martes, 3 de noviembre de 2015

VARGAS LLOSA, UNA PLUMA POLÍTICA FRUSTRADA.

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Odio, resentimiento, venganza en política es mala consejera, por lo general te conduce a un pequeño “mundo”, donde te consideras el “único”, el predestinado, y si en el extremo de la ideología eres No creyente, (Para mí, (disculpe) “para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”), muy fácil este pequeño mundo que se construyes con tus ideas absolutas, te lleva inexorablemente a considerarte que eres el “nuevo dios” de la Ideología y la Política en un escenario global donde la Política está en  crisis estructural, no solo la política, sino los propios partidos política, la “clase política” que ha sido atrapada, capturada por la corrupción en todas sus formas visibles e invisibles, como también la propia representación política y llegar (por el momento) hasta la pérdida absoluta de la Confianza y la legitimidad de las Instituciones. Tú pequeño “mundo absoluto” que te construyes, no te permite ver la Política – miras solamente odio, venganza, frustración – y siempre te lleva a apostar por los perdedores, por los responsables del desastre actual de cada uno de los países, si nos concentramos, su opinión, sólo en Nuestra América. Y los responsables son aquellos políticos, farsantes, mentirosos, corruptos que han hecho de la política un negocio, un servilismo a los poderes facticos internos y globales. Sus intereses de clase están primero o por encima de las derechos de los pueblos  y la propia  soberanía nacional.

Dr. Vargas Llosa Usted es un excelente escritor, Premio Nobel, reconocido en todo el mundo por su capacidad y sus cualidades como Novelista. Pero cuando ingresa al mundo de la política, Usted con todo respeto se cree un divino, un “dios” que sus expresiones, que sus opiniones deben ser aceptadas y respetadas, porque es usted el “único” que está en lo cierto, es dueño absoluto de la verdad, los demás – millones de latinoamericanos no valemos y somos un céntimo en la política porque usted es el dueño de la verdad. Revise por favor sus opiniones sobre Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil – donde hoy, tenemos nuevos procesos políticos más allá del neoliberalismo que usted defiende con tanta pasión – que me recuerda a la primera vez que lo escuché en el Paraninfo de la Universidad San Agustín el año 1964, y usted era un apasionado – sectario, dogmático – defensor de la Revolución Cubana. Han pasado 50 años y la Revolución es más victoriosa  porque es el trabajo, fuerza, energía y lucha diaria de un pueblo contra las políticas del bloqueo económico, comercial y financiero del imperio.

Usted cambió Dr. Vargas Llosa, pero está bien que defienda hoy su neoliberalismo que nosotros lo respetamos, pero no compartimos. No cree que los procesos políticos actuales en estos países son resultado de la lucha de sus pueblos, que no es copia ni calco, sino creación heroica en  cientos de batallas en las calles y plazas públicas en tiempos de Democracia. No le parece que es lógico, normal, político con inmenso respeto que cada pueblo forja y construye su futuro, no estamos en tiempos de imposición y menos de violencia política – mire como sus socios a los que usted defiende, cómo imponen la violencia como su única forma de traerse abajo los procesos políticos-. Finalmente usted defiende al señor Macri – muy bien lo felicito – pero si hace oposición política hágalo con la VERDAD y reconozca que algo de bueno debe haber en los 15 años de políticas democráticas y progresistas que sacaron al país del infierno de la crisis neoliberal, más grande de su historia el año 2000 y la caída de más de 5 gobiernos, Recuerda el corralito, también que se vayan todos. Hoy Argentina es otro país – que salió del fondo del mundo subterráneo donde lo condujo las políticas neoliberales del Consenso de Washington impuestas por el señor Menen. O No Dr. Vargas Llosa. Gracias, finalmente repito que el odio, el resentimiento, la frustración son malas consejeras en política.


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VARGAS LLOSA, UNA PLUMA POLÍTICA FRUSTRADA.
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Alfredo Serrano Mancilla.
CELAG

Rebelión martes 3 de noviembre del 2015.

A pesar de todos los premios literarios, Vargas Llosa sigue atravesado por su derrota en las elecciones presidenciales de Perú del año 1990. Jamás lo superó. Ninguno de sus merecidos reconocimientos como escritor compensó su anhelo de todo niño hijo de la oligarquía latinoamericana de la época: ser Presidente. Desde entonces, ha persistido con sus diatribas en defensa de cualquier propuesta de la derecha naciente en América latina. Su tono se enfureció mucho más durante el siglo XXI luego de la llegada de los gobiernos de signo contrario a sus designios. En todos esos casos (Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador), la democracia dejaba de ser un sistema justo para elegir sus mandatarios. El pueblo dejaba de tener razón. Y Vargas Llosa sustituía su pluma ilustrada y creativa por un lenguaje de brocha gruesa, de lugares comunes cómo cualquier político obsoleto de la derecha del siglo XX.

El novelista y ensayista ha vuelto a aparecer en escena con las elecciones argentinas. En su editorial, de El País, “Una esperanza argentina”, hace campaña en modo hooligan a favor de Macri. Le regala todo tipo de piropos como adalid de la libertad y democracia a pesar de que su fortuna –la de la familia Macri- se fraguó en época de dictadura. Por el contrario, arremete sin piedad contra el peronismo y el kirchnerismo. Les insulta con el peor lenguaje barriobajero. Se atreve incluso con equiparar lo que sucede en Argentina con el nacismo y fascismo: “el fenómeno del peronismo es, al menos para mí, más misterioso todavía que el del pueblo alemán abrazando el nazismo y el italiano el fascismo”. Su lengua viperina no tiene límites. A Chávez le dijo absolutamente de todo. Lo mismo contra Evo Morales o Correa. A Néstor y Cristina también les despreció con todo tipo de improperios. Todo porque –tal como él mismo afirma- Argentina no vuelve “al primer mundo”, a su primer mundo, a ese mundo privilegiado para unos pocos donde está prohibida la entrada de las mayorías. Vargas Llosa, como buen marqués (marquesado hereditario español que le fue creado y entregado por el rey Juan Carlos), siempre defiende a su propia su casta.

Su mirada está impregnada de rencor y mentiras. Habla de empobrecimiento cuando Argentina es el país, según la CEPAL, que más ha erradicado pobreza y reducido desigualdad gracias a las políticas públicas del kirchnerismo. Crítica el antiamericanismo del gobierno después de que éste se haya negado a acatar lo que un juez de Nueva York sentencia a favor de los fondos buitres. Para Vargas Llosa el americanismo ha de significar todo proyecto político impuesto desde Estados Unidos en vez de cualquier construcción de una América latina más emancipada. Seguramente, jamás pudo digerir aquel No al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) que tuvo lugar precisamente en Mar del Plata hace una década. El gobierno K jugó un rol clave en esa batalla y eso escuece todavía mucho a aquellos que defienden que América latina ha de volver subordinadamente al redil atlántico trazado por Estados Unidos y Europa.

Vargas Llosa sigue sin comprender absolutamente nada de lo que sucede al interior del cambio de época latinoamericano. Sigue apoyando a perdedores en América latina: Henrique Capriles en Venezuela, Aecio Neves en Brasil, Lacalle Pou en Uruguay, Rubén Costas en Bolivia, Mauricio Rodas en Ecuador. En esta ocasión apuesta por Macri a ver si logra de una vez por todas ganar una elección en países que buscaron otro camino diferente al neoliberalismo. El 22 de Noviembre veremos si atina. Por ahora, sus aciertos son prácticamente nulos. Su olfato político deja mucho que desear.

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