lunes, 29 de junio de 2020

LA UNIÓN DE LA IZQUIERDA Y LOS VERDES DERROTA A MACRON. SEGUNDA VUELTA DE LAS MUNICIPALES EN FRANCIA.

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“La palabra “histórica” figurará en muchos de los análisis de estas elecciones. Por el contexto en el que se celebró el proceso electoral iniciado el pasado 15 de marzo con la primera vuelta y luego interrumpido por el confinamiento. La segunda vuelta debió celebrarse el 22 de marzo, pero el 16 de marzo el presidente Macron la suspendió e instauró el confinamiento que se extendió hasta el 11 de mayo. El término histórico también se aplica a la creatividad con que verdes e izquierdas lograron armar alianzas ganadoras y, también, por la abstención. Ni el fin del confinamiento, ni las máscaras, ni las lapiceras o el gel disuadieron a los electores para ir a votar. Con un 41% de participación, la abstención superó todos los récords, incluido el de la primera vuelta (44,6%). Hasta los agonizantes socialistas le pusieron su marquita al calendario no sólo porque conservaran París sino, también, porque ganaron en Nancy, una ciudad de más de 100 mil habitantes donde Mathieu Klein y su alianza con los verdes y los comunistas destronó a la derecha. En Montpellier los socialistas protagonizaron una hazaña semejante.

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La Socialista Anne Hidalgo fue reelecta en París.

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LA UNIÓN DE LA IZQUIERDA Y LOS VERDES DERROTA A MACRON. SEGUNDA VUELTA DE LAS MUNICIPALES EN FRANCIA

Ecologistas e izquierdas lograron armar alianzas ganadoras, lo que significó un hecho histórico. Hubo alta abstención.

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Por Eduardo Febbro

Desde París lunes 29 de junio del 2020.

La unión arcoíris entró con fuerza en el rumbo político francés. Los ecologistas y las alianzas que se gestaron con otras corrientes de la izquierda francesa (PS, PCF, izquierda radical) durante la pandemia aparecen como la apuesta más ganadora de la segunda vuelta de las elecciones municipales. Europa Ecología Los Verdes (EELV) y sus socios de la izquierda, socialistas y comunistas principalmente, están en condiciones de ganar en Lyon, la tercera ciudad de Francia, en Burdeos, gobernada desde hace 75 años por la derecha, en Estrasburgo, Potiers, Annecy y también en otro bastión conservador, Tours. Incluso la gran ciudad portuaria del Sur de Francia, Marsella, podría pasar a la canasta de la alianza arcoíris. 

Los que se habían burlado de esos chicos “utopistas” que cuidan plantitas y promueven la bicicleta tendrán que revisar su comprensión de la realidad. Los numerosos puentes que los verdes y las izquierdas fueron construyendo, y de los que Página/12 dio cuenta paso a paso con mucha atención, desembocaron en una de las victorias verdes-rojas-rosas más extensas de que se tenga memoria. Al mega dogma liberal del crecimiento le salió un competidor nuevo: el crecimiento verde.

En París, la socialista Anne Hidalgo conserva la Municipalidad mientras que la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) encubre su escasa proyección municipal en el país con la victoria obtenida por la ex pareja de Marine Le Pen, Louis Aliot, en la ciudad de Perpiñán. Se trata de una perla porque Perpiñán es una ciudad de más de 120 mil habitantes, se convierte en la segunda de este tamaño que cae en manos de la ultraderecha después de Toulon en los años 90 y el candidato actual derrotó a la unión del resto de los partidos que suelen aunarse en un frente republicano contra el partido lepenista. En cuanto al partido presidencial, La República en Marcha (LRM), poco esperaba de esta consulta. Disperso, sin bases regionales (jamás las pudo extender), dividido y con escasas ideas, el movimiento del presidente Emmanuel Macron voló muy bajo. Sólo se salvó el primer ministro Edouard Philippe en la ciudad donde era candidato, Le Havre, donde ganó con 58,83% de los votos. 

Menos Emmanuel Macron, ganaron todos: los verdes, la extrema derecha, las izquierdas y hasta la derecha de Los Republicanos que pudo conservar casi todas las ciudades de más de 9.000 habitantes.

La palabra “histórica” figurará en muchos de los análisis de estas elecciones. Por el contexto en el que se celebró el proceso electoral iniciado el pasado 15 de marzo con la primera vuelta y luego interrumpido por el confinamiento. La segunda vuelta debió celebrarse el 22 de marzo, pero el 16 de marzo el presidente Macron la suspendió e instauró el confinamiento que se extendió hasta el 11 de mayo. El término histórico también se aplica a la creatividad con que verdes e izquierdas lograron armar alianzas ganadoras y, también, por la abstención.

 Ni el fin del confinamiento, ni las máscaras, ni las lapiceras o el gel disuadieron a los electores para ir a votar. Con un 41% de participación, la abstención superó todos los récords, incluido el de la primera vuelta (44,6%). Hasta los agonizantes socialistas le pusieron su marquita al calendario no sólo porque conservaran París sino, también, porque ganaron en Nancy, una ciudad de más de 100 mil habitantes donde Mathieu Klein y su alianza con los verdes y los comunistas destronó a la derecha. En Montpellier los socialistas protagonizaron una hazaña semejante. 

A su vez, la extrema derecha conquistó esa ciudad de Perpiñán tan simbólica para su historia moderna: Marine Le Pen, hace unos años, había empezado a tejer allí la nueva estrategia del partido: hacerlo pasar como un partido más sin la etiqueta de “diablo marrón” que llevaba puesta. Más globalmente, la segunda vuelta es un punto de inflexión y un ejemplo para quienes no creían en los pactos bicolores o tricolores. Las victorias ecologistas son espectaculares por la cantidad de ciudades, por la importancia demográfica que tienen y la forma en que, tras décadas y décadas de estar en manos conservadoras o presas de ese vaivén izquierda-derecha, pasan ahora bajo la autoridad verde. Hay, no obstante, un dato más que circula en estos resultados: además de las victorias netas, las alianzas con la ecología le permitieron a la socialdemocracia y las izquierdas afianzar victorias que parecían lejanas. 

El caso de París es muy concreto. Anne Hidalgo ganó a la candidata de la derecha, Rachida Dati, y a la de Emmanuel Macron, Agnès Buzyn (ex ministra de Salud), con el respaldo de una alianza con los ecologistas. Este esquema se repitió el domingo en numerosas localidades. La izquierda no ha muerto y la ecología ha dejado de ser la prima pobre del banquete electoral. El examen de conciencia ecológico y social que se produjo durante el confinamiento parece tener una límpida traducción electoral en esta consulta. 

Muchísimas ciudades francesas irán en bicicleta y con una rosa en la mano. Burdeos fue tal vez uno de los bastiones más imposibles de soñar. Sin embargo, con humildad y pedaleando, el ecologista Pierre Hurmic pactó con movimientos de la sociedad civil y con las izquierdas y se puso en el bolsillo una ciudad que lleva 75 años bajo el imperio de la derecha liberal y cuyo candidato conservador (el adversario) estaba respaldado por el macronismo y la derecha del ex presidente Nicolas Sarkozy. Burdeos es, entra todas, la gran capital de la burguesía vitivinícola de Francia. Hurmic no es un idealista verde sino un partidario de lo que él mismo denomina “la ecología pragmática”. Es un discípulo del filósofo y sociólogo anarquista Jacques Ellul (La edad de la técnica, Ediciones Octaedro, último libro traducido al español). Es muy probable que Marsella, segunda ciudad de Francia, imite a Burdeos. La candidata de la lista de izquierda, Michèle Rubirola, se mantenía a la cabeza en el recuento final. Rubirola es una ecologista respaldada por una alianza de izquierda (La Primavera marsellesa) donde también participa La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, el Partido Comunista y el Partido Socialista.

Pese a la abstención aplastante, las elecciones repartieron su premio a cada partido, fueron indiferentes al movimiento presidencial y, una vez más, probaron la viabilidad de la filosofía del diálogo entre movimientos que comparten las misas ideas y en los cuales se cruzan principios inamovibles de preservación de la naturaleza, igualdad y justicia social. Yannick Jadot, líder y eurodiputado de los verdes, observó anoche a propósito de la izquierda y la ecología que “lo apasionante en las ciudades que se mantienen o pasan (verdes o a la izquierda) es que lo hacen en torno a la ecología y la solidaridad”. Los ecologistas solos no llegan, y la izquierda sola tampoco. Hacen falta los dos más los movimientos ciudadanos (claves en las victorias de este domingo). Juntos constituyen una robusta propuesta política que recién empieza a dar sus primeros pasos. Hay, hoy, un leve trazo de ese impreciso mundo del mañana.

efebbro@pagina12.com.ar

 

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domingo, 28 de junio de 2020

MILES DE MILLONES DE NIÑOS CASTIGADOS POR LA PANDEMIA.

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“BRECHA DIGITAL. Los padres de todo el mundo se han visto sorprendidos por el cierre de escuelas. Sus hijos han tenido que permanecer en casa, experimentando con diferentes formas de educación en el hogar. Las escuelas han cerrado en 191 países, con al menos 1.500 millones de estudiantes y 63 millones de maestros de primaria y secundaria fuera de las aulas. Donde se dispone ampliamente de Internet, los niños han podido seguir sus estudios a través de plataformas digitales, aunque el carácter de ese aprendizaje pueda ser dudoso. La concentración ha disminuido y la profundidad de la experiencia educativa se ha vuelto superficial.

“Donde no se dispone de Internet, los niños no han podido continuar con sus estudios. Un estudio de UNICEF de 2017 mostraba que el 29% de los jóvenes en todo el mundo no disponen de conexión con Internet; en el continente africano, el 60% de los niños no están conectados, en comparación con el 4% de los niños europeos.

“Muchos de esos niños pueden conectarse a través de un teléfono haciendo uso de datos celulares que les resultan muy costosos; no tienen ordenador ni conexiones inalámbricas a Internet en el hogar. Un estudio reciente de la UNESCO descubrió que la mitad de los niños que no están en un aula, es decir, 830 millones de estudiantes, no tienen acceso a un ordenador; más del 40% de los niños no tienen Internet en casa. En África subsahariana, casi el 90% de los estudiantes no tienen ordenador en casa y el 82% no puede conectarse a través de banda ancha. La brecha digital es real y continúa impactando en las oportunidades educativas de los niños durante esta pandemia”

 

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 MILES DE MILLONES DE NIÑOS CASTIGADOS POR LA PANDEMIA.

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Por Vijay Prashad |27 /2020 | Mundo.

Rebelión sábado 27 de junio del 2020.

El “gran cierre” persiste mes tras mes. El virus prosigue su marcha por todo el mundo; la enfermedad continúa infectando personas y arrancando vidas. La incertidumbre nos afecta a todos, sin saber si se ha alcanzado el pico de la enfermedad y si el “gran cierre” se levantará pronto y si lo hará lentamente. En lugares como Brasil, India, Estados Unidos, gobiernos irresponsables e incompetentes están ansiosos por abrir todos los sectores para impulsar la actividad económica; no parecen preocuparse por romper la cadena de la infección. El presidente de Estados Unidos, Donald Trumpdijo que quería que las pruebas se ralentizaran, una peligrosa declaración que va en contra de todos los consejos de la Organización Mundial de la Salud. No tiene sentido terminar con el “gran cierre” si la apertura no va a conseguir más que seguir infectando a las personas y evitar un final adecuado de la pandemia.

Hay cifras inmensas de víctimas de este “gran cierre”. Los ingresos se han derrumbado para la mitad de la población mundial, mientras que las tasas del hambre van en aumento. Pero hay otras bajas, otras víctimas, de las que a menudo nos acordamos menos. 

Brecha digital

Los padres de todo el mundo se han visto sorprendidos por el cierre de escuelas. Sus hijos han tenido que permanecer en casa, experimentando con diferentes formas de educación en el hogar. Las escuelas han cerrado en 191 países, con al menos 1.500 millones de estudiantes y 63 millones de maestros de primaria y secundaria fuera de las aulas. Donde se dispone ampliamente de Internet, los niños han podido seguir sus estudios a través de plataformas digitales, aunque el carácter de ese aprendizaje pueda ser dudoso. La concentración ha disminuido y la profundidad de la experiencia educativa se ha vuelto superficial.

Donde no se dispone de Internet, los niños no han podido continuar con sus estudios. Un estudio de UNICEF de 2017 mostraba que el 29% de los jóvenes en todo el mundo no disponen de conexión con Internet; en el continente africano, el 60% de los niños no están conectados, en comparación con el 4% de los niños europeos.



Muchos de esos niños pueden conectarse a través de un teléfono haciendo uso de datos celulares que les resultan muy costosos; no tienen ordenador ni conexiones inalámbricas a Internet en el hogar. Un estudio reciente de la UNESCO descubrió que la mitad de los niños que no están en un aula, es decir, 830 millones de estudiantes, no tienen acceso a un ordenador; más del 40% de los niños no tienen Internet en casa. En África subsahariana, casi el 90% de los estudiantes no tienen ordenador en casa y el 82% no puede conectarse a través de banda ancha. La brecha digital es real y continúa impactando en las oportunidades educativas de los niños durante esta pandemia.

No está nada claro que estos niños puedan regresar a la escuela pronto. Se están estudiando formas creativas para continuar el aprendizaje a distancia, como el uso de estaciones de radio y canales de televisión comunitarios. Pero no ha habido voluntad de imponer un mandato para una programación educativa en canales privados de televisión y emisoras de radio.

Violencia

En junio, la OMS, junto con otras agencias de la ONU, lanzó un estudio trascendental: «Informe Global sobre la Prevención de la Violencia contra los Niños 2020». Lamentablemente, este estudio, como la mayor parte de las informaciones sobre la situación de los niños en nuestro tiempo, no ha recibido prácticamente la cobertura de los medios.

Los datos sobre la violencia contra los niños antes del gran confinamiento son impactantes. Uno de cada dos niños de 2 a 17 años sufre cada año alguna forma de violencia. Un tercio de los estudiantes entre las edades de 11 y 15 años fueron intimidados por sus compañeros durante el último mes, mientras que aproximadamente 120 millones de niñas han sufrido algún abuso sexual antes de los 20 años (es importante tener en cuenta que no hay números globales sobre las tasas de violencia sexual contra los niños). El informe ofrece la primera cifra mundial de homicidios en niños menores de 18 años; en 2017: 40.000 niños fueron víctimas de homicidio. Existen leyes en el 88% de los países del mundo que prohíben todas estas atrocidades; sin embargo, las tasas de información son bajas, y en al menos el 47% de los países, esas leyes se aplican de forma miserable.

El estudio de la OMS dice que las tasas de violencia contra los niños han aumentado durante la pandemia y que tal violencia “va a tener, probablemente, consecuencias negativas duraderas». En muchos países, como Estados Unidos, hay una disminución en la notificación de casos de abuso infantil a los servicios de protección infantil. Esto, argumentan los autores del estudio, se debe a que los

“proveedores esenciales de servicios comunitarios, como los maestros, trabajadores sociales, enfermeras, médicos, que en circunstancias normales reconocerían los signos de abuso, ya no tienen contacto directo con los niños y, por lo tanto, no pueden denunciar las sospechas de abuso”. En el Reino Unido, las llamadas a la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños han aumentado en un 20%.

Las restricciones al movimiento, desempleo, aislamiento, hacinamiento y otros factores, señala el informe, “han aumentado los niveles de estrés y ansiedad en padres, cuidadores e hijos”. Para aquellos hogares donde la violencia familiar es ya un problema, es un escenario de pesadilla. 

Las medidas para quedarse en casa han limitado las fuentes habituales de apoyo para familias e individuos, ya sean amigos, familiares o profesionales, erosionando aún más su capacidad para hacer frente con éxito a las crisis y nuevas rutinas de la vida cotidiana”. En su artículo en The Atlantic, Ashley Fetters y Olga Khazan dicen que esta es “la peor situación imaginable para la violencia familiar”.



Soluciones

Mientras el “gran cierre” prosiga, no hay buenas soluciones para la brecha digital o la violencia dentro de los hogares. Sin un sector público robusto que invierta en el acceso gratuito y universal a Internet y proporcione un ordenador a cada niño, no habrá un avance real sobre la brecha digital.

Del mismo modo, a menos que los gobiernos transformen sus sistemas de salud pública y sus programas de trabajadores sociales para que puedan tener un contacto frecuente con los hogares de las comunidades, no habrá una forma real de identificar casos de abuso infantil para proteger a los niños.

Ninguna privatización o filantropía puede resolver los problemas de la brecha digital y la violencia contra los niños. Lo que se necesita son programas bien financiados por un Estado descentralizado pero fuerte, con wifi gratuito y oficinas de salud pública y trabajo social en el vecindario. En un mundo posterior a la COVID-19, tales demandas políticas deberían estar en boca de todo el mundo. Es el único enfoque que podrá brindar protección a los niños.

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VIJAY PRASHAD es historiador y periodista, de origen indio. Ha sido profesor del Trinity College y actualmente es director del Instituto Tricontinental en Delhi. Es autor de numerosas obras, entre ellas: The Darker Nations: A People’s History of the Third World and The Poorer Nations: A Possible History of the Global South, No Free Left: The Futures of Indian Communism (New Delhi, LeftWord, 2015) y Red Star Over the Third World (LeftWord, 2017).

 

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