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EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE, JOE BIDEN, criticó a las políticas neoliberales que llevaron a Estados Unidos al colapso financiero del 2008 y llamó a cambiar el modelo económico por uno más inclusivo, justo y solidario en su primer discurso como presidente ante las dos cámaras del Congreso. "El efecto derrame en economía nunca funcionó. Es tiempo de hacer creer la economía desde abajo y el medio", señaló, en el tradicional mensaje del Estado de la Unión. "LA CLASE MEDIA construyó este país y los SINDICATOS ayudaron a construir la clase media. "Ya es hora de que las grandes corporaciones y los más ricos del país, que son el uno por ciento (de la población, paguen su parte justa de impuestos," señaló el presidente.
"SOLO LA PARTE JUSTA", reiteró BIDEN en su discurso, en el que señaló que las fortunas y las grandes empresas tienen que ayudar pagando con sus impuestos las inversiones públicas que su gobierno se propone acometer. Biden señaló que un reciente estudio asegura que el 55% de las grandes empresas pagó CERO impuestos federales el año pasado, y lograron 40.000 millones de dólares en beneficios, mientras que muchas evadieron impuestos o se acogieron a beneficios y deducciones por emplear a sus trabajadores en otros países. "Y eso no está bien", denunció.
TRAS EXPLICAR que los que ganan 400.000 dólares o más al año volverán a tributar el 39,6%, como estaba durante la Presidencia del republicano George W. Bush (2001-2009), aseguró que el Gobierno acabará con los resquicios que permiten a los más RICOS pagar muy por debajo de lo que deberían según sus ganancias. Y advirtió de que el departamento de Hacienda actuará con mano dura con los millonarios que pretendan "engañar" sobre sus ganancias. "Muchas empresas también evaden impuestos a través de PARAÍSOS FISCALES en Suiza y Bermudas y las Islas Caimán, y se benefician de lagunas fiscales y deducciones para deslocalizar puestos de trabajo y trasladar los beneficios al extranjero. Esto no es correcto", dijo BIDEN.
CON LA SUBA DE LOS IMPUESTOS a los más RICOS el Gobierno de Biden quiere sufragar su PLAN FAMILIAR, con medidas sociales por 1,8 billones de dólares. Y con el ALZA de la tributación a las grandes compañías se propone financiar EL PLAN DE EMPLEO o Plan de INFRAESTRUCTURAS, con más de dos billones de inversiones y la creación de millones de empleos para financiar las infraestructuras del país. Antes, BIDEN hizo una férrea defensa de la labor de los SINDICATOS del país y subrayó que "Wall Street no construyó este país", sino que fue "LA CLASE MEDIA". "Y los SINDICATOS construyeron la CLASE MEDIA", subrayó. En este discurso que ofreció en la víspera de cumplir cien días en la Casa Blanca, Biden pidió al Congreso que apruebe su propuesta para defender las organizaciones SINDICALES y el derecho a pertenecer a ellas.
HIZO, ADEMÁS, otros alegatos, al apostar por los SALARIOS DIGNOS y subrayar que nadie que trabaje cuarenta horas a la semana debería estar por debajo del umbral de la POBREZA. "Vamos a garantizar mejor acceso a una mejor EDUCACIÓN", agregó. Destacó que su plan incluye un recorte impositivo por cada hijo y cuatro años más de EDUCACIÓN GRATUITA, dos para la primera edad y dos para los terciarios comunitarios.
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SUERTE A LOS CONSERVADORES SI EL PLAN DE BIDEN PASA A SER LEY.
Los impuestos no destruyen puestos de trabajo, pero la carestía de servicios de guardería sí
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Paul Krugman. Premio Nobel de Economía.
El País España lunes 3 de mayo del 2021.
Cuidado, conservadores: si los principales elementos del Plan Estadounidense para las Familias se convierten en ley, serán muy difíciles de revocar. ¿Por qué? Porque aportarán prestaciones enormes, transformadoras de hecho, a millones de personas. Es decir, imagínense intentando suprimir las guarderías universales asequibles y los permisos de paternidad y maternidad retribuidos una vez que se han convertido en parte del tejido de nuestra sociedad. Se enfrentarían a una reacción todavía peor que la de 2017, cuando los republicanos intentaron eliminar la cobertura de enfermedades preexistentes en los seguros de salud. Y esa reacción dio enseguida a los demócratas el control de la Cámara de Representantes y también abonó el terreno para su control actual del Senado y la Casa Blanca.
¿Y cuál es el contrargumento de los republicanos? Buena parte del partido parece poco interesado en debatir la política, y prefiere arremeter contra planes imaginarios. La respuesta oficial del Partido Republicano al discurso pronunciado el miércoles por Biden, presentada por el senador Tim Scott, parecía poco enérgica; Scott sigue quejándose del “Gobierno intervencionista” y denunciando a Biden por gastar dinero en cosas que no sean carreteras y puentes. Lo más parecido a un argumento real fue la afirmación de que Biden propone “la mayor subida de impuestos destructores de empleo en una generación”, presumiblemente una referencia a la subida de impuestos aprobada por Bill Clinton en 1993.
Efectivamente, Biden pretende pagar sus propuestas con una subida de impuestos a las grandes empresas y a los individuos de rentas altas, e incluye un plan ruin de dotar al Servicio de Impuestos Internos [equivalente a Hacienda] con recursos suficientes para combatir los fraudes fiscales de los ricos. Por lo tanto, es importante comprender que el plan para las familias, si se aprobase, sería un gran creador de puestos de trabajo. Es decir, aumentaría mucho, probablemente en varios millones, el número de estadounidenses —mujeres en particular— con un empleo remunerado.
Para entender por qué, lo primero que necesitan saber es que, aunque los republicanos siempre afirman que subir impuestos a los ricos destruye puestos de trabajo, hasta el momento nunca han tenido razón. La réplica de Scott a Biden parecía dar a entender que la subida de impuestos de Clinton en 1993 había destruido empleo; en realidad, Estados Unidos creó 23 millones de puestos de trabajo durante el mandato de Clinton. La gente parece olvidar también que Obama presidió una subida significativa de impuestos a los más ricos al comienzo de su segundo mandato; la economía siguió sumando puestos de trabajo con rapidez. Ah, y el empleo en California se disparó después de que Jerry Brown subiera los impuestos a los ricos en 2012, desafiando las declaraciones conservadoras de que ese Estado estaba cometiendo un suicidio económico.
Resulta también instructivo comparar Estados Unidos con otros países avanzados, casi todos los cuales tienen impuestos más altos y prestaciones sociales más generosas que nosotros. ¿Pagan por estas políticas un precio en forma de reducción de empleo? Sospecho que a muchos estadounidenses les sorprendería saber que la verdad es que muchos países con impuestos elevados y altas prestaciones son bastante eficaces a la hora de crear empleo. Fíjense en el caso de Francia: los adultos entre 25 y 54 años, los años óptimos de la vida laboral, tienen más probabilidades de estar empleados en Francia que en Estados Unidos, principalmente porque las francesas tienen una tasa más elevada de empleo remunerado que sus homólogas estadounidenses. Los países nórdicos presentan una ventaja de empleo aún mayor entre las mujeres.
¿Cómo puede el empleo ser tan elevado en países con muchísimos impuestos? La respuesta es que, visiblemente, los impuestos no destruyen empleo, pero la falta de servicios de guardería, sí. Los progenitores de muchos países ricos pueden aceptar un empleo remunerado porque tienen acceso a guarderías seguras y asequibles; en Estados Unidos, esas guarderías son prohibitivamente caras para muchos. Y la razón es que nuestro Gobierno no gasta casi nada en atención a la primera infancia y enseñanza preescolar; en porcentaje del PIB, nuestro presupuesto en esa materia nos sitúa un poco por debajo de Chipre y Rumanía.
El Plan cambiaría por completo este panorama, al proporcionar enseñanza preescolar gratuita para niños de tres y cuatro años y limitar los costes de las guarderías a un máximo del 7% de la renta en el caso de familias con ingresos bajos y medios. Si esto aumentara el empleo de las mujeres estadounidenses en edad óptima para trabajar al nivel de las francesas, supondría añadir aproximadamente 1,8 millones de puestos de trabajo; si nos fuésemos a niveles daneses, el aumento sería de tres millones.
Para que quede claro, conseguir que más mujeres tengan un empleo remunerado no es el principal objetivo del plan, y no hay nada malo en que los progenitores decidan quedarse en casa para cuidar a sus hijos. Por el contrario, se trata de mejorar el entorno en el que crecen los niños, en parte como una cuestión de justicia social, y en parte también para que puedan convertirse en adultos más sanos y productivos.
Pero el aumento del empleo constituiría un beneficio secundario significativo y más inmediato. Y ofrecería también una compensación fiscal parcial al coste de las guarderías y el primer ciclo de enseñanza infantil, porque los recién incorporados al trabajo pagarían impuestos y tendrían menos probabilidades de tener que acudir a programas de apoyo como los cupones para alimentos. No, los planes de gasto de Biden no se pagarán solos. Pero les costarán a los contribuyentes menos de lo que las cifras iniciales podrían dar a entender. Y si estos planes mejoran la vida de millones de estadounidenses, ¿le importará a alguien que sean de un “Gobierno intervencionista”?
PAUL KRUGMAN es premio Nobel de Economía. © The New York Times, 2021. Traducción de News Clips
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