jueves, 28 de junio de 2018

LA EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL AUMENTA EN LA INDUSTRIA TABACALERA.

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INFORME DE LA OIT EL 2011, SOBRE EL TRABAJO DE NIÑOS EN AMÉRICA LATINA,. Perú y Bolivia, donde entre un 25% y un 35% de los niños cumplen tareas laborales, lideran los indicadores de trabajo infantil en Sudamérica, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo OIT, divulgadas en Buenos Aires. Por su parte, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela integran el grupo de países con menores niveles de trabajo infantil, con porcentajes que van del 5% al 8%, precisó el coordinador regional del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT, Manuel García. En medio de la clasificación, se sitúan Colombia, Ecuador y Paraguay, donde trabajan del 10% al 17% de los niños, añadió García en un encuentro organizado por el Ministerio argentino de Trabajo (www.oit.org.pe/ipec).

La campaña mundial contra el trabajo infantil, especialmente en sus peores formas, se encuentra en una encrucijada. Se ha pasado de una optimista previsión formulada hace tan sólo cuatro años sobre la proximidad del fin del trabajo infantil, al más reciente informe de la OIT, en el que se arrojan dudas respecto a la posibilidad de que la meta pueda alcanzarse en el año objetivo de 2016. El Programa Internacional de la OIT para la Erradicación del Trabajo Infantil y la comunidad internacional han decidido ahora renovar tal empeño. En una conferencia internacional celebrada el 10 y 11 de mayo y organizada por el Gobierno de los Países Bajos se adoptó una nueva “hoja de ruta” dirigida a alcanzar los objetivos fijados en 2006. Constance Thomas, Directora del IPEC, examina los logros alcanzados y los retos pendientes en la lucha contra el trabajo infantil.

“En 2006, en el segundo Informe Global de la OIT sobre trabajo infantil dio cuenta del avance significativo en la lucha contra el trabajo infantil. Animada por esta tendencia positiva, la OIT estableció un objetivo visionario: eliminar para 2006 el trabajo infantil en sus peores formas. Cuatro años después, el tercer Informe Global dibuja un panorama diferente: el trabajo infantil sigue disminuyendo, aunque a un ritmo menor. Si los países siguen adelante como si tal cosa, el objetivo de 2016 no se alcanzará. El nuevo informe dice que se ha producido una reducción del 3% en el trabajo infantil en el período de cuatro años considerado en las estimaciones globales, 215 millones de niños siguen atrapados en el trabajo infantil y una alarmante cifra de 115 millones se expone a trabajos peligrosos. Se han logrado algunos avances importantes en la lucha contra el trabajo infantil, pero el problema no se ha resuelto, y parece que tiene fuerza para seguir. En 2006, el ritmo de mejora era tal, que la comunidad internacional se marcó un objetivo ambicioso: erradicar las peores formas de trabajo infantil en el plazo de un decenio. Sin embargo, en los últimos años se ha ralentizado el avance hacia la consecución de tal objetivo. Además, muchos de los niños que trabajan son a los que más difícil resulta acceder”, relata la Revista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Nº 69.
 
 
Trabajo Infantil de Niños y Niñas en el Perú, es muy común en todo el país, en especial en los sectores migrantes, asentamiento humanos y "empresas" explotadoras de trabajo de niños en las Ladrilleras. Algo para detener, nada al contrario se incrementa en todos los sectores, en espacial en la Trata de niños y niñas en la selva de Madre de Dios y la explotación ilegal del oro y la destrucción del Medio Amiente.
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Los movimientos sociales de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NATs en acrónimo) desde hace 30 años denuncian que,

“Frente a esta corriente abolicionista y los atropellos que estamos sufriendo todos los NNATs, en América Latina, de parte de estas organizaciones internacionales que intentan imponernos sus puntos de vista sin tener en cuenta nuestra cultura que está basada en el trabajo como una forma de vida y dignificación de las personas, en la búsqueda permanente del bienestar de todos para el Buen Vivir. Es una gloria tanto para los NNATs organizados en el Movimiento latinoamericano y del Caribe-MOLACNATs que el año 2008 en Bolivia, hayan dado un paso único en la historia, al incluir en su Constitución el reconocimiento del derecho al trabajo y la protección a los niños y trabajadores en su país. No obstante, esta conquista actualmente se pretende cambiar por una visión de erradicación, una visión europeizada impulsada por la OIT, quienes vienen implantando desde hace muchos años el cumplimiento de sus Convenios 138 y 182, que no se adecuan a la realidad de la infancia y adolescencia trabajadora en nuestra región de América Latina”, destaca una recién nota del Movimiento Nacional de NNATs organizados del Perú – MNNATSOP.

El histórico reconocimiento del trabajo infantil en condiciones dignas en la Constitución de Bolivia (ver nota publicada por el bloque GUE-NGL en el Parlamento  Europeo se une a otros logros que los Movimientos NATs han construido en Latinoamérica, en la implementación de nuevas políticas públicas incluyentes con los Gobiernos Progresistas de Paraguay, de Venezuela, de Ecuador. No hay que olvidar la propuesta del Presidente de Uruguay, José Mujica, de impulsar un proyecto de ley que habilite a que niños de 10 o 12 años puedan trabajar con su familia bajo determinadas condiciones, Mujica, ex líder del grupo revolucionario "Tupamaros" que actuó en los años 70 y 80 en Uruguay, se refirió a esas ideas destacando que el hecho de que los niños trabajen con sus padres "es mucho más digno a que tenga que salir a pedir por ahí" 

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Las niñas en situación de trabajo infantil han disminuido en un 40% desde el año 2000, los niños, sólo en un 25% / Fotografía: OIT 
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LA EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL AUMENTA EN LA INDUSTRIA TABACALERA.

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Sarah Boseley.

The Guardian/El Diario.

Jueves 28 de junio del 2018.
 

- El tabaco que se vende en Estados Unidos, Europa y otros sitios del mundo contiene hojas producidas en arduas condiciones por niños.

- Los expertos afirman que los bajísimos salarios que se pagan a los trabajadores rurales en países como Malaui hacen que el trabajo infantil sea inevitable.

Una investigación de The Guardian ha revelado que el trabajo infantil abunda en la industria tabacalera y está en aumento en países pobres, a pesar de que las empresas multimillonarias aseguren que están trabajando en el tema.  

Pruebas encontradas en tres continentes demuestran que niños de 14 años y aún menores no van a la escuela y trabajan en condiciones difíciles y a veces incluso sufriendo daño físico para producir la hoja de tabaco que rellena los cigarros que luego se venden en Estados Unidos y Europa.  

Las familias están atrapadas en círculos de pobreza generacional, mientras que los salarios en la cima de la industria ascienden a millones de dólares al año. Las empresas dicen que supervisan el trabajo infantil y que retiran a los niños de los campos para que vayan a la escuela, pero los expertos han dicho a The Guardian que el número de niños trabajando está aumentando, no disminuyendo, mientras crece el cultivo de tabaco en África y Asia.  

Los niños sufren consecuencias de por vida: "Quería ser enfermera", afirma una niña malauí de 14 años que se pasa el día en el campo bajo el sol abrasador, trabajando con una pesada azada.  

Las familias creen que no tienen más opción que utilizar a sus hijos como mano de obra no remunerada. Muchos están endeudados con los dueños de la tierra y los arrendadores, y deben permanecer en los campos de una temporada a la otra, incapaces de romper el círculo de pobreza.  

"No se está tomando ninguna medida efectiva para revertir este escenario", dijo Vera Da Costa e Silva, jefa de la Secretaría del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, un organismo clave que se enfrenta a una industria que mata más de siete millones de personas al año. "Lo que sucede es que los campos de cultivo de tabaco concede altos beneficios a la industria pero muy poco dinero a los trabajadores rurales".  

Las empresas tabacaleras aseguran que están haciendo todo lo posible por acabar con la explotación infantil.  

Silva destaca que las empresas multinacionales tienen una responsabilidad directa por este escándalo. "La responsabilidad que tienen es doble: por un lado la responsabilidad por el trabajo infantil y por otro la de hacer que los niños trabajen manipulando un producto letal que acaba por afectarles".  

Silva dice que en 2011 había unos 1,3 millones de niños al año trabajando en los cultivos de tabaco, y que –según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)– el número ha ido en aumento al trasladarse el cultivo de países en mejor situación económica a países más pobres. Entre 2000 y 2013, el cultivo de tabaco disminuyó en países como Brasil, Turquía y Estados Unidos –afirmó un informe de la OIT de febrero de 2017–, pero ha aumentado en otros, como Argentina, India y Zimbabue.  

Dado que el trabajo rural infantil es más común en países pobres, el informe de la OIT afirma:

"Este cambio en la producción puede haber resultado en un aumento del trabajo infantil y en un mayor déficit de empleo decente en la producción de tabaco. Aunque no existe una estimación del número de niños trabajando en la industria tabacalera a nivel mundial, los sondeos indican que en las comunidades tabacaleras pobres, el trabajo infantil está fuera de control".  

Los puntos negros  

En Malaui: padres que trabajan en el cultivo del tabaco y viven en extrema pobreza no dejan que sus hijos asistan a la escuela para que ayuden en la cosecha de las hojas de tabaco. Algunas familias que viven en chozas de paja no reciben ningún pago durante 10 meses, hasta que la cosecha de tabaco se vende. Viven con un cubo de maíz a la semana que les dan los arrendadores y para reunir el dinero para molerlo deben trabajar además en otros campos, algo en lo que también participan los niños.  

En MéxicoThe Guardian vio niños trabajando en siete de las diez plantaciones de tabaco que visitó en marzo en la región de Nayarit, a pesar de los avances que han hecho tanto la industria como el Gobierno para combatir el problema y asegurarse de que los niños vayan a la escuela.  

En IndonesiaThe Guardian visitó comunidades cultivadores de tabaco en Lombok y conversó con niños trabajadores, incluido un niño de 14 años que afirmó tener problemas respiratorios que su familia atribuye a su trabajo en los campos de tabaco.  

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos elaboró una lista de 16 países donde suponen que hay niños trabajando en el cultivo de tabaco. Organizaciones de Derechos Humanos incluida Human Rights Watch han documentado el trabajo infantil en el cultivo de tabaco en Bangladesh, Kazajistán, Indonesia, Brasil y más recientemente en Zimbabue. 

Los expertos afirman que los bajísimos salarios que se pagan a los trabajadores rurales en países como Malaui hacen que el trabajo infantil sea inevitable.  

Las empresas tabacaleras BAT y JTI aseguran que es aceptable que niños de entre 13 y 15 años realicen en el campo tareas livianas siempre que no afecten a su salud ni su acceso a la educación. Sin embargo, los activistas dicen que no deberían estar en contacto con el tabaco hasta los 18 años.  

(Que tal explotación, como en los tiempos del siglo XVII y XVIII del capitalismo), El ingreso promedio de un trabajador rural en Kasunga, una de las mayores regiones tabacaleras de Malaui, es de 223.710 kwacha (unos 325 euros) por 10 meses de trabajo, según un estudio realizado en 2017 por el Centro por el Interés Social, una ONG de Malaui.  

Se estima que cada kilo de tabaco rinde para 1.200 cigarrillos. El año pasado, los trabajadores rurales de Kasunga ganaron 200 kwacha (0,25 euros) por kilo una vez que se vendió la cosecha.  

Los trabajadores rurales son el eslabón más pequeño de la cadena alimenticia tabacalera. Acceden a trabajar durante un año para un arrendador que tiene un contrato y tiene la tierra, sea ésta de su propiedad o alquilada. Ese contrato es con una de las grandes empresas que compran hoja de tabaco –Alliance One, Universal (que el Malaui es conocida como Limbe Leaf) o Japan Tobacco International (JTI).  

Las empresas que compran la hoja de tabaco acuerdan comprarle a los arrendadores con quienes tienen contrato y a cambio proveen las semillas, los fertilizantes, los pesticidas y las herramientas. Estas empresas dicen que les aclaran que no deben trabajar niños. Alliance One aseguró que una de los "principales prioridades" es la eliminación del trabajo infantil y afirmó estar comprometida a luchar contra el trabajo infantil.  

Las empresas que compran la hoja de tabaco cumplen órdenes de las productoras de cigarrillos: British American Tobacco, Philip Morris y Japan Tobacco.  

Principal problema, los salarios  

Las grandes empresas tabacaleras tienen sus propios programas de responsabilidad social empresarial. Dicen que supervisan el trabajo infantil y que construyen pozos y escuelas. Sin embargo, Marty Otanez, profesor de la Universidad de Colorado en Denver, un antropólogo que hace muchos años que estudia el cultivo de tabaco en Malaui, indica que los proyectos de bienestar social han "demostrado cierta buena voluntad por parte de las empresas tabacaleras para hacerse cargo de algunos de los problemas, pero evitan encarar temas más difíciles como el precio de la hoja de tabaco y los salarios".  

Las cuatro mayores empresas tabacaleras dicen que están haciendo todo lo que pueden.

"BAT se toma muy en serio el trabajo infantil y está de acuerdo en que los niños nunca deben ser explotados, expuestos a situaciones de peligro o impedirles el acceso a la educación", afirmó un portavoz. "Nosotros no empleamos a niños en ninguna de nuestras operaciones en ningún país del mundo y les dejamos claro a nuestros agricultores y proveedores que no toleraremos la explotación infantil". Imperial Tobacco afirma: "El trabajo infantil es inaceptable y hacemos todo nuestro esfuerzo para que no haya trabajo infantil en nuestra cadena de suministro".  

PMI dice que el trabajo infantil es una realidad inaceptable.

"Estamos comprometidos a eliminar el trabajo infantil y otras formas de abuso laboral en todos los lugares donde producimos tabaco", afirmó Miguel Coleta, director de sostenibilidad de la empresa. "Hemos trabajado para atacar las raíces del problema del trabajo infantil y hemos logrado una reducción mundial de los incidentes de trabajo infantil en las tierras con las que tenemos contrato. Agradecemos la supervisión continuada de nuestros esfuerzos y reconocemos que no podemos vencer nosotros solos. Esto requiere esfuerzos serios y a largo plazo por parte de todas las partes interesadas, incluidos el Gobierno y la sociedad civil".  

JTI también afirmó que el trabajo infantil es endémico en el mundo rural, pero que han logrado reducirlo en las zonas donde contratan a los trabajadores de forma directa.

"La realidad es que el trabajo infantil surge de una combinación de factores sociales, económicos y normativos. En JTI, no fingimos que somos capaces de resolver nosotros solos el problema del trabajo infantil, pero estamos haciendo todo lo posible desde nuestro lugar para solucionarlo, trabajando en colaboración con otros", declaró la empresa.  

Traducido por Lucía Balducci.

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