domingo, 2 de septiembre de 2018

ARGENTINA: SIN PAÍS NO HAY UNIVERSIDAD.Marcha por la educación pública..

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ARGENTINA. MILES DE PERSONAS EM PLAZA DE MAYO. UNA MULTITUD EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA. HOY EN LA TARDE.  Profesores, Estudiantes, Investigadores, Autoridades Académicas y no docentes, junto a los Dirigentes de otros Gremios y políticos se movilizaReclamaron más fondos para la enseñanza superior
y se solidarizaron con los otros trabajadores que sufren el ajuste.
 "NI LA TORMENTA PERFECTA NI EL PRESIDENTE IMPERFECTO NOS VAN A FRENAR", aseguró bajo la intensa lluvia uno de los miles de docentes apostado frente al Congreso junto a otros miles de estudiantes, investigadores, autoridades académicas, representantes gremiales y trabajadores no docentes de las 57 UNIVERSIDADES PÚBLICAS, que se preparaban para marchar rumbo a la Casa Rosada en defensa de la EDUCACIÓN PÚBLICA. "La Universidad argentina es la única productora de conocimiento necesario para que los argentinos tengamos un futuro como el que nos merecemos. Por eso estamos acá todos juntos. El Gobierno evidentemente pretende que esto se termine, pretende echar abajo las conquistas y derechos del pueblo. La lucha nos va a poner a la altura de las circunstancias", sentenció WALTER MERKIS, secretario general de FATUN, horas después frente a una Plaza de Mayo repleta y una columna de más 300 mil personas que colmaron la Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio.

LA MARCHA CONVOCADA POR LAS ESTUDIANTES, DOCENTES Y TRABAJADORES no docentes de las 57 casas de estudios de todo el país fue creciendo al calor de la intransigencia del Gobierno en la voz del ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, quien tras cuatro semanas de conflicto continúa negando la reducción presupuestaria para las casas de altos estudios y ofreciendo un 15 por ciento de aumento salarial en la paritaria docente. A pesar de la intensa lluvia que cayó en la Ciudad a la hora del inicio de la marcha, miles y miles de estudiantes, docentes y trabajadores colmaron las calles en defensa de la educación pública contra las políticas de Macri y su Movimiento Político “Cambiemos”. Pablo Raúl jueves 30 de agosto del 2018.

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ARGENTINA: SIN PAÍS NO HAY UNIVERSIDAD.

Marcha por la educación pública.

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Alejandro Grimson.

Revista Anfibia.

Sábado 1 de setiembre del 2018.

La multitudinaria y federal marcha universitaria no fue magia: uno de cada 20 argentinos estudia o trabaja en una universidad pública. La idea subyacente bajo la cual se convocó la marcha era “no hay país sin universidad”. Pero la brusca devaluación del peso y una incertidumbre galopante sobre el rumbo de la economía dio vuelta la frase: sin país no hay universidad.

El jueves 30 de agosto pasará a la historia como un nuevo capítulo en las luchas argentinas por la democratización de la educación y del conocimiento. A cien años de la Reforma, una multitud imponente ocupó más de diez cuadras entre Plaza de Mayo y Plaza Congreso y sólo puede ser minimizada por un funcionario que se haya arrancado los ojos. No surgió de la nada: esa presencia multifacética venía preparándose hace semanas, si no meses. En la Argentina al menos un habitante cada 20 estudia o trabaja en una universidad pública. Según el Censo Nacional de 2010 el 4,3% de la población eran estudiantes universitarios, y el 80% de ellos se formaba en el sistema público. No sólo esa cifra siguió creciendo en los años posteriores; también hay que sumar a los docentes y al personal no-docente. La Argentina tiene el sistema universitario más abierto de América Latina, justamente por la combinación de logros históricos de democratización de la educación superior de calidad, en particular el ingreso irrestricto y la gratuidad.

Una multitud de todas las generaciones reclamó en esa multiciplidad de territorialidades en las que están arraigadas las 57 universidades nacionales, con 87 colegios preuniversitarios, en cada ciudad y cada rincón del país. La mayoría fueron creadas a partir de 1983, en el período más extenso de continuidad democracia para nuestro país. Las comunidades educativas del Área Metropolitana, con entusiastas columnas llegadas desde zonas lejanas, ocuparon el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Cuando unas semanas atrás la movilización fue convocada, la idea subyacente era que no hay país sin universidad. Eso significa que algunas de las cosas que más valoramos de la Argentina, como el hecho de ser el país con más estudiantes universitarios de América Latina, dejarían de existir si se pulveriza el salario docente, si se pretende que las universidades afronten mágicamente el recorte de los gastos de funcionamiento, que detengan las obras de infraestructura, que vacíen los laboratorios e institutos de investigación.

Las universidades hoy son el principal lugar donde trabajan los investigadores de ciencia y tecnología del país. Es decir, son las mayores productoras de conocimiento, en articulación con el CONICET. Por ello mismo, realizan transferencia de tecnología, patentes y trabajan junto a empresas en procesos de desarrollo. Están insertas en la trama social local: realizan actividades culturales, sociales y de extensión trabajando con comunidades y organizaciones sociales en todo el país. Son un nodo crucial de la internacionalización y de la inserción global de la Argentina: las decenas de universidades públicas tienen acuerdos académicos y científicos con los países más importantes del mundo. Además, son parte del desarrollo de las industrias culturales de carácter público, con editoriales y medios de comunicación de calidad.

Ese complejo está hoy sometido al ajuste por inflación. Los aumentos salariales a los docentes y no docentes han sido casi siempre el techo del aumento del presupuesto universitario. Y este año, la caída del salario ha sido muy significativa. En ese sentido, hay una reducción del presupuesto real, aunque no sea nominal. A esto debe agregarse que las universidades hacen muchas otras actividades además de enseñar y necesitan incrementos adicionales para el despliegue de carreras y actividades nuevas, acompañadas de inversiones en infraestructura.

Cuando llegó el jueves 30, sin embargo, la Argentina vivió uno de los días más violentos del saqueo de los mercados. En pocas ocasiones fue tan evidente que los liberales entienden que la libertad es el poder desregulado de los más poderosos: la libertad del zorro en el gallinero. Y a veces con ayuda del dueño del gallinero, que les vendió este año dólares a 20 pesos. Ya hemos dicho que el dólar es el oráculo de los argentinos, que estamos pendientes de su cotización para obtener pronósticos sobre el futuro. Esa bola de cristal comenzó a devolver imágenes que se tornaron calamitosas y se instaló la pregunta acerca de qué país. Así, en pocos días la frase se invirtió y ayer devino sin país no hay universidad.

Ambas cosas son ciertas. La universidad que supimos construir está en el corazón del país que deseamos. Por eso, también muchas personas que hoy no están directamente vinculadas a la universidad participaron en las protestas y aún muchas manifestaron completa empatía con el reclamo.

Nadie dudaba en la Avenida de Mayo –y en tantas calles y plazas de otras capitales de provincia- que la lucha por la universidad pública es política, que no significa partidaria. Los drones mostraron banderas de todas las agrupaciones y organizaciones, junto a pibes y pibas de todas las edades y paraguas de todos los colores. El aguacero –nunca tan puntual Santa Rosa- fue inclemente, como lo había sido en importantes movilizaciones anteriores (el 8 de agosto a la espera de la aprobación de la media sanción que le faltó a la ley de aborto legal). Pero la multitud no se replegó; había convicción y persistencia. Los paraguas se compartían, el viento frío menguaba en el interior de la masa compacta que generaba la aglomeración de los manifestantes.

Si la “libertad” del dólar se trasladara a la libertad en la educación, el derecho al acceso a la universidad y al conocimiento se convertiría en un producto que se compra y se vende en el mercado. Aunque la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal haya dicho que los pobres no llegan a la universidad, los hechos muestran que la mayoría de los jóvenes que estudia en su provincia y en el país no podría acceder a los estudios superiores si no fueran gratuitos. En muchas universidades el 70% de los estudiantes, o más, son primera generación de universitarios en sus familias. Y ayer viajaron varias horas para decir presente en la Plaza de Mayo, en defensa de sus derechos y los de sus docentes.

Las clases públicas y abrazos a las universidades fueron poco a poco calentando el clima en las semanas previas. Cuando comenzó este conflicto, la lucha era más cuesta arriba: la sensación de muchos era que al gobierno no le importarían los paros universitarios. Pero una vez que la movilización fue in crescendo, sin aislar a los docentes del resto de la comunidad universitaria, incorporando a todas en las principales actividades, logrando que se plegaran grandes facultades (como Medicina o Derecho), el conflicto ya no pudo ser invisibilizado por los grandes medios. Y el discurso del gobierno fue contundentemente inverosímil: “no hay ajuste y el aumento es de un 15%”. Cuando pocos días atrás -aunque parecen años-, se afirmaba que la inflación iba a rondar el 30%, el ajuste era a la vez brutal sobre el salario y por completo ínfimo para la meta general de reducción del déficit fiscal para 2019.

Lo que sucedió el 30 de agosto es que el movimiento estudiantil se mostró con toda su potencia, abrazando a sus docentes. Fue una multitud de estudiantes la que en 2001 derrotó el plan de destrucción de la universidad pública de López Murphy. Sin ellos, la lucha por la universidad es ardua, muy desigual. Los docentes seguirán apostando a esa articulación, por la que vienen trabajando hace tiempo.
Será sólo con esa unidad de la comunidad universitaria, interpelando al conjunto de la sociedad, que la lucha estará a la altura de la universidad que tenemos y de la que deseamos para las futuras generaciones.

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2 comentarios:

luisiño dijo...

Expresar su adhesión, mes de agosto, a la Conmemoración Memoria de las Víctimas
Contaminadas con Plomo-Norte argentino

Holocausto: recordar es dignidad humana. Abra Pampa-Jujuy- Pueblo contaminado, pueblo olvidado

Este mes de agosto sea la Conmemoración Memoria de las Víctimas Contaminadas con Plomo, el mayor caso hasta ahora conocido de genocidio del norte argentino. No podemos olvidarlo, porque entonces estaremos abriendo la puerta de par en par a una nueva ola de la vileza, el odio, el racismo, la xenofobia y la maldad, que está ahí, agazapada, siempre dispuesta a amenazar a la dignidad humana.
Por eso es muy importante que desde las instituciones públicas se hagan esfuerzos para mantener vivo el recuerdo y se eduque a las nuevas generaciones sobre las monstruosidades que genera la complacencia a la contaminación con plomo.


Pachamama-La injusticia dondequiera es una amenaza a la justicia en todas partes.-

El Estado Argentino marca el Genocidio más grande de América del Sur por su
criminalidad mediante una planificación estratégica y táctica, racionalidad y distribución de roles a fin de explotar y saquear los recursos naturales en el Norte Argentino, alias “Siberia Argentina”, un producto bio-social. Mediante la contaminación atmosférica, contaminación del agua y contaminación del suelo. El daño que produce el plomo es mayor cuando su absorción es lenta, casi invisible, sin signos y síntomas evidentes en la primera etapa, pero con graves consecuencias posteriores. Al hombre lo han esclavizado al trabajo en las minas, a la mujer la han prostituido, afectan a la fertilidad, a los niños lo han idiotizado. Sus ganados camélidos son reducidos a tiros de bala o destrozados por perros adiestrados; así como el agua contaminada afecta a los cultivos. No tienen un hospital para tratar la contaminación con plomo, tampoco hospital de niños ni maternidad infantil. El analfabetismo sigue estando vinculado al hambre, la pobreza y la exclusión. No tienen educación infantil ni universidad nacional. Son analfabetos, que no tienen acceso a las fuentes del conocimiento y son incapaces de producir nuevos conocimientos; como resultado de un genocidio argentino que premeditadamente olvida los principios fundamentales de vida de la Constitución Nacional, y leyes: de educación, de protección integral de los derechos del niño, niña, adolescente y familia; y otras.



luisiño dijo...

¡De Quebrada y Puna- Norte argentino! ¡Tantos pueblos más, habrán presentado petitorios por una educación universitaria!, por el ministerio de educación de la provincia, defensor del pueblo, legislatura provincial, cámara de diputados de la nación, senado de la nación, gobernante federal, y a otros que se consideran responsables de la educación argentina. La réplica es el silencio, su humillación, o es la respuesta del sociólogo Zygmut Bauman de “seres humanos residuales”; vidas improductivas porque no participan del mercado, por eso sus voces son enmudecidas y aun que los vemos todos los días su visibilidad es anulada o reducido sistemáticamente. Por el colonialismo ambiental que ya no se limita al ejercicio del biopoder sobre el pueblo vulnerado, sino que incluye una estructura sociopolítica y jurídica que da viabilidad a la explotación, sin consulta previa, y al saqueo de sus recursos naturales: agua, suelo, bosques,turismo, minerales: oro, plata, plomo, litio… ¡Que, mediante la convivencia y el consenso, se hagan efectivos los derechos que le corresponden al ser humano por la mera razón de existir! ¡Una Universidad Nacional!