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“La Minga indígena, en su caminar por el país desde el 10 de octubre, logró concientizar a la población en la necesidad de participar en el diseño de una vida digna, derechos humanos, participación, gobierno, Estado, justicia tributaria, renta básica, democracia plena, empleo, salario digno, paz, justicia. Y no dejarlo en manos de los políticos del sistema que no sólo los han traicionado, sino que los siguen masacrando.
“La Minga indígena es un ejercicio deliberativo que aporta a regenerar la democracia, para que, más allá de expresión formal de partidos políticos, elecciones, no se tomen medidas contra las mayorías. Y advierte, además, que están en condiciones de destituir, bloquear, aislar al gobierno de turno y tomar en manos propias su destino.
“El paro Nacional fue antecedido por las manifestaciones del 9, 10 y 21 de septiembre, caracterizadas por una respuesta violenta y desproporcionada por parte de los cuerpos policivos, con asesinatos, detenciones arbitrarias, disolución de las protestas sin ninguna justificación, uso excesivo de gases lacrimógenos y otras armas disuasivas, y uso de armas de fuego por parte de personas ubicadas junto a las fuerzas policiales.
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EN COLOMBIA LA BRONCA POPULAR NO CESA.
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Por Camilo Rengifo Marín | 28/10/2020 | Colombia.
Rebelión miércoles 28 de octubre del 2020.
Decenas de miles de indígenas, estudiantes, profesores, miembros de organizaciones sociales y sindicales de Colombia participaron en una nueva jornada de protesta en las principales ciudades del país contra las políticas del gobierno del presidente ultraderechista Iván Duque, el asesinato de líderes sociales y los recientes y recurrentes abusos policiales.
El Paro Nacional y las marchas forman parte de una serie de protestas que comenzaron a finales del año pasado, incluidas las manifestaciones de septiembre contra la brutalidad policial que dejaron 13 muertos.
“Ver al pueblo en la calle nos llena de fuerza, nos llena de alegría, nos llena de esperanza para saber que no todo está perdido. A pesar de las violencias, a pesar de las masacres, de los asesinatos de líderes sociales, a pesar de tener un Gobierno en contra de los derechos de la gente, que no representa la voz del pueblo y que no escucha al pueblo”, señaló en la Plaza Bolívar de Bogotá la joven afrodescendiente Francia Márquez.
En la tarima central de la Plaza Bolívar, la mamá de Dilan Cruz, el joven asesinado hace 11 meses, alzó la voz por todas las víctimas del Estado, por los jóvenes asesinados a manos de la Policía, por todos aquellos casos que se encuentran en la impunidad y por el derecho a la vida.
“Hay una identidad política entre la minga indígena y el Paro Nacional, porque el problema en Colombia es estructural, es que es la vida la que está en riesgo, por eso nos hemos unido. Con la minga marchamos, nos regresaremos y continuaremos en movilización en las regiones”, aseguró el líder del pueblo Nasa, Feliciano Valencia.
Los motivos del descontento son múltiples: El incumplimiento del Acuerdo de Paz, las masacres y asesinatos de firmantes de la paz y de líderes/as sociales, la democracia amenazada por el autoritarismo, y el incumplimiento de los siete puntos del Pliego Nacional de Emergencia que siguen sin ser atendidos desde el gobierno uribistal.
Los manifestantes demandan, asimismo, una renta básica para trabajadores que perdieron sus empleos por la pandemia, la financiación del sistema de salud, un plan de apoyo a la educación y acciones para que cesen los feminicidios y agresiones contra dirigentes sociales y exguerrilleros amnistiados.
Unos 10 mil indígenas que integrantes de la minga, habían llegado a Bogotá con la exigencia de una reunión con Duque, que éste no aceptó, por lo que decidieron regresar a sus lugares de origen, para desde ahí continuar su lucha por el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados con la desarticulada guerrilla de las FARC y el cese de la violencia en sus territorios
La Minga indígena, en su caminar por el país desde el 10 de octubre, logró concientizar a la población en la necesidad de participar en el diseño de una vida digna, derechos humanos, participación, gobierno, Estado, justicia tributaria, renta básica, democracia plena, empleo, salario digno, paz, justicia. Y no dejarlo en manos de los políticos del sistema que no sólo los han traicionado, sino que los siguen masacrando.
La Minga indígena es un ejercicio deliberativo que aporta a regenerar la democracia, para que, más allá de expresión formal de partidos políticos, elecciones, no se tomen medidas contra las mayorías. Y advierte, además, que están en condiciones de destituir, bloquear, aislar al gobierno de turno y tomar en manos propias su destino.
El paro Nacional fue antecedido por las manifestaciones del 9, 10 y 21 de septiembre, caracterizadas por una respuesta violenta y desproporcionada por parte de los cuerpos policivos, con asesinatos, detenciones arbitrarias, disolución de las protestas sin ninguna justificación, uso excesivo de gases lacrimógenos y otras armas disuasivas, y uso de armas de fuego por parte de personas ubicadas junto a las fuerzas policiales.
Las manifestaciones concluyeron esta vez en forma pacífica en las principales ciudades del país, bajo la consigna
“Por la vida, democracia, paz y negociación del pliego de emergencia. Antes de partir de la ciudad, líderes de la minga lograron pronunciarse ante la Cámara de Representantes, en donde afirmaron que, si bien la comunidad partía a sus territorios, la labor recién estaba empezando.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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