jueves, 26 de diciembre de 2013

CHILE. BACHELET.- LA GOBERNABILIDAD PARA EL CAMBIO.

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"Es una nueva visión de la Gobernabilidad, desde la perspectiva de un conjunto de cambios estructurales - cambios que al final cambiarán definitivamente la estructura en su totalidad de sistema vigente -. Abordar el problema de la Educación Pública, el sistema de Tributación, así como una Nueva Constitución, en definitiva marcaran sin duda un escenario, donde en lo fundamental la Confianza, “goce de buena salud”, – la Ciudadanía debe confiar en la Agenda Social de su Presidenta, su Gobierno y su Alianza Política – pero a su vez los políticos esta vez no pueden fallar, traicionar las grandes expectativas que la Sociedad Civil está depositando en ellos. Hablar de una Gobernabilidad para el cambio, es entender como conjunto dialéctico, sistematizado de “pool” de cambios sociales, económicos y políticos, significa en la práctica una nueva, diferente y forma superior de  “hacer uso político” de la gobernabilidad, ahora como Política de Estado y siempre tomando como base la estabilidad política, La Confianza – como ámbito dialéctico personal, social e institucional - y la legitimidad de las Instituciones. El camino no será fácil, a pesar que la gran mayoría de electores han otorgado su Confianza personal y social en la Dra Bachelet,  si tenemos en  cuenta que la derecha no es “manca”, sorda ni ciega – también hará lo mismo desde el punto de vista político, en especial desde el frente de los medios de comunicación.

Si tomamos en cuenta, además complementariamente el conjunto de reformas – como cambios sociales importantes – en el ámbito laboral, las pensiones, - en especial trabajar el múltiple y  complejo ámbito de las AFPs - el fortalecimiento de la salud pública, la sustentabilidad energética y ambiental – realmente abordar esta problemática por su complejidad, pero dándole un enfoque desde el “mundo” de la sustentabilidad,  constituye y representa un cambio estructural, donde las políticas de Estado, sobre la Gobernabilidad, asumen un rol absolutamente diferente en relación al sistema democrático liberal y la visión política que tienen o hacen uso de la gobernabilidad – por lo general acuerdos de líderes – caudillos – para garantizar “estabilidad política” y forjar políticas de viabilidad, “confianza” al poder del “gran inversionista” – las corporaciones transnacionales – y además cuentan con el  “visto bueno” del inmenso poder de los medios de comunicación, que por lo general son actores importantes en la dinámica de la Agenda de Gobierno.


El movimiento Universitario deberá ser el actor principal en el gran cambio del sistema educativo en la vecina República de Chile. La Dra Bachelet como Nueva Presidente será la Líder Política que exigen los cambios sociales y políticos en Democracia.
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“No queremos mejorar el sistema, el sistema hay que cambiarlo” expresaba la Líder Universitaria Camila Vallejo  - hoy elegida diputada por Nueva Mayoría y representante del Partido Comunista El problema de la Educación en su dimensión, no solamente por un cambio de la educación como sistema educativo, sino comprendido como conjunto de cambios sociales, además opinaba, “Hoy día somos los estudiantes, somos los jóvenes, somos los trabajadores, somos la sociedad completa, somos Chile, nuestro pueblo, los que gritan y manifiestan la necesidad de un cambio”, reformas sociales que significan y contienen, – calidad, performance de la políticas, responsabilidad, visión de futuro –; además comprender esta problemática educativa, como uno de los importantes problemas puestos en debate, es y sigue siendo un cambio del sistema económico social, sin lugar a dudas, en los últimos 5 años, forjando un movimiento social universitario ejemplo de lucha, unidad y perspectiva de futuro. En ese escenario turbulento, multipolar, epicentro de las clases y la lucha de clases, es el gran problema estructural y por su complejidad, difícil de darle una solución en el centro de un modelo neoliberal, es el mundo originario de los Mapuches, que reclaman su reconocimiento en base a la nueva Constitución así como la devolución de sus tierras y su reconocimiento como “nación” Mapuche y/o grupo étnico originario. Grandes desafíos, gran responsabilidad, fuerte compromiso con el futuro y sobre todo una Nueva Visión de la Gobernabilidad como instrumento democrático, como herramienta política en el gran proceso de los cambios sociales y transformaciones políticas en Democracia.
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Su gobierno deberá garantizar gobernabilidad para el cambio, de grandes reformas estructurales.
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CHILE. BACHELET.- La gobernabilidad del cambio.
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Estamos hablando de reformas, no de revolución; de reformas estructurales, no de maquillajes.

Esto no significa renegar de los 20 años de la Concertación. Estos nuevos compromisos no serían posibles sin los cambios que hemos introducido en nuestra historia reciente.

Somos distintos en una serie de cosas. Y a pesar de todo eso, nos hemos puesto de acuerdo en un programa de gobierno y en una fórmula presidencial, parlamentaria y de cores.

La Tercera. Opinión Jueves 26 de diciembre del 2013.
Ignacio Walker.

EL PROGRAMA de la Nueva Mayoría corresponde en verdad a una agenda social contra la desigualdad y el abuso. Eso recoge el ethos de esta Nueva Mayoría, el compromiso de Michelle Bachelet y los anhelos de cambio de la inmensa mayoría de la ciudadanía como ha quedado de manifiesto en las últimas elecciones presidenciales y parlamentarias. Esa agenda social se puede resumir en tres compromisos fundamentales: reforma educacional, reforma tributaria y una nueva constitución.

Estamos hablando de reformas, no de revolución. Estamos hablando de reformas estructurales, no de maquillajes. Estamos hablando de muy altas expectativas por parte de la población y de un programa muy ambicioso.

Esas tres reformas no son excluyentes. Están también las cuestiones de los cambios en el ámbito laboral, las pensiones, el fortalecimiento de la salud pública, la sustentabilidad energética y ambiental, el nuevo trato con los pueblos indígenas, partiendo por su reconocimiento constitucional, entre otros aspectos fundamentales. Hemos dicho que se trata de un “nuevo ciclo” en términos de los nuevos desafíos que surgen producto de los profundos cambios que hemos llevado a cabo como país en el último cuarto de siglo. Ese nuevo ciclo no significa renegar de los 20 años de la Concertación. Muy por el contrario, muchos vemos que estos nuevos y ambiciosos compromisos no serían posibles sin los cambios que hemos introducido como país en nuestra historia más reciente. Se trata de un equilibrio entre continuidad y cambio, entre reforma social y estabilidad política, al interior de un acuerdo electoral -no alcanza a ser una coalición política, la que supone un acuerdo estratégico, de mediano y largo plazo, entre fuerzas políticas afines y convergentes- de centroizquierda. El tema de fondo y el desafío que tenemos por delante no es otro que el de la gobernabilidad del cambio.

La Presidenta Michelle Bachelet cuenta no sólo con una gran mayoría electoral reflejada en el 62% de los votos obtenidos en la segunda vuelta, sino que con un liderazgo transversal que va más allá incluso de la Nueva Mayoría. Ella encarna como nadie los anhelos de cambios de las grandes mayorías del país.

Siendo importante ese liderazgo y esa mayoría electoral son sólo una parte de la ecuación. La otra parte está constituida por la mayoría con que va a contar la Nueva Mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados. De allí la importancia de la Nueva Mayoría en cuanto base de apoyo político del gobierno de la Presidenta. No hay excusas para no hacer la pega. Aquí no sobra nadie, la Nueva Mayoría ha estado marcada desde su misma gestación por el signo de la inclusión y no de la exclusión.

La buena nueva es que sus integrantes no pensamos igual. Somos distintos en una serie de cosas. Y a pesar de todo eso nos hemos puesto de acuerdo en un programa de gobierno y en una fórmula presidencial, parlamentaria y de consejeros regionales. La incorporación del PC, del MAS y de la Izquierda Ciudadana a una fórmula que integra también a los partidos de la Concertación, es un nuevo desafío que nos va a tensionar y exigir como nunca antes. Lo que nos une, desde nuestra diversidad, es el programa de la Nueva Mayoría y nuestra misión es llevarlo a cabo de la mejor forma posible. En la cancha se verán los gallos, quién es quién, con qué grados de lealtad.

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