martes, 2 de abril de 2019

LA REVUELTA FISCAL DE LA NUEVA ARISTOCRACIA GLOBAL.

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SOCIOLOGÍA FISCAL: LA TRAMA DE LA CORRUPCIÓN. LA REVUELTA FISCAL DE LA NUEVA ARISTOCRACIA GLOBAL. “LOS RICOS NO PAGAN IMPUESTOS” AQUÍ ESTÁN PRESENTES LOS “PARAÍSOS FISCALES”.- Los “impuestos son para la gente normal”, declaraba con orgullo LEONA ROBERTS durante el juicio en el que ella y su marido HARRY HELMSLEY, el también multimillonario empresario hotelero e inmobiliario, eran juzgados por evasión fiscal en 1988. La alergia al fisco de las clases pudientes es tan vieja como la historia del capitalismo. Pero en las últimas décadas el desarrollo de la INGENIERÍA FISCAL, los recovecos legales en un mundo globalizado con déficits de gobernanza y la multiplicación de guaridas fiscales han facilitado la tarea - SOCIOLOGÍA FISCAL - a quienes se enriquecen doblemente: con la expropiación de recursos y trabajo ajeno primero, y posteriormente evitando contribuir a la hacienda pública con una parte de sus descomunales ganancias. 

CADA DÍA MÁS LOS ESTADOS DEL BIENESTAR OCCIDENTALES se sustentan sobre los impuestos de ESA “GENTE NORMAL”: TRABAJADORES, PYMES Y PEQUEÑOS EMPRESARIOS que sostienen unos servicios públicos a los que NO contribuyen las grandes riquezas. Por si las rebajas fiscales para las grandes fortunas no fuesen ya suficientes, año tras año conocemos nuevos casos de multimillonarios que esconden sus rentas y riquezas en lugares de no derecho lejos de las obligaciones tributarias de sus países de residencia o actividad. EL CÍRCULO VICIOSO DE LA EVASIÓN FISCAL EMPIEZA EN GUARIDAS COMO PANAMÁ, ANDORRA O SUIZA, pero, como buen círculo, no se sabe dónde termina. De hecho, poco sabemos del volumen real de dinero acumulado en estos lugares. Economistas como GABRIEL ZUCMAN estiman que hay cerca de 7,6 TRILLONES DE DÓLARES procedentes de fortunas personales ocultos en estas guaridas fiscales. Una cifra que no para de aumentar. Y lo poco que sabemos es gracias a filtraciones realizadas por trabajadores bancarios o periodistas.

DEMASIADAS VECES LLAMAMOS “PARAÍSOS FISCALES” a estos lugares, cuando solo ofrecen condiciones paradisíacas para esa minoría peligrosa que hace uso de unos beneficios tan inaccesibles como perjudiciales para las mayorías sociales para quienes esas GUARIDAS SON VERDADERAS “CLOACAS FISCALES”. Agujeros negros que tragan EQUIDAD Y DEMOCRACIA. Porque allí no rige derecho alguno que no sea la cruda lex mercatoria, exonerando del pago de impuestos a quienes más tienen. Un proceso que no solo aumenta las brechas entre el 1% MÁS PRIVILEGIADO y el resto de la población mundial, sino que además agudiza la crisis fiscal estructural de unos Estados donde quienes más ganan menos aportan a la caja común, debiendo por lo tanto aplicar medidas austeritarias que, de nuevo, sufren quienes menos tienen y contribuyen casi en solitario.

SU LABOR NO SOLO ES FUNDAMENTAL de cara a mejorar la información de la opinión sobre estos lugares opacos que, como contaba el PREMIO NOBEL JOSEPH STIGLITZ hace poco en Bruselas, forma parte de la “ECONOMÍA GLOBAL EN LA SOMBRA”, sino que también ha sido determinante para obligar a las instituciones europeas a dejar de mirar para otro lado y reconocer un problema que no solo es global, sino que está muy instalado en la propia UE. PRIMERO porque, a pesar de los intentos de  la Comisión de escurrir el bulto, hay Estados Miembro que funcionan como guaridas fiscales (Irlanda, Holanda, Luxemburgo, entre otros) y muchos otros países terceros que lo son a todas luces sin por ello dejar de mantener relaciones privilegiadas con la UE. SEGUNDO, porque la propia arquitectura económica de la UE promueve, en un marco de libertad de movimiento de capitales y sin armonización fiscal, regímenes fiscales dispares en su seno, propiciando una devaluación fiscal permanente. ADEMÁS, EXISTEN EN LA UE ESTRUCTURAS OFFSHORE y un entramado regulatorio cuyos desniveles, permisividades y estímulos en la sombra potencian la EVASIÓN Y ELUSIÓN que de facto beneficia sólo a los grandes capitales, rentistas y familias más ricas, en perjuicio de las mayorías populares. Fuente. Miguel Urbán. Público, Pablo Raúl 1 de abril del 2019.

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LA REVUELTA FISCAL DE LA NUEVA ARISTOCRACIA GLOBAL.

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Miguel Urbán.

Público.

Lunes 1 de abril del 2019.


Los “impuestos son para la gente normal”, declaraba con orgullo Leona Roberts durante el juicio en el que ella y su marido Harry Helmsley, el también multimillonario empresario hotelero e inmobiliario, eran juzgados por evasión fiscal en 1988. La alergia al fisco de las clases pudientes es tan vieja como la historia del capitalismo. Pero en las últimas décadas el desarrollo de la ingeniería fiscal, los recovecos legales en un mundo globalizado con déficits de gobernanza y la multiplicación de guaridas fiscales han facilitado la tarea a quienes se enriquecen doblemente: con la expropiación de recursos y trabajo ajeno primero, y posteriormente evitando contribuir a la hacienda pública con una parte de sus descomunales ganancias. 

Cada día más los Estados del bienestar occidentales se sustentan sobre los impuestos de esa “gente normal”: trabajadores, pymes y pequeños empresarios que sostienen unos servicios públicos a los que no contribuyen las grandes riquezas. Por si las rebajas fiscales para las grandes fortunas no fuesen ya suficientes, año tras año conocemos nuevos casos de multimillonarios que esconden sus rentas y riquezas en lugares de no derecho lejos de las obligaciones tributarias de sus países de residencia o actividad. 

activistas contra los paraísos fiscales protestan frente a las instutituciones de la UE en Bruselas. REUTERS/Yves Herman

Demasiadas veces llamamos “paraísos fiscales” a estos lugares, cuando solo ofrecen condiciones paradisíacas para esa minoría peligrosa que hace uso de unos beneficios tan inaccesibles como perjudiciales para las mayorías sociales para quienes esas guaridas son verdaderas “cloacas fiscales”. Agujeros negros que tragan equidad y democracia. Porque allí no rige derecho alguno que no sea la cruda lex mercatoria , exonerando del pago de impuestos a quienes más tienen. Un proceso que no solo aumenta las brechas entre el 1% más privilegiado y el resto de la población mundial, sino que además agudiza la crisis fiscal estructural de unos Estados donde quienes más ganan menos aportan a la caja común, debiendo por lo tanto aplicar medidas austeritarias que, de nuevo, sufren quienes menos tienen y contribuyen casi en solitario.

El círculo vicioso de la evasión fiscal empieza en guaridas como Panamá, Andorra o Suiza, pero, como buen círculo, no se sabe dónde termina. De hecho, poco sabemos del volumen real de dinero acumulado en estos lugares. Economistas como Gabriel Zucman estiman que hay cerca de 7,6 trillones de dólares procedentes de fortunas personales ocultos en estas guaridas fiscales. Una cifra que no para de aumentar. Y lo poco que sabemos es gracias a filtraciones realizadas por trabajadores bancarios o periodistas. Una labor peligrosa que en los últimos años les ha costado la vida a personas como Daphne Caruana o Jan Kuciak.

Su labor no solo es fundamental de cara a mejorar la información de la opinión sobre estos lugares opacos que, como nos contaba el Premio Nobel Joseph Stiglitz hace poco en Bruselas, forma parte de la “economía global en la sombra”, sino que también ha sido determinante para obligar a las instituciones europeas a dejar de mirar para otro lado y reconocer un problema que no solo es global, sino que está muy instalado en la propia UE. Primero porque, a pesar de los intentos de de la Comisión de escurrir el bulto, hay Estados Miembro que funcionan como guaridas fiscales (Irlanda, Holanda, Luxemburgo, entre otros) y muchos otros países terceros que lo son a todas luces sin por ello dejar de mantener relaciones privilegiadas con la UE. Segundo, porque la propia arquitectura económica de la UE promueve, en un marco de libertad de movimiento de capitales y sin armonización fiscal, regímenes fiscales dispares en su seno, propiciando una devaluación fiscal permanente. Además, existen en la UE estructuras offshore y un entramado regulatorio cuyos desniveles, permisividades y estímulos en la sombra potencian la evasión y elusión que de facto beneficia sólo a los grandes capitales, rentistas y familias más ricas, en perjuicio de las mayorías populares.

Estas son de hecho algunas de las conclusiones del informe sobre Delitos Financieros y Evasión y Elusión Fiscales aprobado este martes en el pleno de Estrasburgo y que ponía broche a más de un año de trabajo en la comisión homónima del Parlamento Europeo (conocida como TAX3). Una comisión de investigación surgida tras el escándalo de la filtración de los Papeles del Paraíso, anteriormente precedida por otra similar (PANA) derivada de los igualmente escandalosos Papeles de Panamá. En ambos casos, como en tantos otros similares, se reveló una trama generalizada liderada por empresas multinacionales para evitar el pago de impuestos maximizando sus beneficios a costa de nuestros derechos. Un número creciente de multinacionales registran sus algoritmos, marcas y logos en guaridas fiscales para ‘exportar’ los beneficios desde los países donde realmente se han generado hacia estas cloacas fiscales.

Y en el Estado español no somos ajenos a esta lacra. De hecho, un reciente informe de Oxfam concluyó que todas las empresas del Ibex35 salvo una (Aena) “tienen en estos momentos presencia en territorios considerados como paraísos fiscales sin estar en principio directamente vinculada a la práctica principal de su negocio”. Se estima, aunque de nuevo es difícil conocer la cifra exacta y seguramente esté infravalorada, que cada año en la UE se deja de ingresar un billón de euros en impuestos por culpa de estas prácticas de evasión y elusión fiscales. Todo esto durante unos años en los que hemos oído continuamente aquello de que “todas y todos debíamos apretarnos el cinturón para salir de la crisis”. Unos recortes en derechos sociales y una privatización de servicios públicos que sufren quienes no usan esas guaridas fiscales. El crimen perfecto de esa “nueva aristocracia global” que se considera con el derecho y de hecho goza del privilegio de estar exenta de pagar impuestos.

Aunque insuficiente, el informe que aprobamos el pasado martes y del que he sido ponente alternativo desde nuestro grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) es un paso importante en la lucha contra el lavado de dinero y la evasión y elusión fiscal. Cabría destacar entre los principales avances los siguientes:

- Señala las asimetrías económicas existentes y crecientes dentro de la UE, la libre circulación de capitales sin mecanismos correctores y las políticas fiscales regresivas como factores de la evasión fiscal. Reconociendo que la legislación de la UE en ocasiones protege a las empresas pantalla frente a los estados

- Se señala el incumplimiento de los acuerdos internacionales por parte de Suiza

- Identifica a intermediarios tales como la gran banca privada como posibilitadores y facilitadores de la evasión fiscal.

- Denuncia el marco de impunidad que generan las recurrentes amnistías fiscales impulsadas por los Estados Miembro.

- Destaca por primera vez los impactos específicos de la evasión fiscal sobre las mujeres, el mundo del trabajo, el bienestar o el consumo.

- Señala a Estados Miembros como Holanda, Irlanda, Malta o Chipre como guaridas fiscales.

- Denuncia la inseguridad a la que siguen expuestos las personas que filtran pruebas de delitos fiscales.

Pero como bien sabemos, la mayoría de las decisiones del Parlamento Europeo son meras recomendaciones no vinculantes. Ahora nos toca seguir presionando, desde las instituciones y la sociedad civil, para que estas conclusiones tomen forma de una verdadera regulación que no pretenda ser un mero lavado de cara sino una herramienta útil para combatir las guaridas fiscales, que conduzca a una armonización fiscal al alza, con impuestos progresivos y redistributivos, que revele quienes son los propietarios y beneficiarios reales de estas tramas, y que atribuya las responsabilidades a los facilitadores y promotores de estos entramados con fuertes sanciones disuasorias.

Estamos asistiendo a una autentica revuelta de los privilegiados en donde multimillonarios y multinacionales se niegan a pagar impuestos practicando un auténtico terrorismo fiscal con la ayuda cómplice de gobiernos y partidos del extremo centro, mientras se dedican a denunciar o a amenazar a quien denuncia sus prácticas de desfalco de las finanzas públicas. Es por esto que la lucha contra la evasión fiscal se torna hoy más que nunca en un cuestionamiento del orden mundial neoliberal imperante. Un cuestionamiento del acaparamiento del conjunto de los recursos del planeta por la minoría del 1%. Una batalla central que no nos podemos permitir perder, pero mucho menos no dar.


Miguel Urbán es eurodiputado de Podemos.

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lunes, 1 de abril de 2019

GRETA.

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“El movimiento. “Viernes por Futuro” encarna en una generación que hace su entrada a la política por ese costado vital y poderoso. Es con sus cuerpos que lo gritan, lo piensan, lo reclaman. Sus cuerpos tienen derecho al hábitat. Y advierten, con mucha más claridad y precisión que las otras generaciones, la gravedad límite de este momento. Ellos son una pata más de la resistencia global al modelo tanático que nos avasalla.  El poder de las finanzas, de los transgénicos, de las patentes, de los buitres, en fin, el ala más dura de la derecha que puso su pata roñosa sobre tantos territorios, niega el cambio climático. Para Trump es una mentira de la izquierda. Y es en esa clave de resistencia al efecto de irrealidad del que se vale la derecha que hay que leer este inédito movimiento liderado por esa niña de trenzas rubias que toma por literal lo literal: o se actúa ahora o no habrá lugar seguro en la Tierra para que los que hoy tienen quince años vivan sus vidas y tengan sus hijos, y continúen así con la posta de la especie”. 

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GRETA.
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Sandra Russo.

Página /12 sábado 39 de marzo del 2019.

A Greta Thunberg le ha llegado muy temprano la hora de su estigmatización. A los 16 años. Desde que la semana pasada en más de mil ciudades del mundo una cantidad incalculable de estudiantes secundarios se pusieron sobre sus hombros la lucha para detener el cambio climático, comenzó en los grandes medios de Europa una campaña de ridiculización que puede entenderse como el primer caso de bullyng global. Su víctima es esa adolescente sueca que fue diagnosticada pasados sus diez años con el síndrome de Asperger, que según ella misma relató en una charla TED con un enorme auditorio siempre fue muy callada, muy solitaria, una persona que sólo hablaba cuando era estrictamente necesario. Con voz siempre pausada y meditando palabra por palabra, dijo en esa charla mirando a las butacas: “Por eso estoy hablando hoy aquí. Porque es estrictamente necesario”. Fue a los 14 años que en rigor consideró estrictamente necesario hablar ante multitudes, ante auditorios como el Parlamento Europeo o el Foro de Davos, porque fue entonces que hizo, digamos, su comprensión histórica: si su generación no actuaba ya, si ellos, que serán adultos cuando este planeta ya no sea viable, no salen ya a las calles, están pactando con su propia falta de futuro.  
Según todos los diagnósticos científicos, las emisiones tóxicas deben empezar a reducirse ahora, no “dentro de poco” o en “próximamente”, sino ya, porque los tiempos no dan. Esta semana 20.000 científicos de todo el mundo adhirieron al movimiento. Viernes por Futuro, el que nuclea a los secundarios de más de cien países, cuyo primer gran paso fue dado el 15 de marzo.
“Los jóvenes tienen razón”, fue el título del documento de adhesión. El cambio climático provocará desastres y desequilibrios de ecosistemas de una manera irreversible y sin antecedentes en miles de años. Cuando hace dos años Greta comprendió eso, decidió hacer huelga, a los 14. Empezó sola. Faltaba a clase todos los viernes, en protesta por la falta de decisiones políticas mundiales que paren el cambio climático. 
Y lo que hace dos años fue apenas la actitud decidida de una niña que había comprendido que era su derecho y el de sus hijos y nietos vivir en este planeta, hoy es un fenómeno global. Los grandes medios lo acallaron, como callan todo lo que les resulta incómodo o amenazante. Pero fue en mil ciudades que bajo el liderazgo de Greta Thunberg miles y miles de adolescentes salieron a marchar para que sus gobiernos tomen medidas en relación a las emisiones tóxicas, que es lo mismo que decir que debe detenerse entre otras cosas la producción a gran escala en bosques, selvas, desiertos. Que el sistema no puede seguir acelerando la extinción de especies porque la humana también es una de ellas.
Los medios no sólo callaron. Cuando a través de las redes el movimiento. Viernes por Futuro se hizo visible, comenzaron un ataque simultáneo de ridiculización y degradación de la figura de Greta. La mostraron comienzo una banana: en Suecia no hay bananas de modo que la foto era una denuncia de que Greta estaba comiendo una banana gracias al combustible usado en el transporte a su país de una fruta tropical. La mostraron con sus perros: indicaban así que, si los perros comen carne, Greta tampoco es consecuente en eso. Quizá el ataque más degradante lo virtió Le Figaro, a través de un comentario no filtrado y dirigido directamente al síndrome de Asperger de Greta: alguien opinó que era “una vergüenza ver a tantos jóvenes dejarse conducir por una zombie”.          
La voz de Greta no logra todavía perforar el cerco de silencio con una lógica rasante, directa y áspera, como ella, que en el Parlamento Europeo dijo
“sé que no les gusta que yo esté acá. A mí tampoco me gusta que ustedes estén acá, porque no han hecho los deberes. Nosotros sí hemos hecho los deberes. Hemos leído los informes científicos. Lo que pedimos es que le hagan caso a la ciencia, porque cuando nosotros seamos adultos será tarde”. 
El movimiento. “Viernes por Futuro” encarna en una generación que hace su entrada a la política por ese costado vital y poderoso. Es con sus cuerpos que lo gritan, lo piensan, lo reclaman. Sus cuerpos tienen derecho al hábitat. Y advierten, con mucha más claridad y precisión que las otras generaciones, la gravedad límite de este momento. Ellos son una pata más de la resistencia global al modelo tanático que nos avasalla. 
El poder de las finanzas, de los transgénicos, de las patentes, de los buitres, en fin, el ala más dura de la derecha que puso su pata roñosa sobre tantos territorios, niega el cambio climático. Para Trump es una mentira de la izquierda. Y es en esa clave de resistencia al efecto de irrealidad del que se vale la derecha que hay que leer este inédito movimiento liderado por esa niña de trenzas rubias que toma por literal lo literal: o se actúa ahora o no habrá lugar seguro en la Tierra para que los que hoy tienen quince años vivan sus vidas y tengan sus hijos, y continúen así con la posta de la especie. 
La política de la derecha global trae la muerte en muy diversas formas, pero siempre la muerte. En guerras o en hambrunas, en catástrofes naturales, en tiros por la espalda como los que diariamente reciben líderes sociales en Perú y en Colombia. Esos hombres y mujeres, muchos de pueblos originarios, están muertos por defender los recursos naturales. Es la misma lucha que la de Greta Thunberg, pero desde otra región y otra línea histórica.
El reclamo es el mismo en un fondo no demasiado profundo. Quieren vida. Vivir. Quieren lo necesario y suficiente para que la vida sea posible. Quieren el equilibrio indispensable para vivir. Este es el marco macro bajo el cual transcurren nuestras propias y asombrosas circunstancias nacionales. No cuesta mucho comprender que hay un poder feroz encaramado en la cima tan alta que nos es indescifrable, y que hacia abajo mueve los hilos para que nada detenga la muerte. Y también hay que advertir, con cierta esperanza, que hay sincronías históricas no menos asombrosas, y que la resistencia al proyecto de muerte crece y se nutre de fenómenos impensados.

Greta y sus congéneres ya son un nuevo actor global que aporta su enorme grano de arena a la lucha por el proyecto de la vida. Greta es un síntoma de la regeneración de la vida.   

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