jueves, 5 de julio de 2018

¡BUENOS DÍAS MÉXICO!

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“MÉXICO NOS DIO UNA LECCIÓN DEMOCRÁTICA” Desde la cárcel en Brasil, Lula elogió el triunfo de López Obrador. Lo que más cuenta para el líder del Partido de los Trabajadores es el terremoto causado por Morena, cuyas réplicas pueden hacer temblar el subsuelo político de la región. Su mensaje de unidad regional fue en clave futbolera. “La victoria de López Obrador puede demostrar la falencia de este modelo neoliberal a ultranza, que es el que vemos en México con una subordinación económica exagerada con Estados Unidos”, como la llevada a cabo por el saliente mandatario Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Con López Obrador México pasa a ser un ejemplo para Brasil y para América Latina en general”. El campo progresista tuvo una referencia en Brasil durante la década pasada cuando Lula se alió a los gobiernos de Argentina, Venezuela, Bolivia y Uruguay.

Amorim menciona algunos “hitos” de la diplomacia coordinada de esos países como la creación de UNASUR y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). Recuerda que  el mexicano Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN),  fue un aliado de George W. Bush en la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del Plata, cuando la troika Lula-Kirchner-Chávez derribó el proyecto del ALCA. Con la derrota del bipartidismo del PRI y el PAN, México dejará de comportarse como un apéndice diplomático de Washington.

“Pensando de aquí en adelante creo que López Obrador se va a volcar más hacia América Latina, eso es muy importante, va a tener una mejor comprensión de la situación de Cuba, va a tener una actitud más abierta con Venezuela sin que eso signifique coincidir con todo lo que haga el presidente Nicolás Maduro”.
En ese sentido el ex canciller de Lula menciona la reciente gira del vicepresidente Mik Pence por Brasil y Ecuador.
“Hay que estar en alerta” porque no se puede descartar un plan para desestabilizar la región empenzando por un sabotaje contra el gobierno venezolano. “Hay sectores de la derecha y ultraderecha norteamericanos que apuestan a este tipo de aventuras”.
“¿Para algunos Obrador es un Lula a la mexicana, comparte esa semejanza?” preguntó este diario a Amorim. “Hay semejanzas y diferencias, Brasil y México no son idénticos, las circunstancias políticas actuales no son idénticas a las de hace 16 años cuando Lula fue electo. Si tuviéramos que marcar las semejanzas podríamos decir que para América Latina, este López Obrador de 2018 es parecido al Lula de 2002. López Obrador podrá recuperar la vieja tradición diplomática mexicana de no injerencia y solución pacífica de los conflictos, creo que va a tener una posición favorable al diálogo y la negociación en Venezuela”, planteó Amorim. “Y si hacemos memoria vemos que Lula, cuando llegó al gobierno impulsó el Grupo de Amigos de Venezuela, que fue de extraordinaria importancia para contribuir a una salida de la crisis que enfrentaba Hugo Chávez en aquel momento”. Página/12. Desde Brasilia. Darío Pignotti.

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¡BUENOS DÍAS MÉXICO!

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Víctor M. Toledo.

La Jornada.

Rebelión jueves 5 de julio del 2018.

 
Buenos días, país; buenos días, nación; buenos días, México. ¡Cincuenta años nos contemplan! Este salto que el país ha dado tiene su origen en 1968. Ni más ni menos. Lo que soñamos aquella generación de jóvenes en rebeldía por fin se alcanza. Quebrar más de dos siglos de una tradición despótica fincada en la opresión, el autoritarismo y la anti-democracia. La dictadura imperfecta ha llegado a su fin, y surge la posibilidad de construir una modernidad alternativa. Tardamos mucho, pero así son los procesos sociales: sus relojes caminan a un ritmo diferente a los nuestros. A diferencia de muchos patriotas que ya no lo vieron, hoy entono una canción oculta de agradecimiento a la vida. A las fuerzas que me permitieron presenciar este momento histórico. Aquella oscura noche que percibíamos durante nuestras rebeldías juveniles se fue haciendo más y más y más espesa, hasta llegar a este país devastado, que tuvo la prudencia y la paciencia de resguardar sus reservas naturales, sociales, culturales y civilizatorias. Esas sin las cuales la política digna se hace imposible. La resistencia valió la pena; una resistencia que tomó mil formas, pero que al final prendió y se expandió como un incendio venturoso. Treinta millones de votos lo certifican. ¿Cuántos mexicanos pusieron silenciosos su pequeña resistencia, sutil, cotidiana, imperceptible? Nunca lo sabremos. Pero conforme se iban apretando las condiciones terribles de estos 30 años recientes, y la de­vastadora máquina neoliberal iba dejando una estela de pobreza, destrucción, incomprensión, desesperanza y miedo, también se iban gestando los núcleos de la resistencia social. En México las batallas políticas se fueron transformando en elementales luchas por la supervivencia. La movilización que tuvo lugar hace unos días en decenas ciudades del país contra la privatización del agua es la más reciente expresión de ello.

El gran conductor de este amanecer luminoso es, por supuesto, AMLO. Su reciedumbre tropical, su sensibilidad de dirigente popular, y su fe inquebrantable han colocado al país de nuevo a la vanguardia del mundo. Atina AMLO en construir una nueva nación fun­dada en lo moral, no en la ideología, el negocio, el progreso, o la tecnología. De sus tantos mensajes enviados en estos meses me quedo con tres.

Primero, su habilidad para construir un proyecto de nación a partir no de las teorías y tradiciones intelectuales de la izquierda, si­no de la lectura de las realidades concretas y particulares del país, de sus recorridos por su territorio, de sus encuentros con los múltiples actores de un México pluricultural y multiétnico y, por supuesto, del análisis y la interpretación de su propia historia. Como dijo un estratega estadunidense desde Washington, AMLO es AMLO.

Lo segundo es su capacidad para combinar pragmatismo con intuición, es decir, su habilidad para ir seleccionando colaboradores que más allá de sus maneras de pensar, sus orígenes, su edad y sus trayectorias, son integrados por su entrega desinteresada, patriótica y noble. Hoy el nuevo gobierno dispone de casi una centena de cuadros dirigentes, mujeres y hombres, de altísima calidad moral y profesional.

Finalmente, no puede ignorarse algo que pocos conocen. No obstante ser permanentemente acusado de autoritario por sus contrincantes políticos, AMLO se ha rodeado desde hace casi una década de un equipo de asesores, de creadores e intelectuales críticos con diferentes formaciones y diversas maneras de pensar, a los cuales ha escuchado y con los cuales ha dialogado. Su rol ha sido clave, por­que de alguna manera representan, a pequeña escala, la inteligencia del país. Esa que proviene de las universidades, tecnológicos y centros neurálgicos de creación, análisis y discusión. Para quien esto escribe ha sido una experiencia única y de un extraño valor formar parte de ese equipo.

No puede pasarse por alto, por último, que este amanecer ha tenido un elevado costo humano, porque procede de una noche ex­tremadamente trágica. La re­fundación del país tendrá que hacerse llevando como contexto a los 240 mil mexicanos asesinados y a los más de 30 mil desaparecidos. A los que ya no están, a los que dieron su vida por un ideal y a los que los exterminaron por causas diversas, los nuevos conductores del país deben jurar en su memoria honestidad, pulcritud, valores supremos y una entrega total por el bien común y el de la patria. La república amorosa tiene que ir dejando atrás tanta ignominia mediante la construcción de un país que requiere con urgencia atender a millones de mexicanos, especialmente jóvenes, que han quedado marginados por décadas. Todo está por hacerse. La luz de un nuevo sol se despliega lentamente y nos baña de esperanza. Que los destellos de este amanecer nos alcancen a tod@s.

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