martes, 17 de noviembre de 2015

EL G-20 MANTIENE EN LA MIRA A LOS FONDOS BUITRE. CUMBRE DE LOS JEFES DE ESTADO EN TURQUÍA: LA CRISIS COMO MARCO.

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“Los mercados financieros continúan presentando riesgos e incertidumbres y los desafíos geopolíticos se están convirtiendo cada vez más en una preocupación global”, reza el comunicado. La potencia exhibida por el grupo de países hace siete años a la hora de legitimar políticas expansivas para enfrentar la crisis internacional quedó relegada y desdibujada por el creciente alcance del ajuste fiscal en algunas economías. El eje del debate planteado por Turquía –el lema fueron “las tres I: inclusión, implementación e inversión”– colisiona con el discurso económico ortodoxo que gobierna la mayoría de los espacios del foro. En el actual escenario económico donde la crisis fue reemplazada por estancamiento, el comunicado final no representa una guía de acción ineludible para los miembros del foro. Sin embargo, en el gobierno argentino celebraron la centralidad lograda por el empleo y la distribución del ingreso en el comunicado final. “El aumento de la desigualdad en muchos países puede plantear riesgos para la cohesión social y el bienestar de nuestros ciudadanos, también puede tener un impacto económico negativo y obstaculizar nuestro objetivo de aumentar el crecimiento”, sostiene el texto.

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EL G-20 MANTIENE EN LA MIRA A LOS FONDOS BUITRE.
Los Presidentes advirtieron sobre los riesgos que implican los Holdouts para los procesos de reestructuración.
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El comunicado final remarcó la necesidad de implementar tareas conjuntas para impedir que pongan en jaque al sistema financiero y se instó al FMI a explorar vías de mercado para incorporar cláusulas de acción colectiva al stock pendiente de deuda internacional.

Página /12 martes 17 de noviembre del 2015.

El riesgo sistémico que representa el accionar de los fondos buitre sobre los procesos de reestructuración de deuda soberana fue nuevamente incluido como problema en la agenda de los países que integran el G20. En su declaración final, que se difunde luego de la cumbre de jefes de Estado de ese cónclave, se destaca la necesidad de implementar tareas conjuntas a escala global para impedir que los holdouts pongan en jaque al sistema financiero y se insta al Fondo Monetario Internacional a promover el uso de cláusulas de acción colectiva y a explorar vías de mercado para incorporarlas al stock pendiente de deuda soberana internacional. “La amenaza de los fondos buitre aún sigue vigente. Necesitamos reglas claras en la nueva arquitectura financiera internacional, un nuevo marco jurídico con principios sanos y transparentes”, sostuvo ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, en el plenario que dio inicio a la segunda jornada de la cumbre del G-20, que se desarrolló hasta ayer en la ciudad turca de Antalya.
La cruzada argentina contra los buitres logró instalarse ya como uno de los temas clave en la agenda de las principales potencias económicas, pese a que algunos países desarrollados prefieran mantener el status quo. El pasado 10 de septiembre se aprobaron por amplia mayoría un conjunto de principios impulsados por el equipo económico y diplomático en Naciones Unidas, que se basa en restringir el margen de maniobra para los fondos buitre, legitimar el derecho de los países para encarar reestructuraciones de deuda que permitan volver a crecer y seguir pagando sus obligaciones y garantizar que los inversores de buena fe no se vean afectados por litigios especulativos. El G-77 más China respaldó la propuesta con 135 votos a favor, 42 abstenciones y 6 negativos (Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Israel y Canadá).
“Damos la bienvenida al progreso alcanzado en la implementación de cláusulas de acción colectiva y pari passu fortalecidas en los contratos internacionales de bonos soberanos, los cuales contribuirán al orden y la predictibilidad de los procesos de reestructuración de deuda soberana. Pedimos al FMI, en consulta con otras partes, que continúe promoviendo el uso de dichas cláusulas y que continúe explorando vías de mercado para acelerar su incorporación al stock de deuda soberana internacional pendiente”, dice el punto 18 de la Declaración de la 10º Cumbre de jefes de Estado del G-20.
“Los países en su conjunto están más endeudados que antes de la crisis y la escandalosa interpretación de la Justicia estadounidense en la sentencia del caso argentino demuestra que el problema es aun más grave y que la amenaza de los fondos buitre aún sigue vigente”, afirmó el ministro de Economía argentino. El funcionario instó a no hacerse los distraídos. “No puede ser que cualquier empresa privada tenga mejores condiciones para reestructurar sus deudas que una nación soberana”, aseguró ante la presencia de los líderes de las veinte economías más grandes del mundo en El titular del Palacio de Hacienda afirmó que “en base al caso argentino se modificaron para siempre los contratos de deuda y el enfoque que se tenía hasta hace poco”. “Los ataques de buitres no atañen sólo a países en vías de desarrollo sino también a los países desarrollados”, dijo el funcionario.
En el documento del G-20 se reconocieron las iniciativas existentes dirigidas a mejorar las prácticas de financiamiento sustentables, entre las que se mencionan que las reestructuraciones de deudas soberanas deben ser oportunas, sistemáticas, eficaces, justas y negociadas de buena fe. El ministro advirtió que “en el marco de una crisis mundial persistente cuyas consecuencias aún se observan, el problema de la deuda permanece y la arquitectura financiera internacional necesita cambios urgentes”. “Los cambios en las cláusulas contractuales y el fortalecimiento en las cláusulas de acción colectiva son pasos importantes, pero no solucionan el problema estructural que estas cláusulas aún tienen en la deuda ya emitida. Esa amenaza permanece latente”, concluyó. Todavía quedan 900 mil millones de dólares en deuda con las cláusulas viejas que permitieron los abusos buitres.
En sus respectivas intervenciones, los presidentes de las naciones participantes expresaron su preocupación por la reestructuración de deudas soberanas y la necesidad de seguir trabajando para encontrar una solución satisfactoria. Kicillof participó luego de un almuerzo de trabajo en el cual se abordaron temas comerciales y energéticos, se delineó la adopción del Comunicado y el Plan de Acción de Antalya y se presentó a China como la sede de la onceava cumbre a realizarse el año próximo. La agenda del ministro Kicillof continuó con reuniones bilaterales con su par de Finanzas de la Federación rusa, Anton Seluyánov, y de Francia, Manuel Valls, en las que también participaron el titular de la cartera de Planificación, Julio De Vido, y el secretario de Relaciones Económicas de Cancillería, Carlos Bianco.
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CUMBRE DE LOS JEFES DE ESTADO EN TURQUÍA: LA CRISIS COMO MARCO.

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La declaración final del Grupo de los 20 refleja la preocupación por el desempeño de la economía mundial y los problemas estructurales. Reuniones bilaterales de Kicillof.

Página /12 martes 17 de noviembre del 2015.

La declaración final de la décima cumbre de jefes de Estado de los países del G-20 lamenta el pobre desempeño de la economía internacional. A diferencia de otros foros internacionales donde se impone una visión netamente neoliberal, el diagnóstico del grupo apunta hacia la “insuficiencia de demanda global” y “problemas estructurales”. Desde esa perspectiva, sostiene que la recuperación requiere políticas fiscales expansivas y avanzar en forma sustentable en el desendeudamiento de los países. “Estamos comprometidos con garantizar que el crecimiento sea inclusivo, rico en empleo, y que beneficie a todos los segmentos de nuestras sociedades”, dice el texto divulgado ayer. La inclusión de una referencia a los cambios en los contratos de los bonos de la deuda soberana que faciliten las reestructuraciones y de aquellos países en problemas fue celebrada por la delegación argentina (ver aparte).
Situada en la costa mediterránea del sudoeste de Turquía, donde abundan hoteles tipo resorts, la ciudad de Antalya fue blindada para el evento que recibió a los líderes de los países del G-20. Las medidas de seguridad extremas en la zona que albergó la cumbre no fueron una respuesta a los atentados del viernes en París. Los ataques suicidas en la capital turca de finales de octubre, las tensiones en el sur del país ante el reactivado conflicto interno con los kurdos del PKK y la guerra en Siria, con la que comparte más de 800 kilómetros de frontera terrestre, suman elementos para comprender el despliegue de 30 mil policías y guardias de seguridad.
Desde el gobierno argentino destacaron que los líderes del G-20 mantuvieron el compromiso para impulsar el PIB global en 2 por ciento para 2018. De acuerdo a la perspectiva consensuada en el comunicado, los países se comprometieron a “implementar políticas fiscales flexibles que tengan en cuenta las condiciones económicas de corto plazo a fin de apoyar el crecimiento y la creación de empleo”.
“Los mercados financieros continúan presentando riesgos e incertidumbres y los desafíos geopolíticos se están convirtiendo cada vez más en una preocupación global”, reza el comunicado. La potencia exhibida por el grupo de países hace siete años a la hora de legitimar políticas expansivas para enfrentar la crisis internacional quedó relegada y desdibujada por el creciente alcance del ajuste fiscal en algunas economías. El eje del debate planteado por Turquía –el lema fueron “las tres I: inclusión, implementación e inversión”– colisiona con el discurso económico ortodoxo que gobierna la mayoría de los espacios del foro. En el actual escenario económico donde la crisis fue reemplazada por estancamiento, el comunicado final no representa una guía de acción ineludible para los miembros del foro. Sin embargo, en el gobierno argentino celebraron la centralidad lograda por el empleo y la distribución del ingreso en el comunicado final.
“El aumento de la desigualdad en muchos países puede plantear riesgos para la cohesión social y el bienestar de nuestros ciudadanos, también puede tener un impacto económico negativo y obstaculizar nuestro objetivo de aumentar el crecimiento”, sostiene el texto . La presidenta Cristina Fernández de Kirchner suspendió su participación en la cumbre. En su lugar, viajaron el canciller Héctor Timerman, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y el titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof. Los funcionarios argentinos fueron guiados a lo largo de la cumbre por la sherpa y embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón. Quien tampoco se hizo presente en el encuentro que tuvo lugar durante el fin de semana fue el presidente francés, François Hollande. Lo reemplazó el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius. Durante la jornada de ayer, Kicillof mantuvo encuentros bilaterales con sus pares de Francia, Michel Sapin, y Rusia, Anton Siluanov. El legislador electo del Frente para la Victoria relató que en la reunión con Sapin le transmitió la solidaridad del pueblo argentino por el atentado perpetrado el viernes en París y agradeció el apoyo explicitado por el país galo “en todos los foros en nuestra lucha contra los fondos buitre”.

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