miércoles, 9 de marzo de 2016

EL CONCEPTO DE TRANSICIÓN. NUESTRA OPINIÓN: UNA MIRADA HACIA LA PATRIA GRANDE, AMÉRICA LATINA.

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NUESTRA OPINIÓN SOBRE LA TRANSICIÓN.- Nosotros consideramos, el actual proceso político que vive América latina, NO como el cambio económico-social y político de un  sistema socio-económico hacia otro diferente y superior, producto de una Revolución o de un  proceso político de transformaciones profundas económico sociales, básicamente en tiempos políticos de Democracia – pero que debe ser un tiempo político e histórico muy amplio, violento, profundo – porque están “en juego” dos sistemas, dos alternativas políticas, donde en el centro está el Poder y en este proceso el Poder del Estado si ingresa a cambios profundos y significativos, en beneficio del Movimiento Político – Partido Político, su Proyecto Político Nacional anti-neoliberal, anti-capitalista – muy sencillo Cuba es el ejemplo del primero, producto de una Revolución y en cambio en segundo – fracasó por la traición? En Chile – podría encaminarse desde sus orígenes en proceso de la República Bolivariana de Venezuela?. El Estado Plurinacional de Bolivia o los procesos políticos de la izquierda progresista en Nicaragua, Ecuador, Uruguay, Brasil e incluso Argentina o los inicios de los gobiernos democráticos en Chile después de rescatar la Democracia de la más feroz y criminal dictadura?. Estamos en condiciones, hay facultades teórico-doctrinarias científicas para afirmar de procesos de Transición de un sistema en crisis final hacia otro diferente y superior o simplemente nos encontramos en el escenario de políticas anti-neoliberales, como resultado de un proceso de lucha y transformación interna, que genere cambios internos principalmente el “mundo social” de las políticas sociales, pero NO se toda para nada el problema del Poder y menos del Poder del Estado. Nos parece que es parte hoy del escenario de escenarios de las clases y lucha de clases en el continente de Nuestra América, la Patria Grande?.

Pero nos preguntamos Políticamente?- En el escenario de La Sociología de las Ausencias, que hay dentro del propio sistema, que no alcanzamos a comprender y nos siguen ocultando por defender o proteger “intereses sagrados” de los poderes facticos globales?. El proceso político actual del Multilateralismo (multidimensional) global, en un Mundo Multipolar. Es producto NO de una transformación revolucionaria, pero SI, de profundos cambios económicos-sociales y políticos que se producen en su estructura sistémica, como se ha denominado que desde el “septiembre negro” del 2008 – año de la gran crisis de las hipotecas -, estamos viviendo, transitando un proceso  de “Cambio de Época, Histórica”, proceso global donde el sistema vigente, caduco, en crisis, no ingresa a su fase final – no se produce un cambio y transformaciones socio-económicas y políticas, que nos conducen hacia otro sistema superior – NO, sino que dentro del propio sistema, se producen NUEVOS procesos de acumulación que el propio capitalismo va generando, produciendo, producto de las propias contradicciones internas de carácter sistémico. Fracasó y entro en crisis el modelo del capitalismo financiero especulativo mundial – con el “cual llegó” al mundo la globalización neoliberal -, el propio capitalismo en tiempo de crisis sistémica, creó, desarrolló nuevas formas de acumulación mundial del capitalismo, es el capital de la desposesión, basado fundamentalmente en la expoliación, saqueo y explotación de los recursos naturales, la biodiversidad y los conocimientos ancestrales, así como nuevas y más feroces formas de explotación de la fuerza de trabajo a nivel sistémico – la era de las políticas del Consenso de Washington, es sustituida por la era del Consenso de los Commodities –.

Volvemos a preguntarnos en el amplio escenario de La Sociología de las Ausencias, la propia era de la explotación de los Commodities – no satisface la voracidad del capital, busca nuevas fuentes de acumulación, como respuesta a la Poli-crisis sistémica del capitalismo, que ha generado procesos contestatarios muy violentos social y políticamente a nivel mundial, así como crecen en forma incontrolable para los poderes facticos globales, los Movimientos Sociales anti- globalización  (movimientos de carácter cultural, ambiental y territorial) aumenta también la voracidad y la búsqueda insaciable de nuevas fuentes de acumulación, precisamente hoy en la coyuntura mundial encontramos que se encuentra en pleno proceso de apertura, una nuevas formas, fuentes de acumulación del capital a nivel mundial, centrado en los países en Desarrollo, por el área de los Derechos Sociales y los Servicios Públicos, sectores económico-sociales (pendientes de la llamada “segunda revolución neoliberal”, – abandonados, ninguneados, marginados - por el poder de los intereses globales de los poderes facticos, pero llega un tiempo en el escenario mundial que ese “mundo marginado” llega a ser importante, poderosamente deseable, altamente productivo por los millones de millones de usuarios en la Nueva Ciudad Global (el ascenso de la nueva clase media) y que definitivamente, por la propia crisis del Estado al haber sido desplazado por el mercado, se dejó a la ventura aspectos centrales de la vida moderna: Educación, Sanidad, Pensiones, Seguridad, Créditos, Transporte, Vivienda, etc. Y más allá a nivel mundial “abierto” totalmente para los intereses voraces del gran capital (corporaciones y mega corporaciones globales), los grandes “beneficios” que genera matando millones de seres humanos, eso es hoy lo que está haciendo la “economía de la guerra” en Siria, Irán, Irak, Libia, Afganistán, Túnez, Turquía, en “igualdad de condiciones” los ejércitos del mundo Islámico como los poderosos ejércitos del Occidente y el resultado millones de seres humanos, asesinados y millones que huyen de sus países y se produce la más grande migración, jamás vista en la historia de millones de niños, mujeres, ancianos y hombres que intentan llegar  a los territorios de quienes son los responsables de esta masacre humana, Europa y cuál es la respuesta de los valientes gobernantes como Francia, Inglaterra, Italia, España, Hungría, Alemania y el propio Estados Unidos, el gran responsable de la llamada crisis humanitaria – producto de la crisis migratoria – pero en realidad es una crisis civilizatoria, el mundo exige, lucha y camina hacia una Nueva Civilización.


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EL CONCEPTO DE TRANSICIÓN.

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Francois Houtart.

La Jornada martes 8 de marzo del 2016.

Se habla mucho de transiciones para calificar periodos de cambio socio-económico o político. Es el caso actualmente frente al agotamiento de las experiencias posneoliberales en América Latina por razones externas (crisis mundial) e internas, lo que no significa el agotamiento de las luchas antisistémicas. El término puede tener muchos sentidos, según la lectura de los eventos. Carlos Marx desarrolló el concepto de transición a propósito del paso del modo de producción feudal al capitalismo en Europa y Maurice Godelier, economista y antropólogo francés, lo resume de la manera siguiente: es la fase particular de una sociedad que encuentra más y más dificultades a reproducir el sistema económico y social sobre el cual ella se funda y empieza a reorganizarse sobre la base de otro sistema que se trasforma en la forma general de las nuevas condiciones de existencia (Maurice Godelier, 1982, 1165). Se trata evidentemente de procesos largos, no lineares, más o menos violentos de acuerdo con las resistencias de los grupos sociales involucrados. Muchos analistas estiman que el capitalismo llegó al fin de su papel histórico porque se ha vuelto un sistema destructor de las propias bases de su éxito, la naturaleza y el trabajo, como ya lo decía Carlos Marx. Es así que Samir Amin habla del capitalismo senil, que Immanuel Wallerstein publicó un artículo en medio de la crisis financiera diciendo que se asiste al fin del capitalismo y que István Mészarós habla de su incapacidad de asegurar el mantenimiento del metabolismo social de la humanidad (2008, 84).

Si, por una parte, se puede aceptar la idea de que estamos viviendo una transición del modo de producción capitalista a otra forma y que el proceso puede ser precipitado por la crisis climática, por la otra, no se debe olvidar que un tal cambio será el resultado de un proceso social y que no puede realizarse sin luchas ni una transformación de las relaciones de fuerza. En otras palabras, el capitalismo no caerá por sí solo y la convergencia de todas las luchas sociales y políticas es un requisito para llegar a un resultado. La historia nos enseña que el capitalismo es capaz de transformar sus propias contradicciones en un aporte al proceso de acumulación. Ya se habla de un capitalismo social y de un capitalismo verde. La elaboración teórica del concepto en el contexto histórico de la crisis sistémica actual permitirá la elaboración de instrumentos de evaluación de las experiencias sociales y políticas en curso. Es particularmente el caso en América Latina con los regímenes que empezaron procesos de cambio y que se reclaman del socialismo del siglo XXI. La cuestión fundamental es de saber en qué medida las experiencias políticas latinoamericanas fueron transiciones hacia otro modelo social o adaptaciones del capitalismo contemporáneo a las nuevas demandas ecológicas y sociales.

Las transiciones que pueden conducir a un cambio de paradigma son numerosas, pero exigen una visión específica. De hecho muchas de las medidas presentadas como transiciones son adaptaciones del sistema y no orientaciones hacia una construcción realmente pos-capitalista. Eso se nota en todos los países del Sur y también a los tratados que se concluyen entre países del Sur o en el cuadro de las políticas del BRICS. El apoyo al desarrollo de un capitalismo moderno en América Latina, el acaparamiento de tierras en África por parte de India y de China, la extensión de los monocultivos en Asia del suroeste para la producción de agro-combustibles o de madera, no son transiciones, sino nuevos caminos hacia un capitalismo nuevo, con todas las consecuencias de concentración del poder económico y de ignorancia de las externalidades (daños ambientales y sociales) que constituyen las características de todo capitalismo, aun el verde y el social.

El concepto puede también ser aplicado a procesos particulares dentro de una transformación general, por ejemplo en los campos económicos, sociales, culturales, políticos, religiosos, etcétera. En todo caso, se trata, sin perder la radicalidad de los objetivos, de definir las acciones que pueden conducir al resultado (otro paradigma de desarrollo humano) teniendo en cuenta, por una parte, las circunstancias concretas del desarrollo material, y, por otra, las relaciones de fuerza existentes en los campos económico-social y político. Un ejemplo típico son las economías de extracción, que, a pesar de ser dañinas ecológica y socialmente y de ser dominadas ampliamente por los interés del capital, no pueden ser paradas de un día al otro en los países que, en América Latina, por ejemplo, empezaron cambios importantes, porque, entre otros factores, constituyen la fuente financiera de las nuevas políticas. Es el caso de Venezuela, del Ecuador y de Bolivia. La transición consistiría: 1) en iniciar una política económica basada sobre las necesidades del mercado interior (lo que es a largo y mediano paso); 2) en promover leyes ecológicas y sociales más estrictas para las explotaciones; 3) hacer pagar sus costos (daños ambientales y sociales) a los usuarios, y 4) promover una legislación internacional para evitar el fenómeno de las ventajas comparativas en favor de los que aplican regulaciones más laxas.

La utilización de este instrumento conceptual no puede servir de pretexto a concesiones políticas o ideológicas de tipo socialdemócrata, es decir, aceptando que el desarrollo de las fuerzas de producción exige la adopción de principios, herramientas y recetas del capitalismo. Eso se traduce en el reforzamiento del poder de las clases sociales más opuestas a un cambio de modelo, como es el caso del Brasil, a pesar de avances en otros dominios. O también, como sucede en países socialistas, se crean nuevas diferencias sociales que inevitablemente alargarán un proceso de transición, tal como en China o en Vietnam.

De verdad eso plantea un problema fundamental: ¿cómo desarrollar las fuerzas productivas en una perspectiva socialista, es decir, en función del bien común de la humanidad y cuáles fuerzas desarrollar en prioridad? Es un problema que los países socialistas y los regímenes progresistas que nacieron desde la Segunda Guerra Mundial, no pudieron resolver adecuadamente y que fue el origen, tanto de los fracasos, como de la orientación neoliberal de la mayoría de ellos. Como lo decía Maurice Godelier en sus cursos en la Universidad Católica de Lovaina: El drama del socialismo es que ha tenido que aprender a caminar con los pies del capitalismo.

Frente a esto urge, por ejemplo, desarrollar la agricultura campesina orgánica, como se lo propuso en un seminario asiático en la Universidad Renmin (popular) en Pekín en 2010 y en otro, latinoamericano, en La Paz en 2013, en vez de promover los monocultivos de una agricultura agro-exportadora; o también, reorganizar la red de ferrocarriles locales en América Latina, en vez de adoptar los proyectos del IIRSA (la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana). Muchas otras propuestas podrían ser pensadas como elementos de una verdadera transición que no sea una simple adaptación al sistema.

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François Houtart. Sacerdote católico. Fundador del Centro Intercontinental de la Universidad Católica de Lovaina.


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