viernes, 19 de abril de 2019

ALAN GARCÍA, MUERE EL PRIMER EX PRESIDENTE SUDAMERICANO ACUSADO POR CORRUPCIÓN. PERÚ. MURIÓ ALAN GARCÍA. PERÚ: EL SUICIDIO DE ALAN GARCIA.

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PERÚ. MURIÓ ALAN GARCÍA.
 Es el primer ex presidente sudamericano suicidado en este milenio para evitar ser procesado por cargos de corrupción

Acaba de anunciarse que el ex presidente peruano Alan García ha perecido tras haberse disparado para evitar ser arrestado bajo acusaciones de corrupción. Su muerte se dio en su natal Lima pocas semanas antes que él el 23 de mayo cumpliese los 70 años de edad. 

Quién llevó a la socialdemocracia peruana al gobierno

Hasta hoy era la única persona viva que había culminado dos quinquenios presidenciales no continuos en Sudamérica. Él fue quien en 1985-90 llevó por primera vez al gobierno al APRA, el hasta entonces más antiguo y mejor organizado partido peruano. Este, tras sus iniciales vínculos con la Internacional Comunista, fue objeto de muchas persecuciones para luego devenir en uno muy anticomunista. 

En su primer mandato García llegó a ser el jefe de Estado más “izquierdista” de Sudamérica generando un programa de amplios subsidios, restricciones moderadas al pago de la deuda externa y nacionalización de la banca. Al mismo tiempo que hizo ello para contener el avance de la izquierda peruana él fue muy duro contra la “guerra popular” maoísta llegando a matar a 300 presos senderistas (muchos de ellos tras rendirse) cuando él en Lima iniciaba el primer congreso de la Internacional Socialista hecho en su continente.




Tras haber ocasionado una de las peores hiperinflaciones que hubiese sacudido al hemisferio, él acabó apoyando a Fujimori, quién en 1990, apenas gana la presidencia, lanzó un shock monetarista y se consolidó una década en el poder con una fuerte prédica privatizadora y antiterrorista.


García volvió al poder en 2006-11, pero esta vez con un programa muy diferente. Quien en su momento fue lo más parecido a una suerte de un Chávez andino de los ochentas, acabó llamando a la unidad de toda la derecha para evitar que el candidato apoyado por Venezuela gane los comicios. Su segundo mandato lo hizo aplicando las recetas pro-libre mercado que tenía el FMI y los empresarios que antes le habían dado la contra.

El único personaje que logró que el APRA llegase a Palacio, fue también aquel que llevó a la ruina a este partido nacido como “antiimperialista”. En las presidenciales del 2016 postuló en una plancha junto a Lourdes Flores, la lideresa del socialcristianismo que tanto le combatió cuando él en los ochentas estatizó bancos privados. Sin embargo, él apenas bordeó el 5%, con lo cual su partido casi pierde su inscripción legal pero él quedó muerto como esperanza electoral. 

CORRUPCIONES


García fue constantemente acusado de recibir sobornos por parte de la multinacional brasileña Odebrecht. Todos los 5 ex presidentes que ha tenido el Perú han sido imputados por recibir coimas de esta constructora o por otros crímenes. El ex mandatario del 1990-2000 (Alberto Fujimori) ha vuelto a la cárcel, el del 2001-2006 (Alejandro Toledo) se fugó a EEUU donde Trump lo protege contra pedidos de extradición (pese a que fue arrestado por encontrarlo ebrio en la calle), el del 2006-11 (y antes 1985-90) que es Alan García prefirió tirarse un tiro antes de poder ser detenido, el del 2011-16 (Ollanta Humala) estuvo preso junto con su esposa Nadine, y el último en ser electo (PPK) acaba de ser arrestado (y luego hospitalizado por hipertensión). 

El Perú viene siendo sacudido por una gran revuelta contra todos los casos de corrupción. El suicidio de García va a querer ser usado por quienes pidan al poder judicial que “modere” sus investigaciones y hasta se buscará que el auto-inmolado sea considerado un mártir. Lo cierto es que García siempre se ufanó de que él, a diferencia del grueso de la vieja guardia aprista, había sido siempre lo suficientemente hábil para evitar la cárcel por motivos políticos que muchos de ellos pasaron por años.       

García demostró ser todo lo opuesto a esos cientos o miles de viejos luchadores apristas que pasaron mucho tiempo bajo rejas y hasta en condiciones subhumanas. A pesar de ser más joven que Lula no tuvo el coraje de él en saber afrontar un proceso para buscar ser liberado de él con evidencias y apoyo popular. Su detención, además, no era final, sino que era solamente el inicio de una preliminar. 

En Perú habrá muchos que celebrarán su muerte recordando sus medidas represivas contra muchas huelgas y activistas o por su corrupción, mientras que otros querrán tratarlo como una víctima.

La noticia de su suicidio no nos alegra y lo ideal hubiese sido ver que él hubiese pasado por un justo proceso legal. Nuestras condolencias a sus familiares y a la gente que creía en él. García pasará a la historia por muchas cosas, además de haberse convertido en el primer ex presidente suicidado del siglo XXI en las Américas. Fuente. ALAI. Isaac Bigio. Analista Internacional. 


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La mentira permanente y la corrupción,acumulada por varios años en sus dos gobiernos - lo llevó cobardemente, a tomar, su decisión final: el suicidio. Fue falso lo que siempre expresó. "Soy el único político que nació para no ser un ladrón". "La plata nunca llego sola". "Otros se venden, yo no". Falsificación total de la historia.




ALAN GARCÍA, MUERE EL PRIMER EX PRESIDENTE SUDAMERICANO ACUSADO POR CORRUPCIÓN.
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Jaque al Neoliberalismo.

Jueves 18 de abril del 2019.

El dos veces presidente de Perú, Alan García falleció este miércoles después de varias horas en estado crítico tras dispararse un tiro en la cabeza cuando la policía se disponía a arrestarlo por un cargo de lavado de activos ligados a la constructora brasileña Odebrecht. El hecho conmocionó a Perú y al mundo entero. El ex mandatario (1985-1990 y 2006-2011) habría cumplido los 70 años el próximo 23 de mayo. García era hasta ayer la única persona viva que había culminado dos quinquenios presidenciales no continuos en Sudamérica. Él fue quien en 1985-90 llevó por primera vez al gobierno al APRA, el hasta entonces más antiguo y mejor organizado partido peruano. Este, tras sus iniciales vínculos con la Internacional Comunista, fue objeto de muchas persecuciones para luego devenir en uno muy anticomunista.

En su primer mandato García llegó a ser el jefe de Estado más “izquierdista” de Sudamérica generando un programa de amplios subsidios, restricciones moderadas al pago de la deuda externa y nacionalización de la banca. Al mismo tiempo que hizo ello para contener el avance de la izquierda peruana él fue muy duro contra la “guerra popular” maoísta llegando a matar a 300 presos senderistas (muchos de ellos tras rendirse) cuando él en Lima iniciaba el primer congreso de la Internacional Socialista hecho en su continente. Tras haber ocasionado una de las peores hiperinflaciones del Perú, acabó apoyando a Fujimori, quien, en 1990, apenas ganar la presidencia, lanzó un shock monetarista y se consolidó una década en el poder con una fuerte prédica privatizadora y antiterrorista.

García volvió al poder en 2006-2011, pero esta vez con un programa muy diferente. Quien en su momento fue lo más parecido a una suerte de un Chávez andino de los ochentas, acabó llamando a la unidad de toda la derecha para evitar que el candidato apoyado por Venezuela gane los comicios. Su segundo mandato lo hizo aplicando las recetas pro-libre mercado que tenía el FMI y los empresarios que antes le habían dado la contra. El único personaje que logró que el APRA llegase a Palacio, fue también aquel que llevó a la ruina a este partido nacido como “antiimperialista”. En las presidenciales del 2016 postuló en una plancha junto a Lourdes Flores, la lideresa del socialcristianismo que tanto le combatió cuando él en los ochentas estatizó bancos privados. Sin embargo, él apenas bordeó el 5%, con lo cual su partido casi pierde su inscripción legal, pero él quedó muerto como esperanza electoral.

El Perú viene siendo sacudido por una gran revuelta contra todos los casos de corrupción. García fue constantemente acusado de recibir sobornos por parte de la multinacional brasileña Odebrecht. Todos los 5 ex presidentes que ha tenido el Perú han sido imputados por recibir coimas de esta constructora o por otros crímenes. El ex mandatario del 1990-2000 (Alberto Fujimori) ha vuelto a la cárcel, el del 2001-2006 (Alejandro Toledo) se fugó a EEUU donde Trump lo protege contra pedidos de extradición (pese a que fue arrestado por encontrarlo ebrio en la calle), el del 2006-2011 (y antes 1985-90) que es Alan García prefirió tirarse un tiro antes de poder ser detenido, el del 2011-2016 (Ollanta Humala) estuvo preso junto con su esposa Nadine, y el último en ser electo (PPK) acaba de ser arrestado (y luego hospitalizado por hipertensión).

La madeja del caso Odebrech, una empresa constructora brasileña, se extiende por numerosos países de América Latina y África. Se trata de una investigación conjunta del Departamento de Justicia de EEUU y otros diez países de Sudamérica que implican sobornos sistemáticos a presidentes de Gobierno y altos funcionarios a cambio de adjudicaciones de grandes obras públicas. Sus tentáculos se extienden sobre políticos y funcionarios de 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, y abarcan casi 20 años de tráfico de influencias.

La situación legal de García se complicó después de que el pasado domingo se difundiera que la empresa Odebrecht, en el marco del acuerdo de colaboración que mantiene con la Justicia peruana, revelara que Nava, y su hijo José Antonio Nava, recibieron cuatro millones de dólares de la empresa para lograr el contrato de construcción de la Línea 1 del Metro de Lima. Hace pocos días, una investigación sacó a la luz que los depósitos a Nava se realizaron a través de la Caja 2 de Odebrecht, tal como se denominó al Sector de Operaciones Estructuradas de la compañía, y que se hicieron entre 2006 y 2010. El entonces secretario de García recibió el seudónimo de "Chalán", su hijo el de "Bandido", y ambos fueron confirmados como tales por la constructora brasileña.

De acuerdo a esa investigación, José Antonio Nava, gerente de una empresa familiar de transportes que trabajó en los proyectos de Odebrecht en Perú, recibió casi medio millón de dólares entre enero y octubre de 2010, en depósitos autorizados por el entonces gerente de Odebrecht en Perú, Jorge Barata. También fue durante el gobierno de García cuando otro de los grandes proyectos de infraestructura, la carretera Interoceánica sur, adjudicados a Odebrecht en consorcio con otras compañías, fue firmado, después de varias modificaciones, con un costo final que duplicó al proyecto original.

García calificó este martes de "especulación" su vinculación con los presuntos sobornos que recibió su ex secretario por parte de Odebrecht. "Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza, solo les queda la especulación o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado", aseguró Alan García en su cuenta de Twitter, 24 horas antes de dispararse en la cabeza cuando iba a ser detenido temporalmente en el marco de la investigación.

García intentó eludir la actual investigación al solicitar asilo diplomático en la embajada de Uruguay, pero se lo denegaron, al contrario que en los años 90, cuando consiguió refugiarse en Colombia y luego en París para evitar un juicio por presunto enriquecimiento ilícito. La pasada semana también se ordenó la detención de otro expresidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), por los presuntos delitos de corrupción de funcionarios y lavado de activos, a raíz de dos obras adjudicadas a la brasileña Odebrecht en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006).


El suicidio de García va a querer ser usado por quienes pidan al poder judicial que “modere” sus investigaciones y hasta se buscará que el auto-inmolado sea considerado un mártir. Lo cierto es que García siempre se ufanó de que él, a diferencia del grueso de la vieja guardia aprista, había sido siempre lo suficientemente hábil para evitar la cárcel por motivos políticos que muchos de ellos pasaron por años. García demostró ser todo lo opuesto a esos cientos o miles de viejos luchadores apristas que pasaron mucho tiempo bajo rejas y hasta en condiciones subhumanas. A pesar de ser más joven que Lula no tuvo el coraje del brasileño en saber afrontar un proceso para buscar ser liberado con evidencias y apoyo popular. Su detención, además, no era final, sino que era solamente el inicio de una preliminar.

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"En otra dimensión, por cierto, aquí ocurre lo mismo. Alan García nunca será absuelto por la historia".
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PERÚ: EL SUICIDIO DE ALAN GARCIA.
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Gustavo Espinoza.

ALAI. Jueves 18 de abril del 2019.

El suicidio de Alan García –y en particular las circunstancias que rodearon el hecho- no sólo conmocionó al país sino que, adicionalmente, dividió aún más a los peruanos y generó un debate que recién se inicia y que tiene que ver con las causas del acontecimiento pero también con el personaje que lo consumó, con las acciones que lo indujeron a hacerlo y hasta con el imperio de la justicia en un país como el nuestro, convulsionado por el accionar de mafias, que ha colocado al Perú virtualmente al borde de un acantilado.


El suicidio, dicen los especialistas, es el acto por el que una persona, de forma deliberada, se provoca la muerte; y suele ser el resultado de una desesperación incontenible derivada de una dolorosa e incurable enfermedad física; de una dolencia mental -depresión, trastorno bipolar o esquizofrenias; o la incidencia del alcohol o el abuso de sustancias toxicas. A menudo ocurre que unos factores se suman a otros, de tal modo que el cuadro del suicidio se torna más complejo.

El uso de armas de fuego –como forma de actuar del suicida-, suele ser en nuestro tiempo la causa principal de estas muertes que se calculan en algo más de 900 mil, en un solo año en el mundo.

Los historiadores recuerdan que el primer suicidio conocido que se registra, tuvo lugar 600 años antes de nuestra era. Periandro uno de los 7 Sabios de Grecia y además Tirano de Corinto; se quitó la vida de un modo peculiar arrastrando en su suerte a otros.

En la antigua Grecia., quitarse la vida era considerado un error irreparable y, por tanto, rechazado-. Platón, sin embargo, estableció “excepciones”: El que la muerte, fuese impuesta por el Estado; que derivara de una enfermedad mortal; o que fuere resultado de una desgracia insuperable que rebasara la resistencia emocional del afectado. A esta tercera excepción, podría haber acogido García quien, de alguna manera, se despidió de todos en la rueda de prensa que ofreciera en la víspera.

Todos estos elementos, nos dan aliento suficiente para juzgar el hecho ocurrido el pasado 17 de abril en circunstancia en la que el ex Presidente resistió -a su manera- la orden de captura dictada por el Poder Judicial para el cumplimiento de una prisión preventiva, habida cuenta de la naturaleza de los delitos que se le incriminaban y que eran sustantivamente semejantes a los que habían llevado tras las rejas a varios de sus colaboradores.

Pero ellos también sirven para desorientar y confundir a personas de buena fe que, sin los antecedentes del caso, y llevados tan sólo por elementos subjetivos; pueden ser susceptibles de engaño. Nadie en su sano juicio, podría decir que Alan García fue víctima de una persecución. Ni que los cargos enarbolados por la justicia contra él, fueran motivados por razones de orden político,

Por el contrario, su detención era esperada hacía mucho tiempo y más bien la ciudadanía se preguntaba por qué ella no ocurría, existiendo poderosos elementos de juicio en su contra. Por lo demás los cargos levantados no tenían ninguna connotación ideológica ni política. Se trataba de acusaciones puntuales derivadas de su propia gestión gubernativa, del uso de fondos del Estado y de recepción de dineros del exterior obtenido en forma dolosa e ilegal.

En el fondo, eran acusaciones en buena medida similares –aunque bastante más graves- que las que llevaron a prisión a Ollanta Humala durante nueve meses; que mantienen tras las rejas a Keiko Fujimori desde diciembre pasado; y que han dado lugar hace apenas unos días a la captura de Pedro Pablo Kuczynski, el presidente peruano electo el 2016.

Bien podría decirse que tres razones empujaron a García a asumir la acción que lo condujo a la muerte. La certeza de la autenticidad de las acusaciones en su contra y la seguridad que en cada caso existían pruebas incontestables; la presencia en su mente de los trágicos hechos que protagonizara en el pasado y que costaran la vida de tantos peruanos –Desde los Penales hasta Bagua, pasando por Accomarca, Llocllapampa, Parcco Alto, Puccas, Pomatambo, Cayara, Santa Rosa, Los Molinos, Tía María, y otros- y el temor a verse recluido en una prisión, él, que jamás había pisado una cárcel en condición de reo.

Sería por eso un grave error de percepción el considerar que las circunstancias de su muerte, borren la responsabilidad de sus acciones. Independientemente del hecho ocurrido, tanto los delitos cometidos en el área de pertinente; como los crímenes consumados contra centenares de ciudadanos; siguen en pie. No han dejado de existir.

En la historia reciente hemos conocido diversos casos de Suicidio. Quizá si el más llamativo haya sido el de Adolfo Hitler. El jerarca Nazi se pegó un tiro para no caer en manos de las tropas soviéticas que llegaron a las puertas de su Bunker en Berlín en los primeros días de mayo de 1945.


Su luctuosa muerte, no lo convirtió en héroe, ni borró sus alevosos crímenes. Para el mundo, Hitler siguió siendo uno de lo más grandes criminales de la historia humana. Y su muerte, fue atribuida a la cobardía que lo atenazó cuando supo que tendría que dar cuenta de sus actos.

En otra dimensión, por cierto, aquí ocurre lo mismo. Alan García nunca será absuelto por la historia.

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