martes, 4 de mayo de 2021

COLOMBIA, UN PAÍS QUE SÍ EXISTE.

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Iván Duque, el seudo presidente de Colombia, está literalmente contra las cuerdas y a punto de desfallecer y deslizarse sobre la lona de la derrota política. Que yo conozca, pocas veces en la historia de Colombia un presidente tan mediocre e incapaz ha ejercido el primer cargo del Estado colombiano. Duque es un invento “maquiavélico” del ex presidente Uribe Vélez para recuperar y ejercer el poder por interpuesta persona. La gente le dice el sub Presidente, y lo señala de ser una vulgar marioneta política de los núcleos más retrasados y agresivos del bloque de poder dominante. Solo a un atolondrado de estos se le ocurre el desatino de presentar una reforma tributaria, cargada de alcabalas inclementes contra los trabajadores y la clase media, en plena crisis sanitaria, económica y social, como la que golpea a la sociedad colombiana en estos momentos.

“El proyecto elaborado por el Ministro de Hacienda, el ultra neoliberal Carrasquilla, autor de uno de los peores saqueos a los dineros municipales para proteger el agua, cayó como una bomba nuclear sobre los millones de angustiados hogares pobres del país. La reacción de repudio fue inmediata. Tanto el Comando Nacional del Paro como el principal líder de la Oposición progresista, el Senador Gustavo Petro, repudiaron semejante esperpento y llamaron a la movilización generalizada de la sociedad para exigir la suspensión de tal reforma. Incluso, aliados del gobierno más perspicaces, como Vargas Lleras, se apartaron del invento fiscal que tiene como objetivo recaudar 25 billones de pesos (8 mil millones de dólares) mediante el aumento del IVA y su extensión a los servicios de agua y luz y a las pensiones. Vargas Lleras, seguro pensando en su nueva candidatura presidencial, hizo pública su resuelta oposición al nuevo estatuto tributario. En igual sentido procedió el ex Presidente Cesar Gaviria, quien, en honor a la verdad, arrecio su oposición a Carrasquilla a quien comparó con Pablo Escobar diciéndole que no “jodiera” más a los colombianos. N. Marín.

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COLOMBIA, UN PAÍS QUE SÍ EXISTE.

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Por Pedro Brieger | 04/05/2021 | Colombia

Rebelión martes 4 de mayo del 2021.

En el periodismo una cuestión básica es discernir qué es noticia y qué se le transmite al público.  En el proceso de selección siempre hay que tomar en cuenta el factor ideológico ya que la objetividad no existe en ningún tema, sea en el ámbito deportivo o en el político.

Esto permite comprender por qué Venezuela aparece en casi todos los medios de comunicación como un tema recurrente que se ha convertido en un arma político-comunicacional para descalificar a los movimientos progresistas.

En este sentido cabe preguntarse por qué para la inmensa mayoría de los medios de comunicación la violencia en Colombia está invisibilizada.  Si en Estados Unidos alguien se sube a un techo o entra en una escuela y comienza a disparar contra varias personas, seguramente aparecerá en los diarios o en la televisión de casi todo el mundo.  Y si es posible se transmitirá en vivo y en directo.

Pero las masacres en Colombia no existen.  ¿No existen? En lo que va de 2021 ya se han producido más de 30 masacres y unas 120 personas fueron asesinadas según ha documentado el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), que se suman a las 91 masacres de 2020. En 2021 ya han asesinado más de 50 líderes y lideresas sociales, indígenas y defensores de derechos humanos.

Entre 2015 y 2019 Colombia ocupó el primer lugar en víctimas de desplazamiento forzado dentro de un mismo país y a comienzos de 2021 Naciones Unidas, registraba más de 9 millones de personas desplazadas internamente, cifra solo superada por Siria, en guerra civil hace una década. 

El paro sigue: Colombia vive quinto día de protestas contra Iván Duque |  Noticias | teleSUR

Pero Colombia no existe.

Los Acuerdos de Paz firmados en 2016 entre el presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contemplaban la desmovilización de quienes participaban de la guerrilla y su inserción pacífica en la vida civil. Con bombos y platillos se realizó una ceremonia en la bella Cartagena de Indias en septiembre de 2016 para celebrar la firma de los Acuerdos.  Pero desde entonces asesinaron a 276 excombatientes que aceptaron los términos de los Acuerdos, sin gran repercusión internacional.

¿Cuánta gente sabe que en Colombia, aún hoy, se produce el 70 por ciento de la cocaína del mundo según se puede leer en el último informe de la oficina de Naciones Unidas de lucha contra las drogas Colombia?  Debería ser noticia, ¿verdad?  

En abril del año 2000, el entonces senador, y hoy presidente Joe Biden, viajó a Colombia para “examinar el programa antinarcóticos” y le pidió al Congreso mayores fondos para combatir el narcotráfico.  Sólo entre 2008 y 2021, según datos oficiales, enviaron más de 4 mil millones de dólares, además de asesores militares y sus expertos de la DEA, la agencia de lucha contra las drogas.  A la luz de los hechos se puede afirmar que la política de la Casa Blanca hacia Colombia ha sido uno de los fracasos más estrepitosos en política exterior si, efectivamente, el objetivo era erradicar las drogas; aunque no se puede negar que sirvió para que se filmaran extraordinarias series y películas sobre Pablo Escobar y la DEA.

Sí. Colombia existe.  Y si las grandes cadenas de noticias internacionales informan poco de lo que allí sucede es por motivaciones ideológicas.

Colombia tiene una vibrante sociedad civil que clama a gritos cambios estructurales para hacer honor a esa hermosa y atractiva publicidad de hace unos años donde se decía que Colombia es un paraíso, y “el riesgo es que te quieras quedar”.

*Sociólogo y analista internacional argentino, director de Nodal.am. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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