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“Lejos de disminuir, los diferendos aumentaron tras la amenaza de
Trump de que Colombia podría ser blanco de agresiones armadas.
“He oído que Colombia produce cocaína. Tienen plantas de fabricación de cocaína
y luego nos la venden (…) Cualquiera que haga eso y la venda en nuestro país
está expuesto a ataques”, alegó el gobernante norteño.
“En respuesta, Petro exigió a su par no amenazar la
soberanía de su país y lo invitó a conocer de primera mano
los esfuerzos que hace el territorio sudamericano en la lucha contra el
narcotráfico. “Venga señor Trump a Colombia, lo invito para que
participe en la destrucción de los nueve laboratorios diarios que hacemos para
que no llegue cocaína a Estados Unidos”, escribió.
“Añadió el jefe de Estado que, sin misiles, en su
gobierno se desmantelaron más de 18 mil de esos centros. “Venga conmigo y le
enseño cómo se destruye un laboratorio cada 40 minutos, pero no amenace nuestra
soberanía, porque despertará el Jaguar”, expresó
en referencia al felino que la cultura indígena arhuaca identifica con un
guardián ancestral. También advirtió que las amenazas de Trump podrían acarrear
graves repercusiones. “Atacar nuestra soberanía es declarar guerra, no dañe dos
siglos de relaciones diplomáticas. Ya me calumnió, no continúe por ahí. Si un
país ha ayudado a detener miles de toneladas de cocaína para que no la consuman
los norteamericanos, ese es Colombia”.
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COLOMBIA, OTRO BLANCO DE LAS ARREMETIDAS DE ESTADOS UNIDOS.
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Bogotá (Prensa Latina) Las actuales
tensiones entre Colombia y Estados Unidos son el resultado de los grandes
desacuerdos que aparecieron a lo largo de 2025 entre ambos países en materia
migratoria, política exterior, lucha contra el narcotráfico y derechos humanos.
Por Ivette Fernández
Fuente. Prensa Latina. Corresponsal
jefa en Colombia.
Bogotá, miércoles 31 de diciembre del
2025.
Las confrontaciones tuvieron una
escalada que comenzó
a menos de una semana de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca,
cuando su homólogo neogranadino, Gustavo Petro, se negó a admitir el
ingreso a la nación sudamericana de un avión que transportaba a
migrantes encadenados.
Ese primer episodio de tirantez
diplomática fue apenas el inicio
de una saga que pondría de relieve todo el autoritarismo del que es
capaz el ocupante del Despacho Oval y la postura contestataria del
dignatario colombiano.
Aun cuando los ataques verbales
estuvieron presentes
en las redes sociales de ambos gobernantes durante toda la
primera mitad del año, fue la descertificación de Colombia por parte
de Estados Unidos, ocurrida en septiembre último, el punto
de inflexión que marcaría un aumento notable de la
temperatura en una relación con muchas fricciones.
El anuncio del ingreso del territorio
sudamericano a una
lista de países que, según el gobierno norteño, no cooperan
plenamente en la lucha antinarcóticos, lo que en la nación se
conoce como descertificación, solo pasó una vez antes, durante el
gobierno de Ernesto Samper (1994-1998).
Consciente del peligro que
representaba ser
señalado como ineficaz en la lucha contra el narcotráfico, cuya
excusa sirve para agredir a Venezuela, Petro denunció las
pretensiones de Washington y el peligro que suponían sus alardes de
poder en el Caribe con el despliegue de una flota que solo se alista
para una guerra.
En un podio de Naciones Unidas, acusó a Trump de asesino por matar
a ocupantes de lanchas debido a presuntamente transportar drogas,
sin que mediara investigación o juicio alguno, y por dar su apoyo a Israel
en el genocidio que tiene lugar en Gaza.
El presidente latinoamericano sería despojado luego de su
visa para permanecer en Estados Unidos en retaliación a su
asistencia a un acto celebrado en las calles de Nueva York, donde
afirmó que los militares debían desobedecer las órdenes si se les
pedía apuntar sus armas contra la población civil.
Tras ese suceso, Trump lanzó un amplio
repertorio de ofensas
en su contra: lo llamó “líder del narcotráfico”, aseguró que
retiraría las ayudas financieras con las que desde hace años cuenta Colombia
para pelear contra el tráfico de estupefacientes.
Igualmente sancionó a Petro al
incluirlo, junto con
parte de su familia, en una lista de la Oficina de Control de Activos
Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Ya en ese punto, el mandatario
neogranadino aseveró que los ataques iban más allá de un castigo por decir
verdades.
“La magnitud del insulto de Trump a Colombia y a mí mismo ya no tiene el objetivo de alcanzar una estrategia eficaz antinarcotraficantes, sino afectar las elecciones de Colombia el año entrante, y en busca del triunfo de la extrema derecha, esa sí fuerte y probadamente ligada al narcotráfico, pero obediente en cuanto a invasiones”, manifestó en su cuenta de X.
LA HUELLA DE MARCO RUBIO
La denuncia de Petro coincidió con el
regocijo que
mostraron ciertos políticos estadounidenses tras el fallo del Tribunal
Superior de Bogotá que absolvió en segunda instancia al expresidente
Álvaro Uribe (2002-2010) por los cargos de fraude procesal y soborno en
actuación penal, y por lo que fue condenado antes a 12 años de prisión
domiciliaria.
“La justicia colombiana
ha prevalecido tras la absolución del expresidente Uribe y años de caza
política en su contra y su familia. #UribeInocente”, escribió el secretario de
Estado, Marco Rubio, en su cuenta de X.
La manifestación de Rubio no solo
reveló su apoyo incondicional al que es quizás el mayor opositor al actual
gobierno.
A juicio de analistas, también podría
interpretarse como
un intento de restar fuerza al respaldo que ostenta el progresismo
de cara a las elecciones de 2026, y cuyo rostro más visible es hoy
el senador Iván Cepeda.
Esta es justamente la persona que más
obstinadamente se enfrentó
al expresidente en los últimos años y quien está acreditado como
víctima en el proceso en su contra.
Petro atribuyó asimismo al secretario
de Estado de la nación norteña la aplicación de medidas punitivas en su contra.
“Aconsejado por Rubio,
y Rubio aconsejado por su equipo en la Florida que recibió a políticos
colombianos ligados familiar y directamente con la mafia de la cocaína, ha
dejado una huella imborrable que, como el robo de Panamá, nunca olvidarán las
siguientes generaciones de colombianos y latinoamericanos”, remarcó. El
presidente colombiano señaló igualmente al secretario de Estado como el
responsable del fracaso de la Cumbre de las Américas, que fue pospuesta debido
a las “profundas divergencias” entre los países del área.
Según expuso el mandatario, la derrota
“se debe a querer hacer
una Cumbre de las Américas excluyendo países, cegado por el odio ideológico”.
De manera frecuente, el jefe de Estado
rechaza el desempeño del funcionario.
“Marco Rubio se ha convertido en un obstáculo sectario en el encuentro pacífico entre Estados Unidos y las Américas. Estados Unidos ha quedado aislado en la ONU con la votación sobre el bloqueo a Cuba: 165 países por el desbloqueo, solo siete jinetes del apocalipsis a favor”, escribió en referencia a la votación que sobre el tema se realizó en octubre pasado.
COLOMBIA, ¿EL SIGUIENTE?
Lejos de disminuir, los diferendos
aumentaron tras la amenaza de Trump de que Colombia podría ser blanco de
agresiones armadas.
“He oído que Colombia
produce cocaína. Tienen plantas de fabricación de cocaína y luego nos la venden
(…) Cualquiera que haga eso y la venda en nuestro país está expuesto a
ataques”, alegó el gobernante norteño.
En respuesta, Petro exigió a su par no
amenazar la soberanía de su país y lo invitó a conocer de primera mano los esfuerzos que
hace el territorio sudamericano en la lucha contra el narcotráfico.
“Venga señor Trump a
Colombia, lo invito para que participe en la destrucción de los nueve
laboratorios diarios que hacemos para que no llegue cocaína a Estados Unidos”,
escribió.
Añadió el jefe de Estado que, sin
misiles, en su gobierno se desmantelaron más de 18 mil de esos centros.
“Venga conmigo y le
enseño cómo se destruye un laboratorio cada 40 minutos, pero no amenace nuestra
soberanía, porque despertará el Jaguar”, expresó en referencia al felino que la
cultura indígena arhuaca identifica con un guardián ancestral.
También advirtió que las amenazas de
Trump podrían acarrear graves repercusiones.
“Atacar nuestra
soberanía es declarar guerra, no dañe dos siglos de relaciones diplomáticas. Ya
me calumnió, no continúe por ahí. Si un país ha ayudado a detener miles de
toneladas de cocaína para que no la consuman los norteamericanos, ese es
Colombia”, concluyó.
Posteriormente, el ocupante del
Despacho Oval aseguró
que Petro será “el siguiente”, en alusión a las presiones que ya
ejerce contra el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro.
Aun cuando no respondió a esta última
amenaza, la postura
de Petro en torno a las agresiones contra él y su país han sido
consecuentes desde el principio.
“Luchar contra el
narcotráfico durante décadas y con eficacia me trae esta medida del gobierno de
la sociedad que tanto ayudamos para detener sus consumos de cocaína. Toda una
paradoja, pero ni un paso atrás y jamás de rodillas”, expresó tras la divulgación
de las sanciones contra él y su familia.
En declaraciones posteriores aseguró
además que tales medidas responden a “la política del
miedo y el poder”.
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