jueves, 18 de febrero de 2016

¿LÍDERES FUERTES HACEN MAL A LA DEMOCRACIA?

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Líderes Populares, Históricos, lograron movilizar millones de ciudadanos en lucha permanente, - reclamaciones, derechos sociales, reivindicaciones en general - En una década en el gobierno lograron cumplir con una Plataforma de Gobierno,  que se fue cumpliendo a fin de no perder la Confianza que su pueblo les entregó como un Don social y humano, que sólo luchando y movilizando a los miles de Ciudadanos que representan,  están en condiciones de formular el cumplimiento de reconocidos derechos sociales. Si los Ciudadanos en permanente movilización y participación ciudadana – motores centrales del proceso político – que los gobiernos lo centralizaron social y políticamente en “buenas y excelentes” Políticas Sociales” fundamentalmente contra la pobreza y la extrema pobreza – caso de Lula y Dilma en Brasil es un ejemplo como se gobierna en relación a NO romper la intensa relación política, la rendición de cuentas, la Confianza, construyendo legitimidad del propio proceso y consolidando todo un tiempo político de legitimidad institucional. Las políticas sociales públicas en Educación, Salud, amarradas al impulso de la buena alimentación y en general al desarrollo y crecimiento de los Derechos Constitucionales.

En cambio la derecha político-empresarial no construye y menos desarrolla Liderazgo Político, para ellos es mucho más práctico y funcional, los “Líderes Empresariales, Administrativos”, que solo importa cumplir con las fase  histórica que son elegidos para gobernar. Básicamente representan gobiernos, que desarrollan y cumplen políticas en relación al beneficio de la élite que lo eligió y que él representa. Conductores, gobernantes que  presentan en campaña política un sinnúmero de ofrecimientos, imposiciones y grandes manipulaciones con la finalidad de cumplir en función de los objetivos político estratégicos de la élite – centrada en relación al Poder- . Además NO pueden construir liderazgo, el propio poder en permanente explosión social y política, obliga a ellos el cumplir “al pie de la letra”la ejecución y vigencia de los derechos Humanos.

Ambos gobernantes, unos Líderes Políticos de la Izquierda Progresista y Democrática latinoamericana, como de la propia derecha empresarial, muy fácilmente puede caer o terminar como Caudillos, cuando valoran en primer lugar sus “derechos”, implementan políticas sociales de asistencialismo, populismo, en especial en políticas de alimentación de los sectores históricamente excluidos, explotados, marginados por las políticas de los gobernantes de turno, políticas transitorias que al final no favorecen y menos benefician alternativas de solución de la situación, hoy ya no de pobreza o extrema pobreza, así centralizado todo en este tipo de políticas, que debe pensarse, mirarse mucho más allá en la propia estructura del sistema, hoy presente a nivel mundial como es la lucha y la presentación de Nuevas Plataformas de Gobierno en relación directa con la lucha contra la Desigualdad económico-social. Finalmente los procesos sociales y políticos fortalecen la Democracia, unos Electoral, Liberal, Representativa, mientras la Izquierda se moviliza., trabaja y lucha por la forja de una Nueva Democracia Participativa, Directa, Solidaria – donde el diálogo democrático, sea el instrumento de construcción de políticas de consenso, así como la recuperación y fortalecimiento de la Confianza social y Ciudadana.


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Líderes de la Izquierda progresista latinoamericana: Rafael, Evo, Nestor,  Cristina, Lula, Duarte y Chavez. Líderes históricos, post- neoliberales . Fueron protagonistas de una década de crecimiento macro-económico y la reconquista de derechos laborales en Democracia.

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¿LÍDERES FUERTES HACEN MAL A LA DEMOCRACIA?.
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Emir Sader.

ALAI. Miércoles 17 de febrero del 2016.

ALAI AMLATINA, 17/02/2016.- La derecha tiene la obsesión de buscar destruir las imágenes de los grandes líderes populares de nuestro tiempo.  Argentina y Brasil, entre otros, conocen bien como esa obsesión se ha volcado hacia las imágenes de Perón y de Vargas, como si su liderazgo dañara a la democracia, en lugar de fortalecerla y legitimarla.

La derecha cree que la izquierda solo puede imponerse mediante liderazgos carismáticos, “populistas” en su lenguaje, que se erigirían como líderes mediante engaños, políticas de concesiones irresponsables del punto de vista macro-económico, según ellos, sacrificando los intereses de la economía en función de su afirmación como líderes políticos.  Hay teorías tan absurdas como las que buscan afirmar que Argentina habría entrado en un período histórico de decadencia con Perón, en lugar de exaltar la formidable democratización social del período histórico del peronismo en el poder.

Ahora, cuando América Latina ha vuelto a desarrollar procesos de democratización social, a contramano de la hegemonía neoliberal en escala mundial, la derecha se empecina en atacar a los líderes de esos procesos, como si fuera un proceso que dependiera del liderazgo personal de ellos.  La destrucción de las imágenes de Lula, de Evo Morales, de Rafael Correa, de Cristina, según la derecha, frenaría la capacidad de esos países para seguir el camino de la democratización social.

Hay que preguntarse si ¿Argentina era más democrática con la dictadura militar o con los gobiernos neoliberales o con los Kirchner?  ¿El Estado tenía más legitimidad y prestigio con los militares o con la dictadura del mercado o cuando los derechos de la gente fueron reafirmados?

¿Bolivia era un país mejor, más estable, más democrático, con los gobiernos neoliberales de las dinastías blancas que dominaban un país mayoritariamente indígena o el prestigio del país, el apoyo popular, nunca fueron tan grandes como con Evo Morales?

Brasil, que era el país más desigual del continente, ¿es un país mejor, menos injusto, más integrado, que permite que la gente viva mucho mejor ahora o cuando los mercados y las grandes corporaciones privadas mandaban sin contrapeso en el país?

¿Ecuador vive el mejor momento de su historia bajo el gobierno de Rafael Correa o cuando era gobernado por las oligarquías representantes de las minorías?

Esos líderes populares han fortalecido las democracias en esos países, porque han integrado a las grandes mayorías, afirmando sus derechos, legitimando los Estados porque esas mayorías se sienten representadas en esos gobiernos, porque se han producido los períodos de más grande estabilidad y continuidad política bajo el liderazgo de esos dirigentes políticos.

¿Qué carácter tienen esos liderazgos populares?  El de representar, de forma directa, a los anhelos de la gran mayoría de la población, postergada por la política tradicional y sus formas corrompidas de elegir representantes, por el poder del dinero y de los medios de comunicación privados.

La derecha solo logra dirigentes fuertes, basados en la fuerza y en la represión, como en los tiempos de las dictaduras.  O presidentes con prestigio efímero, basados en planes económicos de corto plazo, promovidos por el marketing de los medios, hasta que caen inevitablemente en desgracia y sus nombres quedan asociados a lo peor que tiene la política.

Mientras tanto, los líderes populares logran contornar los mecanismos corporativos en que la derecha basa su poder –congresos electos sobre la base de campanas financiadas con mucha plata, medios de comunicación monopólicos, grandes empresas privadas, entre otros-, para expresar, de forma directa, las necesidades de la masa de la población marginalizada por aquellos mecanismos de poder de la derecha.  Por eso ganan tanta proyección, legitimidad, por ello gozan del apoyo popular que ningún líder de la derecha posee.

Líderes fuertes por el apoyo popular, por la legitimidad de sus gobiernos, hacen más solidas las democracias y no las dañan.  La derecha se empecina en campañas que buscan empañar el imagen de líderes como Evo Morales, Cristina, Lula, Rafael Correa, porque no tiene argumentos de fondo en contra de ellos.  Saben que un pueblo sin líderes, sin auto estima, sin sentimiento nacional, es más fácilmente víctima del derrotismo que la derecha quiere imponer a nuestros pueblos y países, para dar paso al retroceso de las conquistas logradas bajo el liderazgo de esos dirigentes en los últimos anos.

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- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

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