lunes, 3 de febrero de 2025

LA DESORGANIZACIÓN IMPERIAL Y LA CAPTURA DEL ESTADO.

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“La captura del Estado por intereses corporativos, la falta de una burocracia eficiente y la deslocalización de la inversión y la producción han llevado a una desorganización del capital que debilita la hegemonía estadounidense. Para recuperar su liderazgo, Estados Unidos debería recuperar su capacidad de planificación y administración imperial. Esto implica limitar la influencia de las corporaciones sobre los think tanks, recuperar el control estratégico sobre la economía y establecer un sistema de consulta que asegure que las decisiones empresariales estén alineadas con los intereses nacionales. Sin una estrategia imperial coherente, EE.UU. continuará perdiendo influencia frente a China, que ha sabido combinar el poder económico y político para fortalecer su posición global.

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LA DESORGANIZACIÓN IMPERIAL Y LA CAPTURA DEL ESTADO.

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Por Alejandro Marcó del Pont | 03/02/2025 | Economía

Fuentes: Revista Rebelión lunes 3 de febrero del 2025.

Estados Unidos requiere equilibrar los intereses empresariales con los objetivos estratégicos nacionales, ¿es posible con D. Trump?

En las últimas décadas, Estados Unidos ha enfrentado una paradoja: aunque sigue siendo la economía más grande del mundo y mantiene un poder militar sin igual, su capacidad para liderar un orden global coherente y sostenible está en declive. Este fenómeno puede explicarse a través de dos factores interconectados: la falta de una burocracia y una administración imperial efectiva y la captura del Estado por intereses corporativos y élites financieras. Cuando se combinan, estos factores revelan un problema sistémico que va más allá de la simple pérdida de influencia económica o estratégica.

Este artículo analiza cómo la deslocalización de la inversión y la producción, impulsada por la globalización y la influencia desmedida de las corporaciones en el Estado, ha provocado un desorden en la inversión estratégica. Esta fragmentación ha debilitado la capacidad de acumulación de capital de los EE.UU. y erosionado su hegemonía en un mundo cada vez más multipolar.



Históricamente, los imperios han contado con estructuras estratégicas que guiaban su expansión y administración. En el Imperio romano, el Senado y el Consilium Principis asesoraban al emperador en asuntos militares, económicos y diplomáticos. Durante la hegemonía española, el Consejo de Indias supervisaba la administración colonial, asegurando que la economía imperial estuviera alineada con los intereses de la Corona. El Imperio británico, por su parte, diseñaba estrategias de dominación y comercio a través de su gabinete.

En contraste, EE.UU. ha delegado gran parte de su estrategia en instituciones como el Council on Foreign Relations (CFR), la RAND Corporation y la Brookings Institution. Aunque estas organizaciones fueron creadas para diseñar estrategias políticas y económicas, han sido capturadas por intereses privados que priorizan la rentabilidad de las corporaciones sobre los objetivos nacionales. Como resultado, la política exterior estadounidense carece de un enfoque unificado y estratégico.

El CFR, por ejemplo, recibe financiamiento de empresas como BlackRock, JP Morgan Chase y ExxonMobil, lo que inclina sus estudios hacia políticas favorables a la desregulación y los mercados financieros, en detrimento de la industria nacional. La RAND Corporation, con estrechos vínculos con el complejo militar-industrial, promueve estrategias que favorecen la privatización de la defensa y la expansión de conflictos que benefician a contratistas como Lockheed Martin y Raytheon. Mientras tanto, Brookings Institution, financiado por gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Facebook, limita la discusión sobre regulaciones que podrían afectar a estas empresas.



Uno de los problemas clave en la estrategia global de los EE.UU. es la descentralización funcional y espacial de sus empresas. Mientras que en el pasado las grandes potencias mantenían un control estratégico sobre sus recursos y compañías clave, hoy en día las multinacionales estadounidenses invierten en el extranjero sin considerar los intereses geopolíticos del país. Este fenómeno ha llevado a una pérdida de control sobre sectores esenciales, debilitando su posición como líder global.

Ejemplo de esto es Tesla, la compañía de Elon Musk, que ha construido una gran parte de su infraestructura de producción en China. Aunque EE.UU. mantiene una retórica de contención frente a China, muchas de sus principales empresas dependen de la manufactura y mercados chinos, lo que da lugar a una contradicción entre su discurso político y su realidad económica. Esto también afecta la acumulación de capital, ya que las ganancias de estas compañías no se traducen en reinversión dentro de EE.UU., sino que benefician a otras economías.

La deslocalización de la producción es una de las transformaciones más significativas de la globalización. Las empresas han trasladado sus operaciones a países con costos más bajos y regulaciones más flexibles, lo que ha tenido profundas repercusiones en la economía estadounidense. Las consecuencias de la deslocalización:

1. Desindustrialización: la pérdida de empleos en sectores industriales ha golpeado especialmente a regiones como el Rust Belt y el Medio Oeste.

2. Dependencia de cadenas de suministro extranjeras: EE.UU. ha perdido autonomía en sectores críticos como el de los semiconductores, los productos farmacéuticos y la electrónica. Actualmente, solo produce el 12% de los chips globales, mientras que Asia —especialmente Taiwán y Corea del Sur— concentra más del 80%.

3. Erosión de la capacidad estratégica: la falta de inversión en infraestructura, tecnología e I+D ha reducido la capacidad de EE.UU. para competir globalmente.

Mientras China consulta constantemente a sus principales actores económicos y diseña planes de desarrollo a largo plazo, EE.UU. carece de una relación funcional entre el Gobierno y su sector empresarial. El Partido Comunista Chino (PCC) mantiene un estricto control sobre su industria, asegurándose de que el crecimiento económico esté alineado con sus intereses geopolíticos. En EE.UU., en cambio, el Gobierno tiene una relación pasiva con las corporaciones, permitiendo que estas tomen decisiones sin una estrategia coordinada.



La captura del Estado por intereses corporativos, la falta de una burocracia eficiente y la deslocalización de la inversión y la producción han llevado a una desorganización del capital que debilita la hegemonía estadounidense. Para recuperar su liderazgo, Estados Unidos debería recuperar su capacidad de planificación y administración imperial. Esto implica limitar la influencia de las corporaciones sobre los think tanks, recuperar el control estratégico sobre la economía y establecer un sistema de consulta que asegure que las decisiones empresariales estén alineadas con los intereses nacionales. Sin una estrategia imperial coherente, EE.UU. continuará perdiendo influencia frente a China, que ha sabido combinar el poder económico y político para fortalecer su posición global.

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domingo, 2 de febrero de 2025

ÓSCAR VIDARTE: "EL GARROTE ESTADOUNIDENSE ESTÁ SIENDO USADO DE LA MANERA MÁS BURDA"

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Tenemos un TLC con Estados Unidos. ¿Eso nos puede dar alguna ventaja frente a una probable arremetida en el tema arancelario o eso no es ninguna garantía? No hay ninguna garantía. Lo hemos visto con México. Hay un acuerdo comercial con México, pero igual los ha amenazado con implementar aranceles. Ha dicho que en febrero va a implementar todo eso, habiendo un acuerdo. Y lo hemos visto con Colombia la semana pasada, habiendo un TLC. La simple negativa de recibir un par de aviones con deportados colombianos implicó inmediatamente la implementación de aranceles. No del 5, no del 10, sino del 25% con posibilidad de ser aumentados al 50%. Entonces, Estados Unidos en relación con nosotros cuenta con muchas herramientas para ejercer presión y ahora las está usando de la manera más burda. El garrote estadounidense está siendo utilizado de la manera más burda.

¿Y qué pasa con el tema de las remesas? Porque si hay deportaciones y si son masivas, probablemente afecte el volumen de lo que llega al país, que es el equivalente al 1,7 del PBI. No creo que haya muchas consecuencias sobre las remesas. Recordemos que la población peruana en el exterior se calcula en aproximadamente 3,7 millones. En Estados Unidos están 1,1 millones, según cifras de Cancillería. Y los migrantes irregulares peruanos en Estados Unidos son 300.000. Entonces, estaríamos hablando del 10% de los peruanos en el exterior y no es que todos los 300.000 van a ser deportados. Es un porcentaje pequeño de posibles deportados del total de la población peruana en el exterior.

Usted me decía que Estados Unidos va a reconducir la ayuda internacional que entrega pensando en sus propios intereses. Si parte de lo que manda, por USAID, está destinado al combate contra las drogas, ¿eso no debería ser un tema que esté dentro de sus intereses? Sí. Y lo mismo dicen los mexicanos, y aun así se ha paralizado la cooperación para el Plan Mérida, que está claramente vinculado con el narcotráfico. Lo mismo dicen un montón de países y creo que todos tienen algún tipo de justificación. Pero hay que ser sinceros. Este congelamiento de la ayuda no ha sido solamente al Perú. Yo tengo la impresión de que en los últimos días se ha peruanizado el caso, creyendo que solamente es para nuestro país. Y eso no es así. Esto no tiene nada que ver puntualmente con Perú. Lo que está diciendo indirectamente el gobierno de Estados Unidos es que va a utilizar la ayuda como una herramienta de presión. La idea es: “¿Qué tanto tú eres mi aliado y qué tanta cooperación vas a recibir?”. Eso es lo peligroso.

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Vidarte dice que la posición de Trump sobre el Canal de Panamá viola el principio de Soberanía y Tratados Internacionales. Fotografía archivo la República.

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ÓSCAR VIDARTE: "EL GARROTE ESTADOUNIDENSE ESTÁ SIENDO USADO DE LA MANERA MÁS BURDA"

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El internacionalista y politólogo comenta las últimas decisiones adoptadas por Donald Trump que afectan a la región.

 

Por Emilio Camacho. Periodista.

Fuente. La República domingo 2 de febrero del 2025.

Con 13 días en el poder, Donald Trump ha tomado una serie de decisiones que impactan directamente en el Perú y América Latina. El internacionalista Óscar Vidarte analiza este breve periodo y vislumbra cómo será nuestra relación con Washington en los próximos años.

¿Cuál será el impacto de las políticas de Donald Trump en Latinoamérica? ¿Será económico, será humanitario o será una mezcla de muchas cosas?

Difícil pregunta. Yo creo que habrá un impacto que va a tener diferentes matices. Si es que la supuesta guerra comercial con China se incrementa, probablemente, los países de Latinoamérica que comercian con China van a verse afectados debido al retroceso del crecimiento chino. De la misma forma, si la imposición de aranceles se intensifica, eso también puede tener consecuencias económicas para nuestros países. Ahora, por otro lado, creo que la revaluación de la ayuda económica de Estados Unidos, siendo Estados Unidos el principal cooperante del mundo y de la región, también puede afectar los proyectos de desarrollo que se implementan en nuestros países. Y el hecho de implementar políticas migratorias más hostiles contra el inmigrante, siendo la población latinoamericana el principal grupo que conforma la migración irregular en Estados Unidos, también puede afectar a nuestros connacionales de múltiples formas.

Usted me dice que Estados Unidos va a querer frenar la relación creciente de Latinoamérica con China. ¿Su principal arma de coacción serán los aranceles?

No solamente los aranceles. Yo creo que también la ayuda al desarrollo va a ser una herramienta. Ya lo dijeron las autoridades estadounidenses, el congelamiento de la ayuda por 90 días va a ser revaluado en función de los intereses de Estados Unidos, de qué tanto sirven a los intereses de Estados Unidos. No de qué tanto impacto tiene para el desarrollo de nuestros países, que debería ser lo más importante.



La amenaza como parte de la política exterior de EE.UU.

Va a ser una política unilateral.

Sí, obviamente. Las políticas que desarrollen creo que van a ser mucho más benevolentes con los países que se alineen completamente. Por ejemplo, estoy seguro de que pueden ser mucho más benevolentes en temas migratorios con los alineados. Y creo que va a utilizar, como ya lo viene haciendo, la amenaza. La amenaza es una herramienta importante en la política exterior del presidente Donald Trump.

En noviembre del 2024, el Perú celebraba la inauguración del puerto de Chancay. Pero esa fiesta puede ser ahora el principal escenario de conflicto con los Estados Unidos.

Yo creo que la agenda de Trump para con América Latina se ha construido, desde su primer gobierno, sobre tres ejes fundamentales. Uno, el eje migratorio. Y allí el Perú no es un país que genera mucha atención. Hay regiones como Centroamérica, o países como México, Colombia, Venezuela, Ecuador, que generan mucha más atención por su número de migrantes. Dos, el tema económico. Allí, el Perú tampoco genera mucha atención, a diferencia de México. El Perú y Estados Unidos tienen una relación comercial bastante favorable. Y tres, el tema del narcotráfico. Y en el tema narcotráfico, el Perú tampoco es tan relevante porque la mayor parte del narcotráfico del Perú se va a Europa o Brasil. Eso nos permitió capear el temporal en el primer gobierno de Trump.

Hasta que llegamos a ahora.

Sí, ahora hay un cuarto elemento que se vuelve más importante en la política exterior norteamericana, al margen de nuestro Gobierno, que es el componente chino. Y partiendo de la estrategia que Trump está usando con China, que es, a diferencia de los demócratas, más frontal, ahí me parece que el Perú puede tener un problema. Y este tiene un nombre: puerto de Chancay. Y en tanto se consolide, que creo que es lo que va a terminar sucediendo, como el principal puerto del Pacífico Sur, porque va a cambiar la dinámica naviera y comercial de todo el Pacífico en dirección al Asia, allí habrá tensión. Si a eso le sumamos que en Estados Unidos además ven a Chancay como posible puerto militar, desde una perspectiva geopolítica, yo creo que con el pasar del tiempo, la relación entre Lima y Washington se puede ver afectada. Por esa razón, cuando se realizó APEC en el Perú y se inauguró el puerto de Chancay, en esos mismos días se inició el proyecto Talara para fines espaciales. De alguna manera, Perú le decía a Estados Unidos: Mira, lo de Chancay es un puerto comercial y yo contigo tengo un acuerdo para desarrollar una estación espacial, que básicamente va a ser aprovechada por ellos, no por nosotros.



El proyecto espacial de Talara

Efectivamente, en noviembre, el presidente Biden confirmó que hay interés de construir este puerto espacial en Talara, y también se firmó un convenio para mejorar el puerto de Paita. ¿Ambos proyectos seguirán vigentes con Trump?

No hay razón para no continuar lo del proyecto espacial. Trump va a seguir dándole importancia al tema militar y lo espacial entra dentro del tema militar. Además, hay mucho interés de Trump por desarrollar proyectos espaciales con actores privados que en este momento constituyen actores muy cercanos de su Gobierno.

Tenemos un TLC con Estados Unidos. ¿Eso nos puede dar alguna ventaja frente a una probable arremetida en el tema arancelario o eso no es ninguna garantía?

No hay ninguna garantía. Lo hemos visto con México. Hay un acuerdo comercial con México, pero igual los ha amenazado con implementar aranceles. Ha dicho que en febrero va a implementar todo eso, habiendo un acuerdo. Y lo hemos visto con Colombia la semana pasada, habiendo un TLC. La simple negativa de recibir un par de aviones con deportados colombianos implicó inmediatamente la implementación de aranceles. No del 5, no del 10, sino del 25% con posibilidad de ser aumentados al 50%. Entonces, Estados Unidos en relación con nosotros cuenta con muchas herramientas para ejercer presión y ahora las está usando de la manera más burda. El garrote estadounidense está siendo utilizado de la manera más burda.

¿Y qué pasa con el tema de las remesas? Porque si hay deportaciones y si son masivas, probablemente afecte el volumen de lo que llega al país, que es el equivalente al 1,7 del PBI.

No creo que haya muchas consecuencias sobre las remesas. Recordemos que la población peruana en el exterior se calcula en aproximadamente 3,7 millones. En Estados Unidos están 1,1 millones, según cifras de Cancillería. Y los migrantes irregulares peruanos en Estados Unidos son 300.000. Entonces, estaríamos hablando del 10% de los peruanos en el exterior y no es que todos los 300.000 van a ser deportados. Es un porcentaje pequeño de posibles deportados del total de la población peruana en el exterior.



Usted me decía que Estados Unidos va a reconducir la ayuda internacional que entrega pensando en sus propios intereses. Si parte de lo que manda, por USAID, está destinado al combate contra las drogas, ¿eso no debería ser un tema que esté dentro de sus intereses?

Sí. Y lo mismo dicen los mexicanos, y aun así se ha paralizado la cooperación para el Plan Mérida, que está claramente vinculado con el narcotráfico. Lo mismo dicen un montón de países y creo que todos tienen algún tipo de justificación. Pero hay que ser sinceros. Este congelamiento de la ayuda no ha sido solamente al Perú. Yo tengo la impresión de que en los últimos días se ha peruanizado el caso, creyendo que solamente es para nuestro país. Y eso no es así. Esto no tiene nada que ver puntualmente con Perú. Lo que está diciendo indirectamente el gobierno de Estados Unidos es que va a utilizar la ayuda como una herramienta de presión. La idea es: “¿Qué tanto tú eres mi aliado y qué tanta cooperación vas a recibir?”. Eso es lo peligroso.

Los contrapesos al poder de Trump

Algo que se decía antes de la toma de mando de Trump es que probablemente no podría hacer todo lo que ha prometido. Y ya hemos visto que la justicia ha bloqueado la orden que les quitaba la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes. ¿Cuántos candados más se les pueden poner y por cuánto tiempo?

Yo tengo una preocupación mayor. Durante su primer gobierno, él demostró dos cosas. Una, que no conocía bien cómo funcionaba el Estado y eso le costó tiempo. Y dos, no tenía los cuadros, porque él apareció por los límites del Partido Republicano. Incluso ganó sin el total apoyo del partido. Pero en este segundo gobierno, él tiene el conocimiento de lo público, sabe cómo funciona el Estado y ha venido con cuadros y tiene mucha mayor fortaleza. Por eso, está sucediendo algo que no vimos en el primer gobierno. Estamos viendo cómo en el primer mes de mandato se están dando una avalancha de disposiciones sobre América Latina, sobre China, sobre medio ambiente, sobre temas sociales. Ya entiende cómo articular todas estas reformas. Eso a mí me preocupa. Por eso creo que ahora vemos a un Trump mucho más activo, mucho más impulsivo. Lo bueno de la democracia americana es que su sistema de contrapesos más o menos funciona. Y hay muchos contrapesos. En el caso de Estados Unidos, hay dos contrapesos muy fuertes. Uno es el poder judicial. El poder judicial puede evitar muchas políticas que Trump quisiera desarrollar, como la que tú mencionaste, la vinculada con no darles la nacionalidad a los hijos de inmigrantes irregulares nacidos en Estados Unidos, porque eso va en contra de la misma Constitución. Allí van a surgir problemas a nivel judicial. Y existe un segundo contrapeso, que es la Cámara de Representantes y el Senado. Aunque la presencia republicana es importante, esto no significa que los republicanos voten por todo lo que diga Trump. Ya hemos visto en el pasado que dentro del mismo Partido Republicano hay algunas fisuras. En su primer mandato trató de implementar una política de salud que cuestionaba o modificaba la política de salud desarrollada por Obama y eso no fue aprobado porque los mismos neoconservadores la rechazaron.



Ahora, él con su estridencia característica ha dicho que no necesita de Latinoamérica, pero eso se contradice con su interés por tomar control del canal de Panamá. ¿El caso del canal de Panamá aglutinará a los otros países de Latinoamérica, en una suerte de defensa? ¿O eso solo será un problema para el presidente José Mulino?

Trump ha demostrado que no le interesa la región. En su primer gobierno no viajó a la región. Creo que solamente vino una vez para una cumbre G-20 en Buenos Aires. De ahí canceló dos visitas a Colombia y canceló su visita a las Cumbres Américas en Lima. No tiene mucho interés en la región, pero vamos a ver si Marco Rubio, que es un secretario de Estado de origen latino, puede mostrar un poco más de interés. En el caso de Panamá estamos viendo la violación al principio de soberanía. Él ha señalado que va a recuperar el canal de Panamáeso es ir en contra del principio de soberanía y en contra de tratados internacionales, los acuerdos Torrijos- Carter que supusieron el regreso del canal de Panamá a soberanía panameña. Es decir, implica cuestionamientos distintos al derecho y al orden internacional, y que desde Latinoamérica no digamos nada al respecto es preocupante. Y yo creo que la respuesta latinoamericana tiene que ser muy inteligente, tanto a nivel bilateral como a nivel multilateral. Es un llamado a articular posiciones comunes.

Trump ha anunciado que va a utilizar la base de Guantánamo para llevar inmigrantes ilegales. ¿Esto tiene precedentes?

La verdad es que no recuerdo algún precedente, pero, como tú dices, llevar a migrantes irregulares y trasladarlos a una cárcel, porque eso es Guantánamo, una cárcel donde han estado presos terroristas, no es lo mejor. Ahora, el gobierno americano ha señalado que va a trasladar básicamente a los migrantes irregulares que tienen acusaciones criminales. Pero igual estamos hablando de inmigrantes irregulares que todavía no son sentenciados. Y eso no suena bien. Lo que pasa es que, para entender mejor esto, hay que entender primero cómo el gobierno de Trump está construyendo la narrativa respecto a la migración. Y su narrativa es muy peligrosa. Porque se construye sobre la base de la hostilidad, del considerar a los migrantes como delincuentes, como criminales, violadores o asesinos. Es una narrativa que busca deportarlos de cualquier forma, incluso sin considerar sus derechos. Él entiende la migración como un problema de seguridad, cuando la migración, y eso hay que recalcarlo mucho, es principalmente un tema humanitario.

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sábado, 1 de febrero de 2025

UN ESTADO DE BIENESTAR PARA ESTE SIGLO.

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¿Qué es el Estado de Bienestar? Se entiende por Estado del bienestar, como concepto general, uno en el cual corresponde al Estado o a la Sociedad asumir la Responsabilidad del Bienestar Social y Económico de sus miembros.  El Estado de bienestar es un modelo de organización política y social en el que el gobierno tiene un papel esencial en la protección y la garantía del bienestar de los ciudadanos. Implica la creación e incentivo de políticas públicas destinadas a garantizar el acceso a bienes y servicios para el conjunto de la ciudadanía. Se trata de un modelo sociopolítico y económico que parte de la idea de la justicia social. Se basa en la idea de que el bienestar de los individuos no depende únicamente de sus esfuerzos personales, sino también de las políticas que lleva a cabo el Estado. En este sentido, el gobierno interviene activamente para asegurar que todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables, puedan disfrutar de una calidad de vida mínima. Algunos ejemplos de países donde se ha implementado el Estado de bienestar son Suecia, Alemania y Canadá. En ellos, el gobierno proporciona servicios públicos como salud, educación y pensiones, con el objetivo de reducir las desigualdades sociales. Aunque el modelo sigue vigente en muchos países, en algunos se han implementado recortes debido a desafíos económicos.

Características del Estado de Bienestar.  El Estado de bienestar tiene las siguientes características:

Intervención estatal activa. Asume un rol central en la economía, regula mercados y redistribuye recursos a través de medidas políticas destinadas a garantizar el bienestar social.

Garantía de derechos sociales. Asegura el acceso universal a servicios como educación, salud, pensiones y seguros de desempleo.

Reducción de desigualdades. Promueve la equidad mediante políticas redistributivas, como impuestos progresivos y transferencias sociales.

Protección social. Establece sistemas de seguridad social para apoyar a los ciudadanos en situaciones de vulnerabilidad, como enfermedad, desempleo o vejez.

Compromiso con el pleno empleo. Busca garantizar que la mayor cantidad de personas posible tengan acceso a un trabajo digno.

Financiación pública. Financia los servicios públicos a través de la recaudación de impuestos, bajo el ideal de justicia social basado en la redistribución de la riqueza. Fuente. Cultura y Sociedad.

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UN ESTADO DE BIENESTAR PARA ESTE SIGLO.

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Por Victoria Donda | 01/02/2025 | Otro mundo es posible

 

Fuente. Revista Rebelión sábado 1 de febrero del 2025.

 

Fuentes: Página/12 - Imagen: Joaquín Salguero

Ya ha pasado un cuarto de siglo y la pregunta sobre cómo generar inclusión social y bienestar para los sectores más vulnerables cobra cada vez mayor relevancia. En esta nueva etapa de la humanidad, marcada por un MUNDO MULTIPOLAR y transformadoras formas de producción, encontrar respuestas se vuelve crucial tanto a nivel global como local. Para abordar este desafío, es indispensable tomar una posición sobre dos cuestiones fundamentales: en primer lugar, qué entendemos por bienestar; y en segundo lugar, aunque no menos importante, quizá incluso más crucial, cuál debe ser el rol del Estado en los procesos de inclusión y bienestar.

Sobre la primera cuestión es necesario que llevemos adelante una reconceptualización de lo que significan los Derechos Humanos, analizando su dimensión cotidiana y lo que significan profundamente para no dejarlos dormir en el cajón de las excepcionalidades históricas del pasado. Pensar cómo en este nuevo siglo se llevan adelante procesos de inclusión y bienestar es pensar cómo garantizamos en el día a día los derechos que tienen todas las personas a poder desarrollar su vida de una manera digna. Dignidad, Derechos Humanos y vida cotidiana son parte de una misma cosa, ya que garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos implica asegurar que todas las personas -y en especial los sectores más vulnerables- tengan acceso a la salud, la educación, una alimentación adecuada, una vivienda digna, un medio ambiente saludable, el deporte, una vejez plena, y que nadie sufra violencia ni discriminación por razones étnicas, de género u otras. Se trata de construir una sociedad en la que todos puedan vivir con igualdad de oportunidades y respeto.



Esta reconceptualización de lo que entendemos por derechos humanos no es un ejercicio ingenuo ni desvinculado de los procesos políticos y sociales que configuran nuestro mundo. Por el contrario, pretende arrojar luz sobre el vínculo innegable entre la dinámica política de gobernar y la permanente búsqueda de la dignidad humana como eje central de nuestras sociedades.

Asimismo, es justamente esta dinámica la que va a dar cuenta, según el país o la orientación ideológica de un gobierno, del rol que juega el Estado. por qué en definitiva cuando estamos hablando de políticas de DDHH la única forma de garantizar los DDHH es con la distribución de la riqueza. Y esta es la disputa central, dado que estamos viviendo un tiempo donde los super millonarios se han declarado ya abiertamente en contra de pagar impuestos.

En el caso de Argentina, el presidente Milei ha sido categórico al respecto: ni él ni ninguno de sus funcionarios tienen en su horizonte de sentido aportar a la dignidad de su pueblo. Eso queda a merced del mercado, que como bien sabemos ni es invisible, ni neutral ni se regula solo. Ni hoy ni nunca en la historia. Por eso, las consecuencias de esta postura son evidentes en el tejido social: los sectores más vulnerables sufren cada vez más, la desigualdad se profundiza, y la riqueza se concentra en pocas manos. A esto se suma no sólo el intento deliberado de desmantelar los organismos de Derechos Humanos vinculados al proceso de Memoria, Verdad y Justicia, sino también la negación sistemática de la dimensión cotidiana de los derechos humanos. El resultado es alarmante: miles de argentinos caen sin remedio en la pobreza y la indigencia.


China según informe del Banco Mundial de noviembre del 2020, logró superar la pobreza extrema.
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Podemos ver como en otras latitudes hay pueblos que están logrando resultados auspiciantes, en por ejemplo la cantidad de personas que año a año logran salir de la pobreza, políticas públicas aplicadas a lograr la anhelada movilidad social que lejos están de la falsa “teoría” del derrame

Veamos uno de los ejemplos de los cuales estoy hablando: el caso del gigante asiático es uno de los más excepcionales por su rol de líder mundial en desarrollo. El gobierno de Xi Jinping ha implementado una serie de medidas dirigidas a reducir la pobreza extrema, garantizando acceso a servicios básicos como salud, educación y vivienda a los sectores más vulnerables. Esta dinámica tiene como eje vertebrador el principio de que el Estado es el principal garante de los derechos sociales y económicos, con políticas que priorizan la redistribución y el apoyo a las regiones más desfavorecidas. La inversión estatal en infraestructura, programas de salud pública y educación ha permitido que una buena parte de la población china logre salir de la pobreza extrema en las últimas décadas. Sin duda, se trata de un desarrollo económico orientado desde la perspectiva de los Derechos Humanos, enfocado en mejorar la vida cotidiana de las personas. Por supuesto, este proceso tendrá sus contradicciones, pero sin un Estado que planifique será más difícil darle dignidad a la vida humana.


Argentina. La pobreza  diciembre del 2024 alcanza al 57.4% de la población y la Indigencia (extrema pobreza) 14.9%. La CELAG informa como total 72.3%. a diciembre del 2024.

Por otro lado, y más acá cerca nuestro, de hecho, un lugar muy visitado por miles de compatriotas este verano, es el caso de Brasil, quien además son nuestros socios en el MERCOSUR. El presidente Lula da Silva logró una disminución histórica en la pobreza en Brasil alcanzando el nivel más bajo desde el año 2012.

China y Brasil son dos modelos a seguir en materia de desarrollo económico enfocado en garantizar el acceso cotidiano de los Derechos Humanos. Es primordial construir un mundo donde la vida cotidiana sea arropada por una concepción de DDHH que luche por la dignidad de todos y de todas.

Los Derechos Humanos se garantizan a partir de la distribución de la riqueza y para eso necesitamos un Estado fuerte que sea fuerte contra los fuertes.

Harta como muchos de ustedes de las expresiones y políticas neo fascistas desplegadas por Milei y compañía, nuestra responsabilidad hoy es no ser calco ni copia de nadie, pero saber que hay otro camino. Un camino posible de transitar donde todos y todas tengan un lugar.

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