuesto total. Sin embargo, persiste la duda sobre qué base legal podría usar Trump para frenar fondos ya aprobados por el Congreso. El discurso hostil de Trump tras la victoria de MamdaniDurante la campaña de 2025 y en los días posteriores a la elección, Trump mantuvo un discurso abiertamente hostil contra Mamdani. Lo calificó de “comunista” y advirtió que, si el candidato demócrata ganaba la alcaldía, Nueva York se convertiría en un “desastre económico y social”. En redes sociales, llegó a escribir: “¡¡¡Cualquier judío que vote a Zohran Mamdani, un probado y autoproclamado JEW HATER, es un estúpido!!!”, en alusión a su activismo propalestino y sus críticas al Gobierno de Israel. Tras la victoria de Mamdani, Trump señaló inicialmente que solo se reuniría con él si el alcalde electo lo buscaba primero. Dijo además que sería “muy improbable” seguir entregando fondos federales a la ciudad si el “candidato comunista” llegaba al poder. Sin embargo, en los días recientes matizó su postura y afirmó que Mamdani “quiere venir a Washington” y que están dispuestos a “arreglar algo”, asegurando que ahora su intención es que “todo le vaya bien a Nueva York”, pese a los ataques previos. Fuente. La República. 21/11/2025/.

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Fuentes: Rebelión.

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«UN COMUNISTA» EN NUEVA YORK.

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Por Marcel Lhermitte | 19/11/2025 | EE.UU.

Fuente. Revista Rebelión miércoles 19 del 2025.¿

“Estoy lejos de ser el candidato perfecto. Soy joven –a pesar de que hago mis mejores esfuerzos por envejecer–, soy musulmán, soy socialista democrático y lo más grave de todo: me niego a disculparme por esto”. Estas palabras pertenecen a Zohran Mamdani, luego de conocerse que había sido electo alcalde de Nueva York, y en las que aparentemente olvidó recordar que además es propalestino.

Tal como lo hizo Alexandria Ocasio Cortez en el 2018, cuando fue electa congresista de Nueva York en una campaña electoral que fue épica, ahora, un nuevo “hijo de Bernie” logra vencer al establishment político estadounidense y acceder a un puesto político clave.

Mamdani tiene 34 años. Como muchos de los habitantes de Nueva York es inmigrante. Precisamente nació en Kampala, Uganda, sus padres son de la India y sus abuelos de Tanzania. Llegó de niño a los Estados Unidos, pero no pudo obtener la nacionalidad hasta el año 2018. Trabajaba para una ONG como consejero en prevención de ejecuciones hipotecarias, en Queens, y además tenía un grupo de hip hop. Actualmente es miembro de la Asamblea Estatal de Nueva York, cargo que asumió en 2021 y para el que fue reelegido en 2022 y 2024. El 1 de enero de 2026 asumirá como alcalde de Nueva York.

En su campaña a la alcaldía tuvo que enfrentar al candidato republicano Curtis Sliwa y al demócrata Andrew Cuomo, quien había sido alcalde de Nueva York desde 2011 y al que ya había vencido en las primarias de su partido, pero que logró postularse igual como candidato independiente. No solo a ellos, sino que además los candidatos independientes Eric Adams, exalcalde de Nueva York, y Jim Walden, exfiscal, que decidieron endosar sus votos a Cuomo, con el objetivo de que no ganara Mamdani.



Y por si esto fuera poco, el electo alcalde neoyorquino sufrió también los embates del actual presidente estadounidense, Donald Trump y del empresario Elon Musk, dueño de X, red social que utilizó en los días previos a la elección para realizar una publicación con contenido desinformativo, que buscaba dañar la candidatura de Mamdani.

Trump también interfirió en la campaña a través de variadas amenazas: “si el candidato comunista Zohran Mamdani gana la elección para alcalde de Nueva York, es altamente improbable que contribuya fondos federales, salvo el mínimo requerido, a mi amada primera casa, porque como comunista, esta gran ciudad tiene cero chances de éxito o supervivencia”.

Pero las amenazas no quedaron ahí. En otra ocasión afirmó: “no dejaré que este lunático comunista destruya Nueva York. Tengo todos los controles y cartas. Salvaré la ciudad y la haré ‘caliente’ y ‘grande’ de nuevo”. En otras oportunidades sugirió que podría deportar a Mamdani o enviar a la Guardia Nacional para “restaurar el orden” si ganaba el candidato al que definió como “loco comunista” o “judío odiante”.

El presidente de Estados Unidos apoyó la candidatura de Cuomo y no la del candidato republicano –su partido–, tratando de promover un voto útil que impidiera la llegada del socialista democrático, o del “comunista”, según Trump, a la alcaldía de Nueva York.

 ¿Es Mamdani comunista? La respuesta es muy clara: no. Mamdani se define como socialista democrático, que es un sector progresista que se encuentra en el ala izquierda del Partido Demócrata de Estados Unidos, en el que hay figuras como el excandidato presidencial Bernie Sanders, Ocasio Cortez y la congresista Rashida Tlaib, entre otros.

Dentro de las propuestas de Mamdani sí se encuentran iniciativas que apuntan a una distribución de la riqueza más equitativa y que buscan promover ayudas sociales a los sectores que se encuentran más sumergidos, entre ellas congelar los alquileres, mejorar el sistema de autobuses y que sea gratuito, ofrecer un sistema de cuidados sin costo para las familias con niños menores de 5 años o poner impuestos a millonarios para financiar servicios.

Pero la luz de alerta que se le prendió a Trump no es el de las iniciativas socialistas democráticas de Mamdani, sino que en un panorama en el cual el Partido Demócrata aparece sin rumbo, surge un actor político que genera esperanza entre los estadounidenses y que además está dispuesto a enfrentarlo.        

“Si alguien puede mostrarle a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio nacer. Así no solo detendremos a Trump, sino también al próximo. Así que Donald Trump, ya que sé que me estás mirando, tengo algunas palabras para ti: sube el volumen”, decía Mamdani luego de conocer su triunfo electoral.



Estados Unidos, autoproclamado como el epicentro de la democracia, tiene como característica que el porcentaje de participación en las elecciones es bajo. En los comicios a la alcaldía de Nueva York el promedio de participación de los últimos años ronda el 25% de los inscriptos, pero en esta oportunidad, en la que el candidato socialista democrático arrasó (56,4%), fue a votar el 40% del electorado y, según analistas, el incremento se debió al porcentaje de jóvenes que decidió sufragar. El 68% de los menores de 35 años votaron por Mamdani.

Otras claves de la victoria fueron el rechazo al establishment, representado por Cuomo, la campaña digital, la segmentación realizada (con piezas con mensajes en español, árabe, bengalí e inglés) y la estrategia de grassroots, austera, sin grandes donantes y muy similar a la de Ocasio Cortez de 2018.

El tiempo dirá si Trump, Musk y el establishment político norteamericano tenían motivos en tratar de cortar el camino de Mamdani, así como también si este político se convierte finalmente en un referente de su partido, de la izquierda internacional y si logra enfrentar las políticas y el estilo del mandatario estadounidense. De momento, los neoyorquinos depositaron su fe y su voto en el nacimiento de una esperanza. El mundo observa.

Marcel Lhermitte es periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado a candidatos y colectivos progresistas en varios países de América Latina, el Caribe y Europa. Director del colectivo latinoamericano de comunicación política Relato. Coordinador del Diplomado en Comunicación Política de la Universidad Claeh.

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viernes, 21 de noviembre de 2025

POR QUÉ LA IZQUIERDA NECESITA VOLVER A PENSAR LA CUESTIÓN GENERACIONAL.

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“La juventud es ideológica. Una organización política que no realice trabajo ideológico tendrá mucha dificultad para conectarse con la juventud. Cuando se tienen 16, 20 o 24 años, las ideas importan más que cuando se tienen 40 o 50. Con frecuencia, ellas determinan los proyectos de vida, las elecciones profesionales y personales de esas nuevas generaciones. Basta recordar la importancia que las ideas tuvieron para nosotros, miembros de las generaciones más viejas. Empezamos a militar en alguna lucha concreta, alguna huelga, alguna movilización. Pero no elegimos cualquier organización. Optamos por aquella que mejor representaba nuestro deseo de cambiar el mundo. Nuestra elección se basó en ideas. Una organización que sustituya la política concreta por la propaganda abstracta está condenada a la marginalidad. Pero una corriente que no hable de comunismo, revolución, alienación, capitalismo y de cómo construir una nueva sociedad no merece llamarse socialista. Mientras leemos este artículo, ¿cuántos jóvenes estarán buscando en ChatGPT cuál es la organización más revolucionaria, más socialista y radical? Por eso, hacer lucha ideológica en el siglo XXI es tener presencia en las redes, promover debates, participar en lives, producir videos. No bastan los viejos encuentros presenciales. Siempre serán importantes, pero ya no satisfacen nuestras necesidades. Se necesita no solo un perfil político y organizativo, sino ideológico.

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Fuentes: Jacobin América Latina - Imagen: Movilización en defensa de la educación pública, Buenos Aires, 3/10/2024.

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POR QUÉ LA IZQUIERDA NECESITA VOLVER A PENSAR LA CUESTIÓN GENERACIONAL.

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Por Henrique Canary | 20/11/2025 | Opinión.

Fuentes Revista Rebelión jueves 20 de noviembre del 2025.

La izquierda envejece cuando deja de seducir a la juventud. La extrema derecha ya lo entendió: conquistó las redes, el lenguaje digital y la rebeldía. Recuperar esa energía es una tarea urgente.

Una corriente que invalida el saber de las antiguas generaciones de militantes anula con ello no solo su memoria, sino también su capacidad presente de actuación y lucha. Construir direcciones lleva tiempo. Por eso, las generaciones más viejas son el cimiento de cualquier agrupamiento. Ellas cargan con la experiencia política, la tradición ética y organizativa, el programa histórico. Su papel, por tanto, no es el de sabios y pasivos consejeros, sino el de miembros activos. Pero el cimiento no es todavía el edificio. Es la juventud la que debe constituir las paredes, las aberturas y el acabado fino del edificio. Un colectivo que no promueva la renovación generacional de sus cuadros dirigentes está condenado a la crisis y al estancamiento. No fueron pocas las rupturas recientes en el campo de la izquierda que tuvieron como motivo alguna forma de conflicto generacional. La integración de las distintas generaciones en la estructura de la organización es un tipo de arte tan delicado como imprescindible para la salud interna de una corriente.

Pero las cosas cambian un poco de figura cuando se habla de la composición general del grupo. Una organización que pretenda cumplir algún papel en la historia necesita ser, en promedio, una organización joven. El envejecimiento generalizado de una corriente, la permanencia de un mismo equipo de dirección durante largos años al frente del aparato partidario, la desaparición del papel de la juventud en la estructura del colectivo, una débil actuación en el movimiento estudiantil y juvenil son síntomas que deben preocupar.

No se trata de un deseo interno, sino de una necesidad de la lucha. Difícilmente podemos encontrar algún movimiento histórico importante que no haya tenido a la juventud como protagonista: desde la Revolución Rusa hasta las actuales protestas de la Generación Z (aún no estudiadas por la izquierda), pasando por la Revolución Cubana, la Revolución de los Claveles, el Mayo del 68, la resistencia contra las dictaduras en América Latina, las protestas de los últimos años en la región y el mundo, las luchas de solidaridad en defensa del pueblo palestino y muchas otras.


Lenin y la Revolución Socialista Bolchevique de 1917 la Juventud tuvo una gran participación ocupando el espacio social que le correspondía.

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En el mundo actual, en que se profundiza el abismo generacional debido al acelerado avance de la tecnología y a la precarización y «plataformización» de la vida, esta cuestión asume dimensiones dramáticas. Una organización que no logre atraer a la juventud (no solo la estudiantil, sino también la periférica, la de los movimientos culturales, la de la clase trabajadora, la de las clases medias intelectualizadas) simplemente no tiene futuro. El vicio del «presentismo» es tanto la ignorancia del pasado como el olvido del inevitable porvenir. La extrema derecha está muy por delante de la izquierda en el manejo de las redes sociales y del lenguaje digital. Nuestros ensayos han sido tímidos. La renovación de la dirección fascista también es una realidad, con figuras emergentes, organizaciones relativamente jóvenes y miles de influencers esparcidos por todas las plataformas y explorando todo tipo de formato. La idea de que el fascismo es un movimiento de viejos acomodados es extremadamente equivocada. Tal vez haya sido así hace algunos años. Ya no lo es. Es imprescindible conectarse con la juventud. No cabe aquí el viejo consuelo de que el movimiento estudiantil es tradicionalmente de izquierda y por lo tanto constituye un espacio naturalmente nuestro. Esa realidad ya está cambiando. Lo que hoy son incursiones puntuales de provocadores en las universidades públicas mañana puede convertirse en trabajo estructural del fascismo. Si eso sucede, las cosas se pondrán mucho más difíciles para nosotros.

La juventud es un dinamizador de las luchas.

La juventud no es una clase social ni un sector política o ideológicamente diferenciado. Hay jóvenes ricos y pobres, revolucionarios y reaccionarios. La juventud es solo un período de la vida. Pero la vida humana tiene una cierta mecánica más o menos previsible en cualquier cultura. Por eso, en todas las sociedades, la juventud es siempre el sector más dinámico. El propio análisis económico y social de fondo debe tener en cuenta el peso de la juventud. Es sabido que los países más viejos pierden dinamismo económico, cultural, político y militar. En cambio, los países más jóvenes disfrutan del llamado «bono demográfico», cuando la población activa es mayor que la población inactiva (niños y ancianos), lo que crea una importante ventana de oportunidades para el crecimiento y la innovación.

Este hecho debe orientar también la actuación de las organizaciones socialistas. Los análisis políticos deben considerar el humor de la juventud, su condición estructural, su situación laboral, el problema de la educación y del movimiento estudiantil, las nuevas tendencias culturales del mundo analógico y digital.

Se trata aquí de comprender realmente la dinámica política de la juventud, el papel más profundo de ese grupo etario en la propia historia del país. Y estar atentos a los signos de crisis e insatisfacción de ese sector de la población. Ser joven tiene consecuencias programáticas.

 


Chile octubre del 2019. La Histórica "explosión social y política" que inició la Juventud, contra los "residuos políticos" de la dictadura sangrienta de Pinochet. La Juventud "despertó políticamente a su país" e influenció muy fuerte en toda América latina. contra el Neoliberalismo y sus gobiernos corruptos.

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La juventud es ideológica.

Una organización política que no realice trabajo ideológico tendrá mucha dificultad para conectarse con la juventud. Cuando se tienen 16, 20 o 24 años, las ideas importan más que cuando se tienen 40 o 50. Con frecuencia, ellas determinan los proyectos de vida, las elecciones profesionales y personales de esas nuevas generaciones. Basta recordar la importancia que las ideas tuvieron para nosotros, miembros de las generaciones más viejas. Empezamos a militar en alguna lucha concreta, alguna huelga, alguna movilización. Pero no elegimos cualquier organización. Optamos por aquella que mejor representaba nuestro deseo de cambiar el mundo. Nuestra elección se basó en ideas. Una organización que sustituya la política concreta por la propaganda abstracta está condenada a la marginalidad. Pero una corriente que no hable de comunismo, revolución, alienación, capitalismo y de cómo construir una nueva sociedad no merece llamarse socialista.

Mientras leemos este artículo, ¿cuántos jóvenes estarán buscando en ChatGPT cuál es la organización más revolucionaria, más socialista y radical? Por eso, hacer lucha ideológica en el siglo XXI es tener presencia en las redes, promover debates, participar en lives, producir videos. No bastan los viejos encuentros presenciales. Siempre serán importantes, pero ya no satisfacen nuestras necesidades. Se necesita no solo un perfil político y organizativo, sino ideológico.

La juventud quiere enfrentarse al mundo.

Las posiciones sindicales, los despachos parlamentarios, la «institucionalidad» (vida cotidiana ordenada) del movimiento de masas son muy importantes. Ayudan a dar un sentido de continuidad, estabilidad y fuerza a la lucha. Son instrumentos poderosísimos, sobre todo en tiempos de retroceso y avance del fascismo. Pero una organización que se limite a esa institucionalidad tendrá enormes problemas para conectarse con los sectores más combativos, más valientes de la juventud. Es necesario combinar distintos terrenos de lucha. Quien reivindica para sí la designación de revolucionario debe estar en la primera línea del enfrentamiento extrainstitucional. No necesitamos inventar nada, ningún foco ejemplar. La lucha de clases ya está llena de conflictos callejeros, acción directa, resistencia activa. Basta con ser parte de ellos. Y no solo estar presentes, sino ser el sector más consciente, proponer no solo tácticas de lucha, sino salidas estratégicas.

La juventud es antropofágica.

Existe un cierto sentido común bastante difundido según el cual «¡La juventud no lee!», «¡La juventud no estudia!». Sería necesario acceder a estadísticas serias al respecto para formarse una opinión. Sin embargo, por la forma en que ese asunto suele surgir, parece mucho más una ideología justificativa de la dificultad, por parte de los mayores, de establecer un diálogo intergeneracional. La juventud vive en las redes, es verdad. Lee menos que nuestra generación —también parece verdad—. Pero está absorbiendo el mundo, devorando ideas, nutriéndose de todo lo bueno y lo malo que circula en las redes, exactamente como nosotros lo hicimos en nuestra época. La juventud mira toneladas de cursos, conferencias, clases en línea, pequeños videos, carruseles, stories. ¡Quiere saber, y mucho! Pero lo hace a su manera, a la manera de su generación. Somos nosotros, los mayores, quienes miramos esta nueva forma de devorar el mundo con cierta arrogancia y muchas veces dejamos de dialogar. La juventud está en el apogeo de su curiosidad intelectual. Es necesario aprovechar esa estrecha ventana. Son pocos los individuos en los que ella no se cierra después, allá por los 40 o 50 años.


PERU. Tiempos Históricos "iZQUIERDA UNIDA" Una dirigencia de Maestros y Líderes Demócratas. La Juventud tuvo una respetable ubicación política, porque era una apuesta hacia el futuro. Juventud del siglo XX, que "enterramos" políticamente la dictadura del fujimontesinismo.
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La juventud quiere más que política.

«No solo de política vive el hombre», escribió Trotsky en su famoso artículo de 1923 publicado en la colección Cuestiones del modo de vida. En ese texto magistral, el organizador del Ejército Rojo defendía la necesidad de que el partido bolchevique se conectara con las masas a través de otros canales además de la política pura: cine, cultura, fiestas populares, clubes de alfabetización, incluso la secularización y resignificación de los rituales religiosos. Toda valía en la lucha por conectar con una población interesada no solo en las cuestiones estatales, sino sobre todo en la propia vida humana. La revolución socialista era un despertar total del individuo, y era necesario tenerlo en cuenta.

Lo mismo sucede con la juventud, que también puede ser vista desde el punto de vista de la consolidación de la personalidad, del establecimiento de los gustos personales, del autodescubrimiento y del desarrollo psíquico. Por eso, una organización que desee conectarse con la juventud necesita ofrecerle más que política. No se trata de crear nuevas pequeñas sectas destinadas a suplir todas las necesidades de conexión. No. La organización política no sustituye el mundo real. Pero es necesario que existan, dentro de la corriente juvenil, espacios de expresión y promoción artística, literaria, de ocio, de estudios más allá de la política, incluso de deporte y salud. «Nada de lo humano me es ajeno», habría dicho el dramaturgo romano Terencio en el siglo II a.C., y lo repitió Marx en una carta a su padre en 1837, en su fase bohemia y lírica. Y eso es muy sintomático. El hombre que escribió El capital pasó su juventud bebiendo cerveza en las tabernas alemanas y escribiendo poemas para su amada Jenny. Debemos orientarnos por esa vía: una juventud que no sea solo política, sino que ofrezca a sus miembros y simpatizantes un sentido de pertenencia más amplio. La Iglesia sabe aprovechar esto muy bien y ofrece a sus fieles mucho más que religión. Nosotros debemos hacer lo mismo.

 



La juventud quiere y tiene derecho a espacio.

No es raro que en el interior de las organizaciones socialistas la juventud sea considerada un «sector» como cualquier otro, cuando debería constituir el objetivo general de la corriente en términos de construcción. ¿Cuántos dirigentes de la vieja generación están dedicados al apoyo de la juventud? No se trata de colocar artificialmente adultos de 30 o 40 años a recorrer aulas convocando reuniones de centros de estudiantes, sino de brindar apoyo político, ideológico y organizativo a los cuadros que están al frente de las tareas. No basta con integrar representantes de la juventud en los organismos de dirección. Eso es solo el primer paso. Es necesario promover su formación, realizar cursos, campamentos, discutir los documentos de juventud en la máxima dirección de la corriente. Es preciso que una parte significativa del presupuesto de las organizaciones se destine al trabajo con la juventud. El cuidado con las profesionalizaciones demasiado largas de jóvenes que aún no han ingresado al mercado de trabajo es válido e importante, pero no anula la necesidad de un alto grado de inversión. En este terreno, tenemos importantes experiencias que pueden enseñarnos mucho. Es necesario conocerlas y debatirlas.

El futuro les pertenece.

El gran historiador Pierre Broué describió la construcción del partido bolchevique como una sucesión de olas generacionales que comenzaron a ingresar en la fracción leninista desde finales del siglo XIX hasta 1917. En todas esas olas, la juventud fue la vanguardia. Y en relación con todas ellas, Lenin siempre fue el decano:

«Por eso, la inmensa autoridad que posee sobre sus compañeros no es la de un sacerdote ni la de un oficial, sino la de un pedagogo o camarada, de un profesor y de un veterano —muchos lo llaman “El Viejo”—, cuya integridad e inteligencia se admiran y cuyos conocimientos y experiencias son muy estimados». Pero el propio Lenin tuvo en su tiempo la oportunidad de trabajar con los monstruos sagrados de la socialdemocracia europea: Plejánov, Axelrod, Vera Zasúlich y Potrésov durante el período londinense del Iskra, en los primeros años del siglo XX. La revolución más profunda de la historia fue un encuentro y una síntesis de generaciones.

De la misma forma, la revolución latinoamericana es inconcebible sin el protagonismo de la juventud, por el simple hecho de que ninguna revolución ha sido posible sin jóvenes. Los socialistas deben encarar el reclutamiento de la juventud como una tarea de vida o muerte, estratégica en todos los sentidos, no solo para una u otra organización concreta, sino para el propio país. El futuro siempre les ha pertenecido y siempre les pertenecerá. Y ellos harán de ese futuro lo que bien les plazca. Nos corresponde a nosotros abrir espacio. Al final de cuentas, la función principal de una generación es ser el puente hacia la generación siguiente. En eso consiste el mecanismo fundamental de la propia vida.

Henrique Canary: Doctor en Literatura y cultura rusa.

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