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“China
necesita su superávit con Estados Unidos tanto como EE.UU. necesita las importaciones chinas para controlar la inflación y asegurar el suministro
constante de productos. Aproximadamente el 70%
de los productos en tiendas como Walmart
y Target provienen de China,
país que se supone estaría a la vanguardia
en el movimiento de desdolarización.
Mientras que EE.UU. protege su
industria con aranceles que incrementan el costo
de los bienes importados. Sin embargo, ¿le
conviene a China abandonar el área dólar? En 2023, China tuvo un superávit
total de 814 mil millones de dólares, de los cuales 574 mil millones provinieron del área dólar, y 336 mil
millones, de Estados Unidos. Sus
exportaciones se concentraron en bienes
intermedios y productos tecnológicos, como equipos de radiodifusión, maquinaria y semiconductores, con un 42% del total correspondiente a productos electrónicos y eléctricos.
Los bienes intermedios
representaron alrededor del 47.3% de las exportaciones totales,
siendo EE.UU., la Unión Europea y el Sudeste Asiático sus
principales socios comerciales. El
sector manufacturero chino emplea una gran parte de su fuerza laboral, alrededor del 28% de los
trabajadores, dedicada a la industria.
De ese porcentaje, el 47,3% está
vinculado a la producción de bienes
intermedios exportados, lo que sugiere que aproximadamente el 14% de la fuerza laboral total está
directamente relacionada con la exportación
de bienes intermedios. En 2023,
esto se traduce en unos 109,2 millones
de trabajadores.
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¿LA
DESDOLARIZACIÓN ES SÓLO CUESTIÓN DE TIEMPO?
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Por Alejandro Marcó del Pont | 23/09/2024 | Economía
Fuentes.
Revista Rebelión lunes 22 de sep
¿Qué son los dólares? Son aquellos imprudentes billetes norteamericanos
que tienen diferentes valores y el mismo tamaño
En
los últimos tres años, la economía global ha experimentado cambios abruptos. Las propuestas de política económica, sanciones y
realineamientos geopolíticos han desencadenado reacciones significativas, impactando a los mercados financieros,
monetarios, de bonos y divisas. Al igual que en periodos anteriores de inestabilidad económica y geopolítica,
surgen interrogantes sobre posibles transformaciones
en el sistema monetario internacional a corto plazo. En este contexto, se especula si países como los BRICS+ podrían, durante su reunión anual del 22 al 24 de octubre en
Kazán, Rusia, anunciar una hoja de ruta para la creación de una moneda comercial conjunta.
En
un mitin de campaña en Wisconsin, el candidato presidencial estadounidense Donald Trump profundizó su retórica de «Estados Unidos Primero» al prometer imponer aranceles del 100% a los productos de cualquier país que se aleje del dólar. Esta propuesta refleja una lógica meridiana no solo para el Partido Republicano, sino también para
el Partido Demócrata. Sin embargo,
el aislamiento de Estados Unidos mediante aranceles y su rol como gendarme del mundo comienza a impactar tanto en su moneda como su economía.
La pregunta clave es si China está realmente a la vanguardia de la desdolarización o si será una cuestión de tiempo hasta que el país asiático decida actuar. Estados Unidos ha perdido su disciplina fiscal, viéndose forzado a embarcarse en una ola de gastos casi obligatorios para mantener su hegemonía global, como exploraremos más adelante. El pago de la deuda nacional se ha convertido en la partida más importante del presupuesto de Estados Unidos. Entre 1971 y 2024, la deuda nacional creció de 400.000 millones de dólares a 35 billones de dólares, los intereses superan incluso el gasto anual en defensa. En este contexto, una guerra comercial con China, aunque pone sobre la mesa la posibilidad de abandonar el dólar, no parece factible en el corto plazo para ninguna de las dos economías.
Para
profundizar en
esta cuestión, examinaremos al menos cuatro
aspectos clave que actúan a favor y
en contra del área del dólar: la
desproporción del área dólar, la geopolítica,
las reservas en diferentes monedas y el comercio
internacional. Al analizar estos
puntos, podríamos llegar a la conclusión
de que la desdolarización gradual es
inevitable, aunque no
necesariamente inminente, al igual
que la pérdida de participación de Estados
Unidos en la economía global y
su supremacía internacional.
Comencemos con la incidencia de dólar, en relación con el tamaño de la economía estadounidense, su papel
en el comercio mundial en las reservas y las finanzas. El dólar estadounidense ciertamente desempeña un papel desmesurado. Veamos. La participación de Estados Unidos en el PIB mundial en 2023 fue de aproximadamente 24%, y su contribución al comercio mundial es de alrededor del 10%. Pero, el dólar
estadounidense es la moneda más
utilizada en el comercio mundial,
ya que representa cerca del 90% de las transacciones
internacionales. En cuanto a las reservas,
dicha divisa lidera este aspecto con
un 60%, seguido del euro con un 20%, mientras que el yen
japonés, la libra esterlina, el dólar australiano, el franco suizo y el dólar canadiense o el yuan
tienen participaciones más pequeñas.
Los
números muestran,
como lo indica el gráfico que, a
pesar de que el dólar ha disminuido como reserva mundial a lo
largo del tiempo, su hegemonía sigue
siendo absoluta en cualquiera de los rubros
expresados en el cuadro.
La
guerra entre Rusia y Ucrania ha desatado un conflicto sin
precedentes, tanto en términos de beligerancia
como de sanciones monetarias. El
congelamiento de las reservas de
divisas de Rusia por parte del G7 marca una diferencia significativa
respecto a cualquier otro conflicto
geopolítico posterior a la Segunda
Guerra Mundial, especialmente por sus implicaciones para los asuntos monetarios. Este congelamiento plantea la pregunta de si otros bancos centrales podrían intentar diversificarse fuera del dólar
estadounidense, ante el temor de futuras
sanciones. De ser así, dichas acciones podrían contribuir, aunque
marginalmente, a socavar el papel
dominante del dólar en el sistema financiero
global.
A
pesar de una leve reducción
en su peso en las reservas internacionales, el dólar
estadounidense sigue siendo un indicador clave de hegemonía monetaria.
No obstante, los tipos de cambio
flotantes y la disponibilidad de líneas
swap entre bancos centrales
disminuyen la necesidad de reservas en
moneda extranjera. Un debilitamiento severo de la estabilidad económica de Estados Unidos podría conducir a una salida brusca del dólar, lo que
afectaría la confianza en esta moneda. Los dos partidos políticos estadounidenses dominantes han
identificado esta amenaza en el contexto de la competencia con otras grandes economías.
Incluso
sin catástrofes geopolíticas o económicas, es probable que el papel del dólar en las reservas
mundiales continúe disminuyendo por varias razones: la menor necesidad de reservas en un mundo de tipos de cambio flotantes, las políticas de diversificación de los bancos centrales, como la compra de oro, y el uso creciente de líneas swap, que reduce la necesidad de grandes cantidades de reservas. Estas ideas no aplican para países que tienen deuda denominada en dólares,
como Argentina.
El
papel tradicional de
las reservas de divisas, como colchón para financiar las
importaciones, ha perdido importancia
en las últimas décadas. Hoy en día,
la financiación del comercio
proviene principalmente de bancos
globales del sector privado, tanto en países
importadores como exportadores,
que se refinancian en los mercados
monetarios internacionales.
En
el ámbito del comercio surge el llamado dilema de Triffin, que obliga a los países emisores
de monedas de reserva, como Estados Unidos, a mantener déficits comerciales. Muchos países utilizan dólares para comerciar entre sí, incluso sin mediar intercambios con Estados Unidos. Para
que esos países tengan suficientes dólares,
EE.UU. debe exportar su moneda
al mundo, lo que se logra a través de déficits
comerciales, es decir, importando más
de lo que exporta. Este déficit es
esencial para mantener la circulación
del dólar a nivel global, pero si crece demasiado, podría generar
preocupación sobre la acumulación de
deuda y la pérdida de valor de la
divisa estadounidense.
Este
dilema coloca a EE.UU. en
una posición compleja: debe mantener déficits
comerciales, por ejemplo, con China,
para que el sistema continúe funcionando. China
invierte su superávit en bonos del
Tesoro estadounidense, y en 2023,
los países con mayores reservas de divisas en dólares fueron China (3.626 mil millones de dólares), Japón (1.272 mil millones), Suiza (890 mil millones) e India
(655 mil millones).
China
necesita su superávit con
Estados Unidos tanto como EE.UU. necesita las importaciones chinas
para controlar la inflación y
asegurar el suministro constante de productos. Aproximadamente el 70% de los productos en tiendas como Walmart y Target provienen de China, país que se supone estaría a la vanguardia en el movimiento de desdolarización. Mientras que EE.UU. protege su industria con
aranceles que incrementan el costo de
los bienes importados.
Sin embargo, ¿le conviene a China abandonar el área dólar? En 2023, China tuvo un superávit total de 814 mil millones de dólares, de los cuales 574 mil millones provinieron del área dólar, y 336 mil millones, de Estados Unidos. Sus exportaciones se concentraron en bienes intermedios y productos tecnológicos, como equipos de radiodifusión, maquinaria y semiconductores, con un 42% del total correspondiente a productos electrónicos y eléctricos. Los bienes intermedios representaron alrededor del 47.3% de las exportaciones totales, siendo EE.UU., la Unión Europea y el Sudeste Asiático sus principales socios comerciales.
El
sector manufacturero chino
emplea una gran parte de su fuerza laboral,
alrededor del 28% de los trabajadores, dedicada a la industria. De ese porcentaje, el 47,3% está vinculado a la producción de bienes intermedios exportados, lo que sugiere que aproximadamente
el 14% de la fuerza laboral total
está directamente relacionada con la exportación
de bienes intermedios. En 2023,
esto se traduce en unos 109,2 millones
de trabajadores.
Si
China no puede
redirigir su excedente exportable,
especialmente porque no existen otros
países con la capacidad de consumo
de EE.UU., y no puede absorber
internamente esos bienes, ¿cómo
mantendría esos 109 millones de empleos si el área dólar pierde su hegemonía? Esto descarta que a corto plazo China esté interesada en liderar la destrucción del dólar.
Aunque
es improbable que
los BRICS adopten una moneda común
en el futuro cercano, China está
colaborando con otros países en el desarrollo de mBridge, una plataforma basada en blockchain que permite transacciones
financieras en múltiples monedas. Desarrollada
por los bancos centrales de China,
Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y Hong Kong, mBridge facilita transacciones instantáneas sin
intermediarios, utilizando monedas digitales emitidas por bancos centrales.
El
BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica,
ha sumado nuevos miembros como Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes
Unidos, y más de 40 países han
expresado su interés en unirse. Sin
embargo, el bloque sorprendió al anunciar una pausa temporal en la admisión de nuevos miembros, posiblemente
debido a la complejidad de crear una
nueva arquitectura financiera con impacto global. Aunque la creación de una nueva moneda no es
urgente, explorar alternativas al área
dólar es un paso natural en este proceso.
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