miércoles, 11 de noviembre de 2015

CAYÓ EL GOBIERNO PRO AUSTERIDAD DE PORTUGAL.

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PORTUGAL LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA “DERROTA” A LOS CONSERVADORES DE LA AUSTERIDAD NEOLIBERAL.- Dos situaciones centrales, fundamentales en el escenario político luso: La Unidad de la Izquierda y el fin de las políticas de austeridad, deben terminar no por decisión de la derecha financiero-política, porque “jamás” lograran comprender el terrible mal que están causando - están asesinando con sus políticas a dos generaciones  - en especial a la juventud; a los trabajadores cercenando sus derechos sociales – laborales - y en general al pueblo en su conjunto, donde emerge la “Nueva” Ciudad Global, (fría, violenta, inhumana) hoy depositaria de nuevas formas de extrema pobreza, desocupación desempleo, privatización de los servicios públicos) base y cimiento de la terrible desigualdad económico-social. Las diferencias en los distintos bloques de la Izquierda, pensando, reflexionando, en la práctica pueden y deben ser superados  – no en beneficio de sus intereses de grupo – sino que puesto en la “mesa social y política” del país los derechos y reivindicaciones de la ciudadanía pesan más, tienen mayor importancia, que intereses de cúpulas. Saludamos la  Unidad política de los distintos bloques de la Izquierda, y debe ser el ejemplo, que deben seguir otros colectivos políticos con la finalidad de sacar del gobierno a quienes creen que gobernando en favor de las elites financiero-políticas,(La Nueva Gran Burguesía Global) del capital corporativo mundial, están al “servicio” de la sociedad (cuento y más farsa anti-política). Lo importante hoy en la coyuntura de un mundo multipolar, es saber “sellar” la Unidad de los bloques o colectivos de la Izquierda con la finalidad de que en el propio escenario de las luchas sociales – la calle, la plaza pública, los sindicatos, la movilización social – los Ciudadanos (actores sociales y protagonistas políticos) de estas nuevas formas de hacer política, se garantice la continuidad del proceso. La Ciudadanía espera que la UNIDAD forjada en la coyuntura del debacle social y político de las políticas de la  austeridad neoliberal, - la troika debe estar preocupada, como asesta un golpe anti-político, en defensa del Primer Ministro conservador - sea el comienzo de forjar y construir las bases de una Nueva Democracia de Ciudadanos.

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Passos Cohelo se retira del recinto legislativo tras la moción de rechazo de la izquierda, que tumbó su gobierno en Portugal.

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CAYÓ EL GOBIERNO PRO AUSTERIDAD DE PORTUGAL.

El Primer Ministro conservador debió renunciar tras una Moción de rechazo de la Izquierda.
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La caída de Pedro Passos Cohelo se produjo apenas once días después de tomar posesión, gracias a la alianza de socialistas con izquierdistas, verdes y comunistas, que juntos cuentan con mayoría absoluta en la Cámara legislativa.

Página /12 miércoles 11 de noviembre del 2015.

La izquierda de Portugal aprobó ayer una moción de rechazo con la que derribó el gobierno conservador de Pedro Passos Cohelo, convirtiéndolo en el más breve de la historia de la democracia lusa. Tal y como estaba previsto, su caída se produjo apenas once días después de tomar posesión, gracias a la alianza de socialistas con izquierdistas, verdes y comunistas, que juntos cuentan con mayoría absoluta en la Cámara.
El presidente de la Asamblea Nacional, el socialista Eduardo Ferro Rodrigues, anunció que la moción, la cual giró en torno del programa del Ejecutivo, de centroderecha, fue aprobada por 123 votos a favor y 107 en contra. Passos Cohelo ganó los comicios del pasado 4 de octubre con cerca del 39 por ciento de los votos, seis puntos más que el segundo, el líder socialista Antonio Costa, una victoria que sin embargo lo dejó en minoría en el Parlamento.
El líder del Partido Socialista (PS) y aspirante a encabezar el próximo gabinete con el apoyo del marxista Bloque de Izquierda, el Partido Comunista Portugués (PCP) y Los Verdes, Antonio Costa, afirmó que aguardaría “serenamente” a que el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, proceda a la apertura de contactos previos al encargo de formar un nuevo ejecutivo. El discurso de Costa fue intenso y marcó un momento decisivo en la historia de Portugal, ya que como él mismo subrayó, es la primera vez que puede haber un gobierno apoyado por los cuatro partidos de la izquierda. Durante su intervención, el líder hizo un guiño a sus socios de izquierda. “Saludo el sentido de responsabilidad patriótica que Portugal necesita y que garantiza el cambio que pidieron los portugueses en las elecciones”, dijo. “Se puede pasar la página de la austeridad en la Zona Euro”, proclamó Costa, quien recibió las críticas del centroderecha por haberse aliado con la izquierda radical. Costa defendió el pacto con el Bloque y el PCP, dos fuerzas históricamente beligerantes con los moderados del PS. “Nuestra unión se sustenta en la seriedad e incluye la garantía de que se examinarán de forma conjunta los Presupuestos del Estado”. Costa achacó al actual Ejecutivo de centroderecha una actitud sumisa ante la Unión Europea. “Es un gobierno que no responde a la voluntad de cambio de los portugueses”, dijo. “Presentamos un programa coherente, creíble, con condiciones estables a lo largo de la legislatura. Cumpliremos lo que no fueron capaces de hacer: formar una alternativa de soporte mayoritario a un gobierno minoritario”, explicó. “Se puede aliviar la asfixia social de la clase media y mejorar el rendimiento de las familias sin tener que compartir la misma opinión sobre la OTAN; defender el Estado Social sin entrar en debate en los temas de euro; o combatir la precariedad laboral a pesar de pensar de forma diferente sobre la UE.” Entre las medidas pactadas por las fuerzas de izquierda se destacan la reposición integral de los recortes salariales aplicados a los funcionarios, un aumento gradual del salario mínimo de los 505 euros hasta los 600 en 2019, actualizar las pensiones y revocar varias privatizaciones.
Sin embargo, en su turno, Passos Cohelo acusó a Costa de tener “apetito de poder”. Después de una intervención muy dura, al final, suavizó el semblante y sonriendo dijo que no es normal que alguien tenga que dejar el gobierno con el voto de los electores. “Pocos políticos pueden enorgullecerse de esa circunstancia”, afirmó.
Debido a las características del sistema político portugués –semipresidencialista, al estilo del francés–, la Constitución otorga al jefe del Estado un vasto poder a la hora de interpretar el resultado de las elecciones y decidir quién debe formar gobierno. El presidente, el conservador Aníbal Cavaco Silva, escogió como primera opción a Passos Cohelo por ser el aspirante más votado, a sabiendas de que corría el riesgo de ser tumbado en su primera intervención en el Parlamento.
La Carta Magna no obliga a que el nuevo Ejecutivo someta a votación su programa –una característica que la mayoría de juristas justifica con el objetivo de favorecer la existencia de gobiernos en minoría–, pero sí permite a la oposición presentar una “moción de rechazo” que, de ser aprobada, implica la dimisión del gabinete de ministros, tal como ocurrió ayer.
Desde la llegada de la democracia a Portugal, hace más de cuatro décadas, este recurso sólo prosperó una vez, en 1978, con el independiente Alfredo Nobre da Costa como líder del gobierno. En estas circunstancias, el protagonismo recae nuevamente en Cavaco Silva, quien debe volver a reunirse con todos los partidos antes de hacer pública su decisión.
El presidente tiene ahora que elegir entre encargar a la izquierda la formación de gobierno, mantener al actual en funciones hasta la celebración de nuevas elecciones –no antes de junio de 2016– o formar un Ejecutivo “de iniciativa presidencial” con personas independientes.
Mientras en el interior del hemiciclo la oposición izquierdista derribaba el gobierno, dos manifestaciones enfrentadas discurrían a las puertas del Parlamento, una en apoyo de los conservadores y otra favorable a los grupos de izquierda.
Miles de personas se juntaron en la zona, separadas por un pasillo de seguridad y atentamente vigiladas por la policía, que reforzó el operativo para evitar incidentes. La protesta convocada por miembros de los partidos de centroderecha dirigió sus críticas contra Costa y le acusó de encabezar un ataque contra los legítimos ganadores de las elecciones.
Enfrente, manifestantes reunidos por el mayor sindicato del país, la CGTP (de orientación comunista), mostraron su respaldo a un acuerdo de izquierdas que ponga fin a la austeridad.

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