sábado, 15 de marzo de 2008

LA SITUACION ECONOMICA DE LOS EE.UU.

"La situación económica de los EE.UU. es potencialmente grave"

Fuente: LE MONDE. ESPECIAL PARA CLARIN

Robert Reich es profesor de economía en la Universidad de California, en Berkeley. Ex secretario de trabajo de la administración Clinton,
es en la actualidad uno de los asesores económicos de Barack Obama, precandidato demócrata. Es autor de varios libros y acaba de publicar "Super-Capitalismo. El choque entre el sistema económico emergente y la democracia".-
¿Cree que EE.UU. enfrentará este año una recesión?
-Sí. La probabilidad es muy elevada, pues la confianza de los consumidores disminuye rápidamente, los hogares no pueden sacar créditos, ya no pueden financiarse dando en garantía su vivienda, están muy preocupados por su empleo. Tenemos todos los signos de una recesión.

-¿Será grave?

-Es muy pronto para decirlo. Todavía no sabemos cuál es la amplitud exacta de la crisis crediticia. Desde hace meses, no paramos de tener sorpresas desagradables y ver cómo los bancos reevalúan la magnitud de créditos dudosos. Estamos lejos de haber llegado al final de la limpieza. La recesión aumentará la cantidad de créditos comprometidos. La situación económica de los EE.UU. es potencialmente grave.-¿Qué deben hacer la Reserva (Fed), el gobierno y el Congreso?-La Fed señaló su intención de continuar bajando las tasas de interés, y el presidente Bush al igual que los congresistas demócratas mencionaron ayudas fiscales, pero tiene que ser todo muy rápido. La estrategia es bastante simple: primero debe efectuar más gastos sociales adicionales. En segundo lugar, más que a los ricos, hay que ayudar a la gente con ingresos modestos.

-¿Cómo explica que nadie hablara de esta grave crisis hasta hoy?

-Nadie podía imaginar que los bancos, que invierten tanto dinero, estaban tan mal informados sobre los riesgos que asumían en el tema hipotecario. Las calificadoras no cumplieron con su trabajo y evaluaron mal los riesgos.

-En su libro advierte acerca de la creciente oposición a la globalización de los estadounidenses. ¿Es coyuntural o más profundo?

-Es más profundo. Es el rechazo de un sistema por cierto muy favorable, desde hace años, al consumidor y al inversor pero que, en contrapartida, despoja al ciudadano del control de una parte de su vida. Los estadounidenses están preocupados por su empleo, por su seguro de salud, por su jubilación, por el valor de su casa. Lo que vemos en la campaña electoral es un giro de timón contra la globalización, el comercio internacional y la inmigración. Es la primera vez, desde la Segunda Guerra, que nadie habla de una mayor libertad de comercio. Son aislacionistas.-¿Eso no se relaciona también con los errores de Bush?-Por supuesto, pero es el rechazo de un fenómeno que existe desde hace tres décadas y que se traduce sobre todo por la profundización de las desigualdades. El salario promedio en EE.UU., ajustado a la inflación, es apenas superior a lo que era en 1970.
La globalización benefició sólo a los privilegiados. El 1% de la población de los más ricos acapara hoy el 20% de la renta nacional, cuando la mitad de la población con los ingresos más bajos sólo recibe 12,6%.
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“La globalización está cambiando el mundo en que vivimos. Nuestro reto es calibrar cómo suceden estos cambios e identificar a quiénes benefician”, concluye Dennis Altman.
Respuesta Inmediata. Claro que sabemos a quienes beneficia la Globalización Neoliberal, como la nueva fase del capital imperialista y expresión de las corporaciones transnacionales.

Una globalización sin beneficios para los pobres.

La globalización tiene muchísimas aristas y nos afecta para bien o para mal en casi todos los órdenes de nuestra vida. La tierra, otrora destinada a producir una gran diversidad de alimentos para consumo local, es utilizada para plantar oleaginosas en gran escala, que se convierten en alimento para el ganado o para los automóviles del primer mundo.

El planeta Tierra, que desde hace unos 4.6 billones de años tiene forma de globo, ha sido recientemente globalizado. Por ahora la forma no ha cambiado, pero si unas cuantas cosas sobre su superficie. Según el Diccionario de la Real Academia Española «globalización», es la «tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales» La globalización tiene muchísimas aristas y nos afecta para bien o para mal (generalmente esto último) en casi todos los órdenes de nuestra vida Hoy, el precio al que compramos el arroz, o las tortillas, o el pan, en el mas pequeño y alejado pueblo de Latinoamérica depende de infinidad de factores, algunos locales y otros tan distantes como la Unión Europea, USA, China o India

Resulta que, cada vez es menos la tierra que pertenece a quien la trabaja y ahora las decisiones sobre que sembrar en los campos latinoamericanos se toman en suntuosas oficinas ubicadas en las grandes ciudades del primer mundo, por personas que posiblemente nunca hayan pisado esta parte del planeta.

No se decide que sembrar teniendo en cuenta las necesidades nutricionales de la población, ni las conveniencias ambientales del ecosistema, sino las ventajas económicas del mercado. Así la tierra, otrora destinada a producir una gran diversidad de alimentos para consumo local, es utilizada para plantar oleaginosas en gran escala, que se convierten en alimento para el ganado o para los automóviles del primer mundo. Los bosques que daban sustento a poblaciones locales, que regulaban el clima, que fabricaban agua potable, se convierten rápidamente en fábricas de árboles clonados, que secan y contaminan la tierra, con el fin de producir pasta de celulosa, que se utilizará miles de kilómetros mas arriba en el mapa.

En devolución, obtenemos los beneficios de los avances tecnológicos, de la medicina, de las comunicaciones. Ahora podemos saber al instante la fluctuación del índice Down Jones, o del Nikkei. Podemos ver en vivo la entrega de los Oscar y hasta saber un mes antes el día que se estrenará en los cines de EE.UU. la nueva película de Indiana Jones.

También podemos tener una i-pod, un tv de plasma o a las mas innovadoras medicinas cuyo precio se vuelve un poquito elevado por el temita ese de las patentes. Gracias a que el mundo está globalizado, todos tenemos acceso a los beneficios de la globalización, salvo por… los pobres. Pero solo son pobres 3 o 4 mil millones de personas, así que no es para preocuparse. Una cifra que, obviamente, ha aumentado notoriamente con la globalización.

¿Qué hacer entonces? Dar marcha atrás, volver al desarrollo local, retomar la agricultura con agricultores. Volver a tomar nosotros las decisiones sobre el uso de nuestra tierra, de nuestra agua, de nuestros bosques, de nuestras montañas, planificándolo de forma sustentable. Restar atención a los caprichos de los mercados internacionales y concentrarnos en las necesidades locales. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, los 16 millones de hectáreas que Argentina destinó a la soja transgénica en 2007, se destinaran sólo a producir alimentos? ¿Quién perdería y quién ganaría?

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