jueves, 1 de marzo de 2018

PERÚ: UNA BREVE HISTORIA DE LOS PEAJES. PERÚ: PELIGRA LA CUMBRE DE LAS AMERICAS.

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PERÚ DOS PROBLEMAS CENTRALES DE UNA REALIDAD EN CRISIS DE CARÁCTER ESTRUCTURAL Y DE UN MODELO ECONÓMICO-POLÍTICO, QUE HACE AGUA - SUCIA Y CONTAMINADA - POR TODOS LOS POROS DE LA CABEZA HASTA LOS PIES.- El gobierno del Presidente PPK, atraviesa una coyuntura de una CRISIS muy profunda, extensa y de pérdida de CONFIANZA - en la Política, en los Partidos Políticos, en la “clase política” actual y en la propia Representación; tanto en los Municipios, Gobiernos Regionales, Congreso de la República y Presidencia de la Nación - todo producto de haber “convivido” durante más de 27 años - de vigencia del modelo neoliberal y la propia Constitución, heredada del tiempo del gobierno y dictadura del señor Fujimori con la CORRUPCIÓN. Tiempos históricos y políticos, hoy se está “destapando una olla llena de veneno” producto de la investigación de una “sola Empresa constructora, globalizada como es la empresa brasileña ODEBRECHT.

Nos imaginamos el día que se amplíe la investigación a toda la Estructura del sistema hoy: Infraestructura Educación, Salud, Congreso, Gobiernos Regionales y Municipios, Deporte, Cultura, Medio Ambiente, Universidades, Policía Nacional, Fuerzas Armadas Poder Judicial,  Fiscalía de la Nación, Iglesia - varias religiones - Medio Ambiente, Transporte,  Medios de Comunicación, etc. - ese día - si acaso lo llegamos a ver las generaciones actuales -, real y objetivamente Izamos el Pabellón Nacional, - en señal de  una auténtica Participación Ciudadana, organizada y representativa,  porque al “fin estamos” enfrentando la CORRUPCIÓN, con Políticas Nacionales desde el Pueblo, desde la Ciudadanía.

Precisamente hoy el pago de los PEAJES - y la corrupción de los Municipios y el Ministerio de Transportes y Comunicación - están copados por agentes -.cubiertos y encubiertos de la corrupción - y los Usuarios, el PUEBLO termina pagando los millones de corrupción que dejaron los diferentes gobiernos. Igual “INVITAN Y DESINVITAN” al Dictador Maduro - por orden de la corrupta y colonia “yanqui” como es la OEA y su actual Secretario General, y las órdenes del Secretario de Estado (yanqui) - oh sorpresa, también presente en Lima y “ordenando a un gobierno”  envuelto en seria crisis de CORRUPCIÓN, para armar un “escándalo” politiquero hoy e insistir - desde el llamado “Grupo de Lima” - compuesto por miembros hoy,  “verdaderos representantes de corruptos y golpistas” y además, intentar - con esta “cortina de humo” gigante de una forma u otra distraer la atención nacional, situación que ha permitido conocer la verdadera categoría de doble moral  de la ultraderecha peruana, y los poderes facticos internos, como pronuncian - con voces envalentonados y poses de tipo militarista, guerrerista - contra Venezuela y su presidente Maduro - que en el fondo es una rabia - ancestral y frustrada - contra la Revolución Bolivariana.

Sin embargo - estos aprendices de Relaciones Exteriores - no esperaban la rápida reacción y protesta latinoamericana - de 4 Gobiernos - Cuba, Bolivia, Uruguay, Ecuador, en el sentido, que Perú está presentando un escenario violento - al invitar y después des-invitar a un Presidente, cuando no es su responsabilidad, por ser el país Anfitrión-  que rebasa los objetivos Democráticos contenidos en la Carta de Fundación de la CUMBRE DE LAS AMÉRICAS. Conclusión se callaron en “10 idiomas ”porque se viene “otro huayco” de denuncias, - más CORRUPCIÓN en la POLÍTICA -  las declaraciones del Sr. BARATA - hombre y funcionario de Odebrecht - por varios años en PERÚ y responsable directo de entregar las COIMAS,  CORRUPCIÓN y envenenar a Políticos y Empresarios, farsantes, mentirosos, corruptos y TRAIDORES A LA SOBERANÍA NACIONAL. Hoy los TIBURONES viven felices protegidos y amparados por los Poderes facticos internos, determinados Medios de Comunicación y evidencias internas en el sistema de Justicia, También según denuncias nacionales, copados o capturados por la corrupción.

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PERÚ: UNA BREVE HISTORIA DE LOS PEAJES.
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Gustavo Guerra García.

ALAI.

Otra Mirada.  Miércoles 28 de febrero del 2018.

A mediados de la década de los 60, en el Perú se instalaron los primeros peajes con el objetivo de mantener las Carreteras, principalmente las que pertenecían a la Red Vial Nacional. Los peajes se instalaron progresivamente en las vías de alta concentración de tráfico y nunca en donde el flujo era inferior a 400 vehículos, pues no tenía sentido poner casetas o barandas en vías de bajo tráfico en donde el costo del cobro del peaje podría superar lo que se hubiera recaudado. En la Panamericana y en las principales carreteras de penetración es donde se instalaron los primeros peajes y el objetivo de su recaudación era el mantenimiento rutinario (todos los años) y periódico (cada cinco años) de las vías. 

En el primer gobierno de Alan García los peajes que con mucho esfuerzo instaló el MTC se entregaron a las Municipalidades, pero no se les obligó a que la recaudación se destine al mantenimiento de las vías nacionales. El resultado fue catastrófico pues el MTC perdió los recursos corrientes para mantener las vías nacionales y al final del gobierno de Alan García las carreteras estaban en 75% en deterioro acelerado. La pérdida del cuantioso patrimonio vial fue muy negativo para el país pues el agro dejó de ser competitivo y nos llenamos de importaciones de alimentos. Como ejemplo, traer de Tarapoto a Lima una TM de arroz costaba más que traerla de Holanda.



A inicios de los 90, el Perú se endeudó para rehabilitar las carreteras nacionales. Antes y durante las obras de rehabilitación y reconstrucción, se desactivaron los peajes pues era una vergüenza cobrar por el mantenimiento de carreteras destrozadas. Tras las rehabilitaciones y cuando las vías habían recuperado su capacidad, se volvieron gradualmente a instalar las casetas de peajes sin mayores contratiempos. La referencia era una caseta cada 100 Km. 

En el segundo fujimorismo, los camioneros hicieron paros y lograron que el gobierno rebajara los peajes. Esa reducción generó que el déficit de mantenimiento alcanzara el 38% de los costos para el mantenimiento de las vías. En el año 2001, se inició un progresivo aumento de los peajes para alcanzar el punto de equilibrio de mantenimiento que fue interrumpido por razones políticas (miedo a posibles paros de transportistas). 

El aumento de los peajes para alcanzar el punto del equilibrio se dio entonces con el programa de concesiones que empezó en el año 2002 con la Red Vial N° 5 (Ancón-Pativilca). El diseño de los peajes dejó de ser sólo para el mantenimiento y pasó a ser un peaje que financiaba las inversiones futuras y el mantenimiento. Por el impacto del IGV y de la necesidad de repagar las inversiones futuras empezaron a elevarse los valores de las tarifas de peajes. En las primeras concesiones, la reducción del costo de operación vehicular era muy superior al costo del diferencial del aumento de los peajes y por eso no se generaron conflictos en el tema. 

Todo cambió cuando los intereses de Odebrecht y el cartel de empresas brasileras desprestigiaron el sistema de concesiones con el proyecto de la Interoceánica del Sur en donde el estado va a gastar US$5,000 millones en una obra que pudo costar entre US$600 y US$700 millones y en donde los beneficios sólo alcanzan los US$1,900 millones, según los estimados de estudios auspiciados por la propia Odebrecht. El segundo proyecto desprestigiador fue La Línea Amarilla que se queda con la caja lechera del 66% de los peajes de Lima y que debió tener al menos US$1,180 millones y la segunda gestión amarilla que firmó el contrato sólo comprometió US$530 millones. Estos proyectos que son los más entreguistas de la historia vial del país han destruido la imagen de los proyectos de concesión vial y de los peajes y será difícil encaminar nuevas concesiones en los próximos años.

También han contribuido a generar molestias con los peajes, los intentos de instalar casetas en medio del casco urbano de un distrito como Puente Piedra o en la salida de Chilca. En la salida de Chilca el MTC movió el peaje de modo de no perjudicar los desplazamientos locales de los vehículos, pero en Puente Piedra el alcalde amarillo, no sólo trato de poner el segundo peaje en un lugar inapropiado sino que lo hizo ilegalmente y antes de ejecutar la obra obligatoria del Ovalo canta Callao (que hasta ahora no se construye). El contrato especificaba que el peaje podría relocalizarse de modo de que capte el tráfico de larga distancia y no el tráfico urbano de desplazamientos de corta distancia, pero para favorecer a Odebrecht se instaló la caseta en el peor lugar para tratar de maximizar la recaudación. La respuesta de la población y de algunos transportistas fue contundente como lo fue en el caso de Ticlio. 

En resumen, los peajes tienen sentido cuando el objetivo es sostener las vías que han sido adecuadamente dimensionadas y generan que el ahorro del costo de operación vehicular sea muy superior al costo del peaje y ganen todos. No funcionan nunca cuando se perjudica a la población que realiza viajes de corta distancia o cuando los usuarios pierden. 

La idea principal es que los camioneros que son los principales usuarios de las carreteras paguen parte del mantenimiento y las inversiones, de modo de que no se destinen recursos de impuestos al mantenimiento sino a otros servicios sociales prioritarios. En mi opinión es justo cobrar peajes y que los que no son propietarios de vehículos (el 71% de la población) no paguen a través de impuestos el gasto de mantenimiento de las vías, pero esto tiene que hacerse con ciencia, técnica y con dialogo con la población. Y, principalmente, todos los usuarios tienen que ganar con las obras (privadas o públicas) en las que se paga peajes. Si no se hace bien, veremos más casetas incendiadas y más conflictos. El instrumento de los peajes se utiliza en todo el mundo, pero sólo funciona cuando es parte de una política pública sensata en beneficio de todos los actores participantes y no cuando se diseñan a favor de los contratistas y concesionarios. 

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PERÚ: PELIGRA LA CUMBRE DE LAS AMERICAS.
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Gustavo Espinoza Montesinos.

ALAI. Miércoles 28 de febrero del 2018.


La VIII Cumbre de las Américas, pende literalmente de un hilo. Podría atribuirse el hecho a la terca e irresponsable conducta de la Cancillería peruana que, digitada por PPK, se ha puesto a disposición de la Casa Blanca en el avieso propósito de agredir a Venezuela; pero también a la voluntad de los halcones del Imperio, empeñados en instalar en nuestra América una suerte de réplica de la guerra genocida que hoy impulsa Donald Trump en el Asia Central.

Es claro que la cita de abril es un evento protocolar en la que los Jefes de Estado y de Gobierno de todos los países de América se reúnen para intercambiar opiniones en torno a “grandes temas”. El encuentro no tiene el propósito de loar, ni demonizar, a nadie. Son todos mandatarios de un mismo rango y representan a distintos países y pueblos. Los une, en el caso, la voluntad de hablar en torno a la democracia, la corrupción y la gobernabilidad de este continente, agobiado por grandes retos económicos y sociales.

Ocurre, sin embargo, que Washington se ha empeñado en “dejar afuera” a uno de los más importantes países de América del Sur Y eso, apenas porque considera que su Presidente de hoy, es un “dictador“. Ignora, a propósito por cierto, que Nicolás Maduro fue electo en un proceso democrático validado por la propia Organización de los Estados Americanos; y que es reconocido por todos los gobiernos del mundo como la única autoridad formal de la República Bolivariana de Venezuela.

Oído por la Asamblea General de Naciones Unidas, no hace mucho, el jefe de Estado del país llanero formuló un fervoroso llamamiento a la paz, y defendió con la fuerza de su mensaje la Independencia y la Soberanía de su patria, lo que -dicho sea de paso- le supo a chicharrón de sebo al sucesor de Barack Obama.



Este llamado tampoco gustó a Pedro Pablo Kuczynski, el casual Presidente Peruano que, solícito, se prestó a eslabonar una cadena de excomuniones contra Venezuela en el empeño de aislar a ese país del concierto de naciones de nuestro continente. Al alimón, como en las corridas de toros, ambos Presidentes emprendieron la faena de descalificar a Nicolás Maduro, denigrando su gestión. Ese empeño hoy adquirió dimensiones mayores, y amenaza la paz del continente

Pareciera que Washington, en efecto, resolvió ya intervenir militarmente contra Venezuela. Busca, para este efecto, “calcar” la experiencia centro asiática. Allí, en efecto se valió de la OTAN para comprometer a otros países de Europa Capitalista, y Canadá. Aquí, hará uso de la OEA como manto de ataque. Y como ella no tiene “armada” propia, se valdrá del Comando Sur de los Estados Unidos y de los Convenios bilaterales que tiene con cada uno de estos países para “colaborar” en la acción militar contra la Patria de Bolívar. En el Perú, por lo pronto, funcionan ya 9 bases militares norteamericanas y hasta se han dado “decretos” mediante los que –incluso- se permite la acción militar de tropas yanquis.

El conjunto de bases ya instaladas en la región bajo el pretexto de enfrentar el tráfico de drogas, le servirá de perillas para esta operación que ya está en marcha y que se inició en Tabatinga hace apenas dos meses. Por eso Trump no quiere enfrentar a Maduro en la cita de las Américas.

Si persistiera en esa voluntad –que marcaría el sentido de la crisis del evento de abril- se sellaría por cierto la suerte de la Cumbre. Porque ella no podría funcionar con una sola exclusión. No estamos ya en los años 60 del siglo pasado, donde Estados Unidos se dio el lujo de prescindir de Cuba con la anuencia de los demás. Ahora hay contestatarios que harán uso de su dignidad, y no asistirán -o se irán- de la Cumbre, si se concreta la idea de excluir a Venezuela el concierto americano.

Para en enfrentar desde la base popular este torpe intento anti bolivariano; las organizaciones sociales y de masas están programando lo que se ha dado en llamar la Cumbre Alternativa de los Pueblos Ella tendrá lugar en Lima los días 12, 13 y 14 de abril bajo la convocatoria de las instituciones más representativas de nuestro pueblo. Diversos actos se han previsto en la coyuntura, pero quizá si los más importantes sean hasta hoy la cita que tendrá lugar el jueves 12 de abril a las 6 de la tarde en la Plaza San Martin para repudiar masivamente la presencia de Donald Trump; y el evento del sábado 14 que mañana y tarde será escenario de un homenaje a los gobiernos y pueblos solidarios con la lucha emancipadora de nuestro continente. Allí, peruanos, cubanos, venezolanos, bolivianos, chilenos, colombianos, nicaragüenses, mexicanos, salvadoreños, y otros, nos abraza reos en un grito común contra el Imperio.

A todo esto, en medio del fragor de la Cumbre y del ruido ostentoso de las “confesiones” de Barata, sumadas a las pillerías de PPK que asoman de manera cotidiana; los peruanos se preguntan dónde está Alberto Fujimori. Pareciera que se lo tragó la tierra. Nadie da razón de él, y la “prensa grande” lo ha olvidado, como si no existiera. No está sano, ni está enfermo. Tampoco está en política, con Keiko ni contra ella. Simplemente, se ha esfumado. ¿No será que ya ha huido?

Sería bueno que los periodistas de investigación, tan diligentes para algunas cosas, se pusieran las pilas y emprendieran la búsqueda del chinito de la yuca, porque se ha hecho humo. Dijeron que no podía salir del país porque no tenía Pasaporte. Pasaporte peruano, claro, pero ¿Pasaporte japonés? A lo mejor sí; porque ese pillo, es ciudadano del Imperio del Sol Naciente. Por lo demás, podría haber ocurrido una fuga no por las fronteras -donde hay que presentar documentos de identidad- sino por el mar. Después de todo, en algunas películas norteamericanas se ha visto cómo, en un helicóptero, se traslada a un individuo de una casa especialmente acondicionada, y se le lleva hasta un barco en alta mar. Desde allí podría consumarse un viaje sin retorno, y sin interferencia alguna, a cualquier puerto nipón ¿o no?
SI algo se supiera en torno al tema, el colapso de la Cumbre, sería más sabroso.

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Gustavo Espinoza M.

Integrante del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera.

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