domingo, 28 de febrero de 2016

LAS CRISIS DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.

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La Izquierda Latinoamericana hoy se encuentra en crisis – coyuntural  o estructural, definitiva -. Realmente es una crisis terminal producto de una cantidad de errores políticos cometidos durante el tiempo que se encuentran en el gobierno, o ese conjunto de errores políticos, se pueden subsanar, sobreponer en el proceso, y tener la capacidad política de superar con la finalidad estratégica de salir del fango – donde hoy se encuentran algunos y otros en serios problemas - de cuestionamiento político de una oposición organizada en torno a los intereses de la burguesía político-empresarial. Por ahora solamente, vamos a enumerar el conjunto de problemas y su gravedad y nosotros a través de nuestra lectura e investigación, planificamos si es que están hoy los gobiernos de izquierda en  Nuestra América en condiciones de salir del laberinto político actual o de lo contrario se hunden y son derrotados en democracia por la oposición y si al final sumamos como se encuentran hoy, hay o no futuro político?.

PRIMERO falta de un Proyecto Político Nacional-Continental – no para unificar un solo proceso, NO – si no con la finalidad de que los planteamientos centrales, la línea política a seguir, en su visión estratégica nos proporcione los elementos necesarios que en el camino necesitamos y debemos encontrarlos, básicamente Integración Continental y tras este eje ordenador, surgen un conjunto de necesidades, derechos y objetivos que debemos considerar como el sumun obligado, que alimente diariamente el proceso democrático-progresista. El aislamiento favorece a los enemigos políticos y abre el campo necesario para “golpear” diariamente al gobierno-

SEGUNDO, erradicar desde raíces la corrupción, como conjunto de prácticas, formas visibles e invisibles que al final – en términos absolutos acumulados hacen grave daño al gobierno en general. La corrupción al final es el veneno que destruye no solo la organización, también a sus Dirigentes, a toda la clase política y en general siembra miles de fantasmas, denuncias, -sicariato moral – cuando es injusta, ilegal, la acusación, donde tiene poderosa ubicación el poder de los medios. (Al final destruyes dirigentes, “asesinas” políticamente  líderes, hundes ilegalmente familias, pero al final el mal y el veneno ya esta rociado en toda la familia).

TERCERO, es importante, fundamental una vez en el gobierno, consolidar las fortalezas políticas, la organización interna, del Partido Político. El Partido debe asumir toda la responsabilidad política en la conducción del proceso sobre la base de la activa Participación Política, la Democracia interna, el fortalecimiento de la Conducción, - representación dirigencial - Programa de Gobierno – Plataforma de Gobierno con definiciones estratégicas y con aportes permanentes producto de la lucha diaria y el gran aporte de las “masas” organizadas, es decir – los Ciudadanos Políticos, como activos participantes del proceso.



Dr. en Sociología. Pablo Raúl Fernández Llerena. Sus trabajos de análisis e interpretación de la realidad local-global, se nutren, alimentan del pensamiento crítico latinoamericano.
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CUARTO, es importante para el propio proceso progresista de izquierda, avanzar más allá de las Políticas Sociales – por más exitosas que sean al final – si no tenemos la calidad político organizacional de mirar más allá de la coyuntura – que para la izquierda latinoamericana, fue positiva por el alto  precio de los Commodities en el mercado mundial y que al final favoreció íntegramente la voracidad de los grupos de poder local y global. Porque el tiempo de duración del éxito de las políticas sociales es temporal, coyuntural – calma el dolor por un tiempo – pero si durante el tiempo de calma NO aplicamos otras medidas que consoliden  y fortalezcan ese proceso, esto se destruye rápidamente. La burguesía como clase dominante y dueña del Poder NO tiene miramientos y menos compasión de destruir en minutos por más positivo que sea lo logrado. Argentina es edl mejor ejemplo.

QUINTO.- Las Políticas Sociales, obligadamente necesitan de Políticas Públicas de Estado, con la finalidad de fortalecer en su estructura el campo que avanzó las políticas sociales- Un Ejemplo en el Perú cuando Izquierda Unida, en el escenario nacional de la década del 80’, fue la segunda fuerza política electoral, consiguió desde los Municipios donde era mayoría a nivel nacional, que la Política Social del Vaso de Leche – política principal del Alcalde Barrantes Lingán – se transforme en Política de Estado. Negociaciones Municipios, Congreso, Gobierno, movimientos sociales de  Mujeres (Madres del Vaso de Leche), el Poder Popular organizado, se forjaron políticas de consenso y negociación, el Congreso, lo elevó a Ley, el Presidente, lo aprobó y hoy es un Derecho de todos los niños del Perú, - venga gobierno que venga – democracias, dictaduras – no pudieron y menos intentaron desconocerla. Ahora solo una mirada en Brasil, 60 millones de personas han salido de la extrema pobreza y posteriormente que pasó con los hijos de los millones de familias se los abandonó, porque sus derechos eran otros, no funcionó el partido político, sus dirigentes estaban ahora metidos en otros problemas que no eran precisamente el de la Democracia.

Hay otros, problemas centrales como el del Estado – no tocado ni con el pétalo de una flor – el problema del Liderazgo político – en claro enfrentamiento y lucha diaria contra el caudillismo, y los propios caciques locales y regionales; trabajos políticos como derechos sociales – educación, sanidad, servicios públicos, empleo, salarios, vivienda, transporte, deporte, medio ambiente, etc. Donde los gobiernos progresistas han manifestado graves errores políticos, han dejado profundos vacíos sociales, así como han polarizado asuntos culturales, ambientales, regionales, que en el ,proceso de crítica y auto-crítica de sus dirigentes es necesario, importante y obligatorio para poder enmendar errores, corregir faltas muy graves o solucionar las fisuras sociales y políticas que el propio proceso ha generado, pero que es importante reconocerlo a la luz de la crítica y la autocrítica democrática, respetuosa, cívica y horizontal.


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Dr. Sociólogo Emir Sader. Maestro y Académico brasileño, conspicuo representante del Pensamiento Crítico Latinoamericano.
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LAS CRISIS DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.
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Emir Sader.

Página /12 sábado 27 de febrero del 2016.

Se puede decir que hay dos izquierdas en América latina y que ambas padecen de crisis, cada una a su manera. Una es la que llegó a los gobiernos. Empezó procesos de democratización de las sociedades y de salida del modelo neoliberal y hoy se enfrenta a dificultades –de distinto orden, desde afuera y desde adentro– para dar continuidad a esos procesos. La otra es la que, aún viviendo en países con continuados gobiernos neoliberales, no logra siquiera constituir fuerzas capaces de ganar elecciones, llegar al gobierno y empezar a superar el neoliberalismo.
La izquierda posneoliberal ha tenido éxitos extraordinarios, aun mas teniendo en cuenta que los avances en contra de la pobreza y la desigualdad se han dado en los marcos de una economía internacional que, al contrario, aumenta la pobreza y la desigualdad. En el continente más desigual del mundo, cercados por un proceso de recesión profunda y prolongada del capitalismo internacional, los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador han disminuido la desigualdad y la pobreza, han consolidado procesos políticos democráticos, han construido procesos de integración regional independientes de Estados Unidos y han acentuado el intercambio Sur-Sur.
Mientras tanto las otras vertientes de la izquierda, por distintas razones, no han logrado construir alternativas a los fracasos de los gobiernos neoliberales. Los casos de México y de Perú son los dos más evidentes, mostrando incapacidad, hasta aquí, de sacar lecciones de aquellos otros países, para adaptarlas a las condiciones específicas de los suyos.
¿En qué consiste la crisis actual de las izquierdas que han llegado al gobierno en América latina? Hay síntomas comunes y rasgos particulares a cada país. Entre aquellos están la incapacidad de contrarrestar el poder de los monopolios privados de los medios de comunicación, aún en los países en que se han aprobado leyes y medidas concretas para quebrar lo que es la espina dorsal de la derecha latinoamericana. En cada uno de esos países, en cada una de las crisis enfrentadas por esos gobiernos, el rol protagónico ha sido de los medios de comunicación privados, actuando de forma brutal y avasalladora en contra de los gobiernos, que han contado con sus éxitos en el gobierno y con un amplio apoyo popular.
Ellos han escondido los grandes avances sociales en cada uno de nuestros países, los han censurado, han tapado las vidas nuevas que los procesos de democratización social han promovido en la masa de la población. Por otro lado, destacan problemas, aisladamente, dándole proyecciones irreales, difundiendo incluso falsedades, con el propósito de deslegitimar las conquistas logradas y la imagen de sus líderes, ya sea negándolas, ya sea intentando destacar aspectos secundarios negativos de los programas sociales.
Los medios han promovido sistemáticamente campañas de terrorismo y de pesimismo económico, buscando bajar la confianza de las personas en su propio país. Como parte específica de esa operación están las sistemáticas denuncias de corrupción, tanto a partir de casos reales a los que han dado proporción desmesurada, como en los casos de denuncias inventadas, por las cuales no responden cuando son cuestionados, pero los efectos ya han sido producidos. Las reiteradas sospechas sobre el accionar de los gobiernos produce, especialmente en sectores medios de la población, sentimientos de crítica y de rechazo, a los que pueden sumarse otros sectores afectados por esa fabricación antidemocrática de la opinión pública.
Sin ese factor, se puede decir que las dificultades tendrían su dimensión real y no serían transformadas en crisis políticas, movidas por la influencia unilateral que los medios tienen sobre sectores de la opinión pública, incluso de origen popular.
No es que sea un tema de fácil solución, pero no considerarlo como un tema fundamental a enfrentar es subestimar la mayor debilidad de la izquierda: la lucha de las ideas. La izquierda ha logrado llegar al gobierno por el fracaso del modelo económico neoliberal, pero ha recibido, entre otras herencias, la hegemonía de los valores neoliberales diseminados en la sociedad. “Cuando finalmente la izquierda llegó al gobierno, tenía perdida la batalla de las ideas,” dijo Perry Anderson. Tendencias a visiones pre-gramscianas en la izquierda han acentuado formas de acción tecnocráticas, que creyeron que hacer buenas políticas para las personas bastaría para producir automáticamente una conciencia correspondiente de apoyo a los gobiernos. Se ha subestimado el poder de acción en la conciencia de las personas de los medios y de los efectos políticos de desgaste de los gobiernos que esa acción promueve.
Otro factor condicionante, en principio a favor, después en contra, fue el relativamente alto precio de las commodities durante algunos años, de que los gobiernos se aprovecharon, pero no para promover un reciclaje en los modelos económicos para que no dependieran tanto de esas exportaciones. Para ese reciclaje habría sido necesario formular y empezar a poner en práctica un modelo alternativo basado en la integración regional. Se ha perdido un período de gran homogeneidad en el Mercosur, sin que se haya avanzado en esa dirección. Cuando los precios bajaron, nuestras economías sufrieron los efectos, sin tener como defenderse, por no haber promovido el reciclaje hacia un modelo distinto.
Habría que haber comprendido también que el período histórico actual está marcado por profundos retrocesos a escala mundial y que las alternativas de izquierda están en una posición defensiva. De que lo que se trata en este momento es de salir de la hegemonía del modelo neoliberal, de construir alternativas apoyándose en las fuerzas de la integración regional, en los Brics y en los sectores que dentro de nuestros países se suman al modelo de desarrollo económico con distribución de renta, priorizando las políticas sociales.
En algunos países no se ha cuidado debidamente el equilibrio de las cuentas públicas, lo cual ha generado niveles de inflación que han neutralizado en parte los efectos de las políticas sociales, porque los efectos de la inflación recaen sobre los asalariados. Los ajustes no deben ser trasformados en objetivos, pero sí en instrumentos para garantizar el equilibrio de las cuentas públicas y eso es un elemento importante del éxito de las políticas económicas y sociales.
Aunque los medios hayan magnificado casos de corrupción, no se puede negar que no hubo control suficiente de parte de los gobiernos respecto al uso de los recursos públicos. El tema del cuidado absoluto de la esfera pública debe ser sagrado para los gobiernos de izquierda, que deben ser los que descubran eventuales irregularidades y las penalicen, antes que sean los medios opositores quienes lo hagan. La ética en la política tiene que ser un patrimonio permanente de la izquierda. La transparencia absoluta en el manejo de los recursos públicos tiene que ser una regla de oro para los gobiernos de izquierda. El no haber actuado siempre así hace que los gobiernos paguen un precio caro, que puede ser un factor determinante para poner en riesgo la continuidad de esos gobiernos, con daños gravísimos para los derechos de la gran mayoría de la población y para el destino mismo de nuestros países.
Otro problema de esos gobiernos es que el rol de los partidos oficialistas no ha sido bien resuelto en prácticamente ninguno de esos países. Como los gobiernos tienen una dinámica propia, incluso de alianzas sociales y políticas, de centroizquierda en varios casos, esos partidos debieron representar el proyecto histórico de la izquierda, pero no han logrado hacerlo, perdiendo relevancia frente al rol preponderante de los gobiernos. Así se debilita la reflexión estratégica que va más allá de las coyunturas políticas, la formación de cuadros, la propaganda de las ideas de la izquierda y la misma lucha ideológica.
Nada de eso autoriza a hablar de fin de ciclo. Las alternativas a esos gobiernos están siempre a la derecha y con proyectos de restauración conservadora, de carácter netamente neoliberal. Los gobiernos posneoliberales y las fuerzas que los han promovido son los elementos más avanzados de que los que dispone la izquierda latinoamericana actualmente. Funcionan también como referencia para otras regiones de mundo, como España, Portugal y Grecia, entre otros.
Lo que estamos viviendo es el final del primer período de la construcción de modelos alternativos al neoliberalismo. Ya no se podrá contar con dinamismo del centro del capitalismo, ni con precios altos de las commodities. Las clave del paso a un segundo período tienen que ser: profundización y extensión del mercado interno de consumo popular; proyecto de integración regional; intensificación del intercambio con los Brics y su Banco de Desarrollo.
Además deben ser superados los problemas apuntados anteriormente. Antes que nada se impone crear procesos democráticos de formación de opinión pública y dar la batalla de las ideas, cuestión central en la construcción de una nueva hegemonía en nuestras sociedades y en el conjunto de la región.
Hay que construir un proyecto estratégico para la región, no solo de superación del neoliberalismo y del poder del dinero sobre los seres humanos, sino también de construcción de sociedades justas, solidarias, soberanas, libres, emancipadas de todas las formas de explotación, dominación, opresión y alienación.


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